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México presenta un rezago importante en

el desarrollo de infraestructura para la


salud

Por Humberto Armenta

La contingencia por el virus de influenza AH1N1 que vivimos los mexicanos el año pasado,
puso de manifiesto las deficiencias que tiene nuestro país en materia de prevención y
detección de enfermedades patógenas: Falta de investigación médica, escasez de
servicios, poca coordinación interinstitucional y, sobre todo, una insuficiente
infraestructura de salud. Una situación preocupante, ya que no se trata solo de cifras, sino
de personas que no pueden recibir atención médica debido a esta situación.

En el 2008, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),


publicó en su reporte Health que México se distingue por ser el país que menos recursos
destina a la salud pública, con 6.6% de su PIB, contra el 8.9% que tienen en promedio los
demás países miembros de este organismo, entre los que están, por ejemplo, Turquía o
Polonia, que cuentan con unos ingresos medios – altos, como nuestro país.

A pesar de que ha habido un importante incremento en los recursos públicos destinados a


este sector, para alcanzar el nivel de inversión que permita atender las necesidades de
salud de los mexicanos se requerirán de mayores recursos y de estrategias innovadoras.
México ha pasado de destinar un 5.6% de su PIB en el año 2000 a un 6.5% este año,
pero sigue incluso por debajo del promedio latinoamericano (6.9%) y muy por debajo del
porcentaje del PIB que le dedican a la salud otros países de ingresos medios de América
Latina, como Argentina (8.9%), Brasil (7.6%), Colombia (7.6%) y Uruguay (9.8%).
En cuanto a capacidad instalada, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda
contar como mínimo con una cama de hospital por cada mil habitantes. En México, sólo
cinco de los 32 estados cumplen con esta recomendación, el resto cuenta con 0.8 camas
por cada mil habitantes, lo que supone un rezago de más de 25 años en el desarrollo de
infraestructura, de acuerdo al informe anual 2008 del Instituto Mexicano del Seguro
Social. El promedio del resto de los países miembros de la OCDE es de cuatro camas por
cada mil habitantes.

Los estados con menor gasto público per cápita de salud (2005) son:

Durante el periodo 2007-2009, el gasto público federal para la salud fue de 304 mil 972.64
millones de pesos (mdp) anuales en promedio, distribuidos de la siguiente manera:
Según el Programa Nacional de Salud 2007-2012, de la inversión total anual en
infraestructura para la salud, se calcula que algo más de la mitad (54% del total)
corresponde a la iniciativa privada, pero la falta de financiamiento y la crisis actual a nivel
global dificultan a las empresas privadas desarrollar estos proyectos, lo que agrava aún
más el problema. En los países de la OCDE la inversión pública supone hasta un 72% del
total, lo que se traduce en una infraestructura mucho más desarrollada para todos sus
habitantes.

Por estos motivos, en estos momentos es más importante que nunca que la inversión
pública sea mayor y de mejor calidad. El Programa Nacional de Salud 2007-2012 plantea
llegar a destinar un 7% del PIB de México para el año 2010, una meta insuficiente aún
para alcanzar a los países más desarrollados, pero imprescindible para al menos llegar al
promedio de los países latinoamericanos y garantizar un servicio capaz de enfrentar esta
contingencia sanitaria que puso a prueba al máximo grado de presión a los centros de
salud de nuestro país.

No podemos poner en riesgo la salud de nuestras familias, ni continuar con ese


importante rezago histórico que tiene nuestra infraestructura en salud. Es vital que México
cuente con las unidades de salud esenciales para atender a sus habitantes.

México
21 de mayo de 2009

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