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LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA.

I. CONCEPTO
II. ORÍGENES
III. ¿Cuándo UNA EMRPESA ES SOCIALMENTE RESPONSABLE?
IV. PROBLEMÁTICA DE LA RSE.
V. ACCIONES RESPONSABLES DE LA EMPRESA Y SUS
REPERCUSIONES.
VI. LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y LA PYME.

ENLACES:
1. www. mtas.es
2. www.consumer.es (derechos del consumidor)
3.www.ilo.org/public/spanish/region/ampro/cinterfor/temas/emplo
yer/respons/
4.www.navactiva.com/web/es/monografico/2005/07/26/32635.jsp
5. www.empresasostenible.info/updocu/Definiciones_IARSE.pdf
6. www.esade.es/acrobat/doctorado/libroverdeok.pdf
7.www.cincodias.es/articulo.html?xref=20041229cdscdiopi_2&type=
Tes&anchor=cdso
8.http://www.aeca1.org/revistaeca/revista64/32artrev64.htmpiE00
9.www.europa.eu.int/eur-lex/es/com/gpr/2001/com2001-
0366es01.pdf
10. www.mtas.es/Empleo/economia-soc/Default.htm
I CONCEPTO.

La Responsabilidad Social de la Empresa (RSE), denominada también


Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es un concepto relativamente nuevo.
Ha sido definida en numerosas ocasiones por distintos organismos e
instituciones. Entre las definiciones más importantes podemos destacar las
siguientes:
En la primera Comunicación de la Comisión Europea, en el
denominado Libro Verde de RSE, de julio de 2001, se define la RSE así:
La RSE es “La integración voluntaria, por parte de las empresas, de las
preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y
sus relaciones con todos sus interlocutores”.
Esta primera Comunicación de la Comisión Europea sirvió para abrir un
gran debate y someter a discusión conceptos básicos y características de la
RSE. Éstos serían recogidos en la posterior Comunicación del año 2002 titulada
“La responsabilidad social de la empresa: una contribución empresarial al
desarrollo sostenible”. Aquí es definida la RSE así:
“Tendencia que consiste en integrar aspectos medioambientales o
sociales en la cultura y los valores de la empresa de manera que, por una parte
aparezcan vinculados a las diversas líneas de negocios pero que, por otra, se
realice involucrando a los diversos grupos de interés, accionistas, consumidores,
trabajadores, empleadores, inversores...”

Sería extenso seguir enumerando cómo han descrito la RSE otras


instituciones y entidades. Por ello, de entre las numerosas definiciones dadas
de RSE o Responsabilidad Social Corporativa podríamos quedarnos con la dada
por la Organización Internacional de Empleadores (OIE):
La RSE debe entenderse como aquel conjunto de “iniciativas
desarrolladas de manera voluntaria por las empresas, en las que se integran
inquietudes tanto sociales como medioambientales para la gestión de sus
operaciones y la interacción con sus allegados”.
De este concepto podemos destacar dos cuestiones importantes:
- El carácter de voluntariedad de las actuaciones que las empresas
puedan llevar a cabo en estos ámbitos. Por tanto, no responden al
cumplimiento de una normativa (de momento).
- La línea directriz en que se convierte la RSE en el ámbito empresarial.
Esta definición entiende aquélla como un factor fundamental de la actividad de
una empresa así como una forma de comprometerse con las personas
relacionadas con la empresa en los distintos mercados en que aquélla desarrolla
sus actividades.

En general, podemos hablar, por tanto, de un conjunto de obligaciones y


compromisos de índole legal y éticos que adquieren voluntariamente las
empresas en sus actuaciones en los ámbitos social, laboral, medioambiental y
de los derechos humanos. Y ello, con los grupos participantes en la actividad
empresarial.

II. ORÍGENES.

La Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) o Responsabilidad Social


Corporativa (RSC) es un concepto que en los últimos años se está incorporando
al lenguaje empresarial y al común.

Surge en EEUU, a finales de los años 50 y principios de los 60 tras la Guerra


del Vietnam y otros conflictos como el Apartheid. A partir de entonces se
producen los primeros debates sobre la Responsabilidad Social de la Empresa.
No obstante, ha sido necesario esperar a nuestro siglo para sentar las bases
conceptuales de este término: el 18 de julio del 2001, la Comisión Europea
presentó el llamado Libro Verde con el epígrafe “Fomentar un marco europeo
para la responsabilidad social de las empresas”. Tiene su antecedente en el
Consejo Europeo de Groemburgo de junio de 2001. En éste se presentó la
propuesta para las empresas dentro de la estrategia de desarrollo sostenible
para Europa. Estableció que el crecimiento económico, la protección del Medio
Ambiente así como la cohesión social tienen que desarrollarse conjuntamente.

En el Libro Verde se aboga por un mayor compromiso empresarial en


relación a la responsabilidad social incitando a la reflexión en temas varios
relacionados y de los que están surgiendo aportaciones destacables. (Es el
caso, por ejemplo, de la prevención de riesgos laborales a los que el
mencionado Libro Verde le da una importancia significativa).

El Libro Verde recoge el debate sobre cuestiones fundamentales como son:


qué estrategias debería seguir la Unión Europea (UE) para fomentar la
responsabilidad social en la empresa con una perspectiva tanto europea como
internacional, así como la aplicación y desarrollo de prácticas innovadoras,
aumento de la transparencia y recogida de opiniones acerca de la RSE a través
de las empresas nacionales, europeas e internacionales.

Además se recoge la doble vertiente de la RSE: la interna y la externa. Con


ella se alude a todos aquellos colectivos con los que la empresa se relaciona
normalmente y a los que les generará algún valor o beneficio si realmente
actúan conforme a la RSE. (Es lo que se conoce con el nombre de stakeholders
o partes interesadas). Serían, entre otros, los siguientes:

- Vertiente interna: los/as colaboradores/ras y el equipo de trabajo, sus


asociados/as y los/as accionistas. Se incluirían otros aspectos como la
prevención de riesgos laborales, las condiciones de trabajo…
- Vertiente externa: los/as proveedores, la familia de los/as
trabajadores/as, los/as clientes/as, la vecindad y el entorno social, los/as
consumidores/as. Otros aspectos como el medio ambiente, la mujer, los grupos
sociales marginales…

Podemos mencionar algunas pautas de actuación establecidas en estos


últimos años por distintos organismos internacionales en materia de RSE:
- Organización Internacional del Trabajo (OIT): Principios de actuación
de las empresas multinacionales (1997/2000) y conjunto de Convenios y
Recomendaciones.

- OCDE: Directrices para empresas multinacionales (2000).

- OIT: Manual de Balance Social (2001).

- Social Accountability 8000 (Acción Social).

- Global Reporting Iniciative: Sostenibilidad (2003).

- Etc.

III. ¿CUÁNDO UNA EMPRESA ES SOCIALMENTE RESPONSABLE?

Podemos decir que una empresa es socialmente responsable cuando su


gestión se lleva a cabo dentro del respeto a todos sus grupos de interés o
partes interesadas (trabajadore/as, clientes, accionistas, proveedores/as) así
como a nivel social y medioambiental. Es la empresa que fomenta la aportación
positiva a la sociedad y minimiza o incluso, elimina en la medida de lo posible,
el impacto negativo sobre las personas y el medio ambiente.
Y todo ello entendido, no como algo esporádico o propio de
determinados comportamientos de la empresa. Por el contrario, debe ser
entendido como una línea directriz, un planteamiento estratégico que debe de
formar parte de la gestión cotidiana en la toma de decisiones y en las
operaciones de toda organización. De ahí que sea importante que tanto los
órganos de gobierno como la dirección de las empresas asuman la perspectiva
de la RSE.
Debemos entender que ser socialmente responsable no acaba en el
cumplimiento únicamente de las obligaciones jurídicas. El campo de actuación
en este sentido va más allá ya que supone invertir más en capital humano, en
el entorno y en las relaciones con los interlocutores de la empresa.

Igualmente, el hecho que una empresa tenga un comportamiento


calificable de socialmente responsable, no le exime del cumplimiento de la
reglamentación o legislación sobre derechos sociales o normas
medioambientales.

Para saber si una empresa es socialmente responsable es necesario


tener en cuenta la coherencia que tiene en sus actuaciones hacia dentro y hacia
fuera de la misma. Es decir, algunas veces se ha observado, por ejemplo, que
una empresa o compañía destaca por acciones a favor del medio ambiente y al
mismo tiempo tiene una política de contratación desigual e injusta dependiendo
de qué tipo de colectivos.

Esa actuación hacia dentro o dimensión interna de la responsabilidad


social de la empresa hace referencia a las siguientes cuestiones: dentro de la
empresa, las prácticas responsables en lo social afectan a los/as
trabajadores/as y se refieren a temas como la inversión en recursos humanos,
la gestión del cambio, la salud y la seguridad… Se abre una vía para administrar
el cambio y conciliar el desarrollo social con el aumento de la competitividad.

La dimensión externa de la RSE se extiende hasta las comunidades


locales e incluye un amplio abanico de interlocutores/as: socios comerciales y
proveedores/as, consumidores/as, autoridades públicas y ONG´s defensoras de
los intereses de las comunidades locales y el medio ambiente

Son muchas las iniciativas que una empresa puede llevar a cabo en estos
dos ámbitos que posteriormente desarrollaremos (Ver en “Acciones
Responsables de la Empresas y sus Repercusiones”)
Como ejemplo podemos mencionar algunas de ellas como son: la
celebración de convenios o acuerdos entre la empresa y asociaciones de
enfermos/as. Es el caso de los firmados con asociaciones contra el alzheimer, el
cáncer etc. (actuación hacia fuera), aplicación de normas de seguridad y
calidad… (actuaciones hacia dentro).
Esta forma de proceder tiene, además de las consecuencias propias de
ser obras sociales que mejoran a los/as desfavorecidos/as, un efecto indirecto
que revierte en la rentabilidad de dichas actuaciones: el/la consumidor/a, ante
los mismos productos, optará por aquellos que provengan de empresas con un
comportamiento responsable socialmente.

En definitiva, una empresa es socialmente responsable cuando además


de lograr los objetivos de productividad, rentabilidad, competitividad…, produjo
un beneficio a las personas en general, a sus colaboradores/as, a los grupos
familiares de los/as mismos/as, a su entorno y cuando haya actuado conforme
a los principios éticos y a la normativa.

IV. PROBLEMÁTICA DE LA RSE.

Como ya se ha indicado, la RSE es un concepto relativamente reciente y


por ello, aún es poco usual, incluso, a veces, desconocido para el empresariado.
En general, no ha sido o es un concepto muy aceptado por haberse presentado
siempre en contradicción, supuestamente, con los intereses de la empresa. Se
ha entendido que la productividad, la obtención de ganancias por la misma está
en disonancia con los objetivos de la Responsabilidad Social de la Empresa. En
principio, podemos pensar que es poco probable que un/a empresario/a adopte
una política de RSE si ello se va a convertir en un gasto que va en contra de sus
intereses. Esta postura responde, en la mayoría de los casos, al
desconocimiento de lo que es la responsabilidad social. Y éste es el gran
problema que la RSE plantea. La divulgación, sensibilización y la adopción
generalizada de medidas, de prácticas socialmente responsables se encuentra
con diversos obstáculos. En algunos casos se trata de un vacío de información
y en otras de insuficiencia de la misma:

Ausencia de información sobre:


- Qué es la RSE y la relación entre ésta y los resultados económicos de
las empresas (el/la consumidor/a comienza a apoyar aunque
débilmente y, por tanto, a consumir los productos de aquellas
empresas social y medioambientalmente concienciadas. Esto se utiliza
asiduamente como argumento comercial y redunda en los beneficios
de la empresa).
- La transparencia en la actividad. Se produce por la falta de
instrumentos adecuados para diseñar y divulgar políticas en materia
de responsabilidad social.
- El consenso entre las partes interesadas acerca de una definición
adecuada de RSE.
- La coherencia de las políticas públicas.

En otros casos existe una insuficiencia o escasez de información en


materias como:
- La educación y formación sobre el papel de la RSE, en especial en las
escuelas de comercio y de gestión empresarial.
- El reconocimiento y el apoyo de los consumidores e inversores en
relación a comportamientos socialmente responsables de las
empresas.

Por ello es necesario que se trabaje en esta línea de concreción y


difusión de lo que la RSE supone. De esta forma, cuando el empresariado tome
realmente conciencia de que la responsabilidad social es una inversión y no un
gasto, que produce un retorno en ganancias y utilidades, (en algunos casos de
forma inmediata, en otros a corto y medio plazo), los/as empresarios/as así
como directivos/as asumirán una postura de liderazgo, contraria a la existente
en la actualidad. En efecto, el/la consumidor/a elegirá aquellos productos,
aquellas marcas procedentes de empresas que desempeñan una tarea social.
Les hace sentirse mejor pero, al mismo tiempo, no están dispuestos a que el
precio que habitualmente pagan se vea incrementado como consecuencia de
esa labor solidaria. Por tanto, el esquema de rentabilidad varía ya que quedará
asociado a la calidad del producto (y no entender que el supuesto coste de la
RSE hay que trasladarlo al producto final) lo que repercute favorablemente en
las ventas.

A nivel europeo, no obstante, si se ha observado que la responsabilidad


social constituye un criterio integrado en un número de empresas elevado.
Cada vez hay más empresarios/as convencidos/as de que el éxito de su
actividad y la obtención de beneficios duraderos no se consigue únicamente con
la maximización de los mismos a corto plazo, sino también con un
comportamiento responsable. Contribuyen voluntariamente, de esta forma, al
logro de una sociedad mejor y un medio ambiente más limpio. Esta evolución
está determinando un importante cambio en la ciudadanía y demás partes
interesadas acerca del papel de la empresa en la sociedad.

V. ACCIONES RESPONSABLES DE LA EMPRESA Y SUS


REPERCUSIONES.

La RSE proporciona beneficios en relación al ámbito social, humano y al


medio ambiente pero también a la empresa le supone una inversión que
repercute en beneficios financieros. Se ha demostrado que a corto o medio
plazo se recupera la inversión realizada en asuntos de responsabilidad social.

Las actuaciones llevadas a cabo por una empresa dentro de los


parámetros de la RSE producirán beneficios visibles de forma casi inmediata.
Esto incidirá positivamente en la rentabilidad y la competitividad de la empresa.
Se favorece, pues, la productividad de la empresa con acciones dirigidas tanto a
nivel interno como externo de la empresa. Veamos ambos niveles:
● En el ámbito interno:

Acciones responsables hacia los empleados y el ambiente laboral:


- Crear las condiciones de trabajo más adecuadas para que el
trabajo bien hecho incida en el mayor rendimiento de los/as
propios/as trabajadores/as. Se incluiría tanto propiciar un buen
ambiente laboral entre los/as compañeros/as como adoptar una
política correcta de contratación y regulación, en general, de la
situación laboral de los/as mismos/as.
- Incorporar programas que garanticen la igualdad de
oportunidades, de contratación, estabilidad de empleo etc.
entre todos los/as empleados/as.
- Hacer campañas de protección al medio ambiente (buscar la
forma de contribuir con el mismo desde los distintos puestos de
trabajo. Ejemplo: en una oficina, reciclando el papel etc.).
- Crear y establecer sistemas de evaluación y calidad.
- Aplicar de forma igualitaria la legislación laboral sin aprovecharse
de las condiciones particulares del/la trabajador/a (necesidad de
trabajo, ser mujer…) y por tanto, igualdad de salarios entre hombres
y mujeres. Y aplicando, en general, las medidas necesarias para
acabar con posibles situaciones de discriminación por razón del
género.
- Etc.

Repercusión de todas estas acciones responsables:


- El clima laboral se mejora y las relaciones serán más armónicas
entre los/as compañeros/as. Así es posible una mayor concentración
y mejor disposición en lo que se hace. De esta forma las metas no
son entendidas como una presión sino como un objetivo a conseguir.
- La motivación permitirá que las personas tengan mayor disposición
hacia sus tareas reflejándose en una mayor y mejor productividad.
- Repercutirá directamente en la reducción del absentismo. Éste
representan anualmente un elevado costo a las empresas tanto por el
valor pagado en la ausencia como el trabajo dejado de hacer.
- Se eliminarán factores de presión, de estrés y de malestar,
haciendo que el trabajo sea más fluido.
- Etc.

● En el ámbito externo de la empresa:


Es cierto que hay acciones responsables que es posible llevar a cabo por
la empresa cuando ésta cuenta con una cierta capacidad económica (apoyar
una escuela, patrocinar un parque…). Pero no es menos cierto que igualmente
existen otras actuaciones hacia la sociedad que en la mayoría de los casos no
genera costos o son mínimos y aunque los genere, repercutirá en beneficios.

1. Algunas de esas acciones que no suponen un gasto:

- Crear una cultura del reciclaje. De esta forma se disminuye el impacto


ambiental y se transforma en inversión por la venta de esos “desechos”
que serán útiles a otro sistema productivo.
- No patrocinar eventos y actos públicos o privados que atenten contra
la moral y la legalidad o que repercutan negativamente en el
bienestar social.
- Apoyar los comercios de la zona o barrio donde esté ubicado el
negocio o a empresas del sector creando un vínculo más favorable.
- Regalar a la comunidad o a ciertos grupos, materiales que ya son
inservibles a la empresa pero que aquéllos pueden sacarle aún provecho:
material diverso, utensilios, muebles…
- Adoptar y aplicar una política de uso racional de los recursos que
evite el derroche. Ello minimizará los problemas de basura y, por tanto,
de impacto medioambiental.
- Etc.
Repercusión de estas acciones responsables:
- Mayor confianza de la propia clientela, del mercado, con lo que se
consigue una imagen más favorable. Esto permite mantener aquélla y
acceder a nuevos mercados.
- A nivel medioambiental, la política de reducir, reciclar y reutilizar
permite el ahorro de grandes sumas, la recuperación de inversiones y
optimizar los recursos.
- Mejora de la reputación de la marca ante los/as clientes/as, ante los
canales de distribución y las ventas.
- Etc.

2. Acciones de coste mínimo:


- Encargarse de algunas zonas verdes de la comunidad.
- Establecer sistemas de aislamiento de la contaminación del ruido,
generación de olores y similares que originan molestias a los vecinos.
- Mejorar los procesos productivos no contaminantes.
- Apoyar actividades de servicio comunitario del sector, ancianos/as,
parques, escuelas en la medida de nuestras capacidades.
- Etc.

3. Otras acciones externas:

- Contratación de personas pertenecientes a colectivos


desfavorecidos, en exclusión o con riesgo de ello: minusválidos/as,
inmigrantes, mujeres, población con discapacidad, minorías étnicas,
jóvenes…, así como personas de mayor edad con capacidad para
trabajar.
- Incorporación de la acción social en la publicidad. Por ejemplo,
hay compañías que cada vez que venden un producto o un número
determinado de los mismos, envían otro u otros a un país del tercer
mundo.
- Celebración de convenios entre la empresa y asociaciones de
enfermos/as...
- Aportación de una parte de la comisión de las distintas
operaciones efectuadas con las tarjetas de crédito a organizaciones
determinadas. Es el caso de las ecologistas.
- Promoción de los denominados Días Solidarios. Consisten en la
posibilidad que se le da a los empleados de aportar la cuantía
correspondiente a un día de trabajo al año. Esta cantidad se deducirá
de una paga extraordinaria y se complementará con una aportación
de la empresa. Se destinará a alguna asociación, proyecto.. que se
elija entre todos los/as empleados/as.
- Colaboración con diferentes entidades sociales tales como
Aldeas Infantiles, Proyecto Hombre etc.

En definitiva, la incidencia económica de la responsabilidad social puede


desglosarse en efectos directos e indirectos:
- Se pueden derivar resultados directos de, por ejemplo, un mejor
entorno de trabajo, como ya se ha indicado, que genere un mayor
compromiso de los/as trabajadores/as e incremente su productividad o
bien de una utilización eficaz de los recursos naturales.
- Efectos indirectos a través del aumento de la atención que prestan a
la empresa consumidores/as e inversores/as que ampliará sus
posibilidades en el mercado.
Por el contrario, la crítica de las prácticas comerciales desarrolladas por
una empresa puede influir a veces negativamente en la opinión que se
tienen de ella. Esto puede afectar a los activos fundamentales de la
empresa, tales como sus marcas o imagen.
VI. LA RSE Y LA PYME.

El concepto de RSE surgió y se desarrolló fundamentalmente en el


ámbito de las grandes empresas y multinacionales. No obstante, es importante
para todas las clases de empresas y en todos los sectores de actividad. Por
tanto, también lo es para la PYME. Tengamos en cuenta que esta tipología de
empresa constituye la mayoría del tejido empresarial no sólo español sino
también europeo.
Es fundamental el papel que la PYME puede desempeñar en relación a la
responsabilidad social. Su puesta en práctica, incluyendo la microempresa, es
fundamental porque son las que más contribuyen a la economía y a la creación
de puestos de trabajo. Aunque muchas PYMES ya han asumido su propia
responsabilidad social, sobre todo a través de su participación a nivel local, una
mayor sensibilización y un apoyo más importante a la difusión de las buenas
prácticas podría contribuir a fomentarla entre este tipo de empresas.
A pesar de ser necesaria una mayor concienciación de la RSE entre las
PYMES, datos derivados de encuestas efectuadas a las mismas en toda
Europa, indican que ya operan con prácticas social y ecológicamente
responsables en beneficio de sus interlocutores/as externos/as. Podríamos
decir que esas actuaciones no responden a una estrategia de empresa (que es
lo que se pretende: que la RSE se incorpore a las líneas directrices que rigen la
empresa) sino a comportamientos aislados, esporádicos. La principal motivación
sería la propia ética del/la empresario/a o director/a de la empresa, aunque
numerosas PYMES reconocen que obtienen ventajas comerciales, tales como
mejores relaciones con sus clientes y la comunidad local. Además, puede
establecerse una relación positiva entre la prioridad estratégica de las PYMES y
sus actividades socialmente responsables: las PYMES orientadas hacia la
innovación, la calidad y el crecimiento presentan resultados más prometedores
en términos de compromisos sociales presentes o futuros.
El principal obstáculo a la responsabilidad social, sobre todo en las
PYMES de menor tamaño, parecen ser la falta de sensibilización, como se indicó
anteriormente y los recursos limitados. De ahí que las asociaciones de
pequeñas empresas, así como sus organizaciones y redes de apoyo pueden
desempeñar un papel fundamental para aumentar esa concienciación,
proporcionando información y herramientas de fácil uso y difundiendo ejemplos
de buenas prácticas en el ámbito de la RSE.

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