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Paraguay se enfrent a Bolivia, en la llamada Guerra del Chaco (1932-1935), estimulada esta vez por

trasnacionales petroleras rivales, del grupo de Las siete hermanas.


El 12 de junio de 2014, se cumple 79 aos de la firma del Protocolo de Paz entre Paraguay y Bolivia. Dos
das despus, el 14 de junio, dejaron de rugir los caones en los campos de batalla del Gran Chaco, y se
dio paso al abrazo fraterno de dos pueblos que decidieron enterrar definitivamente el hacha de guerra
Y aunque con desfiles y festejos se recuerda la fecha, los verdaderos protagonistas que restan de
aquella gesta siguen siendo los ms relegados y todava padecen necesidades, especialmente en cuanto
a alimentacin, medicamentos y una vida digna en los ltimos tiempos que les quedan por vivir.
Son muy pocos los veteranos que sobreviven en el pas. En varias localidades ya se extinguieron y en
otras quedan apenas dos o tres. De acuerdo con los datos que tiene registrado el Ministerio de Hacienda
son poco ms de 900 los excombatientes que quedan y cada da son menos. La mayora se encuentra n
en muy avanzada edad, superando los 90 aos. Pocos afortunados llegan o superan la barrera de los
cien, gracias al cuidado de sus familiares.
Y aunque la buena vecindad y las relaciones fraternas entre los dos pueblos han sido la constante en
todas estas dcadas de postguerra, de repente surgen versiones sobre posibles intenciones de ingresar
nuevamente al Chaco Paraguayo.
Resulta imposible mencionar a tantos hroes, no slo jefes y soldados, sino choferes, mecnicos,
mdicos, enfermeras, en el campo de batalla. Y, junto a todos ellos, las madrinas de guerra, quienes a
pesar de la distancia, vivieron muy de cerca las patriticas luchas. Han pasado 79 aos de aquel hecho
que slo puede llamarse glorioso, por haber marcado el final de un encuentro de sangre entre dos pases
hermanos de Amrica. Hoy nuestros hroes se estn yendo lentamente al ms all, a la presencia de
Dios, para reencontrarse con su compaeros cados en la pavorosa contienda. Y todos, desde ah,
contemplarn orgullosos la obra realizada y se mantendrn vigilantes para observar si nosotros
honramos su legado.
De todas maneras se puede concluir que las heridas que dej la cruenta guerra han sido totalmente
cicatrizadas y es hora de construir juntos, con Bolivia, el futuro, mucho ms unidos que con cualquier otro
pas vecino.

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