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1. La teologia existencial: Rudolf Bultmann y el pro- blema de la historia, i 2. La teologia trascendental: Karl Raner el pro blema del antropocentrsmo, 3. La teologia de la cultura: Paul Tillich y la inte. pretacién religiosa del mundo secular 4. La teologia politica y Ia modemnidad incompleta _ 1 La teologia existencial Rudolf Bultmann y el problema de la historia La crisis mis grave de la fe cristiana y hasta hoy ain no superaa a representa la critica histrica. La época de la Tustracion comenz6 en el siglo XVII con el andlisshistrico- srfticn de las wadiciones y el estudio de Ia secular dominaciin, de Ia Tlesia y del Estado, El dosenmascaramiento dela «do- nacién constantiiana» como na leyenda sobre ta fundacin, de la Tales como Estado fue slo el principio. En el campo proestante se desaroll6 la investigacién histrico-rfia de la Biblia, qu desde J. S. Semler se conven la expres, de In honradez intelectual de les hombres ilustados de Europe, Objeto dela erica fue la docrina de la inspiracign verbal de la wsagrada Eserturis, a taves de 1a cual hab sido declarada éta como infalibe, auosuficiente, lie de contradiccions y, con ello, como sioridad absolta en todas Jas evestones de'la fe y de la vida, En el campo extlico, cien alos después, fue presentada en su relativided hisica Y fue cuestionada’efticamente la afiemacion del i infalibi lida del magisterio de la Iglesia, jgualmenteiatocable y ibre de precio. 5.1L Kes Cais de hierichchen Bn des Ae 7 La reflexin histéricoertica de Ja autoridad religiosa en la Biblia y en Ia Iplesia se consider y se considera, en el mundo civil, como el fuadamento de su libertad religisa* Pro llev6 también al inevitable reconocimiento de ta relatividad histrica de todos los valores e ideaes, que los, hombres han considerado y ain consideran como santos, absolutes y divinos. El relativism histrico, para el que no puede haber nada absoluto en la historia, fuera de la ‘elatvidad general de todas las cosas, fue consecuencia de In critica hstérica. Pero, ,e6mo puede poner la fe, que sin dduda es certeza absolut, su fundamento en ana tradicién histrica que, por cierto, es siempre relativa ya que se basa en lt probabilidad y se transmite de modo inseguro® emo Ia fe en Dios, que es ciertamente el absoluto y necesai, puede apoyarse en casuales sucesos histricos? «Las ver. ads histricas easuales no pueden converse munca en ‘prueba de las verdades necesirias de la rizén, habia de- clarado G. E. Lessing ya en el siglo XVI. ‘Con ei desartollo de la conciencta histérico-crftica se Te ming el terreno no s6lo alas auoridades religiosas, sino también a todos los valores y normas propios del ethos de Ja sociedad, El relativismo histérico condujo al subjetvis- ‘mo de la moderna sociedad pluralista. Porque la motivaciin inlema de la investigacion histico-critca era que los hom: bres actuales se sintieranIiberados de Ta tutela de las ta diciones. «La conciencia histrica rompe las sitimas ca ‘denas que no pudieron romper Ia filosoia y la ciencia de 1 EAS tee, i, Der Hiner und seine Chernin. Pang Vormige, Bela 1924, 3s. Paes tere reat, pane eee aaa 88 1a naturaleza. Ahora’ et hombre es completamente libres”. ‘La cinvestigacin histrica de la formaciGn del pensamiento ‘nomano. resulta siempre dil para liberarse de él. eLa verdadera critica del dogma es su historian’ Pero, jen qué consise liberat «In actalidad de la presiGn propia de 1a tradi’ del pasado? 90 conduce a ‘un nvevo absolutism de la actualidad respect al pasado” Si la conciencia histérica proporciona la idea de 1a reat vidad temporal de todas las cosas, entonces Ia misma 8o- tualidad es también relativa; en consecuencia, todo «ests ‘movigndose.en-un proceso y nada permanece» (W. Dik they). «La historia mundial, como juicio del mundo, de ‘muestra que cada sistema metafisico es rlativo, provisional y pasajerd>. Con ello el problema de 1a «mediscién> entre Ja wadiei6n crstana y la actualided secular qued6 insolu- Die. E, Troelisch fue el que més claro lo vio y fracas6 en su intento de solucién: «La relacin existente entre la mo: vilidad sin fin de la corriete histriea de la vida y 1a necesidad del espiciv. humano de delimitaria y_formarla ‘con normas seguras no hace posible conducirla hasta una sintesis postiva, porque la contadiccion permanece»; «n0 se puede hablar de religion absoluta_antes del fin de Ta historia EI protestanssmo liberal moderno fue el primero en salir ala bdsqueda de una respuesta ante el reto el esprit actual. EL proyecto de una adoctrina de la fe», ereado por 2. Winey, Gree eer VI, Stat 1982, 25, "Nth ow hen nt Sr arf Ltn Ci eae 89 F, Schleiermacher, impregné el. protestantsmo det siglo Koa (Con Scileiermacher, en el lugar del dogma cristolégico de Ia Tpesia, se coloca al Jesis terrenal, reconocible his- (Gricamente. Mediante su actividad redentora y a través de su «constante y paderosa conciencia de Dios» va mareando Ia conciencia que los hombres tienen de Dios, aunque dis- ‘minuida por el pecado. Por medio de su profunda perso- nalidad Jess actus y sigue actuando en los. hombres precisamente, sobre su sinmediato autoconocimiento»: st alma y su conciencia. Por esto so Te pede lamar el «ar- ‘qutipo generador» del hombre reconciliado y unido con Dios. Por consiguiente el erstanismo es «religién de sal- vain» personal. Cuando Schleiormacher reloré —res- pecto a I historia del dogma de Crsto— a Jess mismo y scentu6 en Ta historia de Jesis, no la encemacién sobre natural nit la resureccin escatolégica sino la earencia de pecado y su constante y poslerosa concicncia de Dios, salié al paso de Ia critica histrica y acept6 el gto antropocén- trio de Ia modernidad. Dios esté presente, no en los hechos ‘objetivoshistricos, sino en la. conciencia subjetiva del hombre hist6ico, Ademés liber laf de las afirmaciones dogiiticas y de los postulados morales, colocindola en el ‘mismo corazén de la. persona humana, como el «senti- ‘miento interior de la incoadicional dependencis» de Dios, Eta solucidn fue considerada, durante més de cien ais, ‘como genial porque substrajo la critica del conocimiento histérico, modermo y cienttic, Ia «vida inteior» de Jess ¥ también la «vida interior» del hombre ereyente, Sin em- buargo, Te robs por su pare al cristianismo la posibilidad de eriticar ef conocimiento modern, c ‘A comienaos del siglo XX, el teélogo de Magdeburgo, W. Hemmann (1856-1922), present6 esta solucién al es pirity moder, agudizado por el positivism histrico y Ta ampliaformacién cientifica de la naturaleza. I conocimiento de Dios era para él «la expresisn sim plista de la vivencia rligisa>s simplisa, porque carece de a fuerza de las pruebas objetivas, una expresisn, porque se tefiere absolutamente a esta experiencia interior del hom- bre. Para Hermann el mundo se dividié en dos realidades, diversas: ef «mundo de las cosas» explicable, imaginable, abarcable bajo conceptos generales; y el mundo expec. ‘mental del propio ser que solamente puede expresarse y al {que s6lo se tiene acceso individualmente. En el «mundo explicable» de las cosas, ni Dios, el Absotuto, ni la inti ‘midad de la persona humana, aparecen como lo ceatral “Dios tan poco edemostrable», por e80, como la mis- ‘midad de Ta persona humana. «Un Dios demostable es simplemente ‘mundo’. y un Dios que es ‘mundo’, es un fdolo»", La psicologta cientiica puede, es verdad, des- hhacer el alma en una variedad apreciable de relaciones: sin embargo, la unidad en que resumimos la diversidad de ‘nuesttos estadosinteriores, nuestra autoconciencia, es algo ‘completamente distnto del conocimiento de esas’ mismas felaciones, Con esta diferenciacién gané W. Herrmann, en el momento de la solucién cintiica del crucigrama’ del ‘mundo y de la explicacin psicoanalitica del conocimiento, ‘tro reno: un mundo intacto, no infcionado. «Dios y el alma», con formulacién modema: la trascendencia y la texistencia no pertonecen al mundo objetivo de las pruchas 15. Hermann, Goer Ofrirne aan (50) Sion sr on raga de Tso nn 35. 91 y de Ia ertica, sino a la dimension no objetivable de ta experiencia inmediatainterioe™ Ese s el campo subjetivo de la ereligisn; «el despertar el individvo a un condcimiento que, para él misma, ests fundamentado en. semejante vida personal, es0 es reli- idm". La teologfa cristiana prescinde aqui e las pruchas ‘objetvas de Dios a partir del mundo y de la historia. Al poner en relacién a Dios. s6lo con la experiencia propia, Interior del hombre, convierte realmente en virtud si ne- cesidad moderna de prusbas. La experiencia individual re ligiosa fundamenta la personalidad interior del hombre, da cestabilidad a su alma y cimenta su soberana libertad fes- ecto al mundo. En la imagen modema del mundo. mecs nizado y.en el mundo modemo de las institiciones y de Jas méquinas, no sé6lo ya no aparece Dios, sino también ddesaparece el hombre con su propia personalidad, convir tigndose en un entramado de roles sociales y en un autémata ‘0 en un chombre sin cualidades propias» (R. Musil). Pero la relgidn —entendida como fe subjetiva— salva la des truida subjetividad de los habitamtes de la eivilizacion mo- ddemna y de las grandes ciudades.y transforma los objetos meramente ocasionales en objetos personalizadores. En esta ‘moderna «teologia de mediaci6n» se pueden reconocer tam bign de manera especial los aspectos apologéticos y eftico- terapéaticos R. Bultmann (1884-1976) fue un tedlogo neotestamen: tario y, al mismo tiempo, uno de los teslogos més inf yentes del siglo XX". Como historiador del nuevo testa See eceee dn Wille ce mth Ratan a? oad, agers meamerioeae care 16. R. Bullmann, Gimben ani Vernshen. Gesamte Aufor, TWingen woah amen cetaacrpa aoa Be 2 ‘mento se dedic6 especialmente al estudio de la conciencia istrico-erficay se sintié responsable ane ella, Como fiel tisefpalo de W- Hermann, en Magdeburgo, conocia su steologia protestante de la mediacisne. A través de su amis- tad con M, Heidegger descubrié Bultmann la terminologia de Ia filosofie existencial, pero sus ideas teolépicas fun- damental estaban ya formadas desde antes. Siguiendo los pasos de W. Herrmann, escribié en 1920: «Naturalmente la religion es cosa privada y no tiene nada que ver con el Estado». Es slgo individual, por tanto nada tiene que ver ‘con las generalidades. La religin no tiene por tanto shis- toria», sino que a lo largo de todos los tiempos se plante ‘un solo problema al que de una manera individual debe d siempre una respuesta nueva: «Encontrar un poder ante el cual sea posible una entrega personal, libre>", Este poder «8 Dios, «como la realidad que todo lo determing, y que ‘cualguien hombre, con tal que se entregue a Dios, puede Pereiit personalmente en su propia experiencia intevor. Hablar de Dios, sin tener en cuenta esta experiencia interior propia, es una abstraccién y una blasfemi Se puede hablar {de Dios solamente a partir de la vivencia interior. Hablar de Dios significa, al mismo tiempo, hablar’ de la propia cexistencia”. Cad frase sobre Dios es, al mismo tiempo, una frase sobre ls propia existencia. La teologia es. al ‘mismo tiempo, antropologia;y al revés, Ya en 1921 emplea R, Bultmann el concept de la sexistencia» pero con él no entendia ota cosa que Io eX presido por Kierkegaard con el concepto de ™, El hombre se convierteen sujeto y cll, Ja saturaleza, en su objeto. EI mundo de la natualeza se 01 Se dosdiviniza, se mundaniza y pasa a ser el material de la ‘voluntadfnimana, Et hombre se descorporizay es entendido cexclusivamente como el sujeto, con entendimiento y vo- Tuntad, que puede colocarse frente a la natraleza y frente 44 sa propia corporeidad. La moderna «ametafisica de la subjetividad>, que formul6 primeramente Descartes cuando istinguis entre rex cogitansy res extensa y defiié la una ‘como opuesta Ia ora, domina Ia filosofia occidental hasta J actalidad y no es ota cosa que el fundamento ontolégico el imperalismo planetario del hombre organizado t= EL mundo de a naturaleza, que rodea y sostiene al hombre, viene presentado en la imagen del mundo y esti fabricado, en esta imagen, de acuerdo a las reglas humanas. De acuerdo con esto la pregunta sobre la esencia y el destino del hombre se coloca en el centro de todas las eiencias. La imterpretacin del mundo hunde sus rafees en la anteopo- loaf, puesto que el hombre impone su medida a todas las sta pregunta del hombre sobre sf mismo y su verdadera esencia, lo mismo que sobre su destino histrico, qued6, precisamente por esto, sin respuesta, La naturaleza some tida no tiene capacidad de respuesta. El cielo, negado, permanoce mudo. El hombre moderno se ha separado de sus integraciones originaias, naturales y religiosas. Esta es la razén de que venga sobre él esta permanente crisis, de identidad. «ZQué es el hombee?», es sw pregunta mis, esencial y nadie puede respondérsela, y mucho menos él ‘mismo que es quien lanza la pregunta saga le ot des Wei ee an SOM Bakr, su eee? Msi 18 102 1. Fue solamente una, simple consecuencia de todo esto el que I, Kant formulara at las preguntas fundamen- tales de la filosofia modema: ,Qué puedo saber yo? A esta Dregunta responde con su «Crtica dela az6n pra, {QUE ‘debo hacer yo? A esto contesta con su «Critica de la zn Prictica>. {Qué puedo esperae yo? Y a esto responde con sLa religion dentro de los limites de la razény. {Qué es ol hombre? En rigor, afirma Kant, odo esto podia pertenecer la antropologia, porque las wes primeras preguntas se ‘efieren a la tltima™. Sin embargo, él no estuvo en con- diciones de responderias. Nunca escibié la «antropologiay comrespondiente. Hasta M. Heidegger nadie ha respondido ‘esta cuarta pregunta, cuya respuesta debe solucionar todas las dems, y solo pudo responderla,remitiéndola a la pre- ‘gunta sobre el «ser» misma", La religidn del tiempo modemo, de acuerdo con esto ‘cambio, eS antrpocéntrica y esté orientada al sujeto. EL centro lo ecupa, no Dios, sino el conocimiento de Dios; no la historia'de Cristo, sino la historcidad del creyente: ro la fe objetiva, sino la conviccién subjetiva, Este des- amiento hacia 1a significacin subjetiva de la fe c0- ‘menz6 yaen la Reforma. Ya no se progunts: qué es exo?, sino ,qUé significa esto para mi?™ Con elo, se colocaron las agujas a punto para el cambio ‘en I rftcareligiosa. Si todo lo religioso se retire al sujto hombre, entonces puede converse a éste en la medida de todas las cosas religiosas, La «antropologfa» fue desci- biertay revelada como et mistero de Ia teologéa (L. Feaer bach), No cre6 Dios a los hombres a su imagen, sino que 2. Kat, Lop Anima, Work 8 55. Nigam ds Prono epost, Hoe 09,18, aoe ee Sa 9 Here ae 103 5 el ombre quien se crea sus fdolos do acuerdo a sus deseos". eLa religion es la autoconciencia del hombre que, (no se ha encontrado atin a s{ mismo, o se ha vuelto a perder... La religién es el sol imaginario que se mueve alrededor del hombre, mientras no se mueva él mismo alrededor de si... Radial significa tomar las cosas en sus rafees, La raz, para el hombre, es el hombre mismo" Dadas estas condiciones antropocéntricas de_ nuestro tiempo, la teologia crisiana puede ser erefble slo como antropo-teologia™ Debe penetra dentro de las nuevas condiciones y anu- ciar en ellas la fe cristiana en Dios. En el campo de la teologia eatdiea y, mucho mas alld de sus fronteras, K. abner (1904-1984), da un paso definitive con st teologta ‘aranscendental»™. Esta teologia estéinfluenciada, es ver dad, por la cercana filosofia transcendental del idealismmo alemin, pero con su contenido pretende simplemente re- fexionar sobre algo que desde siempre habfa estado dentro de In temtica de la wadiciOn cristina y, concretamente, sobre la autocomunicatién de Dios al sajeto humano, Si el sujeto humano esté destinado a la recepciGn de esta autocomunicacién de Dios, entonces tiene en sf mismo una ‘concepcién transcendental. A la autocomunicacin graciosa de Dios al hombre corresponde, en todo cas, la autotrans ‘endencia interior del hombre. La teologia transcendental aclara por tanto «las condiciones apriorsticas en el sujeto Jal fe te Pnetrk Son Nee, sage 1 “Kh he Puchong 9 2, EF Fh a ins De te i a "Kahn Ser a Teele, XIV. Rd 708 Kin gt ai ep, Ma Co 104 creyente_para el conocimiento de toda verdad de fe», ‘Rahner, 10 mismo que Bultmann, continda con esto el anti ‘gu0 tema dela teologia agustniana: —eDios y el alma— yo trasiada al hombre modemo, que se ha coavertigo para S{ mismo en una pregunta sin respuesta. Con su concen- tracién sobre la interoridad subjtiva de la propia expe- riencia y de Ia experiencia de Dios puede superar Rahner quello que tanto choca a la inteligencia moderna, acerea e Ta fe dogmstica y de la fe en Tos Tamados hechos sl vificos. «La signficacién existencial de los hechos hist reos no se puede entender en absoluto si Ia teologi trans ‘cendentals" ‘Al analizar misticamente la pregunta sin respuesta sobre S{ mismo, el hombre modemo perebe, ms hondameate, la crisis interior de su identidad, Esta ersis ftima, pro lucida por el mistrio que es el mismo hombre, le leva tocar el otto misterio Hamado Dios. A este hombre mo: demo, que busca falsamente su slvacion en verdades y en progresos objtivos, hay que explicate primero la apertura ‘objetiva de su existenca, es decie, su «misterio» imerior. Pesto que el hombre, por razén de su autotranscendencia std drigido hacia Dios, s6lo la propia apertura de Dios puede perfeccionar la existencia humana, Por tanto Rabnee debe mostrar que la verdad divina del cristanismo va di- rigida al sujet y que tene cardetersubjetivo. Para el hom- ‘bre modern esta verdad entra en la dimension de To «mis tivo», de lo emisterioso», de lo «paradéjico», La verdad es la subjetividad indemostrable y, sin embargo, fnrefutable" nn Bag fi, Fl mnt Le inp pi, La tologfa de K. Rahner se extiende en dos dimensio res, una interior y otra exterior: la «istica» de los Bjer cietos de san Tgnacio de Loyola y ls «apologética» frente Al mundo modemo que se ha woelto antropol6gieo. Con toda razén se ha llamado a su teologia, una «traduccion ‘modem de la experiencia mistice». Tomamos aqui, de su ‘obra completa, sus esis mis Tamativas sobre «los exstanos anénimos» para mostrar con ellas los conceptos de la me- diaci6nteolbgiea transcendental, La Iglesia cristiana en la sociedad moderna ha entrado posiblemente en una aporia sin solucién. {Cémo. puede ‘efenderse 1a pretension universal crstiana. de salvacién (Dios quiere que todos los hombres se salven» 1 Tim 2, 4 por parte de una Iglesia que se va convitiendo, cada vez, ris, en una minoria dentro de un mundo donde abunda el pluralism religioso? es inaceptable que también, fuera de fa Iglesia, haya wcrstanos andnimoss? gedmo se concilia ser cristiano con el auténtico ser hombre, y el verdadero ser hombre con ser cristiano? ;n0 presupone la realidad ticular de la fe su propia posibilidad universal y mani- festa asf su pretension sobre ta verdad’? Rahner respond con una taslacién moderna del esquema medieval de «na- turaleza y gracia». Lo mismo que la gracia presupone la naturaleza y no la destruye, sino que la perfecciona, asi presupone fa autocomunicacion libre y graciosa de Dios a Ja eri, a la que se comunica, Ia posbilidad de aceptar la autocomunicacién divina, El hombre tiene posibilidad interior de conocer y aceptar la autoentrega de Dios en su revelaci. Puesto que Dios es el infinit, el inconcebile, el escondido, debe el hombre, a este respacto, ser consi- ‘derado como un ser «de slimitada apertura ate el ser sin 106 limitaciones de Dios». Sw apertura transcendental es «la indefinibitided del hombre para. sf_mismo>*; expresado ‘eoldgicamente: su referencia al misterio infinito, a Dios. El emistrio» que es el hombre para sf mismo, es el mistrio el Dios infinito, y al revés. La antropologfa y la teologia estén, por tanto, en una inseparable y coreativa relacién ‘mutua, Partiendo de Dios debe decirse por tanto teolgi- camente: el hombre es el ser que empieza cuando Dios se ‘comunica a sf mismo en la encamacién, Patiendo del hom- bre debe decirse, en consecuencia, antropoldgicamente: el hombre es aquel ser que se encuentra a sf mismo cuando se abre y se enrega al inconcebible misterio de Dios, Esta autotrascendencia general, consttuiva del hombre llega, or tanto, a su perfeccién verdadera y a su cumplimiento, fn la propia comunién eon Dios en Cristo. A este respecto, Ja encamacién de Dios es el «caso irepetiblemente supremo de la realizcién esencial de la realidad humana». La Jnmanencia de Dios en el hombre y la trascendencia del hombre en Dios, coinciden en Cristo. ‘Rahner pusde relacionar los dos aspects, uno con otro, como interior y exterimente» y como «ansnimo y ex” plicitante», y décir que el hombre, en la experiencia de su trascendencia, siempre experimenta ademés un ofreci- miento de la gracia divina, «La revelacin de la palabra en Cristo... es solamente Ta expresién de aquello que somos siempre por gril De agui se deduce que la stevelaciéa, cristina explicita se hace enunciada reflejo de aquella e- ‘elacin segsn gracia que ef hombre experimenta de manera no refleja en Ia profundidad de su naturaleza>*, La autocomunicacion de Dios, oftecida 8 todos los hom- bres en Crist, es ciertamente la wineta de la creacién» y su culminacin. Por eso —coatinga Rahner con su atrevido ‘iro de pensamiento—, por una parte, ser erstiano n0 es ‘otra cosa que ser auténtica y explictamente hombre; y set verdaderamente hombre significa ser cristiano «anonimon. ET hombre que llega a su ser y 2 su verdadera realizacion cesencial, es cristiano, lo sepa 0 no, porque recibe esta revelacin ya cuando él se acepta verdaderamente a i mis- ‘mo stotalmente», ya que ella (la revelacién) le esté hax blando en su interior”. «En esta aceptacién de sf mismo recibe Ia gracia del mistrio que se nos brinda de una manera radicals; a esto esa lo que nosotros denominamos Dios. La pretension universalista del cristianismo viene jas- tificada por Rahner cuando sedala que ser verdaderamente hombre es Io mismo que ser cristiano «andnimo>. Describe Ta eseneia del hombre y del ser de Dios como un «misterio», y-con ello entiende tanto su indefiniblidad como su inson: ‘abilidad. Los «acertjos» pueden resolverse, pero los mis terios hay que acatarlos y honrarlos. Al superar Rahnor todas las definiciones conocidas y Tos nombres dados a Dios yy al hombre, remitiendo a una mayor indefinibilidad ein ‘enominacién, consigue un asentimiento universal a sus Postulados teol6sicos porque, a través de las pruebas ne- ‘gativas inconereas, consigve mejor el asentimiento que a través de las fjaciones de las sfirmaciones posiivas, Nace ‘una unin mayor manteniéndose mudos ante el misterio infinito © impenetrable que con el discurso, el cual silo incite inmediatamente a la contradicci6n ‘Con su tess sobre los scrstinos anénimos> abre Rah- ner las fronteras de la Iglesia los hombres del mundo 108 maderno y supera el repliegue sectario de la Iglesia sobre sf misma. Pero, como él deriva el autéatico ser hombre naturalmente del rer cristiano entonces el auténtico ser hom- trees 1o mismo que sererstiano «anénimos. De esta forma ser cristiano es To mismo que «ser de verdad hombre» y con ello, se converte en su norma. Rehner consigue ex- plicar, ademds, la sgnificacidn universal de ser etstano; pero, 780 toma también en sero el pluralism de las reli Bones y la libertad de religién del mundo moderno? 20 8 peditle demasiado ala existencia cristina si ella misma debe representar ya 1a verdad universal de la existencia humana? jno es es0 la vija exigencia del absolutism, en la que han fracasado tantoscristianos y a través de la cual Ja Iglesia tom6 conciencia dolorosamente de sw propia im- perfeccin? {no se da To mismo que en la existencia cris fiana, a su manera, también en la existenca judia y en la existeneia humana de otras religiones, ese «ier de verdad hombre»? ‘Al igual que Bultmann, también K. Raber se somete abiertamente a la exigencia que tiene el hombre moderno de wsinceridad intelectual», «Las verdades casvales hist6- ‘cas no pueden nunca ser el fundamento de las verdades recesaias de Is razén», habia objetado G. E. Lessing, al ccomienzo de la Tustracin al crticar la fe en Cxsto. Rakner retoma este eproche. Para el hombre modemo no es «sen- cillamente erefble, que el suceso de la encamacién haya podido suceder, justo, una sola veo», Por eso se pregunta 41 qué bubo de universal en aquel suceso nico y desarolla sii doctrina acerea del hombre como «idea de Cristo»®. {2Qué coresponde la historia easual de Cristo en la sub- jetividad interior de cada hombre? La presupuesta apertura ‘del hombre ante la aparicién del Dios encamado es con- ‘retamente a «idea de Dios», Lo que sucedis exteriormente en aquella historia. encuentra su correspondencia y remi- niscencia en nuestra propia experiencia interior. La «idea 4e Cristo» se deja sentir en el hombre si busca la mxima ¥¥-al mismo tiempo libre realizacién de su set. Raber des- ‘ube en Ia propia trascendencia interior de los hombres luna especie de «cristologia anénima y en busqueda». Si no se diera esta idea de Cristo en la constitucién del ser hu mano, entonces ningtn hombre seria capsz de reconocer & Cristo y creer en é1. Presuponer esta idea de Cristo en cada ‘hombre es el supuesto fundamental de toda la teologéa ers- tiana, puesto que el misterio revelado de Cristo es también el misterio de toda la creacin, La natualeza de cada hom te se apoya en [a gracia, porgue la gracia presupone la naturaleza. Por esto Rahner ealifica Ta cxstologfa como «antropologia trascendente> y ala antropologéa como acts. tologia defiienten" EE hombre es un «misterio para sf mismo, pero siempee tendiendo al misteio de Dios»; y Jests, el hombre-Dios, nos comunica su misterio al tomar parte de nuestra exis tencia. Su misterio consiste en el amor de un Dios innom- brable, infinite, inagotable y desbordante de generosidad, [Nosotros partcipamos en él si encontramos en su mistrio cl poder ante el que nos es posible una totaly libre auto- donacién y enttega, Ast coinciden la «experiencia interior yel mensaje exterior». [Esta comrespondencia puede verse también en el mismo Jets. De una parte, es Jess el hombre que vive una nica, 52 Ree’ Entre wot 38, 0 Y absoluta entrege personal a Diots* De otro lado, esta fentrega del hombre & Dios implica una absoluta y propia ‘omunicacisn de Dios» al hombre. ‘La cristologta desde aiba, que parte de la encarnacién de Dios, se cortesponde exactamente con la «cristologia desde abajo» que arranca de la conciencia divina'y de la tentrega de Jests a Dios. El hombte que se entrega 2 Dios y sl Dios que se da, en regalo, los hombres, son en Jesucrsto, Dios y hombre, una misma cosa. Precisamente esta estructura divino-humana la vuelve a encontrar Rahner fen lt relacign entre erstologiay antropologia. Cristo es no solamente Ia bajada ¢ descenso de Dios, sino también la subida y el futeo del hombre, La encaraacion de Dios y del hombre es, al mismo tiempo, cl punto culminante de la histori salvfica y-de la evolucién, Con la aceptacion de los pensamientos fundamentals de las modemas tcorias {de la evolucién amplia Rahner su anttopologia. de forma sistnta a Bultmann, hasta la cosmologia, «La autotascen- ‘dencio» es uno de’ los principios estructurales de la. au- toorganizacién de la materia y de los sistemas vitales abier- tos, El camino de la evolucign que se trasciende asi misma lleva de la. materia a Ja vida, al conocimiento, al esprit EI hombre, como ser espritial puede ser entendido como ‘cautotrscendencia de lt materia viviente»™. En. inteepre- tacién teoldgica, su autotrascendencia Tega por su_parte hasta el misterio de Dios estédrigida al fenmeno Cristo, fen quien se dan la entrega del hombre a Dios y la auto- ‘combnicacién de Dios al hombre. Visto desde esta meta, fl fin de la evolucién es, en consecuencia, la autocomu- ricacign de Dios al mundo", 3K. Ras Bore do SK Rite fie ett 28 En razén de esta concepeién del mundo ha presentado Ratner a Dios, en muchos diglogos con marxistasy cien- tifeos naturalists, como ze futuro absoluto» ha referida todos los futuros relatives de las metas y de las esperanzas hhumanas al misteio de este fururo absolut, La teologia cristiana no sabe mis acerca del futuro que otras ciencias € ldcologfss, sino menos, porque en el futuro absoluto del mundo aprecia el misteio de Dios y aprende a honrarlo ‘mediante la ertica de las utopias e ideologis, ‘La teologia de Ia mediacién de K. Rahner para un mun do que se ha vuelto anteopocéntico y para la insondable subjeividad del hombre modema, tiene su fuerza en el hecho de que transmite le tradicidn eeistana tol, sin pa sarse nada, y en que la comunica de una manera exigente, no fil y barata, al poner el acento en la honda dimensia mistica de la fe cristina. En esta fuerza suya se esconde también, sin duda, la debildad de Ia posicin de Raber ‘Ala vista de las justificadas preguntas del expiity critica modeeno ante la forma medieval del crstianismo, debe legarse no s6lo a las mediaciones sino también a revisiones| 4e la tradcion erstiana. En la tesis do los «cristianos and nimosy fuera de la Iglesia crstana podeia subyacer también tuna intenciGn oculta, por pare de la Iglesia, de apropiarse de todo lo verdaderamente humano. Los humanistas, que se han manifestado contra el crstianismo conocida por ellos, es posible que no quieran ser designados como «ctis- tianos andnimos», lo mismo que los etistianos ereyentes ‘no querrian dejarsetildar de «budistas andnimos». :Se poe de ser cristiano anGnimamente sin nombrar el nombre de CCisto sin reconoverio? es aténtico erstanismo ya, un verdadero humanism? Si fuera asf, entonces tendria el cristianismo, de hecho, una sigificacin univers y tam- bign una pretensién universal de todo lo verdaderamente 12 Ihumano, Pero esto no debiltarfa la soxpecha de que, con esta apertura inclusivista del eristianismo a todo 10 verd deramente humano, se esti defendiendo 1s antigua preten: sidn de dominaci6n de Ia Iglesia sobre el mundo, aungy de forma distinta. Pero, jn0 se da junto a la existe cnstana, en la historia de Dios, también Ia existenca judi, ‘como testigo de la justici y del futuro de Dios? no debe reconocer por tanto la Iglesia de Cristo, por razones teo- logicas, a su lado en la historia salvifea del mundo, en primer lugar a Israel, como pueblo de Dios? ;puede en- tonces designar a los judios ereyentes como cristianos anénimos»? ‘Creo que no puede ser. Por eso yo propondtia hablar liferenciando entre ser erstano y ser hombre y entre Ilesia ¥¥ mundo, Incluso en el sentido de Rahner, deberia acen- ‘warse mas, en primer lugar, la diferencia escatolégica entre Iglesia de Cristo y reino de Dios, lo mismo que entre el reino actual dela gracia y el reino futuro de ta gloria de Dios. La Telesia no es atin el reino de Dios mismo, sino ‘6lo la mediacién, peeparacién del camino y testigo del Reino que viene. En este camino descubre junto a sf Israel, como la otra mediacién, preparacién del camino y testimonio del reino venidero de Dios" EI reino venidero de Dios, de acuerdo a la esperanza de los profetas y de los apéstoles es entendido como la nueva ereacién, habitada por la justicia de Dios. Por eso, segin esta esperanza, se consuma también en Ia nueva creacién el ser hombre. El reino de Dios es también el futéntico reine humano de los hombres que responden Ia presencia de Dios us Finalmente, el eino de Dios no es el reino de la paz de todas las criaturas: «Ya no habré muerte, ni Ito, mi Tanto, ni dolor...» (Ap 21, 4). Si esta es la meta de la consumacién, entonces no puede decirse que la gracia con- ‘uma la naturaleza. Més bien, la prepara para Ia gloria futuray la sconsuma» s6lo en este sentido. Entonees tam poco puede decirse que ln encamacién de Dios en Cristo sla meta de la creacién. La encarnacion de Cristo prepara mds bien Ia creacién para la inhabitacion essmica de Ta gloria de Dios y «consuma> a creacién en este sentido, Ser cristiano ha de considerarse, por tanto, como la anti- cipacion de ser hombre de verdad, bajo las condiciones de Ja historia incompletay de este mundo ain sin redimir. Ser cristiano e un «camino de Dios» hacia la meta de ton sumacign del mundo. La mis reciente tologta y més fuertemente orientada ‘escaioldgicamente, patieado ‘de Barth y Rahner ha acen- ‘wad estas diferencias y diversas direccioes, sobre todo teniendo ante la vista a Isracl, La mis madera teologt ms orientada polticamente, apoysndose también en Barth yy Rahner, ha puesto nombre concreto a los Hamados «eris- tianos annimos» y los ha descubierto en fos pobres, ham brientos, enfermos, sedientos y presos de MI 25, los cules son llamados por Cristo sus hermanos y sus herman mis hhumies, y en quienes 61 mismo quiere estar presente es- perando las acsiones de los justos: «Lo que habsis hecho ‘uno de ellos, Jo habéis hecho conmigo», Si Cristo mismo esti en ellos presente, entonces se deduce necesariamente Ja «opcidn preferencial> de la Iglesia por los pobres, A, través de a toma de partido de la Iglesia por los pobres, son sacados &s(0s del anonimato en que estaban hundides Los pobres, por su pare, llevan a los crisianos creyentes somunién con Cristo, en la que ya vivea los bres. Hoy no es tanto tn pariilaridad de Me Aero dei sociedad moderna pals ingen cuanto la convncene toma de paride eh tos pobrs 9 oprimidos de esta sociedad moder No es el leralomo bargés del primer mundo el que coloca la woot te los problemas fondsmetales de Se mediaciny presencia, sino la liberacion dl posh pobre y-agonizante en el tereet mundo yeh Top statos Iuginados de a sociedad modems, om el primer mundo 115 Paul Tillich y la interpretaci6n religiosa del mundo secular P. Tillich (1886-1965) fue quien propuso, como ningtin ‘otro te6logo contemporineo, la taea de «mediaciGn» que tenia encomendada el mensaje cristiano para con el mundo moderno. Con ef fin de cumpli con esa tarea desarollé lun método propio, el llamado «Método de la comelacin» Su «eologia sistemtiea» (1951), se basa en este método y 1a abundancia de sus estudios sobre la significaciin r= ligiosa de Ia cultura del art, de la cieneia y de la politica muestra la fecundidad de su planteamiento”. Tillich acepta la secularizacién del mundo moder. ‘firma. la autonomfa del hombre moderno. Rechaza toda heteronoma clerical y cualquier exigencia de dominacién Pero quiere abritle al hombre auténomo ls profundidad de Ja teonomna de su existencia yliberar de nuevo la dimension, religiosa dela cultura moderna de los desplazamients su fidos y de las falsas ocupaciones. Aunque para Tilich Ia teologia es «funciOn de la iglesia», su teologiaes realmente 57, P Teh, De spine Sus der Sen Tie Wn CncpcteMerte Saget 196 ‘una auténtica teologia de la cultura, Para él, la cultura es ‘desde donde los hombres, en cada tiempo y en cada lugar, responden a las preguntas clave acerca de su sitwacin fun" damental, a la vez que erean ss propias formas de vida, La cultura es la verdadera portadora de lo religioo y la smanifestacién més generlizada de lo absoluto: Ia religion sla substancia de la cultura, La cultura es la forma de la religién "Tarea del te6logo es «la afimmacién de la verdad det mensaje cristiano y It interpretacién de esta verdad para cada nueva generacion>™ El tedlogo se encuentra entonces en medio de la tensibn existente ene Ia verdad eterna y la situacién temporal en ‘que debe ser recibida esta verdad. Fl conservadurismo esti ‘equivocado si se agara a la pretendida verdad «intempo- ral, pongue ésta no nos sale al encuentro intemporalmente, sino siempre como la werdad de ayers, en la forma en que fe entendida y aceptada por los hombres de otros tiempos. ‘También el lberaismo se encuentra en un enor si sbandona ‘i identidad cristiana y centra las cuestiones religiosas so- lamente en la perspectiva de su sitacién actual. La tarea verdadera de la teologia consiste en la correlacién entre tradicién y situacién, porque la weologia es siempre «una teologia que da respuesta», «Responde a las chestiones impicitas en la situacion con la fuerza del mensaje eterno ¥¥ con los medios 1égicos que le proporciona la sitaciGn, ‘4 euyas euestiones responde>”. Tillich critica por tanto, no sélo ala «teologia de la separacn» que él cree ver eh K. Barth, sino también a la steologia de la sinesisy al ‘como la desarrllé E. Troetsch, Entre las dos est, segin RIB, rt a ma 90,15, 18 41, 1 método vivo de Ta corrlaciny que el mensaje y Ia situacién, de tal modo en Ja otra, que ninguno de Tos dos sale perjudiead, las cvestiones contenidas en la situaciéa son rel respestas contenidas en el mensaje y al revés. En él tercambio vivo entre pregunta y respuesta, mensije y tuacion se interpretan reefprocamente y al interpretarse 96 linen, Pero, zde qué «preguntas sobre ia stuacidn» se trata fen Is corelaciGn twol6gica? No se trata de la penitima Dregunta sino solamente de la hima; no de ln pregunta ‘Condicional sino de la absolut o sea, de ln pregunta wexis- tencial» sobre el fundamento de la existenciay el sentido de Ia vida. Al poner de relieve esta pregunta se aprecia iiejor enfonces 4 qué responde Dios con su revelacién ise ‘rica. El método de la correlacion entre mensaje y steaciin se bast, segdin Tilich, en Ia conelacién ontoldgica entre Dios y el hombre: «Dios responde a fs preguntas del hom= ‘re y, bajo el impacto de las respuestes de Dios, ef homie plantes sus interrogaciones»”. La teologia debe, por tanto, ‘descubvir ls preguntas encerradas en la existencia humana 4 formulasas con la vista puesta en Dios, a Ia vez que debe pponer de manifieso cémo las respuestas contenidas en la fevelacién divina, estin en la dieccién de las preguntas incluidas en Ia existencia humana. La unidad de las dos ‘std fuera de Ia historia. Por eso, 1a tarea histérica queda Jncompleta. Las preguntas existenciales son preguntas que concieren a Ia totalidad de Ia existencia humana. «Slo {quienes han experimentado la sacuida dela transitoriedad, Ti congoja en Ta que son conscientes de su finitud, la ame rnaza del no ser, pueden comprender lo que signifies la hocién de Dios. Sélo quienes han experimentado las am- 19 Digtedades pies de mest exiecia hist. pue- Sn cen oe snes snl deli Cs pregunta xiii noes una prguna que setan o jen de seni Ios hort el hombre miso eet Pregunaaun antes de planta, El hecho a exsencia lt pregnant, ax cults son as spss Hien, por lo mismo, supcrbls, i exsencia ie mana ex, por tno, exisencalmenteevestonsble,porqus ost fundanentads en x mist sno en tu, de aye finameno se a allenad. Peo donde set mismo ape. rece en exieci fos omnes encentan lo de ‘eri le imporsny Te see incon ah {S donde pocte haba del epucsta divin ala coe: Mombilad dea existensa. Por eto formal Tih el feo doa teolota de sero aa antigua tain de “Dis y alma do Agusta, lo mismo aue Ratner y Bul mann: ZF bjt des elope aco que nos recap mame, Slo son tsi as proposiiones auc tar tandem bjt en cuanto pds converse pts sos th objeto de peocupacion date ®, sn excludat ese destino tascendental de 1a teologi lak eireustncas polis, sociales y elurales Que nos importn alo de una asta provisional re Ibtvamente” sa wologta no debris absndonar nina e feito de Ta preocupacion dima yon cambio, dberta Tenunciar jugar ut papel en el palengue dls preo upaconespreliminaeee. Porgr lo que cs preocups Clon Glin you impor de verdad es 19 que decide Sobre mest se 9 nose 2 oct om, 120 Tillich consigue una base teolGgico-fundamental y apo- logética pricticas al relacionar la historia especial de Dios transmitida por Is tradicién con la dimensidn universal, religiosa y metafsica de la existencia humana, La coneibe fegiin Ia categoria de «preocupacién dima» o Io que de ‘verdad nos import y toma con esto la explicacién de Lutero al primer mandamiento, que dice: «La confianza y la fe del corazén hacen a Dios ¥ al dolo... puesto que los dos van juntos, Dios y la fe. Tw Dios es propiamente aguello ‘deo cual esd pendiente y en lo que confia ahora tu co- raz6™ TEA preocupacidn ikims del hombre se le convierte en Dios o en fdolo, «Dios» es la respuesta a la pregunta que surge de la finitud radical del hombre y cl nombre de su preocupacién iitima, Pero este lugar puede ser ocupado or idolos fintudes divinizadas, como el dinero, la aza, Ja nacién, etcétera. Con el dscernimiento sobre Tas ima ‘genes, Fantasias y pombres de lo divino y sobre esta ca tegoria antopolégico-fundamental de la preocupacion dl tima o Io. verdaderamente importante, responde Tilich también @ la exten marxsta de a religidn. Los simbolos ¥ representaciones de Dios son, ciertamente, proyecciones jhumanas, pero la pantalla que manda y reeibe las proyee- cones, no es una proyeccién, El «es Jo absolutamente ne- cesario en su. ser y en su significado... nvesra ultmidad verdaderas. E. Bloch tom6 este argumento de Tilich pars ‘configuar la critica marxista de la religidn desde el bito religioso, dejando do realizar esta erica desde un éambito ‘neligioso™ Pero Ia formulacin de Tillich expresa la idea eat Mewes dr Enric Rh, Cg 198 seh i ih irate rit 8, ma de Dios sélo antropoldgicamente, y 1a antropologia sélo trascendentalmente. La «pregunta sobre Dios» surge de la propia experiencia humana: y sta consiste en la experiencia Ge su finitud. La finitud, segin Tillch, se experimenta en 1a amenaza a que esté sometida la existencia humana, a través de la conciencia del no ser y de Ia nada, La pregunta ‘ue surge agut, es Ta del ser que superaal no ser ysi puede Superario es porque proporciona al hombre, gracias al mie~ do superado Ya pesar de la conciencia del no ser, «core pra existirs. Solamente un Set infinito ¥ no un ser finito puede mantener en pie, en el hombre, este coraje para se: El concepto de religin de Tilich es, por tanto, un «con- opto existencial de la religidn»"”. La existencia humana es un sintenogante» transcendental. Sin embargo, cl ser infinito puede comunicarse al hombre, precisamente s6l0 ‘a wavés de su fiitud; alo verdaderamente importante» se ‘camunica s6lo a tavés de manifestacionesy simbolos par- ciales. La maniestacin del ser infinito en la Finitud del ‘ser comesponde la «propia tanscendencia interior, como formula también Tillich siguiendo a Rahner". CCerumente esta propia. transcendencia humana es, ya en sf misma, una manifestaciin del «propio ser», porque la insoluble rlucién de todo lo fnito €on el propio ser se hace express en la aspiracién infinita de toda existenca fini”. ‘Pussio que Tilich explica la fnitud del hombre como ame- nazada.y tanseendente, bajo el concepto psicolgico del smiedos, puede él, por oto lado, designar al ser finito fun- ‘damentado en It existencia misma como wel corse anologicn para existin, y ast hacer a todos comprensibl, antl ‘icamente, ef acto de la fe y de la confianza en Dios. GLP Th Tot sine. m Tilich interpreta el especial mensae cristiano bajo los presupuestos mencionados. El que Dios se haya manifest sf mismo en Jesvristo significa la creacién de un nuevo ‘ser bajo las condiciones de existencia humana, ensenada en ‘oxigen, Jess, como poradoe de la nueva existencia, est sometido a as condiciones de finitud, miedo, tage, con- fictos y muerte, «pero mantene en pie, vietoriosa, su unidad ‘on Digs secifia To que en é es solamente Jes, en favor ‘de aquello por lo que se converte en Cristo»™ ‘Con ello crea una nueva existencia euya.personificacion histériea es lt Iglesia. Por tanto, el objeto de lo verdadert ‘mente timo no es, en consecuencia, la Iglesia misma sino ‘agul de quien la Iglesia da tetimonio. Y expresa este tes timonio mediante la exigencia existencial, esto es, como «, para probar la tesis que Radner asumi6, 8 manera, con su teria de los sristanos ‘anénimose, El concepto exisencial de religion respeta, aun 2 Dine Sma ra 1, 123 ‘ve lo trnsciende, el concepto ecesifstion de religion, por fque reconoce el hecho de que fuera de la Iglesia existen ‘muchas manera de expresion artistica y proética dentro de Ta eutura de lo aque verdaderamente nos ataien y es muestra preocupacidn dima. Quienesrealizan estoy lo llevan a cabo son los miembros de la wlglsialatente>. Y deben ser 1eco- ‘ocidos por los miembros dela lesa visible». La slglsia visible» debe contar con la exstencia de la «lplsia ltente» en Ia cultura, escuchar su fuerza exten, acepar su inspiraci y coreg ala vez sus equivocaciones. En est conexto, dice Tllich: «La Iglesia no ha escuchado la vor proftica del comunismo y-tampoco ha descubierto sus dabslicas_ post bilidadess” Con la ayuda de est toria dela eglesa latente» en la cultura fer de Ia Iglesia visible, Tilich a igual que Raber después de i, intenta universlizar la propuesta especial del cristianismo. En rigor, se habia referdo ya en su artculo «Religion», ms que a la Teesia, ala cultura, EL ate tiene tua dimensin profunda; la ciencia, la téenica modema y la civlizacion tienen esa dimensiin profanda; y tampoco en Ia cultura moderna aparece Ja. Iglesia como un cuerpo extraio, como una reliqua del pasado, sino como una expresion viva de lo que «verdaderamente nos ataie> con ello, la base ‘cult, aunque frecuentementenegada, dela ultra modera, {Géimo demuestra eso Tlich? El ve la idea predominante ‘de ls cultura moderna en el dominio dela natwaleza, El poder de las ciencias y de la ténica extiende su radio cada vez ms. Sin embargo, por culpa de su fascnacién ha perdido el homie modem «la dimeasién de la profundidads, Su rea Tidad ha perdido Su capaeidad ade transparencia interior de Jo etemo». AI mismo tiempo, han sido expulsadas de la 124 cultura modema las experiencia de fa fnitud humana, del ‘miedo, de la culpa, dela tragedia y de la muerte, El progreso| cientfico-tenico se ha convertdo en el fdolo del mundo ‘modemo, Pero ya en el principio de esta sociedad industrial surgi la proestnexistencial. No el conservadurismo ecle- siGstico, ni tampecy el lkeralismo iustrdo, sino el existen- cialsmo —en el sentido mis amplio de la palabra se con- iris en Ta protest religiosa conta el espirita de a sociedad industrial, desde el interior de ella misma, La contaculura cexistencial en la misma entrasa de la cultura industrial es sceptada por la auéntca teologia de la cultura y explicada ‘camo la situacién dol hombre para que el mensaje de Crist, Ta nueva existncia, pueda ser referido a esta situacién actual ‘humana, Este ejemplo muestra con toda claidad el mitodo de la ‘eologfa dela cultura de Tilich, El andisisexstecial penetra, através de as pregunas daras, suerficales, hasta Tas mas fexistenciales que brotan de la experiencia de ta fined hu ‘mana. Vienen empledndolo ya, prinipalmente, los represen- tantes de la dglesia latente» mediante hombres sinceros y ‘readores de fuera dela Iglesia. La teoogfa dela cultura hace cadena con ello y les dla profundidad necesara para poner cen relacion el mensaje de Cristo sobre la anveva existeniay ‘con la situacién actual de los hombres en la cultura modems, La teologia eclesistica debe abrtse a una teologia de la cultura, y asf de este modo, la elglesa visible» reconocer «la Tlesia Tatente> en la cultura, Solamente entonces puede te presentar pblicamente la sdglesia visible» la exigencia de bsoluticidad de pure de Dios, 0 sea, de pane de muestra ‘reocupacn titima, sin ponerse sf misma como lo abso- Into, Solo as puede la Iglesia mostrar la verdaderateonomia de Ta cultura sin sucumbir ante los estériles esfuezos de una hheteronomia clerical, 0 sin reroceder ante la afimada au- 125 tonomfa moderna de la cultura. Cultura tedaoma quiere decir cultura intoducida por el Espttu divino y diigda hacia €l EL Espirit divino es la culminacin del espirtu humane”. El programa de P. Tllich de una teologia de la cultura, fundamentadaeclesiolégicamente con ampias respuesta universes es fascinante. Pero missno restinge su anslsis 4e la situa al andlisis dela situacin existencal del hom- ‘re. Por es0 cada andlisslega al mismo resultado. Tanto da ‘que se analice Ia cultura modema, Ia madioval ola de la edad de piedra; en su sdimension profunda, todas las siuaciones Thumanas se parecen. Antes de legar @ su ulimidad 0 a «lo ‘que Verdaderamente nos alae», toda dimensiéa humana se ‘encuentra ante la etoma pregunta aceres del wser © n0 seo» {La situacin temporal, ala que Tilich quiere aplicar el men- ‘aie cristiano, noes para él mas que la situa de I item- poralidad del hombre, la cual sin embargo es atemporal y no ‘ambia. La fnitd del hombre amenazada por su conciencia {el no ser, no cambia su esencia en el tempo. El actualismo 6e Tillis s6lo aparente porque si teoogia metafisca es ‘lida para todos los tiempos y su método sobre la corelacién transite solo To de sempre: ef ser propio y el ser finito. ‘Sin embargo, debe calfcarse de bien conseguida por Tilch ta median de la fe de la experiencia de la gracia civina-y de Ia justificacién. La «fe» no es para €l un con: vencimiento dogmtco ni un sentimiento religioso, sino la cautivacién de toda la persona por aquello «que de verdad ‘os ate» o sea nuestra preocupacién itima” Y porque la ‘amenaza de la experiencia del no ser existe es por lo que nos ‘ondace esta scauivacia» aun nuevo coraje para exis. sch Hs ee ed Wo lat, Marion i, ei 126 TTilich introduce el concepo de «cores de Ia fe para acentuar el cardcter de arevini imensién de la afimacién de la vida en la fe ora de la propa afirmacién, a posar de los poderes see, El corse dela fe no niega que haya duds sino que ‘firma como expresién de la fintud, porque en las dds y 4 pesar de ells afinna su preecupacion slim. Pro todo ello es solamente posible si el creyente tiene ‘aguella experiencia de Dios que se describia antes como gracia, © justificacién del pecador, Tilich asume una categora psi ‘canaltica y la denoming la experiencia do la «aceptaciéns™. [EL que um hombre se experiments como «aceptado» por Dios, ‘a pesar de su duda y de sus inacepablidaes, es gracia, EL ‘qe, debido a esto, pueda aceparse sf mismo, afrmarse y lamane, es fe, Por e%0, Tlic formula esta experiencia como ‘la aceptacién propia pesar de fdas las inaceptabilidades» al sense aceptado por Dios. Una experiencia de fe como del mundo modemo: «La religdn es cosa privadan 4, La teologia politica _ y la moderidad incompleta La fe en el progreso del mundo modemo, en Europa y en Amirca, se resquebmjé con el horror de Tas dos gueras ‘mundiales dl siglo XX. Slo los movimientos evolucio- rarios socialstas la levaron adelante Conta ellos, sin em- bargo, se levantaon las dictaduras fascistas en el. mundo ‘cocidental, Con las atrocidades de Auschwitz y de Hiosima ‘fue a pique no sélo la fe en Dios sino también la propia ‘onfianza‘en los hombres, «Dios ha muri» era la expresion ‘el ateismo en el siglo XIX, «EI hombre a muero» fhe Ia fexpresion del nihilism en el siglo XX. A esta ruina interior, ‘expintual, del mundo cfistano-burgués, corespondis el des: ‘moronamiento extrioc. y politica de os reinos colonials, ‘europeos yIaiberaciin de los pueblos oprimios y explotados fen Latinoamérica, Arca y Asia. A este derumbe interior ‘correspondié también la risis ecolbica, hasta ahora impa- rable ¥ que se propaga cada ver ms, de la natraleza y de Ta tierra explotada y destuida por una industria sin contra El futuro optimista que habia puesto en movimiento Ia ci vilizacincientificeténica, se ha converido en un ftalismo Catasteofico ante las devastaciones ya imeparables. La situ tin de una ambivalencia como ésta de la modemidad, 50 a9 ayuda a refi el mensaje cristiano sélo a la ibe subjeividad ‘I hombre modemo, como han hecho, tan poderosae im- presonantemente Bultmann, Rahner, Tillich y oto teslogos ‘modemos. Hay gue entrar dentro de los fundamentos yf naldades de este proyecto eno de riesgos que es el mundo ‘modemo, porque los fundamentos mismos y sus metas se fan vuelto tan euestionables, que la humanidad no puede sobrevivir, sin una vuelta ais de muchas de sus metas y rmétadis. Dento de Tos limites de la eelgién burgucsa» de ‘esta sociedad, que se ha convertido en algo muy peligoso, ¢ ctsisnismo no tiene, en ningtn caso, ninguna oportunidad ‘de desarllar las potencas eriicas,lieradoras y salvadoras ‘ue enciera su mensaje. Las Iglesias y muchos cristanos han tnido que hacer en siglo XX, experiencias de contadiceién, de resistencia y de persecucion como quizés nunca en ningin otro siglo de su historia anterior. La opresion de ls Ipesas por el soa Tismo de la URSS, la persecucisn de las Tlesias durante el fascismo, las persccuiones de los cfstianos en ls dictaduras Tatinoamericanas, han aeabado con las antiguas sitesis de Iglesia y Esta, asi como con las antiguas simbiosis entre ctistinismo y cultura. Estas experiencias modemas de la fe cristina est reclamando otra steologia de modiacidn, una ‘eologia que transmita el mensaje cristiano, no s6lo a Haves 4e Ta acomodacién, nt solo sewn algunas correspondencias, sino que también busque la oposicién necesaria. La teologia polidea” se convitié en el punto de partda de toda una serie e teologias de la median de ea clase: teologta de la revolucidn, tologia de la Iiberacién,telogia negra, teolog pi, Samce 171. Ms Tete pte ie a 130 feminist, teologia ccologsta, y otras teologias de caricter regional y contextual en AMfica y en Asia. Uno de sus f= damentos teldgicos se encvena en la «ieolgta de Ia es Peranza», que transite In slvacin escatolgica através de Tas suesivasliberacioneshistrcas™, 1. Somprende que de las cuatro preguntas fundamentles de a filosoa formuladas por I. Kant, la pregunta zqué puedo 40 espera?, In drgiera a la reign, Hasta entonces Ta r= ligin estaba sempre orentada hacia lo eterno y se fundaba fn Ia tradcién. Pero con el comienzo de la modemidad, el Tutu pasé a ceupar el cento del espfrity humano. De esta ‘manera la pregunta religiosa se convirte en Ia pregunta sobre Ja esperanza, una esperanza personal, espacial y universal El espfritu modero ya no experimenta el mundo como un ‘mundo natural, encerrado dentro de si mismo, sino como historia abierta al futuro, es decir, abirta ala slvacin y al peligro. Y si el mundo esti metido dentro. de Ia historia, fenlonces es s6lo el futuro quien decide sobre su destino, Mediante el temoe y la esperanza anticipan los hombres es piritualmente este finuro, entre temores y esperanzas. Salen fal encuenro de la esperanza cuando toman conciencia del peligro. «El futuro» se convierte, de esta manera, en el pa fadigma modemo de la wanscendencia. Cuando en el siglo XIX se erefasiber eon toda certeza qué era el hombre y por esto se le consider como el aruetpo de todas las cosas, ‘surgi la ertica antropoldgica de la reign representada por Feuerbach, Marx, Freud y Nietzsche. Pero cuando el hombre actual se vuelve inseguro y experiment el miedo de s{ mismo, enlonces solamente puede esperar el descubrimiento de sv verdadero ser en el fro de una nueva situacin mundial, ‘que se le convierta en el sbogar de su identidads. En con” 78 J. Motmann, Teo deta emer, Sama 89. Br scouencia, ef hombre no setuard ya refivendo solamente as teadiiones del pasado a su actual stuacin, sino que también fomaré en consieracion su referencia al futuro personaly al tuo det mundo, y ademés de buscar esperanzas en sis reeuerdos, buscard su futuro en el pasado. Entonoes entra, en el lugar de la antigua religion hetedada, una escatologta de ta religion drigida hacia la consumacign del mundo, es ‘catologia que libera le esperanca de su anclaje en las tradi ones y simbolosreligosos. La tradicin biblica es especialmente apropiada para esta manera de ver, ya que se considera como los fundamentos e las «rligiones abrahimicas»: el judaismo, el ctistianismo Yel islamismo. Estas religiones abrahmicas representa las Teligiones del éxodo y de la esperanza. En si orgen no 5¢ encuentra un suceso mio primitive sino el 6xodo de Abra hin obedeciendo a la promesa del Dios, basta entonces des- ‘conocido para él. Isrel nacié de una experiencia andloga, la el éxodo de la esclavitud de! Pgipto, con Moisés guiado por Jas promesas divinas, El crstianismo surgis del mensaje I beraor de Cristo aceca del préximo reino de Dios y del mensaje lberador de los apstoes, el paso dela resureccén de Cristo crcificado hacia Ia vida etema. Hay que considera Toe ya la Iglesia de Cristo, en su esencia, como portadores| sé esperanza, y por consiguiente como religiones mesnicas En ellas se manifiesta el tenor mesinico de todas las religiones. «Donde se produzca la esperanza, all esté Ia religion»™. Estas religiones manifietan ol carécter me- sidnico de las liberaciones histércas de tados los hombres ‘oprimidos y sufrientes. Por esto el sagaz I. Kant planted alas religiones 1a inusualpregunta: «Qué puedo yo es- 19. Bl, Da re Hs, OS. m perar» y le confié a la religin una respuesta a las atro- cidades de La historia 2. El segundo problema fundamental que tiene ts mo- ‘demi. con respecto a la fe divina transmitida en la tae ‘icin, es tedricamente el «problems de la teodicea», y en la prictica qué hacer ante el horror inconcebible de Ausch- witz y el miedo horipilante ante una posible hecatombre ‘masiva de Ia humanidad, que puede producirse en cualquier momento en una guerra atémica. En el siglo XIX se res- pndi6 a la experiencia del sufrimiento con It falsedad del ‘atefsmo-protesa», con Ta negacién de Dios. El posta re- volucionario G, Buchner escribié entonces: «Quita de en medio lo imperfeto. S6lo entonces. podréis demostrar a Dios... Se puede negar el mal, pero no el dolor. S6lo la ‘azén puede mostrar a Dios edme el sentimienta se subleva, ante esto. Fijate. zpor qué suffo yo? Esta es la roca del atefsmo, El mis ligero estremecimiento de dolor causa un, , declars M. Horkheimer, fundador de la «eologta erica», de la Es cuela de Frankfurt, en 1970” 13 Pr esta razén, hoy para muchos hombres no existe yi Ja pregunta ates acerca de si atin puede hablase de Dios después de Auschwitz, sino la pregunta teista, absoluta- mente nueva: de quién, sino de Dios se pede hablar wdespus de Auschwitz». «Dios» se convierte para estos hombres, en 1a palabra provesta transcendental, absolut, defintva contra Auschwitz, contra Hiresima y contra el sutoaniqulamiento dla humanidad. A este respecto a surgido en eto tempos ‘una nueva stologta dela cruz>, del Dis suiente, del Dios el dolor y del amor que redescubre de nuevo el Gélgota en Jos «aufimientos de ese tiempo», y los sufimientos de este tiempo en fo que susedi6 en el Golgota™ 3. La crisis ecoldgicas, la ereciente destrucion del medio ambiente natura, la iguilcion progresiva. de las especies vegetales y animales y el sagueo de los recursos no regenerables de Ia terra muestran, cada vez con mayer cl ridad, Ia autocontradiccin en que ha caldo el proyecto de Ta ‘modemidad y de la cvilizacin ciemiicoténica™ 'No se tit solamente de una crisis del entorao nitaral agotado de la cultura hamana, que posta supearse con s0- luciones y medios tenicos, sino de una css det sistema de vida del mismo mundo medemo, Con a teenoogts humana se somete, se aniguila a la naturaleza. Las modemas cincias naturales proporcionan poder para dominar y someter a la natualea. Los valores fundamentals dela sociedad modem que han peoducido estas ciencias y tenicas son: voluntad de sce Ss 7 AEs Di af er Hind, Sin nd Rind ds Prine es Eis of Res Wi ae de Cha of ae es Nes ea Re P Wg 134 dominio, progreso en la acumulacién de poder y garantia del mismo poder. Aun cuando desaparezca la fe en el progreso, permanece la sociedad modema industrial, programa hacia Ja consecvcin de poder, del ereimiento y del progreso. Han. sido artincanados los antiguos valores de las sociodades. re= industrials: el equilibrio, la compensacién, Ia armonta ¥ el ssentamiento de la cultura humana en Ia naturaleza que se regenera a sf misma. Y con la caida de esos valores, el Progreso esti conduciendo a la civilizacién modem, cien- Iifleo-éenica, con seguridad implacable y mortal a catéstro- ‘es ambientales cada vez mayors y, en timo término, ala muerte universal de todo euanto vive en la tena, El fanda- mento esencial relgioso de la expansién moderna del do- ‘minio sobre la naturaleza fue y 5 una forma falsamente interpretada de la religidn judeoerisiana acerca del primer ‘munlato divino dado al hombre: «Someted la tena» (Gn 28)" En la edad media tardia yen la época del enacimiento ‘© empez6 a admirary a honrar en Dios ala ommnipotencay 1No fue la categoria de bondad sino la de poder Ia que se convitié en propiedad definidora de a divinidad, Si Dios es el stodopoderoso>, seftr y duet del mundo, en conse cuencia el hombre, creado a su imagen y semejanzan, debe sjreer su quehacer sobre Ia ters, par converine en el sellor y duel de la matraleza, porque lo mediante la toma de poder sobre la tera puede el hombre parecese a su Dios. Si hasta afiora s€ habia respetado, también en occidente, ala raturaleza como «made de todo lo que vive>, actualmente se la ha degradad al vel de

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