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México 1970
La gran cantidad de lesionados y las múltiples “batallas campales” de los mundiales anteriores,
llevarían a la FIFA a optar por un mecanismo disciplinario como las tarjetas amarilla y roja, las
cuales, curiosamente, se usaron muy poco durante este campeonato (pocos amonestado y
ningún expulsado). No obstante, vale recordar que durante los mundiales anteriores, aunque
no existían las tarjetas, el árbitro central del partido tenía la autoridad para expulsar a
cualquier jugador de la cancha.
Por otra parte, una novedad más del campeonato sería el sistema de sustitución de jugadores
de campo, pues hasta este mundial los cambios no estaban permitidos (solo el arquero podía
ser sustituido en caso de lesión). Así entonces, cada escuadra podría realizar 2 cambios por
partido, ley que se modificaría años después (1986) cuando se permitiera por parte de la FIFA
la realización de una sustitución mas.
Problemáticas territoriales y políticas anti migratorias aplicadas por parte del gobierno de
Tegucigalpa en los años 60, fueron algunas de las causas que llevarían al conflicto bélico, sin
embargo, meses antes del mundial de futbol, los seleccionados de ambos países debían
enfrentarse en un par de partidos eliminatorios para definir el clasificado por la zona
centroamericana. El primer partido en territorio hondureño sería dominado por los locales,
mientras que 8 días más tarde el segundo encuentro sería favorable para los salvadoreños, que
en su patio ganarían por 3 a 0, obligando a un tercer partido en territorio neutral, pero a su vez
generando una conmoción tal que en la capital hondureña se cerrarían las fronteras y miles de
ciudadanos salvadoreños sufrirían persecución y muerte a manos de desconocidos.
Semifinales electrizantes…
Las semifinales del torneo enfrentaban a dos equipos sudamericanos (Brasil vs Uruguay) y a
dos europeos (Italia vs Alemania) entre sí. En el encuentro sudamericano, Brasil tomaría
revancha de aquel “maracanzo” de 1950 derrotando a los charrúas por marcador de 3 a 1 en
un partido que sería recordado mas por las maravillosas jugadas de Pelé, que por los 4 goles
que habían adornado la tarde. Por otra parte, el partido entre los europeos resultaría ser toda
una cátedra de buen futbol, donde los italianos deberían usar toda su categoría para
desempatar un 3 a 3 en el minuto 111 del tiempo suplementario. Fue uno de los mejores
partidos de la historia de los mundiales en el que estrellas alemanas como Franz Beckenbauer
(quien jugaría los 30 minutos suplementarios con su brazo derecho dislocado y amarrado al
cuerpo), Uwe Seeler, Gerd Muller, Sepp Maier se verían cara a cara contra astros italianos
como Giacinto Facchetti, Giancarlo De Sisti, Luigi Riva y Roberto Boninsegna.
Fue así como los Brasileros tras derrotar en la final a su similar de Italia (4 a 1), conseguirían
por tercera vez un titulo mundial, haciéndose dueños de la tan ansiada copa, que 13 años
después (1983) sería hurtada en Rio de Janeiro mientras se exponía en la sede de la
confederación Brasileña de futbol. El mítico trofeo no sería visto nunca más y la confederación
debería conformarse con conservar una simple réplica de aquel hermoso trofeo.
MEMORIAS DE LOS MUNDIALES…
Alemania 1974
En plena guerra fría, con una nación dividida y a pesar de haber sido
escenario de la masacre de atletas israelíes a manos de
fundamentalistas palestinos en las olimpiadas de Munich de 1972, la
Alemania occidental recibía el aval para ser la anfitriona de la decima
edición de la copa del mundo. Un evento que marcado por ausencias
futbolísticas como las de Francia, España, Hungría e Inglaterra, daba la
bienvenida por primera vez a selecciones como Haití, Zaire, Australia y
la Alemania Democrática que se enfrentaría directamente a su rival
político y de patio, la Alemania federal, a la que tan solo le preocupaba
la consecución de su segundo título mundial.
Grupo 1 Grupo 2
Brasil Polonia
Argentina Yugoslavia
Hablemos de futbol…
Por otra parte, selecciones como las de Brasil y Argentina no tendrían problema para avanzar a
la ronda definitiva, mientras que escuadras como las de Uruguay e Italia, con un papel
nuevamente decepcionante, se quedarían eliminadas en la primera ronda del certamen.
Fue así como el 7 de julio de 1974 el estadio olímpico de Munich sería testigo de un emotivo
partido en el que Holandeses y Alemanes dejarían su garra y su buen futbol en el campo de
juego, anunciando así un verdadero campeón; mérito que habría de llevárselo el local que, tras
20 años de sed de gloría, se hacía nuevamente acreedor al campeonato y a la par merecedor
de levantar por primera vez el nuevo trofeo del certamen.