Está en la página 1de 22
1, La aristocracia democraticay Ja democracia aristocrdtica 1 fonma més restrnglda de oligarguis, la monangula | bsoluta, se funda sobre la voluntad de un solo individuo. j Sic volo sic jubeo. Tel est mon bon plaisir. Esto se me an- a {oja. Uno ordena y todos los demas obedecen. La voluntad de tina sola persona. puede contrarrestar el deseo do la racién,-y atin hoy tenemos un resabio de esto en el dere- cho de veto en la monarquia constitucional, La justifi- cacién legal de este régimen extrae los motivos de una netaflsica trascendente, El fundamento légico de toda | ‘| monarquia reside en una apelacién.a Dios, Dios es bajado | “] del paraiso para servir como escudo del baluarte monér- | quico, y darle su fundamento de ley constitucional: la a oe le Dios. Por eso el sistema mondrquico, en la me- fda en que sigue apoyandose sobre un elemento sobre- natural, es etemo e inmutable, considerado desde el punto | Ge vista de la ley. constitucional, y no puede ser afectado jor leyes humanas ni por la voluntad de los hombres. | fomo consecuencia de esto, es imposible la abolioién Jegal, juridica y legitima de la monarquia: ilusién del : tonto sofiador politico, La monarquia solo puede ser le- galmente abolid.s por Dios... y la voluntad de Dios es I inescrutable. Bin los antipodas del principio monérquico ~en. teoria— esté Ia democracia, que nieza el derecho de uno sobre Jos demas. In abstracto, hace a todos los ciudadanos iguales ante la ley, Da a cada uno de ellos la posibilidad de 7 ascender ala cumbre dé la escala social, facilita ast el “J camino a los derechos de la comunidad, al anular ante hh ley todos los privilegios de nacimiento y al desear que en la ‘sociedad humana la lucha por la preeminencia se decida 1erdo_¢ vidual, Mientras ol to con Ta_caps Principio de la monarquia lo libra todo af cardcter de un ‘nico individuo, de, donde resulta [que el mejor gobiemo monérquico posible no ofrece fa Ja totalidad del pueblo Ja. garantia de un_gobiermd Denévolo y téenicamente eficiente, en principio, la moeracia responde ante la comunidad toda por las o diciones prevalecientes de gobierno, de las cuales e nico érbitro. 7 Hoy sabemos que en-la vida de-la nacién los dos pri ipios téSricos de la ordenacién del Estado son. tan elés} ticos que a menudo se tocan, epues la democracia puedl abarcar a todo el pueblo o limitarse a la mitad de él; fristocracia, por otra parte, puede abarcar_a la. mital del pueblo o a un nimero indeterminablemente menor De esta manera las dos formas de gobiemo.no presenta} uma antitesis absoluta, sino, que se encuentran en el pun] ‘donde los participantes en el poder alcanzan al 50 pa) ciento. ‘De una vez para siempre nuestra era ha destruido todgj as formas antiguas y xigidas de la aristocracia: las h destruido, al menos, en ciertas regiones importantes Ja vida politica constitucional. Aun el conservadorism adopta a veces forma democratica, Ante los asaltos Jas masas demoeraticas, hace mucho que abandoné su a ‘pecto primitivo y desea cambiar de disfraz. Ayer lo enco tramos absolutista, hoy constitucional, mafiana lo contraremos parlamentario, Donde su poder se mantic Sin restrieciones, relativamente, tal como en Alemai apela exclusivamente a la gracia de Dios; pero, dond como en Italia, se sionte inseguro, a la apelacién al deidad suma una apelacién a la voluntad popular, By sus formas exteriores es capaz de las modificaciones amplias. En la Francia mondrquica el Francie et Nac ta Rex se transforma en el Roy de France, y ol Roy dj France se transforma, en Roi des Francais. a La vida de-los partidos politicos, ya sea que se interes ‘principalmente en Ja nacién, 0. en la. politica local, feorla, debe, demostrar. necesarlamente. una. tenden: ain més fuerte bacia.Ja_democracia.que-la- manifesta por el Fstado, El partido. politico se funda,,en Ja, may irte de los casos, sobre el principio de Ja. mayoria, ‘lompre sobte.el principio. 4 la masa,Resultado de e ‘es que los partidos de Ia aristocracia han perdido in I Transcript de Le contrat social, de J. J; Rousseny, 6 Bibliotheque Nationale, Parls, 1871, pig. 91. 48 cablemente la pureza aristocrdtica de sus prineipios ‘Aunque se mantienen esencialmente antidemocréticos en su naturaleza, en ciertos periodos de su vida politica se encuentran obligados, sea como fuere, a hacer profesién de fe democritica, 0 al menos a adoptar la mascara democritica. Mientras el, principio democrético, por su misma naturaleza, en razén de lo mutable de la voluntad opular y del ciréoter fuctuante do la. mayorla, tier e, en teoria, a transformar el Hévra pq de Herdclito, en Ia realidad de la vida nacional y popular, el principio conservador levanta su edificio sobre ciertas bases 0 nor ‘mas que son inmutables en su naturaleza, determinadas por la prueba de Ja experiencia como lo mejor, 0 al Iuenos lo menos malo, y en consecuencia postulado como vélido sub specie wtemitatis. Sin embargo, el principio conservador no debe ser tomado en el sentido de una conservacién incondicional del status quo. Si este prin- cipio consistiera simplemente ,en_,el__reconocimiento_ de lo que ya existe, por sobre todo en la cuestién de las i} rormas fegales prevalecientes en determinado pais 0 pe- Hiodo, él conservadorismo conduciria a su propia destyuc- cién. En periodos y entre naciones donde los. viejos alementos conservadores han sido excluidos de la par- ticipacién directa en el poder, y fueron reemplazados or innoyadores que Tuchan bajo el estandarte de la lemocracia, el partido conservador ha adoptado un as- pecto hostii hacia el orden estatal existente y, a veces, aun cardcter revolucionario.* No obstante, se tealiza una 2 Por ejemplo, Ratimer, al escribir desde Parls en’ 1830, expresaba Jy bleu Ie ebestin eh Ia siguiente forma: «Todos estos nombres Tt ijerals} consideraban que era rovolucfonaria lo abolicgn de [is instifucfones y los males de antigua data, en tanto que entendian for contrarmevolucion la restauracion de éitor y otros abusos. Ep Bimbo sus advorsarios entendian por revolueign el conglomeredo de locuras J. caimenes cometidos hasta entonces, y-‘por contra frevoluelon el establecimento. del orden, la autordad, Ia religion, Her. (EHedsich von Raumer, Briefe our Poris-und Frankreich im Ihre, 850, Leipsig: FA. Brockiens, 1831, parte Tl, pea, 26.) Cf. mba Wilhelm. Roscher, Polit, Geschichlliche, Naturlehre der Monorchie. Aristokratte und Denfokrate, 3° ed, Stuttgart-Benin: Cotta, 1908, ps. 14 Dotbenes oer sin embargo, que en Jas Ssestiones piiticas estas estimacibhes de valider pucten set medios lectivos de lucha contra fines politics, y algunas veces también Storales pero ex probable que os. despisten sles usamos para Hyudarnos a defink tendencias o eoncepeiones. Historias, 49 ete metamorfosis en el partido conservador, que de una marilla que perseguia un exclusivismo aristocrético, a ls vez por instinto y por conviccién, se_ha_ transforma ahora en_un partido popular. El reconocimiento” de que solo las masas pueden ayudar a restablecer la antigud| aristocracia en su pristina pureza, y a fin de terminar con el régimen democratico, transfornia en demécratas a mismios defensores de la opinién conservadora, Reconoci sin-reservas. los. padecimientos-de -la-gente..comiin;. esfuerzan —como lo hicieron hace muy poco los monar] quicos de la Repiblica Francesa— por aliarse.con el pr [Bena scolotonni. rometiéndole-defenderlo-con Ja_explotacién_del. capitalismo .democrético,-y -apoyar:. también. ampliar-las-organizaciones laborales; todo ¢ en la esperanza de destruir la repablica y restaurar la monarquia, fruto ultimo del principio aristocritico. Ta Hoy ef les camelots du Roy -l rey y los servos del rey van a destruir la oligarquia de los infatuados plutécrata: democrtica, de voluntad. popula ti sinien practicable mediante el aristocracia puede recuperar renovado el | mis, los conservador speran, por lo general, a que Jos excluyan realmente del poder antes de apelar a la masas, En paises donde prevalece un régimen democric tico, como en Inglaterra, se vuelven espontineament hacia la clase trabajadora donde quiera que ésta cons| tituye’ Ia parte més notable de las masas. También ex otzos paises, donde es desconocido el gobierno. parlac| mentario, pero donde existe sufragio universal e igualie| tatio, los partidos de Ja aristocracia deben su existencis polftica a la caridad de las masas, a las cuales, en teorla| éniegan capacidad y derechos politicos. El propio instinte| de autoconservacion obliga a los viejos grupos de gober nantes a descender de sus clevados sitiales durante 1d elecciones.-y a usufructuar de los mismos métodos demé exdticos y demagégicos empleados por la més joven, la més numerosa y Ja més inculta de nuestras clases sociales: proletariado. ‘La aristocracia se mantiene hoy en el poder por medio diferentes de los parlamentarios; en la mayor parte d Jas monarquias, al menos, no necesita una mayoria par lamentaria para manejar las riendas que sirven para] guiar la vida politica del Estado, Pero necesita, aunque solo sea con propésitos decorativos y para influir a la opinién péblica en su favor, una medida respetable le representacién parlamentaria, No conquista esta re presentacién por divulgar sus principios verdaderos, ni por apelar a quienes son sinceros participes de sus opi- niones. Un partido de la clase media campesina que ape- Jara solo a los miembros de su propia clase y a quienes , tienen idénticos intereses economicos, no. conquistaria una sola banca, ni enviaria un solo representante al par- Jamento, El candidato conservador que se presentara ante sus electores declardndoles que no los considera capaces de desemnpeiiar una parte activa en la conduccién de los destinos del pais, y debiera decitles, que por esa razin deben ser despojados del sufragio, seria tin hombre de incomparable sinceridad, pero un loco en lo politico. Sitha de conquistar su ingreso al’ parlamento, solo podré hacerlo con un tinico método: debe descender a la arena electoral con porte democratico; debe saludar a los gran- jeros_y-trabajadores.agricolas.como.colegas profesionales, y,debe,tratar.de convencerlos de.que sus intereses eco némicos y sociales son idénticos a los suyos propios. De esta manera el aristécrata se ve forgado a conquistar la eleccién en virtud de un principio que no acepta, y del cual su alma reniega, Todo su ser reclama autoridad, Ja imposicién de un sufragio restringido, la supresién del sufragio universal dondequiera que exista, pues Jesiona sus privilegios tradicionales, Sin embargo, puesto que reconoce que en una época democritica que lo arrolla, solo puede sostenerse con este principio politico, y que con su defensa franca nunca podria tener la esperanza de sostener un partido politico, disimula sus verdaderos pensamientos y auilla con los lobos democrdticos para conquistar la mayoria apetecida, La influencia del sufragio popular sobre Ja conducta ¢: terior de-los candidatos conservadores es tanta, que cuando dos candidatos de las mismas opiniones politicas se presentan en un mismo distrito, cada uno de ellos estd obligado a tratar de diferengiarse de su rival me- diante un movimiento hacia le tzqhierda, es deci, dando gran importancia a sus principios tenides por democré- ficos, Estos hechos sirven para confirmar Ja. experiencia de que también los_conservadores se_esfuerzan por ajus sus acciones. conforme, al principio fundamental de politica moderna, principio destinado_a_restablecer, Aforismo religioso que. dice.que-muchos.son los Hamad ‘pero pocos los. elegidos, y.a restablecer también 1a. teo) psicolégica de que. los_ideales. solo. son_accesibles. pat una minoria de espiritu select: este principio puede ser resumido en los_términos,,de,.Curtius, quien deci Jque los conservadores no pueden conquistar sus objetiv ‘con la ayuda de un grupo pequefio y selecto de tropas \/sino que deben dominar a las masas y gobernar con ella El espiritu conservador de la casta Je'los ‘antiguos amos) f por muy profundamente enraizada que esté, se ve obli gada a adoptar —a menos durante el tiempo de las elec ‘ciones— una mascara democratica aceptable, Tampoco la teorfa del Hiberalismo basa, en principig, » sus -aspiraciones sobre las fiasas: reclama apoyo de cicm tas clases definidas, que en otros campos de. actividad ya han madurado para Ja conduccién, pero que no po: Seen atin privilegios politicos; es decir, apela a las clases| cultas y pudientes, También para los liberales la masa] pura y simple es nada mas que un mal necesario, cuyal nica utilidad es ayudar a los otros a alcanzar objetivos| que les son extrafios. El primer gran escritor liberal di ‘Alemania, Rotteck, reprocha a la reina de Francia por| haber obligido s'la burguesia, durante a Revolucién, | srecurrir a la gente comtim en busca de ayuda. Distingue} entre dos tipos de democracia: el gobierno de Tos"Yepres : “sentantes y el’ gobierno de las masas:*’ Durante la reyor lucién de junio de 1830, Raumer, que estaba en Pari 3 Friedrich Gurtius, «Ueber Gerechtigkeit und Politiks, Deutsch) Fundschow, XXIM, 189, fase 4 Dag 40. 2 TEsta oposicion {la de los amigos wtramonéequloos de Lais XI Contra los Nberales bien dispuestos] coptra Ta idea de la burgvesa _-o» $e i tipertad politica que se extendia no solo’ en Francia, sing] Bn todos las otros paises cviizados de Europe, fue lo que de fermino en la RevoliciOn (que de otro modo podia haber sido so anelcioes), sos mates you enrdcter destactivo. Fue esto lo que fonda 1s representantes del puchlo a tatar de evita 1a ru Sheree avectnabe Uamando slay masas en sv. ayuda, fue eto Hal Ne condufo ¢ desoncadenae lat fuerza Druta y-destforada de a Hibe y' abd6. de este modo la caja de Pandoras’ (Carl val Ratios, Allgemeine Geschichte vom Anfang der histrischen Kent oe bis auf unsere Zetten, Friburgo: Hlerdersche Buchhandlung | {{s20, vol. IX, pie, 83), 52 promumpié en lamentaciones estruendosas porque las masas poseian poder, y dijo que seria sumamente diffi eprivarlas de este poder sin ofenderlas y sin provocarlas a levantarse en otra revuelta contra sus nuevos jefess;* al mismo tiempo, en palabras que expresaban el espiritu ditirambico del romanticismo, se refiere a las condiciones que prevalecen en su patria prusiana, donde el rey y el pueblo «viven realmente en una atmésfera mis alta y mas Eure», y donde la burguesia. satisfecha no so esfuerza por conquistar otros derechos.® La historia del origen del Reichstag aleman del norte nos ensefia que otro eminente Hider liberal y defensor de las opiniones liberales, el his- toriador Heinrich von Sybel, se declaraba contrario al sufragio universal igualitario y directo, sobre la base (que solo podemos entender con referencia a las expli- caciones que acabamos de presentar, relativas a las con- cepciones peculiares que los liberales tenfan de las masas) de que este derecho debia:significar .? |} Durante un siglo entero —desde los dias de Rolteck 4 Jos de Naumann— los escritores alemanes han, sudadg Ja gota gorda para Megara una conciliacién teérica ent tre la democracia y Ja monarquia militar, y para unin a estos adversarios naturales en una entidad superion Junto a estos esfuerzos honorables en procura de un e3 celso fin, continuaron sus intentos por reducir al minimé el feudalismo de la monarquia, con el tinico propésito dé} sustituir alos guardianes aristocréticos del trono poll otros gue hablaran con autoridad profesional. Se impi| sieron Ia tarca de establecer las bases teéricas de una monarquia, al menos popular, ya que no la llamada monat 4 quia social. Es evidente que ese objetivo representa wna| tendencia politica que nada tiene de comin con Ja ciencia} 9 Martin Rade, en un notable articulo «Das Allgemeine Wehlrecht ‘ein Kénigliches Recht», Hessische Landeszeitung, XXUL, n? 2 1907, que apoyaba la eleccién del nacionalsocialista Helmuth vob Gerlich en Marburgo, eseribié Jo que sigue para acallar la in quietud de los adversarios del sufragio universal: «Il caso seri muy diferente si nuestro Reichstag fuera el verdadero director di jobierno, si pudiera decidir por sf solo el destino interno y ext le nuestro pueblo, pero es apenas uno entre los elementos de nuestra constitucién, Ademis de él 0, mejor dicho, i esta el Bundesrat (Consejo Federal), 'y nf la proposicién més significante puede llegar a ‘ser ley sino con la aprobacién d cancller imperfal, el Emperador y los principes. Es verdad quel el Consejo Federal no se opondré permanentemente a una 6x4 presiin endrgen y razonable ea voluntad popular manifestad lo manera constitucfonal en el Reichstag; pero las resoluciones dd Reichstag reputadas imprudentes serin rechazadas, y a menudo I han sido, Estos medios constituyen precauciones’ para limitar l poder del safrasio universal, de la misma manera que la natura Teza se cuida de que los Arboles no crezcan hasta tocar el ci Para nuestra legislacién es bueno que tengamos estas dos cfimaras, y no solo al Reichstag.» i Ba _ | es absolutamente irreconciliable con los pero que tampoco se Je opone ni contradice necesaria- mente (esto depende del méfodo), y es una tendencia politica que, en lo que tiene de politica, escapa al domi- io de la ciencia, No podemos culpar a los hombres de ciencia alemanes de que existiera en Alemania una ten- dencia hacia la constitucién de algo parecido a la Monar- guia de Tula, pues esta tendencia permaneor dentro de la drbita de la politica, Lo que constituye, si, un motivo de censura histériea es que descubramos el intento de jidentificar el principio monarquico que dominé durante yarias décadas a la Alemania influida por el prusianismo, con la idea estimable de una monarquia popular (0 so- cial), Al incurrir en ese error, la mayoria de los teoriza~ dores e historiadores liberales alemanes confunden los ‘suefios con la realidad, En esta confusién reside el defecto ‘orgdnico de todo el liberalismo alemén, que desde 1866 se ha esforzado constantemente por disfrazar este cam- bio (es decir, su lucha. partidaria contra el socialismo, y su renuncia, simulténea y voluntaria, a todo intento por completar la emancipacién politica dela burguesta flemana), con la afirmacién falaz de que con la unifi- cacién de Alemania y el establecimiento del imperio de Jos Hohenzollern, se cumplfan todas 0 casi todas las aspi- raciones de Ia juventud democritica. El principio funda-+ mental de la monarquia moderna (monarqufa hereditaria) rincipios de la democracia, aunque demos.a ésta el sentido mis elistico. El cesarismo sigue siendo democracia, o podrfa al menos reclamar este nombre, cuando se funda sobre la voluntad popular, pero jamas Ia monarquia automitica. E Potlemas resumir el argumento diciendo que en Ia vida} partidaria moderna la aristocracia se complace en pre~ sentarse con apariencia democratica, en tanto que la sus- J tancia de la democracia se impregna de elementos aristo-/ raticos, Por una parte tenemos a una aristocraci con forma democrética, y por la otra 2 la democracia ci contenido aristocritico.. : Ta forma externa democritica que caracteriza la vida de los partidos politicos bien. puede enmascarar —para Jos observadores Superficiales— Ia tendencia hacia Ja aris- focracia, 0, mejor dicho, hacia Ta oligarqufa, que es propia de toda organizacién de partido, Si queremos comprender esta tendencia, el mejor campo de observacién nos lo ofrece la estructura intima de-Jos partidos democrétigl 2. La «justificacién» ética de las luchas sociales y, entre ellos, el: partido socialista y laborista revolued nario, En Jos partidos conservadores, salvo durante it eleceiones, la tendencia hacia Ja oligarquia sé manifiey) con ese vigor espontineo y claridad que corresponde 4 carécter esencialmente oligérquico de esos partidos; también los partidos subversivos por sus propésitos, Partidaria.es.muy valioso y muy decisive en.sus resultadg) Nadie que se haya ocupado seriamente en estudios his- Silo emprendemos en relacién con los partidos revoluciowl trios puede dejar de percibir que todas Jas clases que; ios, pues estos partidos representan’—en lo que agen cualquier circunstancia, aleanzaron el poder se origen y a su programa se refiere— la negacién de jifesforzado ardorosamente por transmitir a sus descen- tendencia, y ademés han nacido sin oposicién. De ej dientes este dominio. politico que lograron adquirir. Lay modo, la aparicién de los fendmenos oligérquicos en q transmisién hereditaria del poder politico: fue siempre! propio seno de los partidos revolucionarios es una prudl| el medio més eficaz de perpetuar un gobierno clasista, terminante de la existencia. de tendencias oligdrquiog fin este terreno se manifiesta el mismo proceso. histé inmanentes en todo tipo de organizacién humana qi rico que dio origen —en el campo de Ja vida sexual— persigue el logro de fines definidos. al orden familiar burgués y a sus aspectos contingentes ‘Ba teorfa, la meta principal de los partidos socialist propios: la indisolubilidad ‘del matrimonio, las penalida- ¥ democriticos es la lucha contra la oligarquia en todd es severas a la mujer adéltera, y el. derecho de primo- sus formas-Surge, por eso, Ia cuestién de cémo hemos dj genitura. En la medida en que podemos extraer concli- explicar el desarrollo de esas mismas tendencias a If siones de los escasos’datos histéricos disponibles, parece gue han declarado la guerra, dentro de esos partidal que la familia borguese debe su génesis a una tendencia Formular una respuesta analitica y libre de prejuici|~innata en el hombre— a transmitir en cnanto aleanza @ esta pregunta constituye una parte importante de Icierto grado de bienestar econémico— cuanto posee, én tarea emprendida por el autor. | |forma de herencia al hijo legitimo, a quien puede co Ex Ja ‘sociedad de hoy, el estado de dependencia qi siderar, con certeza razonable, como propio. Predomina la resulta de las condiciones econémicas y_ sociales, hhagf misma tendencia en.el campo de la politica, donde conser imposible el ideal democrético, Es necesario admitir esi va su vigencia por obra de los instintos peculiares y propios- sin reservas; pero queda otra cuestién: dentro del ordafde la Thumanigad: la nutre vigorosamente un orden eco- social contempordneo, entre los elementos que luchall émico basado sobre Ia propiedad privada de los medios Por desterrar ese orden y reemplazarlo por otro. nuevifde produecion,y el poder politic una a gexisten, pueden existir, © en qué medida, energtas qul ural -y-pelcolooie” Hendan a acercarse ala democracia ideal; a enconttdl mente, como ur objeto dey ‘una salida en esa direccién, o al menos a trabajar pal Kir el Campo politico, come ella como solucién necesaria? patenio. dé-transmitir i 6 ha manifestado sleitipre-en forma intensa a través_de los_tiempos_histéricos, Esta ha sido’ una de las causas principales del Feemplize dp la 'monarcuta elective pot fa monarquia hereditaria/fEl deseo de conservar una “Jposicién adquirida por Ja familia en la sociedad, ha sido siempre tan intenso que —como Gaetano Mosca lo se- 56 A. Causas técnicas y administrativas _fdel liderazgo Introductorio: La necesidad de organizacién }\ ‘8s inconcebible la. democracia sin organizacién; bastarén | pee palabras para demostrar este aseito, ~~ clase que ante los ojos de la sociedad despliega el estandarte de ciertas reivindicaciones definidas, y que “| sspira a la realizacién de un complejo de objetivos idea- ‘Jies derivados de las funciones econdmicas que esa clase desempefia, necesita organizacién. Ya sean econémicas 9 politicas’ esas reivindicaciones, Ia organizacion es el || iico medio para evar. adelant “| iva tar basada sobre el principio del menor es- fuerzo, es decir, sobre Ja mdxima economia posible de | energia,| 12 organizacién es el arma de los débiles en su. lucha contra los fuertes, ‘Las probabilidades de triunfo dependerin del grado en que Ja lucha sea conducida sobre una base de solida: idad_ entre” las~personas -cuyos_ intereses~ son idénticos, For eso al refutar las teorias del anarquismo individua: lista segiin las cuales nada podia agradar tanto a los | gmpleadores como In dispersiin y et desmembramiento |} de las fuerzas de los trabajadores, los socialistas —los ms JJiandticos entre todas los partidarios de la idea de la ‘forganizacién— expusieron un argumento que armoniza ‘bien con los resultados del estudio cientifico de la nate. raleza de los partidos. | Vivimos en una época en la cual la idea de cooperacién festa tan sélidamente establecida que aun los millonarios advierten la necesidad de una accidn comin, Asi es ‘{fécil comprender que la organizacién ha legado a ser : ‘Jun principio vital de Ja clase trabajadora, pues sin ella al tlunfo es. imposble-¢ priont\ Si el tabajador rehisa participar en Ja vida coléctiva de su clase, no tardarin ‘Jen seguir consecuencias desastrosas. En lo que se refiere ‘Ja las condiciones de cultura, econdmicas, isicas y fisio- ‘}légicas, el proletario es el elemento més débil de nuestra ‘voluntad. colec- ~~ seviedad, En realidad, el miembro aisiado de 1a cif, Imposibilidad mecénica y técnica de un ‘rabajadora esta indefenso, en las manos de quienes [74 f rds fuertes econémicamente. Solo mediante tina comgobierno dirécto por parte de’las masas nacién que los eve a constituir un conglomerado @| tructural, los proletarios podrén adquirir Ia facultad d resistencia politica y alcanzar dignidad social. La jortancia y la influencia de la clase trabajadora tamerite proporcionales a su fuerza numérica, Pas tanto la representacién de esa organizacién de fuga .,, numérica como la coordinacién: son indispensables. Fue un demécrata renano, Moritz Rittinghausen, quien principio: de organizacién es condicién absolutamenfjrealizé el primer intento brillante por dar base real a la : fesencial pata la lucha politica de las masas. | Hiegislacién directa por parte del pueblo+ : Sin embargo, este principio de organizacién, politi@lsegim su sistema, toda la poblacién habia de ser divi- mente necesario, aunque conjura la desorganizacién @idida en secciones, de mil habitantes cada una, como lo fuerzas que hubiera favorecido al adversario, trae cOilfuera temporariamente por algunos dias en Prusia du- sigo otro peligro: salimos de: Scila solo para caer @rante las elecciones de los afios 1848 y 1849. Los miem- Caribdis —salimos de las lamas para caer en las bifbros de cada seccién debian reunirse en algin Ingar sas—. En realidad la organizacién es el manantial desi preestablecido —una escuela, la municipalidad u otro donde pasten las corrientes conservadoras’ que riegan Hodificio publico— y elegir un presidente. Todos los ciu- Ianura de la democracia. Circunstancialmente hay inujidadanos debian tener el derecho de la palabra. De esta daciones desastrosas que hacen irreconocible la pradetmanera Ia inteligencia de cada uno estarfa colocada al servicio de la patria. Terminado el debate’ cada cual fegistaria su voto. Ei presidente debja transmitir el re- Jullado al burgomaestre, quien notificarfa a las autor “éades superiores, La vohntad de Ja mayoria habia de ser decisiva, |Ningtin proyecto legislative debla Megar desde arriba. ISI gobiemo no debia tener otra iniciativa que le. de fi “fiar el dia determinado en que todas las sesiones debfan Kebatir un asunto preestablecido. Cuando cierto mimero {fie cludadanos reclamara una ley nueva de cualquier tip, “jo una reforma de Jey, el ministerio correspondiente de- “Jbia_invitar al: pueblo’a ejercer su soberania dentro de Jon lapso establecido, y promulgar por si mismo la ley Re i) Moritz Rittinghausen, , seres «aptos para cabeza de su estado socialista los saint-simonianos querian co- locar a quienes lamaban hommes généraux, que. serian capaces de indicar a cada persona su quantum de tra- Dajo social, habida cuenta de sus aptitudes individusles especiales en esa materia; aqui es obvio que todo de- enderfa de la discrecién de esos superhombres.® Uno de Rs prosélitos més ardientes de Saint-Simon, abogado en- tusiasta de la nouvelle dynastic, obligado a defenderse de la acusacién de que su doctrina abria las puertas al despotismo, no vacilé en declarar que la mayoria de los seres humanos debian obedecer las érdenes de los mejor dotados; afirmaba gue debfan hacerlo no solo por amor 2 Dios, ‘sino también por egofsmo personal y en tiltima instazcia porque el hombre, aun cuando pudiera vivir en el aislamiento, siempre necesitaria alguna forma de apoyo exterior. La necesidad de impartir érdenes, por una parte, y la necesidad de cumplirlas, por la otra, tienen justi. Hicacién metafisica, Esa autoridad solo seria «transfor. macién politica del amor que une a todos los hombres gn Ding. qAcaso preferis la independencia patétien que hoy aisla ‘os sentimientos, las opiniones y los esfuerzos ¥ ne, bajo un nombre pomposo, no es mas que egoismo acompafiado de todos los habitos que engendra?>® El sistema saint-simoniano es autoritario y jerarquico, de cabo.a rabo. Los discipulos de Saint-Simon no se’ sor prendieron ante el cesarismo de Napoledn III: casi todos ellos Io aceptaron con gozo, imaginando que encontrarfan en él principios de socializacién econémica, La escuela de Fourier fue atm més lejos, Con riqueza de detalles que rayaban en la. pedanteria y mostraban mas 4 Tradicido do, Barut, La. Hierarchie, in Religion Saint- Simonienne>, “Recueil et Prédications, Aux bureaux ‘iu’ Globe, Paris, 1832, vol. I, pag. 196, 5 CEuvres de Saint-Simon et Enfantin, vol. XLI, Doctrines Saint= gimoniennes, ‘Exposition par Bozard, Paris: Leroux, 1877, pig. 275. Sim 167 de un rasgo grotesco, Fourier elabord un sistema vasto y _fanktico, ese celo minucioso y autoritario (zéle gouveme- complejo. Hoy no podemos disimular una sonrisa cuando , mental)’ que cree que Puede atreverse a todo con impu- ectdiamos las tablas que traz6 para deseribir su «eran | nidad, y esté siempre dispuesto a justificar sus actos des. quia esférias, que consisia en un millar de grados y Péticos con el pretexto conveniente de huberlos sealion fbarcaba todas las formas posibles de dominio, deste do para bien de la replica y del interés general, Aun 1a sanarquiay hasta la , cada una’ de Jas lt revolucién politica no significa mis que un déplace, guales tenia sus hautes dignités especiales y sus propiss ment de Vautorité.t hautes fonctions." Sorel ha demostrado muy bien que el La tiaica doctrina cientifica que puede enorgullecerse de socialismo de los. dias anteriores a Louis Blane estuyg formular une réplica efectiva a todas las teorlas, ant {ntimamente relacionado con la era napoleénica, de ma £85 0 Ruevas, que afirmaban la necesidad inmanente de nera tal que las utopias de Saint-Simon y de Fourier existencia perenne de la para defender los intereses de quienes consti: nidad.* Los socialistas de la época siguiente, y sobre tods. yen el poder» Es evidente in eat teorla se parece Jos socialistas revolucionarios, aunque no negaban Ia po: mucho a la teorla conservadora de Gaetano’ More sibilidad de un gobierno democtitico de 1a mayorla en Este, partiendo de un estudio de los misma sintomas, de- un futuro lejano, rechazaban rotundamente que ese go- duce en verdad una prognosis similar, pero calla las la- plerno pudiera existir en el momento actual y conereto, | mentaciones y las recriminaciones por un fendmeno que, Bakunin se oponfa a toda participacién de Ja clase tra. @ Ja luz de sus opiniones politicas generales, no solo con- bajadora en las elecciones, Estaba convencido de que en _sidera inevitable, sino realmente ‘ventajoso para la socie- una sociedad donde el pueblo, la masa de los asalariadas, dad. Aristide Briand, en la época en que oes mentee eitd bajo el dominio econémico de una mayaria que cone _sctivo del partido socialista y antes de haber Wegado siste en poseedores, el més libre de los sistemas electo. Primer ministro del «Estado clasistas, llovd. la socibn tales no puede ser sino una ilusién. Quien habla de po: marxista del Estado a sus tiltimos limites, al recomeadee dex, habla de dominio, y todos los dominios presuponen 4 10s obreros que abandonaran las hichas ccontnnne la existencia de una masa dominaden ne in ladas y locales, para no disipar sus energias en huelgas ‘i eff | parciales, y emprendieran unidos un ataque contra al Estado, en Ja forma de une huelga general, pues decla, ‘no puedes herir a la burguesfa con tus armas 4 no ataeag al Estedos.28 _ Cuando la teorfa marxista del Estado se une a la fe en eitvel Sellon, Aacrd dee icp, Tgeal des Hasta ST snergie revolucionaria do la clase trabajadora, y on los 5 Petaio de Georges Soi ji taba de erdinod elite, Seis Cemoeritioes de Ja, socializacién de Jos’ medios tolre des Bourses du Travail, ed, elt, pags. 7 ¥ sigs a £8 Confessions un Récolutionnatré ed. et ed Bt rent ica Zl, tpn Retire Cre Renn i ob ‘ment Socialite, sho IX, n° 193, pg, 385. "20, Laugano: Canont, 1906" pig. 41° 26 aducidp de Balan, Linpie Kngwto-Cermanique ot la Re 194m’, Canon 1900, ni. la Révolution, Dis ‘olution Sociale, . elt, vol. Il, pag, 138. lone TOD nic i Genealet la Récoltion. Dzcueo 168 +169 de produccién, leva Idgicamente a la idea de un nuevo orden social que parecia utépico a la escuela de Mosca, De acuerdo con los marxistas, el modo capitalista de pro- duccién transforma a la gran mayorfa de la poblacién en proletarios, y asi cava su propia fosa, En cuanto ak cance la madurez, el proletariado tomard el poder poll. tico y transformard inmediatamente la propiedad privada en propiedad estatal. «De esta manera se eliminard a si mismo, pues pondrd fin a todas las diferencias so iales y, en consecuencia, a todos los antagonismos de clase, En otras palabras, el proletariado anularé al Estado en Jo que tiene de Estado. La sociedad capitalista, dividida en clases, tiene necesidad del Estado como organizacién de la clase gobernante, cuyo propésito es mantener el sistema capitalista de produccién en su propio interés ¥ para realizar la explotacién permanente del proleta riado, Por consiguiente, poner fin al Estado es sinénimo de poner fin a la existencia de la clase dominante.»* Pero Ja nueva sociedad colectivista, 1a sociedad sin clases, que se levantard sobre las ruinas del antiguo Estado, también necesitaré elementos electivos. Cabe decir que con la adopcién de las leyes preventivas formuladas por Rous seau en. Le: conirat social, y reproducidas después por Jos revolucfonarios franceses en la Déclaration des Droits de THomme, sobre todo Ja aplicacién estricta del principio segin el cual tofas las funciones tendrin eal Thcter revocable, la actividad de esos representantes po dra estar limitada dentro de mérgenes rigurosos:6 Np es menos cierto que la riqueza social no puede ser ade ministrada en forma satisfactoria sino mediante la crea: cién de una burocracia numerosa, Todo esto nos conduce, por una légica inevitable, a la negacién categérica de lz posibilidad de un Estado sin clases. ¥ La administracién de un capital inmensamente grande, 14 Friedrich Engels, Die Entwickhing des Sozialismus von der topo gur Wisenschfe, Berlin: Bacthandlang Vora, 4 el, 1361 "pae 40. IB Mughts ereyeron con Hobson («Boodle and Gant», of cit, ngs B87 y 500) que el estado soctalista requetie un ntimero major dl deres, incluso lUderes politicas, que ningiin otto Estado que haya ‘sto iia shore, Bemsttt'dacla quo. organo anise Shuve do a suede sraalata durente Gucke Geto dike ana ooo del del fxtado exstente (Eduard Bemsten, Zur Caschichte. 4, ed. cit., pag. 212). 170 sobre todo cuando este capital es de propiedad colectiva, da, a los administradores una influencia al menos igual a la que tenian los poseedores privados del capital. En consecuencia, las criticas anticipadas del orden social marxista se preguntan si el instinto que hoy leva a los miembros de las clases pudientes a transmitir a sus hijos fas riquezas que ellos (Jos padres) han amasado, no exis. tirfa también entre los administradores de la riqueza pie blica del Estado socialista, y si esos administradores"no -utilizarian su inmensa influencia para asegurar que sus hijos hereden las funciones por ellos desempeiiadas. La constitucién de la nueva minorfa dominante, ademés, sstaria especialmente facilitada por la forma’ en due, segtin la concepcién marxista de la revolucién, ha de realizarse la transformacién social. Marx sostiene que el perfodo entre la destruecién de la sociedad capitalista y el estzblecimiento de la sociedad comunista estaria ct bierto por un periodo de transicién revolucionaria en el campo econdmico, al que corresponderia un periodo de transicién politica, «cuando el Estado no pudiera ser sino Ja dictadura revolicionaria del proletariado>.*® Para enun- ‘lar esto con menos eufemismos, la dictadura estard en- tonces en manos de aquellos Iideres lo bastante astutos | y poderosos como para apoderarse del cetro del dominio |x nombre del socialismo, arrebaténdolo de las manos de ‘la moribunda sociedad burguesa. | También el programa m{nimo del partido republicano de Mazzini prefiguré una dictadura revolucionaria, y esto llevé a Ta ruptura entre Ja joven Italia y los elementos socialistas de los carbonarios. Filippo Buonarroti, el flo- rentino, amigo y bidgrafo de Gracchus Babeuf, hombre “que desempeiié un papel heroico en la Revolucién Fran- cesa ™” y tuvo oportunidad de observar, al mismo tiempo, ila forma que los revolucionarios victoriosos conser- vaban la desigualdad y procuraban fandar una nueva aristocracia, resistié con todas sus fuerzas el plan de con- entrar el poder de los carbonarios en las manos de un solo individuo, Entre las razones teéricas que adujo con- 16 Karl Mers, «Randglosson zum Programm der deutschen Arbel- teroartels, Waffenkammen des Sostainmus, 10° voh. semestal, Fee oe A ee ee an dads mn 17 Fiippe Buonarroti, Conspration pour Ugalité, dts de Babevf, Bruselas, 1828. Cf. esp. pig. 48. * vidual one eagetom, 12 principal fue que Ja dictadun’ y tengtbles que hoy extsten y acta abiertamente, me- individeal era solo. ie etapa an a marcha hacla Ia mo: diante una ol igarquia demagégica clandestina, que per- narquia. Contra, Mazzini y sus amigos Buonarroti obje | siga sus metas bajo v 5 : taba que todos los cambios politicos que aquéllos procu La doctrina econémica marxista y la filosofia sharxista. de xaban, tenfan un cardeter puramente formal, solo perse: la historia no pueden dejar de ehercor ose Bran atraceién guian la satisfaccién de sus necesidades Persouales y; por sobre los pensadores; pero los defectos del maninne ve sobre todo, adauriry ejercer una autocidad sin restiecis evidentes en cuanto, dntramos af tooo ee dela Ido que cneantee a econamot se opnso al alzamiento ait administracién y la ley publica (tant p ene a los Jado que organizé Mazzini en 1833, y emitié un decreto se _errores en el campo psicolégico y aun en esferas més-ele- ereto por el cual prohibla a sus carreras ieee cat mentales). Dondequiera que la teoria socialista ha pro. Donatos gue prestaran ayuda a los insurgentes, cujo curado dar garantie ¢ la Woaved personal, o se ha extra- decia no puede ajar de dar srigon @ Ja ctea- Vlado en lo nebuloso del anarquismo idividualista, » ha £18, de uma nueva aristocracia ambiciosa. «La repéblia formulado:propuestss aug (indudablemente contradicto- ‘Meal de Mazzini —eseribié difiere de la monarquia 10 as con. las tntencionsy nee sus autores) no de fernrande eheciene, an2 minima dignidad y un méxito podian dojar de esclavizat al inliideo's Ie He de jerarquia electiva.»!® : 1, 2ul an efemplo: para lograr que la literatura de la oe Fre Pcs flferencia entre Ie dictadura individual y la ciedad socialite be clevacie moral, y para excluir a dicladura de un grupo de oligaicas an i Tere Prgrttodos los libros licenclosos, August Bebel seupuse Gilles Pricticos. se rotiere, Hoy vemos quo el concept fe designacién de une cnsenage as expertos que decidiera Getadura es la ankitess del concepto demooracia. Hl ise ' cusles cosas podian y eau neeg oe podian ser impre- Sent e acer que la dictadura srva alos fines de laderio: sas. A fin de obviar todo wetior te injusticia y asegurar cone roeaie mvalonte al esfuerzo por utilizar la guetra Ja libertad de pensamienie none resin, Bebel agre- coarlece ea dias icionte para Ia defensa de Ja pa @ | gaba quo cada’ autor det neecy oP derecho de apelar gmplear el alcohol en la lucha contra el alooholismoat | ante le colestvideere oor innecesario sefialar lo imprac- quis Bppbable sae el grupo social que haya com tieable de este propdsite eseno en que los libros quistado el control de los instrumentos del poder colee> sobre los que se Flav esi apelacién, por voluminosos que ca finda, todo Jo que esté a su alcance para conservat fueran, doblan et ine ect y_distribuidos al. piblico‘en ese dominio. Teofrasto advirtié hace mucho tiempo ie, SeHeral, con el objeto de que éste decidiora jsf eran o sat Jos deseos més intensos de los hombres llegados al lide Spton past ven diene razgo en estados de gobierno popular, no eran tanto el problema del socialismo no° es solo un problema adquirir riqueza personal como el establecimiento pa» econdicer Bad ence palabras, el socialismo no a jating dest propia soberania a expensas de la soberatla Simplemente dette qué medida es posible ren. Peer ei eligro es inminente a menos que la rev; lizar una distibecine yeeta riqueza que sea al mismo Ficién social Remplace a Tas dies Woes, visibles | tiempo justa y econémicamente productive, 1 ue _,.__lsmo es también um problems me ediministracién: un gree 38 Giséenpe Romano Catania, Filippo Buonarroti, 2 ed., Palemo; —blema de democracia: y esto no solo en las esferas teen ee ee a eee ee ile ICA y administrativa, ‘sino también en la esfer le ta (ea Bon Genter mnmente el sugio dol marquds Pos, de Schl Psicologia, El problema individualista resulta el mas diff, ‘pow de libeacin: oa auto del dlce abate Plene (on Rome ail de todos, en ese gomple. de cuestiones que elo. mere uilizar a la Tglesia como una cialistto procura resol id, quien bus- lege Sides Tito t seen soo ss al Prowura resolver, Rudolf Goldscheid, quien bus Bering Gruneu, 1896, pag. 52). _ al A. Bebel, Die Frau und der Sosialis ed, Stattgart: 20 Labruyére, Caractares, ed. cit, pig, 28, W. Bite Nace eager ey seetaliomas, 34° od, Seattgart: J. H. 172 178 Feta renmcimlento del movimiento, socialista mediante Desde el punto de vista social es una mézcla de clases, el fortalecimiento de sus elementos més enérgicos, adviet compuesta de elementos que cumplen diversas Fencees te con mucho acierto, hacia el peligro gue enfrenta el $0! en. a procesu econdmico; pero puesto que el programa fialismo, por brillante que sea su resolucién de los pro: tiene tin origen clasista, el partido adquiere ube coon blemas de Ja organizacién econdmica. Si el socialism sible unidad sodial, Todo. sccialista en eestor tal, cual- aie Ce estudiar el problema de los derechos im= quiera sea su. posicién econémica on la vida privada, Gividuales, ¢l conocimiento individual y la voluntad ia. admite en teorfa 1a preeminencia absolita ‘de una gare dividual, habré de naufragar, por su comprension dele clase: el proletariado. Aquellos afiliados al partido que Huo, del significado de Ia libertad para Ja ulterior evo: no son proletarios,y los que solo son proletarine parciatos, elon de muestra especie: sufrir un derrumbe no menos “adoptan los ‘puntos do vista de la slase trabajadora, dlesastroso que el de Jas primeras concepeiones de refoi= reconocen que esta clase predomina» 2 Cabe poscigonc, ma mundial: cegadas por el esplendor de su visidn, éstas _ theitamento” que aquellos miembros de un partido que ignoraron las fuentes Juminosas individuales que se com | no pertenecen a la clase que ese partido representa, re- Dinan para producirlo,? nunciarén a sus intereses personales cuando éstos cho- El joven partido laborista alemén atin no habia lograde quen oon los intereses dle lavclese letaria. En principio, | desprenderse de Ja democracia burguesa, nia cosin de fos elementos heterogencos se subordian dae fe cee cruentas luchas, cuando uno de sus més sinceros amigos de una clase a la que ellos no pertenecen, Hasta aqui, la Ilamé Ja atencién hacia ciertos peligros urgentes. En una teoria, En la préctica, la aceptacién del programa no es | carta abierta a la comisién de Leipzig de la Allgemeine suficiente para abolir el conflicto de intereses entre el ca- Deutscher Arbeiterverein, Rodbertus escribe: «Os estlis pital y el trabajo, Entre los miembros que pertenesen a apartando de un partido politico porque, como suponéis strates sociales mas altos, afiliados a la organizacién po- { con razén, este partido politico no representa en forma itica de la clase trabajadora, habré algunos que querrén sdecuada vuestros intereses sociales; pero hacéis esto pata saber, cuando llegue la ocasién, cémo sacrificatse, que fundar tn nuevo partido politico. ;Guién os dard garam. | serén capaces de despojarse de la clase, La mayorla de | tias contra el peligro de que en este nuevo partido los esas personas, no obstante, a pesar de su comunién ex- t adversarios de vuestra clase (die anti-sozialen Elemente) terior de ideas con el proletariado, continuard cultivando f conguisten algiin dia el cetro?s** En esta observacién intereses econémicos opuestos a los de éste. Hay, en k Rodbertus toca Ja esencia misma del partido politico. Ua realidad, un conflicto de intereses, y la decision neste f nilisis de Jos clementos que enttan en la composicién * conflicts estard determinada por la relacion do los inte. | Seamer demostrard la justicia perfecta de su er reses respectivos con las necesidades principales dela tica. Un partido no es una unidad social ni una unidad vida, En consecuencia, no es imposible que pueda sur econémica: esté basado sobre su programa; en teorfay gir un conflicto econémico entre los miembros burgueses ae, Brogama puede ser la expresién de los intereses y los miembros proletarios del partido, ya medida que de una clase particular. En la practica, no obstante, o1 ' este conflicto se extienda culminard en disensiones po- quiera puede afiliarse a un partido, coincidan o no Iiticas. Los antagonismos econémicos estorban a la su- intereses. con los principios enunciados en el progra: perestructura ideol6gica, El programa se transforma en ma partidario, El partido socialista, por ejemplo, es letra muerta, y bajo el estandarte del «socialismos, y en el representante ideolégico del proletariado. Esto, sin el seno del partido, se desencadena wma verdadera Iticha embargo, no lo transforma en un organismo de clase, de clates: Sabemos por experiencia que en su conducta | hacia otras personas en sus ocupaciones, los socialistas 29 Rudolf Goldscheld, Grandin au eter Keke WMenstoy ‘E Yiena y Letpaig: W. Braumiller, 1905; tee. 13, | 4 Eduard Bernstein, o «politica, y que si bien los clementos de la clase gobernante estén Sujetos_a una renovacién parcial freouente, constituyen, sin embargo, el tinico factor de eficacia perdurable en la historia del desarrollo humano.. Segin esta _perspec- |tiva el gobierno, 0 mejor dicho el Estado, no puede ser sino Ja organizacién de una minorfa. El propésito de es- a minorfa es imponer al resto de la sociedad un (Steffen, Die Demo. kratie in England, Jena: Diederichs, 1011, pég. 59). wr cesidad de someterse al dominio de una pequeia a una condicién de tutela permanente, y deben at 2 constituir el pedestal de una oligarquia, El principio de que une clase dominante sucede in aan ‘ i la ley deducida de ae prineipic segiin la cual esa oli juia es, por asf decirlo, una forma preordenada de la vida tomén'de ends conglomerads sociales), lejos de chocar con la concepeién materialis de Ja historia © reemplazarla, completa esa concepel ¥ Js refuorza, No hay contradiccién esencial entre la doc- trina de que la historia es el registro de una serie cont nua de luchas de clases, y la doctrina de que las h de clases invariablemente culminan en la si consideramos, por supuesto, din Vamente a esas fuerzas, ~ El socialista ruso Alexandre Herzen, cuyo mejor titulo | Permanente de significacién aparoce’en al intords poy légico de sus escritos, declara que desde el dia en que el ed se oe cécnplice de Ja propiedad y su vida una lucha continua por ef dinero, los grupos polltices de rondo burgués sufrieron una divisiin tm dos capper Jos propi » que conservan tenazmente sus millones, y los desposeldos, que serfan felices sf pudieran demae @ aquéllos, pero que carecen de poder para hacerlo’ Ay le evoluién istrica representa simplemente und sede ininterrumpida de oposiciones (en ef sentido parlanwe tario de este término), «que tea al ‘poded ung tras: otra, y pasan de la estera de la envidia a'la esfera dele avaricias 26 2 De esta manera la revolucién social no produciria cambio real alguno en Ja estructura interna de la mace Paolo triunfar los socialistas, pero no el socialismo, cue my cer4 en el momento en que sus adherentes ‘triunfen. Bs. 26 Alexands Buck, Berl Herzen, Erinnerungen, traduccién elemans de Otto + Wlegundt u, Grlaben, 100%, val I hier sgt) Oe 178 _ eludir Ja corupeién que tamos tentados de hablar de este proceso como una tragicomedia donde las masas se conforman con dedicar las sus energias a lograr 1m cambio de amos. A los obreros solo les queda el honor «de participar en el re- clutamiento del gobierno».*" El resultado parece bastan te malo, especialmente si tomamos en consideracién el hecho patcolégico de que aun el més puro de les ides. listas que llega al poder afios, es incapaz de ejercicio del poder lleva con- sigo. En Francia, en circulos de Ja clase trabajadora, la frase es corriente: homme élu, homme foutu, La revolucion social, como la revolucién politica, es equivalente a una oposicién mediante la cual, como lo expresa el proverbio italiano: Si cambia il maestro di cappella, ma la musica & sempre quella,2 Fourier define la sociedad modema como un mecanismo donde prevalece la licencia individual més extrema, sin dar nisiguna garantfa al individuo contra la surpacién de Ja masa, 0 a la masa contra la usurpacién del indi- viduo# La historia parece ensefiarnos que ningtin mo- vimiento popular, por enérgico y vigoroso que sea, puede producir cambios profundos y permanentes en el orga- nismo social del mundo civilizado, Los elementos pre- ponderantes del movimiento, los hombres que lo condu- con y Jo alimentan, terminan por experimentar un distan- clamitento gradual ‘de las masas, y son atraidos hacia la érbita de ta «clase politicas. Quizks aporten a esta clase clerto nimero de «ideas nuevas», pero también la dotan de mayor energia creadora y la enriquecen de inteligencia prictica, con fo cual dan a la clase gobernante una ju- ventud siempre renovada. La «clase politica» (para se- guir empleando la adecuada frase de Mosca) tiene sin duda un sentido muy afinado de sus postbilidades y de sus medios de defensa. Desplioga una notable fuerza de atraccién y una capacidad potente de absorcién; es raro que ésta no ejerza influencia aun sobre el mAs hostil © itreconciliable de sus adversarios. Desde el punto de vista histérico, los antirroménticos tienen mucha razén 27 Félicien Challaye, Syndicalisme réooluttonnaire et Syndicalisme réformiste, Paris: Alean, 1909, pag. 16. 28 Cambia el director,’ pero le misica es Ia misma. 29 Charles Fourier, De Fanarchie industrielle et scientifique, Paxis: ‘Libr. Phalanst., 1847, pag. 40, 179 eee cuando resumen su escepticismo en términos tan edus: icos como éstos: predomina moral y efectivamente sobre el concepto de «clas, en tanto que los diltimos consideran que econ. cepto y la realidad de la enaciéns estin subordinados al concepto de «clase». En verdad, los marxistas crefan:que Ja conciencia de clase estaba impresa sobre la mentalidad del proletariado imbuido de teorias socialistas. La guerra desbaraté esta teorfa con un tinico y terrible golpe. El partido socialista alemSn, al sector més fuerte, més rico y mejor organizado de la Internacional de la clase traba- jadora, espiritu rector durante los dltimos treinta afios de esa Internacional, repentina y enfaticamente declara su 181 4. Consideraciones finales A prendre le terme dans la rigueur de Tacception il na jamais existé de veritable democratic, et il n’en existe. ra jamais, Il est contre Lordre naturel que le grand nombre. gouverne, et que le petit soit gouverné,— J. J, Rovsseav, El contrato social. : El liderazgo es un fen6meno necesario en toda forma de vida social, En consecuencia, no es tarea cientifica in- uiir si este fenémeno es bueno 0 malo, o més bien huena que malo. Pero tiene gran valor cienifico demostrar que thdo sitea de Niderngo es incompatible con los ws tulados mis esenciales de la democracla, Hoy saberos que la ley de la necesidad histérica de la oligaraula «0 Basa fundamentalmente sobre una sexle de. kechos et erimentados. Como todas las ottas leyes.clentifias, las Keyes soctoldgies provienea de obseraclones euiiess No obstante, para privar @ nuestro axioma de su cardster uramente descriptivo, y para conferile ese status de explicacién analitiea que puede transformar una férmul en una ley, no basta contemplar aquellos fenémenos qu pueden ser empiricamente establecidos con una porspes. fiva unitariay también debemos estudiar las caus de terminantes de esos fenémenos: ésa ha sido nuestra tarea, Ahora bien, sf dejamos de lado la tendencia de los lideres 4 organizarse y a consolidar sus intereses, como as! tambien la gratitud de Jos conducidos hacia sus conductores Ja inmovilidad 'y" pasividad general de las ‘masas, lle gamos a la conzlusién de que la causa principal de la oligarquia en los partidos democréticos habri Ge encom: trarse en la indispensabilidad téenica del liderargo. EL proceso que comenz® como consecuencia de Is diferen ciacién de funciones dentro del partido se completa con an complejo de cualidades adquirides por fo lderes a] desprenderse de fa masa, Jen un principlo los lideres sur 188 gen EsvontANEAMENTs; sus funciones son AOCESORIAS y crarorras. Pronto, sin embargo, se hacen lideres PROFESIO- NALS, y en esta segunda etapa del desarrollo son ESTABLES 2 INAMOVIBLES. Esto significa que la explicacién del fendmeno olighr- quico que ast ocurre es en parte Psicordcica; la oligar- quia proviene de las transformaciones psiquicas que las personalidades directoras del partido experimentan en el curso de sus vidas; pero la oligarqu‘a depende en mayor medida atin de lo que podriamos Hamar psicoLocta PROPIA DE LA ORcANIZAGION, es decir, de las necesidades tacticas y téonicas que resultan de la consolidacién de todo conglo- merado politico disciplinado. Reducida a su expresin més concisa, la ley sociolégica fundamental de los partidos politicos (el término «politicos toma aqui el significado tis amplio) es formulable en los siguicntes terminos:

También podría gustarte