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Abelardo Cozar
Abelardo Cozar
secreto la historia de esos dos nios. Los chismes que crecen como el arroyo en
tiempo de lluvia son la costumbre de los pueblos. Esa noche, despus de haber
tomado de forma nerviosa, los dos se despidieron como siempre para no
volverse a ver.
Entre la somnolencia y la embriaguez don Abelardo se regres a su casa
caminando. Sus pasos sonaban lejanos. La noche era densa. Conforme
avanzaba el camino era ms pedregoso e irregular. Sus zapatos comenzaron a
exigirle un descanso. Se sienta en una piedra al lado del camino y reconoce el
espacio. Apenas clareaba cuando se dio cuenta de las ruinas del pueblo. Un
viejo convento construido al lado de una pirmide carcomida. Sus ojos se
iluminaron sin querer al verse al lado de su padre. Y qu significa todo
esto?, como relmpago apareca esa pregunta cuando Abelardo tena apenas
cinco aos. No supo responder. La peticin de su padre se levantaba dspota y
exiga una respuesta que Abelardo no tena. La semilla de la culpa qued
sembrada en unos ojos que miraban la realidad como quien lee el peridico,
como quien mira extraado una vieja foto amarilla donde no aparece. Ese
cruce de culturas donde la identidad resulta extraa. Esa sensacin de no venir
de ninguna parte, de no estar en el tiempo del mundo, donde la voluntad busca
ir a un ms all de la realidad que se escapa con la sola mencin. Qu
significa todo esto? Aquello que entenda lo dejaba en una total desolacin. En
ocasiones comprender lo que significan las cosas es la mxima degradacin de
la inteligencia, una pobre hazaa que se conforma en un sentido retenido,
coagulado y luego orgulloso se transmite de generacin en generacin. Un
triunfo que se obtiene a cualquier precio, a precio de la vida, del riesgo que
implica respirar por primera vez, de inhalar fuerte el misterio como un adicto
desesperado por morir. Esa tierna soledad de s.
Abelardo ya es una persona mayor y sabe que no ha comprendido mucho, que
los signos aparecen de noche y que ya es hora de dormir y de cerrar los ojos.
Aquello que haba regresado lo enfrent por algn tiempo para que su mirada
volviera sus recuerdos. Y en la ausencia encontr la intimidad de su vida y la
singularidad de una voz y un cuerpo atravesado por el tiempo en una mirada a
la noche peligrosa. Desde esa caminata extraviada, ya no espera el camino
redentor que llega a destiempo. Solo recuerda ese signo indecible con la
densidad secreta de una vieja fotografa amarilla.