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LIBRO SEGUNDO ACTORES PARTE PRIMERA Cualldadee que contribuyen a formar 1 sentimfento CAPITULO 1 Condiciones del artista we el serlo no onsisto solamente en tener gusto 6 in clinaeiéa por un acte yen cultivarle micia; tampoco consiste sola que comer...» Lo que eonstituye el artista es dest ‘wna extrema sonsibilidad, sin la cual nada seria, tar las emociones que emanan de su arte, que ejercido por otro no le bastaria; asi es que tiene ima irresistible necesidad de ejercorle por si mig: ess ‘mo, sentimiento que ann no diferencia al artista, iiss pero ba do profesidn del aficionado. i «Constituye, en final, artista, sobre todo el pox i dee de comunicar 4 los otros sus propias emo= ciones, de hacerles gozar sus,gores, de hacerles sufrir sus dolores, en una palabra, el dén de im= pen Teer ni eseti= ar, & este, el Igarlops del car poner soberanamente & los demés sus sensacio- nes, sus idens; placer embriegador, inmenso, que oom sin que ma se experimenta ann antes de gozarle, y al que, tiempo que cone tuna ver saboreado, es imposible renuneiarjamés, El artista verdaderamente digno de este nombre fen el aprendizaje de wn humilde: posee la fucultad de dar todas sus impresiones, | por toto diploma, del eanuto de comunicarlas, de dorramarlas como por me eencia del servicio militar, dio de una cadena coleetiva, y osen la esfera del Gi las bauleras del aste, no eomo bie arte un bienhechor universal (1).» jentos de su inexperiencia 6 inntili- Si el Sr. Marqués do Premio Real tuviera del como generales experimentados, cuyt artista el mismo coneepto quo Smith, & buen se- Byoz esclaviza al_ genio de In viotoria, obli- gro que hubiera reducido mucho 1 lista que, Bindoles § deshojar los sagrados bosques para formé de actoros eminenter y hubiora menguado, Burtir de coronas su inmageesible frente (1).» mucho su artistiea admiracién cuando escribié Tart habla tamnbign de los mmuchachos sin edti- sobre el (Teatro espaitol contemporineo.» facidn ninguna, sin vocacidn, sin verdaderas ap EL actor debiora ser artista, pero el actor es titudes de artista, obreros.y artesanos en. mi yaifol no lo es, por regia general, porque en ‘oria, que saltan'al_proscenio de una zancada, Espa, como ‘dice Saco, «vemos ya con la no por el estimulo de la gloria, la singular fas~ (0) Bospuejo de tet det artes Seth, cinacidn que ejeree en los primeros arios el tome tro ¢ la primera pasidn de las almas posticas, como dijo Balzac, no, sino por la codicia-y por a ciogra seguridad te que van & hacerse ricos (1), Tales son Ins fucultades y condiciones de Ia generalidad do nuestros actores. ¥ menos mal si suplieran eon 1a aplicacién lo que les falta de talento, pero jodmo han de ime ponerse esta tarea, que cuando falta 1a yocacin resulta siempre ingrata, si la consideran innece- i? Capo dijo que Ia carrera del actor no tiene fin, pero ellos entionden quo tampoco tiene prin cipio, y por esto no la emprenden nunca. YY que no solamente se necesita voeacisn sino también entereza y muchas otras virtudes, po- rian decirlo algunos artistas que después de hae ber Inchado herdieamente contra Ia falta de me- dios de estudio para progresar en su carrera, no, hallaron recompensa alguna por parte del pi blieo, ligero, amigo de las ruidosas demostracio- nes, publico que va siendo cada ver mayor y al que fascinan las Vivas aunque fugraces impresio- nes que produce el que posee el seereto de ha- cerse aplaudir hoy con faclisimos efectos de re- Tnmbrda Esto rovela Ia responsabilidad que aleanza & Ja opinién de Tn decadencia de nuestro teatro, de- (1) Blo peso, 186, teat, ceadencia que vienen Iamentando todos los au~ tores formales, desde Noverré hasta Cafete, Ia cual ha desnaturalizado su earictor esencial, puesto que en lugar de ser el teatro In escuela de Ya moral y de Tas eastumbres, como habia silo y ‘como asi lo definiera Moratin con bastante exac- titud, es hoy, como dice Terencio, imagen dela sociedad, y atm mejor, diremos nosotros, de la s0- «1 corrompida 6 do Ia eorrupetén de Ia s0~ dad.

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