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‘TERCERA PARTE El arca de las falacias 1, Introducci¢n, Th, Diccionario de falecias. I Introducci6n Los diversos modos de discurrir mal que se llaman sofismas, sofisterias o falacias En pits gute como et me sabe maiaaee eS =. Los argumentos sirven, como sabemos, para sostener la verdad (verosimilitud, conveniencia) de una conclusion. Con “feeuencia, sin embargo, los construimos mal, con lo que su fnalidad no se alcanza. También con frecuencia, empleamos -agumentos aparentes con el fin de engafiar, distraer al adver- rio 0 descalificarlo, A todas las formas de argumentaci6n’ “cue encierran errores o persiguen fines espurios, los llamamos fhcas El termino procede del latin jullaia, que significa en- nfo, y lo empleamos como sin6nimo de sofisma, palabra que ‘cafaron los griegos para designar el argumento engaiioso. 4 Ya se ve que fa terminologia es imprecisa porque mezcla A) exons de razonamiento (por ejemplo, una generalizacién 41 presipitada), con maniobras extra-argumentales (por ejemplo, =) in ctaque personal), e incluye también los falsos argumen- 4 os que se emplean con la intencin de engafar o desviar la encion (por ejemplo, la falacia ad ignorantiam, la pista [ flsa 0'las apelaciones emocionates). ‘Todos tienen una cosa _@ieomén: adoptan la apariencia de un argumento e inducen “4 wxptaruna proposicién que no esté debidamente jus fa. Unas veces nos engafia nuestro juicio y otras las.ma- jas de nuesizo interlocutor, |] gecorromano: son tantas y con parentescos tan embrollados 214 Ricardo Garefa Damborenea que cualquier intento de clasificacién resulta indtil, Desde que Aristoteles redactara sus Refutaciones Sofisticas hast: hoy, no han aparecido dos libros sobre esta materia que-te cogieran el mismo ordenamiento, Es mucho més fécil cas. ficar insectos porque plantean menos problemas concepts les y estén mejor definidos. Los fallos argumentales, por #4 contrario, son escurridizos y ubjcuos: un mismo error pied fe constituir varios sofismas a la vez. Aqui no vamos ni siguies: | a esbozar una clasificacién. Nos limitaremos a exponer lat B falacias més frecuentes en orden alfabético para facilitar 39 consulta. DE DONDE PROCEDEN NUESTROS ESCASOS FRRORES, 'Y LOS INFINITOS DE LOS OPONENTES Las falacias con que tropezamos habitualmente se puede atribuir a cuatro fuentes 0 tipos de error, de los que deriva todas: ‘Abandonar le racionalidad Eludir la cuestion en ltigio. No respaldar lo que se afirma. Olvidos y confusiones. 1. El abandono de Ia racionalidad Se produce de varias maneras: — Cuando nos negamos a escuchar argumentos que pk 4 dieran obligaros a modificar una opinién que es mamos irrenunciable, es decir, cuando no’estamos d puestos a ser convencidos. Asi ocurre, por ejemplo, la Falacia ad Baculum y en la Falacia ad Verecundi — Cuando disfrazamos la realidad mediante términos biguos, preguntas multiples. — Cuando tomamos la exigencia de prueba como ink cuestion personal y respondemos. desviando lace tién con ataques personales pistas falsas. i i El arca de las falacias 215 2, No discutir Ja cuestién en litigio = Lo més importante en cualquier discusién es saber de qué se discute. Son muy frecuentes los errores motivados porque se abandona (o permitimos que se abandone) la cues- én, para introducir otro debate, Cuando esto sucede deci- jos que se incurre en una falacia de eludir Ia cuestion. Se fteta de una maniobra que caracteriza los ataques persona- les la falacia casufstica, la pista falsa y las apelaciones emo- jonales. No respaldar Jo que se afirma Quien sostiene una afirmacién contrae dos obligaciones: cludir la carga de la prueba y aportar razones suficientes, = Se incurre en argumentaci6n falaz tanto cuando no se sos- fine lo que se afirma (falacias del non sequitur, la afirma- tion gratuita, 0 la peticién de principio), como cuando se “traslada la carga de la prueba, que es el caso de la falacia ad-ignorantiar t Olvidos y confusiones ‘Aqui se agrupan los'fallos propiamente logicos, aque- ‘los en que olvidamos alternativas o confundimos concep- = os. Si un jugador de ajedrez responde siempre con el pri- | mer movimiento que le viene a la cabeza, cometerd erro- “ies sin nimero por olvido de alternativas. Del mismo “tnodo, si confunde un gambito con el enroque, tampoco Megara muy lejos. “El olvido de alternativas es una falacia madre y se da con “muchisima frecuencia, por ejemplo en las generalizaciones y isyunciones. ‘La confusion de conceptos es otra falacia madre y de- | iva de nuestros errores al diferenciar ideas como esencia | yaccidente, regla y excepci6n, todo y parte, absoluto y re- “Taiivo, continuo y edmbio, de lo que surgen las falacias del “ accidente, del secundum quid, de composicién, y. del con- ‘finwurn S 216 st ATAQUESRE ee Nos pasa con los sofismas lo que con los juegos de ms nos: aunque sabemos que hay un truco no podemos expli- carlo. Cada sofisma, como veremos, requiere una respuesta peculiar, pero se pueden sefialar algunas sugerencias gene- rales, z 1. La mejor forma de combatir un mal argumento es de- jar que se hunda solo. Para ello lo mas sencillo es recons- truitlo en su forma esténdar, con lo que sobresaldran sus con- tradicciones o sus carencias. 2. Lo peor que se puede Hacer es emplear la palabra fa- lecia 0 agitar latinajos. A nadie le gusta que le acusen de fa- Jaz, Es un término cuasi insultante que tal vez suscite algiin arrepentimiento contrito pero que, generalmenie, provoca un contraataque feroz ¢ irracional que puede hundir el debate. Existen vias més sutiles para informer a los contrincantes de’ que han resbalado en su razonamiento, No merece la. pena malgastar tiempo en una descripcién ‘técnica del error que, como los latines, no entendera nadie, Es mejor limitarse sefialar el fallo en las premises, la conclusion o la inferencia,. 3. Siempre son muy eficaces los ejemplos, espécialmente cuando son absurdos. Aqui hemos procurado facilitar una. abundantisima municién que se puede utilizar como estiro inspirarse en ella para fabricar otros. 4, Con mucha frecuencia, un mismo error puede ser cle sificado en diversos modelos de falacias. Determinado ataque | personal, por ejemplo, pudiera considerarse como falacia ad hominem, ad consecuentiam, ad verecundiam, ad populum, ~ pista falsa, sofisma patético 0 apelaci6n al fu quoque. No tere dria sentido enumerarlas. Lo mas eficaz, es limitarse a de nunciar aquella que parezca mas flagrante, esto es, més com: prensible para la audiencia, : No recogemos todos los errores imaginables sino los que; por su frecuencia, han recibido un nombre, a veces en la tin (prueba de su abolengo). No es preciso que uno se‘los. El area de las falacias 217 aprenda, Lo importante es diferenciar los errores, aunque hemos de reconocer que las etiquetas ayudan a distinguir, comprender y, sobre todo,-a conservar la memoria de las sons, ‘Tampoco hemos incluido’ aquellas falacias que corres- _ ponden a formas-especificas de argumentar, como son: Antecedente y Consecuente. Falsa Analogia. Falsa Disyuncién (Falsa enumeracion, Falso dilema), Falsa Causa, Falsa Autoridad, Todas estas falacias aparecerén en un volumen aparte que hemos dedicado a las principales variedades argumen- fakes, su fuerza, sus requisitos, sus limitaciones, y, claro esid, sus errores, IL Diccionario de falacias A _-ACCIDENTE, Falacia del. Se comete al confundir la = esencia con el accidente, lo sustancial con lo ad- jetivo, Incurre en ella, por ejemplo, quien juzga por las apariencias. ‘MEFISTOFELES.—Cala sobre tu cabeza una peluca de miles de bucles, ealza tus pies con cotur- nos de una vara de alto, que no por ello de- jards de ser lo que eres. Como es sabido, el hdbito no hace al monje y aunque la mona se vista de seda... Todo esto viene a.decir lo mismo: que las cosas tienen esencia y ac- Eseneia es la sustancia de una cosa, lo que no se puede suprimir sin alterar el concepto; lo inherente, lo necesatio, y también lo universal, porque es en lo que coinciden todos los individuos del mismo género. Un triéngulo es, esencialmente, un poligono de tres la- dos. Como todos los conceptos, presenta un aire abs- iracto, fantasmel e invisible hasta que se reviste de ac- identes: trigngulo de tiza, de bronce, de flores, azul | o-verde, tieso 0 tumbado, isésceles 0 escaleno. Puede [> adoptar muchas presencias accidentales, pero lo co- “min, lo inseparable, lo que'se predica de todas es su ‘esencia: un poligono de tres lados. Percibimos las co- "as por sus accidentes y es preciso desnudarlas para © conocerlas, para descubrir su meollo, aquello que per- a & acct 220 AccI Ricardo Garcia Damborenea Diccionario de falacias _ se cometen al generalizar a partir de los accidentes de las-cosas, lo que ocurre con més facilidad cuando los datos son insuficientes: Todos los espatioles bai- |: lan flamenco. No es preciso bailar flamenco para set espafiol, Estamos ante un cardcter accidental, que Jo que particulariza las cosas, lo aiiadido, lo sobre}. puede darse y puede no darse. Si juzgo todas las tu- venido. El accidente puede faltar,’no es necesario’ «J: - berculosis segtin los accidentes que Ja caracterizan en para el concepto; es cohtingente, yuxtapuesto. Como |) mi bisabuelo, construiré una falsa generalizacién que ‘ocurre con los triangulos, Jas notas variables de los 3 20 comprendera la mayoria de las tuberculosis que individuos de una misma especie son accidentales. | tondan el planeta, Si considero esencial que Homero La Falacia del accidente se comete al tomar una J. fuera poeta, podré afirmar que todos los hombres son propiedad accidental como esencial, lo que conduce | poetas. : a etrores al generalizar, y al definir: un tridngulo «| - Extraer conclusiones a partir de cosas gue s6lo un poligono verde, Atribuimos como esencial a to |) son ciertas accidentalmente, es lo que hacen tantas dos los individuos de una especie una cualidad que | personas que generalizan a determinadas profesiones s6lo conviene accidentalmente a algunos de ellos. (jueves, policias, periodistas) el abuso en que puedan haber incurrido algunos de sus miembros: manece bajo los cambios de apariencia: 1a sustancia, esto es, Jo que sostiene los accidentes (del latin sube tare = estar debajo). Accidente (del latin accidere = sobrevenir a) es Platén era filésofo, peto no por sus facil des dialécticas, como Hipécrates era médico, pero no por su elocuencia. También yo puedo ser Issofo y cojo al mismo tiempo, y'sin embargo, 0. hhabiais de imitarme en la cojera para ser fils fos (Eefcret0). ‘Todos los jueces estin comprados. Los politicos son uinos golfos 4. Olvidan que lo mismo puede argumentarse sobre 1) 6s cuchillos de cocina, los medicamentos 0 Ia liber- "td de prensa. El abuso no es argumento contra el aso. Es la falacia del que juzga la feria, no por lo La definicién por los accidentes traiciona el con 4 stancial, sino segim le va en ella, cepto, como ocurre cuando se define la democtacis por la educacion y la seguridad social. Si defini mos las aves como vertebrados que vuslan, no serian aves ni los pingiiinos ni el Pato Donald, pero podrian serlo Dumbo y los murciélagos. 4 — {Qué mayor prueba de que nada aprovecha la filosofia que el que algunos filésofos vivan tor- pemente? —No es eso prueba alguna; pues, como los campos, no todos los que se cultivar son fért Si hubiera_que juzgar a los filésofos pot si a barba, lo més jsto seta poner a la cabeza deo: fon ba techie cae 5 ‘Véase, también, Falacia del secundum quid, Fs.una falacia muy préxima a la Generalizacién i I. oria de las Falacias del accidenie: a Precipitada, La may eH | AFIRMACION GRATUITA, Felacia de la, Como su “> nombre indica, se comete cuando no se da razon 25 _de-las propias afirmaciones. Abunda mas que la 155 Luciano, El eunuco. En esta divertida historia, Luciano’ pit: nea con ln devvaconca gentle que eueta tia opesede = wiedee en Als lene no Hene miomiro eles preciso el miiembro para filosofar? etn, Tusoulanas, HI, 5. 224 acct AFI AM Diccionario de falacias ‘Toda persona que ocasiona una herida a otra es un delincuente, = “Todo cirujano ocasiona heridas a ottas personas. Luego todo cirujano es un delincuente. hierba en Asturias. Cualquier conversacién est plagada de juicios inconsistentes sin otro apoyo que el énfasis con que se enuncian, No sélo tienen derechos los seres hut Los, perros también los tienen, Confunde Ja accién de matar o hacer daio y la ‘ntervencion quirdrgica efectuada con el propésito, | © ewteramente opuesto, de lograr la curacién de un en- = {ermo y salvarle Ia vida. Con el mismo fundamento ‘dria acusarse de canibal a quien se come un brazo de gitano. Idéntica falacia comete quien confunde responsa- bilidad penal y responsabilidad politica 0, responsa- jlidad politica con sentido de la responsabilidad: no Se emplea menos donde cabe el riesgo real de set: dimito por responsabilidad. Bajo el amparo de esta replicado con dureza, como ocurre en Ta vida paris. ff falacia se producen paradojas: personas que han di- mentaria, pero es muy frecuente donde no exis il 1 mitido de su cargo porque no eran dignas de la con- riesgo, como sucede en la prensa escrita, muy espe fianza (pablica), han recibido otro cargo porque eran cialmente en los editoriales y en las columnas de op: “E° dignas de la confianza (del gobierno). ni6n y, por encima de todo, en las tertulias radiolé: © nicas. Caracteriza la propaganda y la publicided, ef cuyos mensajes importa més la sugestion que las 1 ones. {Qué razones se aportan en apoyo de afirmat tan sorprendente? Ninguna. ‘ Bentham Hamé a este sofisma Ipsedixitismo (dd latin ipse: él mismo, y dixit: dijo), que equiva a nuestra expresién: lo ‘dijo Blas, punto redondo. 8. puede inoluir con todo mérito entre las falacias de clusion de la carga de Ia prueba (véase). | —2Cémo afirma usted que sea cierto que sus latas de conserva llevan mitad de liebre y mitad de caballo? —Porque es verdad, sefior juez. Yo siempre Vamos a ver de qué tata este sseio qui ‘mezclo una liebre y un caballo. certera y duramente he criticado (MINGoTE). 20ué significa mitad y mitad? Para evitar (0 com- batir) esta ambigiiedad seméntica se requiere preci- _ sar el significado de cada uno de los términos de las + premisas y asegurarse de que no varian a lo largo de ia inferencia, __ Las conversaciones cotidianas abundan también :n construcciones gramaticales equfvocas que dan lu- gar a malentendidos por ambigtiedad sintéctica, como sucede en las siguientes: AMBIGUEDAD, Falacia de. Se produce cuando a= tun mismo argumento se emplean palabras 0 fe ses en mas de un sentido, como ocutre.en este ejemplo con la palabra igual: S Los sexos no son iguales, los deréchos no pith den ser iguales. No se habla de la misma igualdad a lo largo del argumento. Primero se emplea en su acepcion de identidad (bioldgica) y mas tarde en su acepeién jt Tidica (igualdad ante la ley). La ambigiiedad utiize concepios diferentes que comparten und expresén comin. La lengua esta lena de vocablos polisémi Juan le dijo a Pedro que tenia mal aspecto. Juan le dijo # Pedro que debiera atender a su madre. ©. {ual de los dos tenia mal aspecto? ;De qué ma- = dre se trata? 228 AMBI 224 AMBI APL ATAQ. Ricardo Garcia Damborenéa Durante la noche pasada se han registrado dos grados bajo cero en Le6n y uno més en Burgos, = Dos pastores protestantes hablan del triste es | tado de la moral sexual de hoy en die —Yo nunca me acosté con mi mujer antes de que nos caséramos. ZY usted? — No estoy seguro. 2Cémo se llama? APLICACION, Mal uso de una. Consiste en aplicar rigidamente una regla general olvidando sus ex cepciones. Véase Falacia del Sectndum Quid. ATAQUE PERSONAL, Falacias del. Grupo de fale 4. ccias que desvian la atencién del asunto que se dis cute hacia la persona del adversario o sus cir cunstancias. Cuando se trata, como es habitual, de sostener afirmaciones indemostrables o decisiones basadas. en conjeturas, cobra extraordinario valor persue sivo el prestigio de la persona que da el consejo hace la propuesta. En los casos dudosos-(es decir, en le mayoria), concedemos la razén con més fe cilidad a aquellos en quienes confiamos, sean mé dicos, asesores fiscales, fabricantes de quesitos en porciones, 0 politicos. Mas del 50 por 100 de la, persuasion nace de la confianza que inspire el con.” sejero. : Un razonamiento que procede de gente sin fama y el mismo, pero que viene de gente famose, no tienen igual fuerza, Ahi radica la fortaleza de un politico, pero tam- bién su punto vulnerable. La difamacién es tan fre: cuente en la vida publica porque los politicos com: 135 Paulos, 136 Buripides, Hécuba. Diccionario de falacias _prenden instintivamente la necesidad de arruinar el | crédito moral de sus adversarios. En un dirigente _ sip ptestigio los argumentos parecerén argucias, las emociones farsa; y la sinceridad, hipocresia. De aqui F procede un componente inevitable de la accién po- } litca: Ja batalla por la imagen propia y el despres- [tio de Ja ajena que, a veces, convierte las locu- ‘ones pablicas en simples variaciones de un dinico “tnensaje sustancial: yo propongo lo més justo y mi | oponente es un felén. Hay dos argumentos falaces 0 seudoargumentos __ poe atcan diectamente al adversero: la Falacia ad mminem, y la Falacia del masfieco de paja (véanse). Son seudoargumentos porque ninguno refuta las afir~ - naciones del contrincante. El primero se limita a des- © calficarlo como persona y el segundo forja un opo- |, nente imaginario facil de fumbar. Son también, como seve, ejemplos de la Falacia de elusién de la carga ‘de la prueba. BACU BACULUM, Argumento ad, También llamado Re: curso a fa fuerza, Argumento ad terrorem, Api | lacién al miedo, : Si A no es B, usted se va a enterar Tuego més le-vale que A sea B La expresin ad baculum significa al basién y se reflere al infento de apelar Ja fuera en lug de dar razones, para establecer una verdad o inducir uit | conducta. La denominacién es irdnica, puesto que 20! existe tal argumento: reemplaza la razén por el mid Su empleo exige dos requisitos: carecer de argumen: tos y disfrutar de algiin poder. Representa, con el sulto, la expresion extrema de la renuncia al uso de cualquier razonamiento. En la asamblea, mientras Espendio y Mais hablaban, todos escuchaban y prestaban solicit: atencion a lo que se decia, Pero si algtn oto aceroaba a expresar su opinién, al momento, st escuchario, le tiraban piedras hasta matarl ( El resultado fue que, como nadie se atrevid ja por tal motivo a expresar su opiniGn, nombraut ‘generales a Matos y Espendio (PoLti0). Es un procedimiento frecuentisimo: Mira Laura, ti necesitas este empleo y yone | cesito una secretaria cari sa, asi que seré mea, que nos entendamos. Escuche guatdia, ya sé que me he saltado d_ Stop, ‘pero usted no sabe con quién est hablando.. Me parece que a usted no le gusta mucho su en: pleo. Yo miraria més por mi familia, Si usted me pone Ja multe tendré que hablar con sus jefe. — 226 — ; ee Diccionario de falacias = -Generalmente las amenazas no se expresan lite- ~ jalmente. Soni més eficaces cuanto més veladas. Basta Fen evocar la posibilidad de que se produzcan con- + secuencias desagradables para quien no se deja con- ei. Y conste que yo sostendré esto en todos los terrenos, En todos los terrenos! Y repetia lo del terreno cinco o seis veces para que ef otro se fi jaa en el tropo y en el garrote y se diera por ven- idol", A veces se insintian las amenazas tan sutilmente {que, legado el caso, puedan negarse con toda ener- a, elegando que uno ha sido malinterpretado o, més frecuentemente, que no se trata de una amenaza sino de una mera informacion que pretende ser util al des- fnatario y ayudarle @ ponderar sus propias decisio- nes. No cabe ninguna duda de que esta a punto de surgir una falacia ad baculum cuando alguien, util “anclo la excusatio non petita, advierte que no pre- Por supuesto, usted es libre de hacer lo que le parezca mejor... pero usted es consciente de ‘que nuestro banco es uno de los principales enun- : Giantes de su peri6dico y estoy seguro de gue no eo desea perjudicarnos ipublicando ese articulo, No consiste la falacia en apelar al miedo, sino en hacerlo para sostener una conclusion o decidir una © conducta sin alegar razones. Por supuesto, quien | gjeree una autoridad normativa (la del que manda), no precisa recurrir a razonamientos para hacerse obe- decer porque generalmente esté capacitado legitima- mente para castigar la desobediencia indebida. Tam- I= poco es falaz quien nos advierte de un peligro real. Si nuestro dentista insiste en que nos cepillemos més Jos dientes o de fo contratio acabaremos sin muelas, -sin duda apela al miedo. Sin intencién falaz de nin- 9 Clarin, La Regenta. 227 BACU 228 Ricardo Garcia Damborenea BACU guna clase, nos muestra consecuencias naturales, pre- Visibles, demostrables, para que conozcamos todas las posibilidades que pueden determinar nuestras de cisiones, El dentista no piensa intervenir en el pro- eso; no pretende provacar las consecuencias dese. c que se padece desde una po: sicién de debilidad y que no se puede rebatir racio- nalmente, En el mejor de los casos cabe preguntar si, ademas del poder, existe algim fundamento pare’ creer que lo que se nos impone es razonable. CARGA DE LA PRUEBA. Véase Falacia de Eludir la carga de la prueba, ‘A menudo se-dice que la fuerza no es ningin © argumento. Sin embargo, eso depende de qué & To que se quiera probar (WILDE). a CARRO, Subirse al. Véase Falacia ad populum. CASO ESPECIAL, Falacia del. Véase Falacia del em- ‘Vease también el Sofisma patético. ‘budo CASUISTICA, Falacia de la. Consiste en rechazar tuna _generalizacién alegando excepciones irrele- vvantes, Mira esa desnaturalizadal para que luego di- gan que las madres aman @ sus hijos. Como es sabido, las reglas generales no se inva- “ lidan sefialando excepciones, sino demostrando que ® éstas conforman la mayoria de los casos, Se esfuerza por desvirtuar: una regla citando cinco 0 seis casos en que no se cumple. Aunque hhubiera sido posible aducir cincuenta en vez de cinco, esos cincuenta ejemplos podrian seguir siendo razonablemente considerados como ex- cepciones a la regla hasta el momento en que pu- diera refutarse la regia misma", | © Se trata de una falacia muy extendida, mediante cual el adversario intenta llevarse el debate a los { cerros de Ubeda o, al menos, concentrar la atencién PEE. Allan Poe, El misterio de Marie Roget a = 200 cara CARR caso casu Ricardo Garefa Damborenea en Ios aspectos que sélo a él interésan (excepcians y casos particulares). Es.un recurso muy féeil por 4 {que nunca faltan arboles que conttadigan la orien | cién general del bosque.’ Es ‘una argucia muy soar rida porgue entorpece la discusin y distrae al af. versario con detalles nimios, Es una artimafia fecunds porque contribuye mejor que ninguna otra a deg dar un debate que no se puede ganar, a falsearlo 8 confundir. al auditorio. Por ejemplo: 4 ee caso de corrupcién. Pues han procesado al alcalde de Torrepi- | reza, —Eso fue una excepeién, un abuso personal y no implicé @ mi partido. : —Pues era un miembro de su partido, zo que le habjan dado de baja? : —Era de mi partido, pero esb ‘no... Yo lo que digo, etc. F Se combate esta falacia desnudando la intencién ¥ distinguiendo con claridad entre las excepciones y. a regla, : dicién que Tevan con mucho valor y paciencia bs Gescaidos de los eriados; pero To contraro esl més ordinario (Marcos DE OaReccn). Dado que este sofisma desvia Ia atencién hace} Jos detalles para eludir el problema en dispute, po- demos consideraria-una variedad de Eludir Ia cues -[: tién (véase). Como pretende sustituir una regla ge neral por otra hasada en las excepciones (las madres no aman a sus hijos), debemos incluirla entre las fs lacias de Generalizacién precipitada (véase). Otras falacias que acompaiian a las generalize ciones son: Conclusién desmesurada, Falacia del em budo, Falacia del secundum quid. En la pagina 250 (Generalizacién precipitada), figera un cuadro néptico de estas falacias. “para Ja vida, Diccionario de falacias OMPOSICION, Falacia de la. Se produce cuando stribuimos al todo cosas que solamente son cier- fas en las partes. Por fuerza se trata de una orquesta magnifica porque todos los profesores son extraordinarios. Los directores saben muy bien qiie no es asi. Una 1 es inducir que todos los profesores son extraor- finarios ¥ otra, transformar esa conclusion.en algo distinto: el todo, el conjunto, es extraordinario. Es- amos ante una variedad de la Falacia de Conclusién desmesurada (véase). No se pueden trasladat las vir- fividuos al conjunto (qué mas qui- jera el Real Madrid!). Lo que se predica de las par- zs 1o siempre puede predicarse del todo. Una buena colecci6n de frases no hace un buen libro. Cosas que on ciertas separadas no tienen por qué serlo cuando ‘estén juntas. La sal. comin, pese a que sus compo- _pentes, cloro y sodio, son toxicos, es indispensable: Alvarez Quintero eran ‘Los hermanos : frillantes cuando escribjan juntos y mediocres si lo ‘hacian por separado. A los hermanos Machado les ‘ocurria lo contrario. 7 La Iglesia es la Iglesia de los pobres, luego la Iglesia es pobre. eiefgnoro por qué a salsa no es buens. Todos sus ingredientes son-deliciosos. El equipo del River Plate tiene madre, porque todos sus jugadores la tienen. FI caso opuesto se da en la Falacia de la divisién, sega la cual las partes disfrutan las propiedades del ‘odo. Debe ser muy buen jugador, porque esté en tun equipo magnifico. Es tn gobierno dubitativo. Se ve que sus mi- nistros son indecisos, Bien pudiera ser que no se pongan de acuerdo en- tre ellos. 232 Ricardo Garcia Damborenea_ comp Juana es un encanto, Juego su nariz es un en canio. Opinaremos cuando la veamos, conc CONCLUSION EQUIVOCADA, Falacia de la. Vease Falacia del non sequitur, conc CONCLUSION DESMESURADA, Falacia de lz, Error inductivo que se comete cuando, a pattir de datos ciertos, llevamos la conclusién més lejos de lo que aquélios pérmiten. Es una forma de Fe- lacia por Olvido de alternativas. empefiamos en obtener de ellos lo que no dicen. Es conocida la anéedota del sabio que a la voz de jsaltal,. Jograba que cada una de las pulgas de su coleccién se introdujera en un frasco. Arrancé a una pulga las pates traseras y al ordenar jsaltal, la pulga no salt6, y lo mismo ocurrié tras arrancar las patas a todas las. demés. El sabio, entusiasmado, anoté en su cuaderno: Cuando se le quitan las patas traseras a una pulga deja de oir'®, Los Estados Unidos no deben implicarse paises donde hablan francés. jMira To que oct- mrié en Vietnam, y en el Libano, y en Haiti Hay pocas sefioras entre los Diputados. Par rece que a las mujeres no les atrae la politica. Si cinco ayuntamientos catalanes piden la inde pendencia y novecienios no dicen nada, no puede = 5 : concluirse que novecientos ayuntamientos no la de 7 jLos ayuntamientos catalanes rechazan 1a inc sean: dependencia] Tal vez no la desean, pero lo tinico que: 9 Paulos. Diccionario de falacias 235 “ennsta es que no la han solicitado. Caben otras ex- CONC plicaciones alternativas: no quieren manifestarse, no pueden (por falta de mayoria independentista), no se ban parado a pensark ‘Los restaurantes que estin siempre llenos dan muy bien de comer. Las razones por las que un comedor esté habi- tualmente leno pueden ser diversas: sus precios son atractives, es limpio y répido, ocupa un emplaze- niento idéneo, esta de moda, lo regenta Julio Igle- sis. y todo lo que se quiera y no tenga nada que ver con la comida que sirven. El indice de participacion en las elecciones ‘miumicipales ha sido del 24 por 100, Se ve que la gente est hasta de los polices y lige dares las espalda, Tal vez, pero no necesariamente. Los electores re- ducen su participacién cuando hay un ganador in- dscutible, Lo mismo ocurre cuando no Tes inquieta ai resultado por estimar que la administracion del municipio esté asegurada con cualquier candidato, Concluyen desmesuradamente los partidos politi- os cuando interpretan encuestas sobre el voto de los tiudadanos. Tienen éstas la virtud de lisonjear las es- peranzas de todos los afectados. Ocurre lo mismo - ton los resultados electorales: nadie pierde las elec- clones. ‘Véase también la Falacia de la composicién. (tras falacias que acompafan a las generaliza- jones son: Generalizacién precipitada, Falacia ca- suistica, Falacia del embudo, Falacia del secundum quid. En la pagina 250 (Generalizaci6n apresurada), figura un cuadro sinéptico de estas falacias, _ CONSECUENTIAM, Falacia ad, o de las Valora- CONS ciones irrelevantes, Intenta refutar una tesis 0 un Pisa apelando a consecuencias imrelevantes para lo que se intenta demostrar. Veamos un ejemplo: Ricardo Garcia Damborenea Racionalidad y capacidad de andlisis no.pee den ser considerados atributos masculinos. vale a conceder a los hombres una venta inj: tificada en las demandas de empleo y en las prc mociones. {Qué es lo que se discute? Si la racionalidad es, 0 no, un atributo masculino, Sin duda no lo es, pero lo.” que afirma nuestro ejemplo es que no debe sero, ix | dependientemente de que lo sea o no, porque acarte- aria consecuencias indeseables. Es una falacia que de-” forma la realidad insertando juicios de valor donde n0 hacen al caso, No es posible resolver si la proposicién es verdadera o falsa alegando que no es deseable No me interesa si el Gobierno tiene razén- Ea | ningtn caso nos conviene reconocérsela.. z No procede tomar declaracién al ex presidents de gobierno porque representaria un estigma pant su persona, No se ria: lo ha dicho un juez. A Galileo nadi: le nego los hechos. Simplemente se considero desss- trosa la posibilidad de que pudiera estar en lo cierto. | No tenia razén porque no convenia que la tuviere. En 1999 se protests por la concesién de un Oseer honorifico al director de cine Elia Kazan, Los dis conformes alegaron que hace cincuenta afios cole- bord en la caza de brujas contra los comunistes. No negaron los méritos cinematograficos de Kazan, Tam: poco negaban que el Oscar sea un reconocimiento al mérito estrictamente cinematogrfico. No importa. aRecuerda alguien que Lope de Vega denuncié he | ejes a la InquisiciOn? Hace unos afios se conmemors el centenario de Clarin, autor de La Regenta. Sur gicton protestas del mismo estilo cuya fuente prefiero silenciar: Se quiere celebrar a bombo y platillo el an: niversario de un escritor cuyas cualidades liters 4 ias no vamos a discutir, pero sobre cuya pos] cién doctrinal, en cuanto a nuestra Fe se refiere, tenemos serios reparos que oponer. que Diccionario de falacias El denominado Pensamiento Politicamente Co- recto ptetende expurger de las bibliotecas pablicas (si flera posible, de la historia) toda literatura re~ ista o sexista. Este es el caso de Huckleberry Finn por ejemplo, y de casi toda la literatura desde los tiempos de Homero. —Quiero comprar un caballo que corra mucho. “Tengo uno que corre més que el viento. En quince minutos va usted de Madrid a Guadalajara. “—Fntonces_no me interesa. No tengo nada que hacer en Guadalajara. La publicidad abusa sin fatiga de este sofisma. Al ser muy parecidos los productos de las distintas mar- ‘es, los comerciantes acenttian valores que no vienen “al caso: las pasiones que despierta un perfume, o el prestigio que aporta calzar determinadas zapatillas deportivas... Lo mismo ocurre con Jos cantantes po} dedican su concierto a la mujer aigana (0 a la ‘difunta princesa de Gales), Ahora les ha dado a los publicitarios por la ecologia y la ayuda al Tercer Mundo: si uno compra deierminado articulo recibe satisfacciones complementarias porque contribuye a ie proteceién de la naturaleza, 0 porque una parte de'lo que se pague ird destinado a Jos pobres. El mensaje acenttia ventajas que hada tienen que ver con el producto. Alababan a Filipo de’ hermoso, elocuente y buen bebedor; mas Deméstenes dijo que tales Joas correspondfan més que a un rey a una mu- jez. a un abogado ya una esponja" Conviene recordar lo que sefialabamos al hablar de las valoraciones: ges relevante el principio que se alega para este caso? ;Complementa otras razones 0 jas sustituye? Cuando fo que esté en juego es lo pre- 40 Montsine, «Ensayoss, XXXIX, Consideraciones sobre Ci- cori. 235 cons 236 urdo Garcia Damborenea CONS ferible, toda valoracién adicional es perfectamente le- cont sitima: deme el mds baraio, el que regala puntos, el ecologista, Por el contrario, si lo que se discute es la calidad objetiva de un producto 0 la verdad de una afirmacién, cualquier valoracién complementaria esta fuera de lugar. La cuestiéa np es saber si las medidas pre- vistas por la ley [ante la peste] son graves, sino si son necesarias para impedir que muera la mi- tad de 1a poblaciéa'® CONTINUUM, Falaciajdel; o argumento de conti- nuidad. Consiste en asimic que pequenas dife rencias en una serie continua de sucesos son irre levantes, o que posiciones extremas, conectadas por pequefias diferencias intermedias, son la misma cosa porque no podemos establecer un li- mite objetivo para el cambio. Como esta defini- cién parece un galimatias, veamos algém ejemplo. pos anos de tego som monton de ego? <2 afiadiéndoles otto grano? —Tampoco. —,Y afiadiendo otto? —Tampoco. : —Luego nunca habré montén, mientras 5° afiadan uno a uno (EUBULIDES DE MiLsto) Lo dicho, las pequefias diferencias en un cambio gradual son irrelevantes. Es lo mismo un grano que ‘un montén. Del mismo modo se puede arguir en sen- tido contratio, Si a un montén le quitamos un grano, sigue siendo montén... y asi, cuando solamente quode ‘un grano, diremos que hay un mont6n, Si las dife; rencias graduales son irrelevantes, da lo mismo uno: que muchos. ‘4 Albert Camus, La Peste, vas Piggenes Lactcio, Euclides, nota. pequel Diccionario de falacias Si a quien no es calvo se le arranca un pelo, no queda calvo; si se le quita otra, tampoco; y ast, pelo a pelo, nunca seré calvo (EUBULIDES DE MULETO)!*, Estamos ante cambios graduales. Podemos dife- renciar con claridad las posiciones exiremas, pero so- mos incapaces de sefialar el limite entre ellas: ¢donde comienza el mont6n? Sin duda existe un limite, un umbral més 0 menos amplio en que se produce el cambio. Aunque nos movamos a lo largo de un con- tinuo en el que las variaciones de grado resultan, inapreciables, ha de existir un punto en el cual ima diferencia determine un cambio decisivo. Las medicinas son eficaces cuando sleanzan una con. centraci6n sanguinea suficiente. Un solo pasajero de més determina el hundimiento de una embarcacién, yuna ramita de sobra ol desfallecimiento del asno que carga la Iefia.. Nunca sebemos cugl es el iltimo de los pocos o el primero de los muchos. E] mismo problema surge siempre que empleamos cantidades ttaprecisas: Si alguien quisiera saber cwiinto hay que afie~ dir 0 quitar para que el rico sea pobre; el céle- bre, desconocido; fo mucho, poco; lo grande, pe- que; lo largo, ‘corto; lo ancho, estrecho; yal contratio, no podrlamos responder nada seguro y cierto (Cicerdn)! La falacia suele afirmar: 4. Que no existen diferencias entre los extremos. }. Que, si existen, cualquier limite que preten- damos establecer sera arbitrario. Asi cabe sostener que no existe la pobreza 0 que, ‘si existe, es imposible determinar el limite entre po- | bres y ricos. Con los mismos criterios se arguye que, 237 cont Ricardo Garcfa Damborenca 3 siendo graduales los cambios del embrion huraan0y dado que al nacer es una persona, debemos cons. derarlo asi desde el momento de la fecundacién, mismo modo, al ser graduales los cambios entre lt vida y la muerte, seria arbitrario establecer un linie | preciso entre ambas, Todos estos razonamientos fi nen su corolario: como no es posible conocer a! tin tral de la pobreza, no poremos subvertDnarla Con | el embrién es una persona, todo aborto constiuye un homicidio; como no sabemos cudndo se produce. Ja muerte, toda extracci6n de Srgenos para tn tr plante equivale a un asesinato, Todo recién nacido es una persona. Su dese rrollo desde el ambrién hasta el feto maduro 6. gradual, sin que exista un punto en que su net aleza cambie abruptamente. No existe un punto | en que podamos considerar que matarlo es tists. En consecuencia, la interrupcién del embarezo 6. tan ilfcita como el asesinato de un nifio. Que no conozeamos el momento en que se pre ducen los cambios no significa que las cosas no can bien. Un embrién no es una persona, ‘como una s: milla no es un arbol. La diferencia entre el calor y ¢ firfo es una cuestién de grado, pero nos importa mi cho. No decimos que, como son cambios gradual no existe diferencia, ni pensamos que hace calot cuando el termémetro sefiala 2°C. Es cuestién de. i: de lo crefble a To increfble, de licion, de la juventud a la vejez, de la = vida a la muerte, No siempre sabemos en qué punto se produce la diferencia, donde figura el umbral de lt | nueva cualidad, pero podemos apreciar que es nue que algo ha cambiedo: jcuando un nifio se convieré en hombre?, gqué copa produce la embriaguez? Otra cosa es que para facilitar nuestra intervencién en los acontecimientos, fijemos limites convencioneles en el desdrrollo de un cambio gradual. El portero de. mi casa tiene sefialada la temperatura matinal por de- J bajo de la cual debe encender Ja calefaccién. En los. camiones y en los ascensores figura un rotulito quese fiala su carga méxima autorizada: en.ningtin casos) = [ wchos y obligacion: | antes aungue se trate de un muchacho muy maduro; F thorto antes de las doce semanas de gestacion; en nin- Diccionario de falacias 239 jatoriza més, aunque el camién pudiera transportarla, CONT Son umbrales prudenciales que permiten regular nues- ‘as conductas. Asi, los dieciocho afios sefialan el co- ‘nienzo de la vida adulta y el ejercicio de nuevos de- determinado nivel de renta se- ala el Iimite oficial de la pobreza; Hamamos muerte “dinica a la que ha alcanzado un grado irreversible de ‘esion cerebral. Los umbrales que establecemos pue- den sefialar restricciones por encima 0 por debajo del limite: mayoria de edad desde los dieciocho afios: munca in caso. (salvo situaciones excepcionales) después, fngue el feto no sea todavia una persona. Estable- = cemos limites prudenciales amplios para evitar toda jntervencién en las situaciones poco claras. Un feto tenor de doce semanas no cumple los requisitos para ser considerado persona, pero no estamos seguros por ‘encima de dicho plazo. c Por suptiesto, los limites convencionales no son inamovibles. Los cambios en nuestros conocimientos ‘onuestra sensibilidad pueden modificarlos. Por ejem- “plo: gdénde esta el limite de lo tolerable? Es evidente "que muestros criterios se han modificado en los alt tos veinte afios, Hoy consideramos que la limpieza Ainica es una situacion francamente intolerable que “nos obliga a intervenir y justifica nuestra injerencia. ‘Antafio no ocurria asi. Un concepto difuso como fo intolerable admitia umbrales mas eldsticos. Tn quiien persevere en Ta falacia sin atender a ro- zones, es preciso arrastrarlo al absurdo. Se le pre- gunta, por ejemplo, cuanto dinero necesita un hom- bre para que lo llamemos rico. ZY si le quitamos un millén? Seguimos quitando millones hasta que nues- “tro contrincante perciba el limite de su propio ridicu- lo y reconozea que esta equivocado. Uso de la licencia, y como pelos de cola equina paulatinamente arranco uno y luego otro hasta que ae Caiga en la confusién por el método del montén © Horacio, Epistolas, Wl, 45-47. 240 cont CUES CUESTION COMPLEJA, Falacia de la. Véase Pre- Ricardo Garcia Damborenea {Cuéntos afios necesita tina persona para ser vieja? gDénde comienza el exceso en la comida? (En qué punto la sencillez se transforma en groseria y el humor en bufonada? :Cudnta agua necesita el trigo para resplandecer?, zy cudnta més para arruinarse?, gy dénde esta el limite? gDiremos que es lo mismo Tegar y no regar? ‘Los antiguos la Hamaban falacia ‘del montén (por el de trigo), de la barba, (zexdntos pelos se precisan para considerar que un hombre tiene barba?) y del calvo. PERO GRULLO.—Quien tiene poco, tiene; y si tiene dos pocos, tiene algo; y si tiene dos algos, mis es; y si tiene dos mases, tiene muchos y si tiene dos muchos, es rico™®, guntas maltiples. D | DESEOS CON LA REALIDAD, Falacia de confun- dir los, 0 Wishful thinking. Consiste en conside- rat exclusivamente las posibilidades favorables, menospreciando el resto de las alternativas, Quien incurre en esta falacia piensa que las co- sas irén bien porque pueden ir bien, Es una forma de turbacion afectiva de la inteligencia que nos lleva a confundir nuestros deseos con la realidad o, si us- ted prefiere, lo que es meramente posible con lo que ‘probable o seguro. Cuando Creso pregunté si de- his emprender la guerra contra los persas, el ordculo “predijo que si lo hacia destruirfa un gran imperio. No se le ocurri6 preguntar de qué imperio se trataba, ‘yemprendié la guerra confiadamente. La realidad fue E que:cay6 un imperio: el de Creso, Habitualmente encadenamos las ensofiaciones se- gin el modelo popularizado en el cuento de La ke ‘thera, lo que nos lleva a construir argumentos basa- “ths en una serie de relaciones causa-efecto que con- fue en un final remoto e innecesario, pero favorable Estamos ante una falacia opuesta a la Pendiente ssbaladiza (véase). Al contrario que ésta, anima a “diel primer paso. Ahora se trata de mostrar un re- itado final extremadamente positivo pero tan in- como la catéstrofe que nos amenaza alli, El es al mismo: ofrecer un panorama, en este jatractivo, que distraiga de Ia falta de méritos hhecho o decision que se discuten. ces se enfrentan ambas falacias, como ocu- ampatas electorales: los contrincantes se lpes.de pendiente resbaladiza y softar des- fuutig ¥ sucesivamente. Sin llegar a estos ex- queen todos los debates piblicos Ricardo Garofa Damborenea en que se emplea la una, suxja la otra. Por ejempl _ Un megamuseo urbano se puede defender, me diante una pendiente resbaladiza, alegando que: no consiruirlo,.la ciudad perderd renombre y atra: tivo; atraerdé menos turistas; algunos negocios nose. instalardn y otros abandonarin la ciudad: se pere E ran empless, subirén los impuestos y descendent dk © precio de las propiedades inmuebles, Un desaste: Por el contrario, se puede combatir con una biens | ELUDIR LA CARGA (O RESPONSABILIDAD) FLUD ensofiacién: es mejor emplear esa montafia de mill “DE LA PRUEBA, Falacia de. Consiste en no nes en mejorar las infraestructuras, el transporte y aportar razones que fundamenten la conclusién educacién, todo lo cual airaerdé més industrias, com: ‘en pretender que las aporte el oponente. batird el paro y permitird que bajen los impuests. Seguramenie ni la falta del megamuseo equivale La expresi6n carga de la prueba procede del a desastre ni el rechazarlo nos traslada al paraito: <4: campo juridico y se expresa en el brocardo: Probat ‘Ambas posiciones son falaces porque aceptan ques =} qui dicit non qui megat 0, como dicen en las pelicu- posibilidades remotas son ciertas y autométicas. ee is ‘americanas: Quien sostiene algo debe probarlo més allé de toda duda razonable. «Boladeniever sostenia que el molino podia Es una falacia principal, madre o componente de haoerse nun af, En adelante, decla6, se abe, | gtras muchas: Afirmacion gratuita, Argumento ad Te- ‘raria tanto trabajo, que los animales silo te] yoramtiam, Sofisma patético, Ataques personales, CE ee en ane i me Argumento ad populum Argumento ‘del tu quoque, 7 _ gue la gran ne} Palacia ad verecundiam. cesidad del momente 60 | : ‘ Geeldad cel momento eee eumentat ln prose ‘xpresi6n maxima de esta falacia es la sordera molino de viento, se moririan todos de hambre™ mental de quien se niega a razonar: Sobre la cuestién del divorcio no quiero ni-ofr hablar. Como te he dicho, creo que el vinculo del matrimonio es indivisible y punto. ‘Véase tambien Ia falacia del Jugador. L DOM! DOMINO, Felecia del. Véase Argumento de la pen} dicate resbaladiza, ‘més habituales, Tradicionalmente se 12 conoce pm cit fa ; | Gono Ignoratio elenchi o clusion del asunto. OTe Falacia de le. Véase Falacia de la Com | Consiste en probar otra cosa diferente de la que se cuestiona. Quien Ja comete saca la discusién de su terreno, 0 se empefia en probar lo que nadie discute. Hace como el estudiante al que preguntan Ia leccién 16.* y contesta la 14. porque es la que sc sabe bien, 9 Onwell, Rebelién en Ta granja. : {Qué buscas debajo de la ferola? a ELUDIR LA CUESTION, Falacia de. Es una de las ELUt 244 eLUD Ricardo Garcia Damborenea —Las aves. —{Estis seguro de que es aqui donde las has perdido? No, pero agui hay més luz, Por ejemplo, quien no desea entrar en un debate sobre la lieitud de un proyecto (que es lo que se dis cute), puede desviar la atencién hacia la utilidad (que no discute nadie). 7 Denostenss.—Ahora bien, sé que Esquines va: evitar la réplica a los cargos mismos y, en su deseo de desviaros lo mas lejos posible de los hechos, va a discurrir sobre los grandes bene. ficios que resultan a todos los hombres. por efecto de la paz y, contrariamente, los males gue les sobrevienen a rafz de la guerra. De esta guisa va a ser su defensa'®, La resume bien el dich« zanas traigo. De donde vienes? Man: —EI secuestro es un crimen horrendo. —Sin duda, pero aqui lo que se discute es el acusado lo cometié o no. Con frecuencia se utiliza para ofrecer una pista — falsa (vease): Esté usted haciendo el juego a los enemigos de la democracia Estamos ante una estrategia para apartar del poder a un gobierno elegido legitimamente en las vurnas. La democtacia esté en peligro (porque se cri tica al gobierno). Usted insulta a Catalufia (porque se eritica « un politico catalan). Q Este recurso falaz fue bautizado por Bentham como Escudo de prevaricadores, porque se. emples para evita la censura de Tes personas que ejecen poder. \® Sobre la embajada fraudulenta. Diccionario de falacias EL CONDUCTOR.—Gracias al euro, ante nosotros se abre un sélido futuro comin para todos los eu- 2 ropeos a salvo de la inestabilidad internacional y de las maniobras de los especuladores. EL FOLICIA DE TRAICO.—Vale, pero usted sopla el alcoholémetro (Forces, Ei Pais). [Bs una falacia madre, de la que participan todas las que tratan de desviar la atencién hacia otro =] asunto, como es el caso de las siguientes: Ataque per- sonal, Falacia casuistica, Falacia ad consequentiam, Sofisma patético, Falacia de la pista falsa, 4 EL MINISTRO iNGLEs—Como estoy dispuesto a lle- gat a un acuerdo, vamos a seguir hablando del 34 Pendn, Primero, esto no es un pefién (MINGOTE, Diario ABC), EMBUDO, Falacia del, o del Caso especial. Consiste en rechazar la aplicacién de una regia apelando a excepeiones infundadas, —gPor qué ha pasado ese sefior saltindose la cola’? —Es primo del conserje. Se utiliza con frecuencia como una pura ley del enbudo, para cimentar la excepci6n o alegar pri lepios cuando se trata de aplicar una regla que na- || ie discute. La falacia consiste en apelar a una ex- 4 cepcion no justificada. Es un recurso habitual de los 11. politicos a la hora de juzgar a sus adversarios o de rechezar el recurso all fu quogue (no me critiques por lo que té mismo haces). —Té también Io haces. —Si, pero mi caso es distinto. : La mejor forma de atacar esta falacia, y la pri- mr ie nos viene a la cabeza, consiste en repro- | char al oponente por utilizar una doble vara de me- i) uit, una doble moral, 0, en general, ser contradicto- ={to. A nadie Je agrada una acusacién en estos f leinos. Si, pese a esto, nuestro interlocutor no se 245 LUD EMBU 246 eEMBU Emoc ENVE Equt Ricardo Garefa Damborenca siente movido a justificar la-excepcién que reclama, exigiremos las razones por las que debe recibir un trato diferente del que reciben los demés, o por la que no deba ser aplicada la regla general en su case Por supuesto que no le faltaran razones. Lo que im porta es si las que aporte justifican su posicién. Ante 4 adversarios especialmente recalcitrantes, podemos comparar su exigencia con un ejemplo absurdo: Voy a pedir que no me cobren este aio d IRPR. porque mi caso no es como el de todos, Nevesito ese dinero para otras cosas. _ Otras falacias que acompafian a las generatiza ciones son: Generalizaci6n precipitada, Conclusion desmesurada, Falacia casuistica, Falacia del secua: dum quid. En la pagina 250 (Generalizacion ape surada), figura un cuadro sinéptico de estas falacias, « EMOCIONES, Apelacién a las. Véase Sofisma Pe tético, 2 ENVENENAR EL POZO, Maniobra de. Véase Fa- lacia ad Hominem., EQUIVOCO, Falacia-del. Véase Falacia de Ambi- giiedad, i F-G “FUERZA, Recurso a la. Véase Argumento ad Ba- ruer culum. GENERALIZACION PRECIPITADA, Falacia de la, GENE ‘Surge este sofisma cuando los casos examinados son insuficientes 0 poco representativos para s0s- tener una generalizacién. Las falsas induceiones de algunas experiencias particulares son una de las més comunes causes de Los falsos juicios de los hombres (LOGICA DE Pox ROYAL). Se presentan las premisas como si aportaran un fandamento seguro a la conclusién, cuando, en rea Iided, le ofrecen un sustento deleznable. Los gibraltarefios son todos contrabandistas. Con frecuencia los ejemplos que pecan de insu cientes no son ni tipicos, ni siquiera representativos. ‘Asi ocurre con lo que podemos llamar el argumento dde mis parientes basado en informaciones familiares: ‘A mi cufiada le robaron el bolso en la Gran Via (como quien dice: a todo el mundo le roban), Conducen a generalizaciones extremas a partir de un caso aislado que no es tipico. No toda familia re~ presenta bien al conjunto de familias espaiiolas (no bs cualquier familia), Nuestro grupo de contertulios, ‘manque sea plural, tal vez no refleja los criterios pre- Gominantes del pats, etc. Aqui no se trata de que cada uno hable de Ia feria segin Ie va en ella, == 248, GENE Ricardo Garcfa Demborenea x Diccionario de falacias | inico que almacena son aciertos, con lo que se cree | autorizado a proclamar: jnunca me equivoco! tados por los que habian sobrevivi Es posible que, pese a la indigencia de los datos, fragio. Piate bien, ti que consideras locura invo- | yna generalizacién sea buena, esto es, que su con. car a Neptuno en la tempestad. St, dijo Didgoras. 4 ciusign sea verdadera, Habra que atribuir la punte- pero donde estén los ewotos que prometizon “4. ia al olfato, la intuicion o la buena fortuna de quien los ahogadas? (BACON)! * la propone, pero nunca a la solidez de un argumento Un amigo mostraba a Didgoras, en el templo de Neptuno, ef gran mimero de : 5 , a tinar, deja de ser falaz. ZY qué importa, Las afirmaciones que'carecen de soporte son sin. (4 -WU®, NO por atinar, oY a ples anéodotas, e¢ detit, datos recogides de manera hemos acertado? Hemos acertado por casualidad, Poco rigurosa y, por lo general, basados en expe, | 12 por hacer las cosas bien. Si aqui ocurre como en tiencias exclusivamente personales. Tustran, pero no’ | Joterfa, bien pudiera ser que Ja fortuna no regrese J) amis. Lo malo de los aciertos casuales es que hi- F pertrofian la confianza en los malos procedimientos. Los prejuicios, en especial los elaborados sobre Cada ver. que enfocan las cémaras de teleyi J Ttaas 0 naciones, tienen su origen en una mala ge- sign al diputado Gundisalvo lo cogen dormide, | netalizaciém (que se asocien 0 no intereses materia- Ese hombre no hace mas que dormir. 4 les es otra historia). Si nos molesta el vecino de arriba © porque es un-espaiiol alborotador, no generalizare- A lo mejor es verdad, pero no por este razona- | mos que todos los espafioles son alborotadores, ya demuestran, porque ignoramos lo principal: si dichas experiencias personales son comunes o muy raras. miento que generaliza a partir de datos manifiesta: 4” que conocemos muchos que no lo son. Pero si nues- mente insuficientes y, ademas, poco representatives... tto vecino de arriba es marroqut, tal vez no conclu. Sin duda, el conjunto de la actividad parlamentaria © 4” yamos de la misma manera, del diputado no se limita a los debates ocesnicos que. =|: "El odio extendido es igualmente fruto de una mala transmite la TV. Aqui se da un fendmeno frecuente | en nuestras apreciaciones: sumamos los datos de les" Pera que el deber consista en herir o matar sin sa- experiencias chocantes y no tomamos en cuenta las “|. ber quiénes son Jas victimas, necesitamos generalizar que no llaman la atencién. Es posible que cl Sr. Gun: 4! odio, que todos Ios enemigos parezcan similares, disalvo haya aparecido més veces despierto que dot- 74 Bs preciso uniformarlos, cosificarlos, convertitlos en generalizacion, sin la cual no serfa posible la guerra, mido, pero le ocurre como al que maté a un peo. f cuslesquiera, y se qued6 con mataperros. Dicho de otra manera; con frecuencia las malas generalizaciones proceden | aPor gué no he de matarlo? Es un inglés, uit de una seleccién de datos sesgada por exceso de con- ‘enemigo'™ fianza en nuestras dotes de observacién. 3 : : 7 ‘Cuando tino se pone siempre en lo peor, cada vez La generalizaciéni del odio es tan fantasmal como que ocurre algo malo acierta y archiva sus aciertos .. 4 ¢ amor universal, siempre merecedor de la mayor en la memoria, Por el contrario, cada vez que se equi. sospecha. El amor es incompatible con la generali- voca, la satisfaccién porque han salido las cosas bien. 4 @ciOn. Se deposita en objetos singulares a los que aventa el recuerdo de sus temores. Resultado:.lo. | diferencia, se destaca del comin, se particulariza: ¥9 Citado por Hamblin. '® Dumas, Los tres mosqueteros. 250 Ricardo Gareia Damborenea Diccionario de falacias GENE una esposa, un amigo o un libro, Cosa distinta es caridad. | Otras falacias que acompaiian a las general ciones son: Conclusién desmesurada, Falacia etal Sieg, Falacia del embudo, Falacia del seca {Como puede decir Dominguez. que es socia~ lista si sa padre hizo ln guerra con Franco? "La afirmecién sobre cémo nacen o cémo eran las cosas en el pasado no tiene absoltamente nada que er con el juicio que nos metezcan los méritos del ‘resente. Esta bien explicar el origen y desarrollo de {oa persona, idea, 0 institucién, como quien hace fistoria o analiza la evolucién de una enfermedad, ‘esta mal basar las valoraciones del presente en Ibs del pasado cuando éstas no son televantes. Mu- “is cosas nacen torcidas o son frutos de errores, ca- “Gualidades, traumas infantiles 0 conflictos de clases © Ga que el juicio que nos merezca su origen sea tras Jadable a la opinién de hoy. CUADRO SINGFHICO DE LAS DISTINTAS FALACUS ‘QUE ACOMPANAN A LAS GENERALIZACIONES Si generalizamés desde casos insuficientes 0: cepcionales, cometemos tna falacia de Gee = ralizacion precipitada, Si nuestra generalizacién va mas lejos de lo que autorizan los datos, incurrimos en una faletia = de Conclusion desmesurada, —1Cémo puedes ser t6 libre ei tus padres no Jo eran? Tampoco eran pégiles, y sin embargo yo lo soy (AntiSTENES)!*, Si negamos que las reglas generals tenga 8 cepciones 0 si aplicamos una regla gener & tuna excepcién, cometemos una falacia de Se eundum quid. Es una maniobra cémoda para evitar la lidia con Ja idea en si. Juzgar los méritos de hoy por los de- fectos de ayer constituye una variedad de la Falacia de eludir la cuestion y, cuando se refiere a personas, una Falacia ad hominem (véanse). Constituye, ade- snds, una flagrante peticién de principio (véase). En ecto, la falacia genética parte de un supuesto falso. Por ejemplo: Si rechazamos uns ‘regla general porque & ‘excepciones, caemos en una falacia Casita, ‘Si rechazamos la aplicacién de una regla apelando ‘a excepciones infundadas, incurrimos en whi: Falacia del embudo. oe Se Quienes no destacan en el colegio, no desta- : carén en la vide. z GENE GENETICA, Falacia, Consiste en juzgar las cosas de Tos ies dees eel fer cee ttt hoy en razon del valor que concedemos a st oti: gen o desarrollo. Es incomprensible que a Carlos le hayan com cedido et Premio Nobel de Fiica, Fuimos hints al colegio y era el més tonto de la clase. No es posible que esa computadora funcione bien, La ha montado un chino en una lone dl (ro. : 151 Diggenes Laercio, Antisienes. 251 GENE Hom Diccionario de falacias A esta misma familia pertenecen las tradicionales - cescalificaciones ideol6gicas: es comunista, es de de- “) ‘rechas... y todo cuanto, en. este sentido, pueda ser “1 considerado perverso o al menos reprobable para F Getto punto de vista: es catdlico, ateo, anarquista, H 7) cipitalista, jesuita, del Opus Dei... esto es, gente in- capaz de articular ideas respetables. HOMINEM, Falacia ad. 0 ad personam {Vas a creer lo que dice ese cerdo racista? ce Dice eso porque... es burgués, judio, espafiol ‘SocraTes.—zQué es es0, Polo, gfe ries? gBs.ese 4) {o las tres cosas). otto nuevo provedimicnto de refutacion? ZReiss. 7 Sus opiniones eoinciden con las de Herti Ba- cuando el interlocutor dice algo, sin argumen- ‘tasuna. tar contra ello?!5? a Clase social, raza, religi6n, nacionalidad, antece- Se ama_asi todo mal argumento que, en lugat’{ dentes, o hébitos de vida son irrelevantes a la hora de refutar las afirmaciones de un adversario, intents <4 de juzgar las opiniones ajenas. desealificarto personalmente. Consiste, por ejemplo, ‘en negar Ja raz6n a una persona alegando que es fea, © Nin vale el azor menos porque en vil nido Al-describie a un oponente como estapido, poco fie siga, ni los buenos ensiemplos porque judio los ble, leno de contradicciones 0 de prejuicios, se pre- diga (Dow Seat Tos). tende que guarde silencio 0, por lo menos, que pierda : a su credibilidad. Lo menos importante es si los términos del ata- Estamos ante un ataque ditigido hacia el hombre, | q¥e Son ciertos o falsos. Tal vez el oponente sea un no hacia sus tazonamientos. Es una agresién, coma 7} ‘erdo racista, pero no es eso lo que se discute, sino la del jugador de futbol que no logra aleanzar la pe- sus argumentos. Es comprensible que la idea puede Jota y da una patada a su adversario para derribario. 4 Sesagredar; pero si Hitler afirmara que dos y dos son Podemos distinguir dos variedades: el ataque directo cuatro habria que otorgarle la raz6n. Pensar que los y el indirecto, |) razonamientos de los monstruos son monstruosos es tuna ensofiacion de idealistas y, para lo que aqui nos a, Directo: Va derecho al bulto y suele ser "ocupa, una falacia ad hominem. sultante, Pone en duda la inteligencia, el carécter, la : : condicién, o la buena fe del oponente. an se gst um rl} prado die a verdad dos ve Es estapido y como tal no puede tener uns opinion fiable. Hay quien émplea esta falacia antes de escuchar Es poco cuidadeso con sup afirmaciones, wi @atgumento del contrario, en una maniobra que co- exaltado, : loquialmente se llama envenenar el pozo. No se {Claro que lo dice! qué esperabas de una ne | quiere dejar agua para cuando Iegue el contrincante. gra? | Tretende nega que esté cualificado para dar una opi- [> nin: Ta no eres mujer, asf que fo que opines so- "© Paton, Gorgias, bre el aborto no cuenta. 254 Hom Ricardo Garefa Damborenea 2Qué puede saber un sacerdote sobre los hi: jos sino ha tenido ninguno? Tal vez esté muy cualificado para opinar; tal vez sus consejos sean muy sensatos. Esta maniobra ale: lanta que nada de lo que diga se tomara en cons deracion. A veces adopta Ja-forma de un recurso a la vergiienza (véase falacia ad verecundiam): Yo sé que esto no gustaré a algunos intense gentes, mas impulsados por el dogmatismo y li supersticion que por un anélisis objetivo de ls. 0585. a Tgnoro lo que defenderé mi oponente, pa. ninguna persona razonable puede sostener quit. ‘Quisiera ver a un hombre sobtio, moderaio, casto, justo, decie que no hay Dios: por lo me nos hablaris desinteresadamente; pero tal hombre no existe! i Con frecuencia se apela a las contradicciones at tre lo que el adversario defiende hoy y lo que soste: nia ayer, La gente cambia de opiniones y es un re curso al alcance de cualquier menguado descalf a un oponente por defender cosas quie antafio cot batia. e Cambia usted tantas veces de opinién que mo. sabemos si lo que defiende hoy seguird sos: niéndolo mafiana (pero ziengo raz6n 0 no?), Sorprende que sea usted quien propone fi | tas cosas, teniendo en cuenta que nunca hi | creido en’el Estado de Bienestar (jpues mis & mi favor!). Es un recurso falaz porque apela a contradiccio nes ajenas a la discusién y que, seguramente, no te nen nada que ver con Io bien fundado del punto que se sostiene hoy. 15 La Bruyére, Los caracteres. Diccionario de falacias Existe gran méimero de personas que no tic- nen durante su vida més que una idea, y por lo mismo no se contradicen nunca. No pertenezco @ fsa clase; yo aprendo de la vida, aprendo mien- tras vivo, , por lo tanto, aprendo hoy todavia. Es posible que lo que hoy es mi opinién, de aqui a tun afio no lo sea, 0 To considere exréneo, y me diga: ,Como he podido tener esa opinign antes? (BisMARcK). En resumen, la falacia que amamos ad hominem pretende eludir las razones del contrario, lograr el re- thazo de una medida en razon de la supuesta mala - condicién de quienes la promueven (BENTHAM). ‘Tiene cicn mil libras de renta, luego tiene raz6n, Es de gran nacimiento, luego se debe creer lo que él propone como verdadero, Bs un hombre que no tiene hacienda, Iwego no tiene razon", b. Indirecto o circunstancial: El ataque indi- ecto no se dirige abiertamente contra la persona sino contra las circunstancias en que se mueve: sus vincu- Jos, sus relaciones, sus intereses, en una palabra, todo aguello que pueda poner de manifiesto los motives que le empujan a sostener su punto de vista, Da por supuesto que, en general, somos més amigos de Pla- én que de la verdad, Es la forma de ataque que su- fre quien pertenece a un grupo (politico, religioso, cultural) no porque sus ideas sean despreciables, sino porque se supone que disfraza con argumentos los intereses de st grupo. La denuncia de supuestas cons- piraciones de la oposicién, que tanto gustan a algu- ~ nos politicos, adoptan la forma de esta falacia: Usted hace las preguntas para perjudicar al gobierno. ‘Detrés de todo esto hay una estrategia para hhundir al Presidente. 154 Logica de Port Royal 255, HOM 256 Homi Ricardo Garcia Damborenea Son tontos ditiles, manipulados por una po tencia extranjera, 5 Se da por sentado que, aunque el oponente sea una bellisima persona, sus circunstancias le aconse- © jan ver las cosas de una manera determinada que le impide ser objetivo. No importa que sus razones lo sean, Aqui se trata de eludir las razones para, en su lugar, insinuar que el adversario habla por interés, que és sospechoso de parcialidad ¢ incluso de mela fe, y, en consecuencia, que no se debe malgastar el tiempo rebatiéndole. 2 Claro, como'a ti no te toca, te parece muy bien la reforma! Se da por suptesto que la opinién es hija del in.” terés y no se consideran sus posibles razones, No puedes fiarte de ese estudio sobre el te baco. Lo ha pagado la industria tabacalera. Debéis guardaros de permitit a los duefios de los esclavos que intervengan en las leyes sobre la esclavitud. Se sienta como premisa implicita que los escis- i ser parte interesada, no serén fiables en la de la Jey, lo que es falez, porque hasta un esclavista puede exponer buenos razonamientos so- bre la esclavitud (al fin y al cabo es el que més sabe). Pero es que, ademds, aunque su participacién fuera interesada, una medida benéfica no se puede reche- zar por el simple hecho de que beneficie al propo- nente, Si el razonamiento es bueno, 2qué importa, quién lo presente © por qué? Una cosa es ser mis escrupuloso y vigilante en el escrutinio de un argu- mento y otra dejarse influir en su evaluacién por considéraciones extra-argumentales. Una fuente puede ser parcial y tener razon, Su parcialidad debe zones. Diccionario de falacias __ El acto mismo; sino es pernicioso; no se con- vierie en malo porque los motivos sean de los que miren al propio interés (BENTHAM). Como acabamos de ver, tanto en el ataque ad ho- ine directo como en el indirecto, se dejan a un | lado los razonamientos para provocar une actitud de chazo hacia el oponente y, en consecuencia, hacia “ais palabras. Esta transferencia de la afirmacién he- cha por una persona a la persona misma resulta ser cxiremadamente atractiva para el pablico, de ahi el _sGzito» de estas falacias. Nos inclinamos a contem- lar un debate como si fuera una competicion, No | te trata de saber quién tiene raz6n, sino quién gana, decir, quién aura con més contundencia. Si una las partes sabe alinearse con los sentimientos de | la mayoria y caracterizar a la oposici6n como un ene- nigo comén, su ventaja es indudable Para incurrir en personalismos no se requiore ni trabajo ni inielecio, En esta clase de competi- cién, los mas perezosos e ignorantes pueden me- : dlirse con los individuos mas ingeniosos y mejor ; dotados (BENTHAM). No es raro que en un mismo ataque se empleen ides la falacia ad hominen, la falacia ad vere- tundiam y el argumento ad populunt. Cumplen | funciones idlénticas: sirven lo mismo para silenciar al siversario que para eludir la carga de la prueba: A usted no se le puede hacer caso porque es tun aventado. Ninguna persona en su sano juicio Adiscutiria esto. Yono es que lo diga yo: lo dice todo el mundo, No es facil sustraerse a la tentacién de utilizar la fnlecia ad hominem. Nos invitan la pasién y la con- veniencia. La pasion, porque aunque no lo manifes- mos, con frecuencia nos inclinamos a pensar: abo- “exo a este hombre, luego no tiene razén ni mé- 257 Hom 258 Hom Ricardo Garcia Damborenea rito, con lo que incurtimos en una falacia crénica a consequentiam (véase). La conveniencia, porgue | siempre es més facil golpear que razonar, En el te rreno de la politica no cabe duda de que las biog | fias personales son mucho més interesantes pare piiblico que los argumentos y pueden reemplazarl: con-facilidad. Por eso conviene sefialar que este juego es peli: 4 groso. Los ataques personales descalifican también al atacante, ya que muestran su irracionalidad y su i digencia argumental. Con frecuencia, se vuelven oo tra quien los produce (contra producentem), porai repugnan a los sectores més sensibles del auditors No por eso se emplean menos. El caso es hablar para que no se note la carencia de razones. Abundan quit: nes consideran mas grave callar que decir tonterias Si alguna vez nos vemos impelidos al ataque pers nal hemos de procurar en primer lugar que culmine\- nuestro razonamiento (no que Jo sustituya) y, en se gundo lugar, revestirlo de formas corteses y, a ser po 4 sible, irOnicas para mitigar sus efectos negativos. - [ Veo que le apoya Lucio Apuleyo, persoia principiante, no en edad, sino en préictica y frenamiento forense. En segundo lugar, segin | creo, tiene a Aliono. Nunca presté suficiente ater” | cion a sus posibilidades en la oratoria; para gi tar, desde fuego, veo que esté bien fuerte yer trenado (CIcERON)'", | Si somos victimas de este abuso oratorio, pode © mos defenderos al estilo clésico: Golpeadme pero escuchad, Si ha terminado usted con sus insuitos, nos gustaria escuchar sus razonamientos; es mas fé- cil escuchar sus insultos que sus razonamientos; 0, como narraba Borges de aquel que fue refutado oon ‘un vaso de whisky en la cara: Eso es una digresion. Ahora espero su argumento. x 455 Contra Q. Cecilio. be Diccionario de falacias 259 Esos golpes que me vienen de abajo no me HOM! detendrén, Les diré: contestad si podéis; después calumniad cuanto queréis (MIRABEAU). ‘Cabe también formular la hipétesis de, que sea ~ otro quien habla: Olvide que lo he dicho yo. Supongamos que Jo dice otro: gcudles serian ‘sus razones para te- chazarlo? Lo més importante es no perder el temple, por- ‘que la tentacion de responder en parecidos términos fucle ser fortisima, Si caemos en ella tal ver disfru- tomos déndole gusto al cuerpo, pero nuestros obje- fivos dialécticos se desvaneceran. Desahogaremos estra célera sin mejorar nuestra causa. Es mejor contenerse, denunciar el abuso del adversario y soli- iat cortésmente un argumento. Solamente se pueden admitir los ataques 2 la per- gona cuando es ella el abjeto de discusion y no sus fezonamientos. En muchas ocasiones se discute so- bre una persona, por ejemplo para eriticar una con- ducta o seleccionar un candidato. Si queremos de- mostrar que el presidente de una empresa pablica es _ tormupto no queda otro camino que poner los hechos ~ encima de la mesa. Conaoéis mayores inconsecuencias metidas por el General Serrano? El trabajé ‘partero contra la Reina Cristina; después, en un paseo que dio a Barcelona, dertibs a Espartero. Entré en el mes de mayo en la coalicion de 1845, y la abandond en el-mes de noviembre, Sostuvo al ‘Ministerio puritano algin tiempo, y Je dej6 caer en fos abismos: Forz6 con su febril mano al General ‘O'Donnell para que firmara el programa de Man- zanares en. que s¢ establecié la Milicia Nacional, J mas tarde apoyé el golpe de Estado que disol- Via la Milicia definitivamente, Con un gesto, con un ademén imperioso, salvé ia dinastia de Isabel Tcl 22 de junio en la Montafia det Principe Pio, y con otto gesto, con otro ademén, derribé la di- ‘nastia de Isabel Tl, el 28 de septiembre, en el Puente de Alcolea, zNo teméis de entregar la suerte del pais al General Serrano? (CASTELAR). 260 Ricardo Garcia Damborenea Homi Es igualmente legitima la critica personal cuando se discute la cuslificacién o la solvencia de una pre sunta autoridad, Como probar que alguien es i competente si no se pueden dar ejemplos de su tor peza? Lo mismo ocurre cuando se conjetura sobre lt participacion de alguien en determinados hechos. Es imprescindible apelar a sus motivos o a sus interese para: probar lo que se pretende, De igual modo, ala hora de ponderar un testimonio, nadie protestari porque se cuestione la fiabilidad del testigo alegando que existen razones para dudar de su buena fe al te- ner interés en ef asunto, o de su capacidad de.ob IGNORANTIAM, Falacia ad. iano ScULLY.—zQue tu hermana fue abducida por alie~ nigenas? Eso es ridiculo, servacin por ser miope o distraido. Son ataques Je Mean at ts to Puedes prober lo "| gitimos porque se limitan a dilucidar si las fuentes 1 la serie de television ‘Expediente 0. oF | son imparciales y estan bien informadas, pero, sobre todo, porque abordan el fondo de la cuestién (en este caso una persona), aportan datos relevantes y no pre- tenden eludir ning razonamiento. a En suma: ante un testimonio, importa saber sia testigo es un embustero pertinaz. Ante un argumento, no, tanto si viene de un santo como de un loco, cho de otra manera: si la industria tabacalera inter- viene como experta en un asunto de tabacos; esta mos autorizados a sospechar de su independencis y a considerar que se trata 'de una autoridad. parcel Pero si la industria tabacalera se limita a ofrecer sus argumentos en un debate abierto no cabe rechazar. Jos por el hecho de que procedan de una parte inte- resada. Hemos de discutirlos. No se puede rechazar (ni dar por bueno) el argumento de un antiabortisa porque éste sea catélico. Llamé Locke argumento ad ignorantiam al que ‘ apoya en la incapacidad de responder por parte del adversario. El proponente estima que sti afirma- tién es admisible —aunque no la pruebe— si nadie | puede encontrar un argumento que la refute, —Le he suspendido porque usted copié en el examen. ~Es0 no es cierto. —éPuede usted demostrar que no copi6? Usted no demuestra que A sea falso ni que sea cierto lo contrario. Luego A es cierto. |. Como nadie puede probar lo contrario, decimos ig | que esta falacia se ampara en la ignorancia o pre- ‘Todas estas falacias revelan el comin propo | sunta ignorancia del interlocutor. sito de desviar la atencién de la medida al hom: + bre, de modo que la maldad de una propuesta rueba por la maldad de quien la apoya, y ls mul: bed de quien se opone prueba la bondad de une propuesia (BENTHAM), No se ha probado que sea falso, luego es cierto. El hombre de Atapuerca empleaba la falacia ad ignorantiam, @Puede usted probar lo con- rerio’ Véase también Ataque personal y Falacia gent. tica. Quien conozea algo sobre el llamado pensamiento §A pimitivo aduciré que es inimaginable que los caver- [ tcolas emplearan recursos ajenos a sus necesidades 262 Ricardo Garefa Damborenea 1@NO dialécticas y que exigen un desarrollo intelectual social muy superior. Ahora bien, quien no conoce e tas cosas ¢qué puede responder? a —Las mujeres estin emocionalmente incapt citadas para gobemar. —¢Por qué? No me parece cierto. —ZPuedes darme las razones por las que pit sas que estin capacitadas? No se trata de si uno puede o no aportar tales ‘azones (tal vez ni se ha parado a pensarlo). La pro- posicién inicial no ha sido demostrada. Encuentra esta falacia un terreno. muy favorable en todas las situaciones en que es imposible confit. mar o refutar una afirmacién: a A mi déjame de historias: o pruebas que Dios no existe 0 te callas. (Puedes asegurar que no he tenido tres en- carnaciones anteriores y que no volveré 4 reen- carnarme? No puedes probar que los espicitus de lor | muertos no regresan a la tierra para comunicase con los vivos, 3 Se supone algo como cierto porque es imposible probar su fleedad. Tales el caso de los extatenes tres, los fenémenos paranormales, los duendes 0 monstruo del lago Ness. Por ejemplo, se puede afi ‘mar que existen habitantes en otros planetas porgue nadie ha demostrado que no existan. q . Nadie ha demostrado que los extraterrestes no existan, Debemos concluir que existen. En sentido inverso se puede argumentar: _ Nadie ha demostrado que los extraterestes oe ftego 0 erie, Se ve que nuestra ignorancia sirve lo mismo pate probar una cosa y su contraria. 4 Diccionario de falacias Nos encontramos en esta falacia ante las situa ‘ones més flagrantes de inversién de la carga de la | prueba, esa maniobra que traslada al oponente la res- - ponsabilidad de probar la falsedad de lo que uno "fia, En lugar de aportar argumentos, busca un "apoyo falaz en el desconocimiento ajeno o en la im- ~ postbilidad de probar lo contrario. Lo que de verdad = $e ignora en la Falacia ad ignorantiam es el princi- pio que dice: Probat qui dicit, non qui negat, In- “

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