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HORACIO
En esta breve epstola Horacio cuenta a su amigo Celso, compaero de Tiberio, los malos momentos en que una depresin lo tiene sumido. No es capaz de reaccionar ante ella siguiendo los saludables
211 Era costumbre guiar las vides de manera que treparan por om os o chopos intercalados entre ellas, lo que todava puede verse en Italia y en Portugal.
212 Frmula tradicional de obtesiacin. El genio era un espritu que se supona que acompaaba a cada hombre a lo largo de toda su vida; la diestra era
la mano empleada para sellar los acuerdos; ios dioses penates eran los propios
de cada familia.
213 Pues las frustraciones de quienes pretenden ms de lo que pueden acaban producindoles sufrimiento.
EPSTOLAS-LIBRO I
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A ugusto y futuro emperador. Celso Albinovano es probablemente el Celso aludido en 1 3, 15 ss. (vase nuestra nota a d loe.).
215 La posibilidad de practicar la rashumancia de los rebaos implicaba tener grandes propiedades.
216 V ase nuestra nota a 1 7, 45.
217 El muchacho es Tiberio, que por entonces no tendra ms de 20 aos.
Su cohors, com o ya hem os dicho, la formaran sus ms inmediatos ayudantes
y colaboradores.
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HORACIO
como t te comportes con tu fortuna, as, Celso, nos comportaremos nosotros contigo218.
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Este billete, ms que epstola, lo dinge Horacio a3 propio Tiberio
justificndose por haberse a atrevido a recomendarle a su amigo Septimio, pese a saber que l hila muy fino a la hora de escoger a sus colaboradores. Sin embargo, el poeta tampoco ha querido disimular su
ascendiente sobre el joven prncipe, como si pretendiera reservrselo
para su propio provecho. Por ello insiste en su recomendacin y le ruega que lo incorpore a su squito.
Claudio219, no hay duda de que Septimio220 comprende como nadie en cunto me estimas. Pues cuando me ruega, y con
sus ruegos me obliga, que intente ya sabes recomendrtelo y presentrtelo como hombre a la altura de lo que exige en su
5 casa un Nern221, que slo escoge lo bueno; cuando piensa que
disfruto de la condicin de ntimo amigo, ve y conoce lo que yo
puedo, y aun mejor que yo mismo. Verdad es que le dije no pocas cosas con las que poda excusarme; mas tem que pensara
que yo finga ser menos de lo que soy, disimulando mi propia
o influencia, por no emplearla sino en mi propio provecho. As,
por huir del oprobio de una culpa ms grande, me acog al fue218
Celso no debe mirar por encim a del hombro a sus amigos de siempre a