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UNIVERSIDAD DE COLIMA

BACH. N°29
Dirección General de Educación Media Superior
Historia
RUELAS MORENO MA. DE LA LUZ

PAREDES FREGOSO VIRGINIA MORAMAY

¿HACER MEMORIA O PENSAR EN EL FUTURO?

Las conmemoraciones de los grandes acontecimientos históricos de un país, son


actos políticos que reflejan su situación económica, con un indicador preciso de la
concepción historiográfica y de su posición ideológica de quien festeja.

El centenario… de Díaz

A comparación de las conmemoraciones de las efemérides que se cumplirán en


2010 están las anteriores celebraciones de las fechas cabalísticas de nuestra
historia. Una de ellas es el centenario de la independencia, en 1910, con sus tres
principales directrices: cuando este alcanzo logros en el ámbito económico a
diferencia de las ocho primeras décadas del siglo XIX, fueron caracterizadas por la
penuria nacional desde finales del periodo virreinal, se construyeron grandes
obras públicas, provocando que México se convirtiera en un país problemático en
términos internacionales y diplomáticos a lo largo del siglo XIX.

Porfirio, héroe de las guerras de reforma e intervención, y héroe de la paz y el


progreso posteriores, quería elevarse al rango de figura histórica y ser venerado
en el santoral patrio. Provocando que México fuera un país moderno y ordenado a
causa de algunos héroes que nos habían hecho independientes y que habían
preservado la integridad nacional de él y solo él, induciendo a que su figura no
fuera consagrada y permitieran que se les creara un monumento próximo.

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Todos los políticos nacionales y locales, eran porfiristas. Díaz nunca previo que la
conmemoración sería empañada por un gran desafío político, éste además de ser
derrocado, no pudo ingresar al altar de la patria, y solo paso de héroe a villano.

Sus últimos festejos felices fueron en 1910 “el canto del cisne”. Provocando que
las potencias que lo aplaudieron en un tiempo lo avalaran a su caída y lo exiliaran.

Los consumadores

En 1921 fue el primer centenario de la consumación de la independencia, y su


conmemoración fue contraproducente, debido a la pobreza y el aislamiento que
pasaba México, sin relaciones diplomáticas con estados unidos y algunas
potencias europeas.

Las dificultades económicas y la ideología nacionalista fueron motivo de que


predominaran los festejos populares y folklóricos.

Álvaro Obregón era superior a Agustín de Iturbide y a Vicente Guerrero por ser un
gran militar y no un simple guerrillero, más sin embargo este pretendía ser un gran
historiógrafo y quería erigirse como el consumador de la revolución.

Pero digno del asesinato del senador Fiel Jurado, los fusilamientos de varios
rebeldes delahuertistas, las violentas muertes de sus adversarios electorales
impidieron que pasara a la historia como un héroe de la guerra y de la paz.

El cumpleaños feliz

En 1960 se conmemora el cincuentenario de la revolución y el sesquicentenario de


la independencia, el primero tras su alejamiento destructivo se consideraba como
el factor histórico que había dado lugar al “milagro” mexicano por su crecimiento
económico constante apreciable, se tenía un sistema político estable que si bien
no era democrático tampoco era dictatorial, fue la oportunidad de varios logros
positivos tanto en la reducción del analfabetismo, la quintuplicación del ´producto
nacional bruto, se duplico la participación del sector industrial y la cuadruplicación
de producción agrícola.

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Se publicaron libros en los cuales se hacía honra a los logros ya alcanzados y a la
economía, la política, lo social y lo cultural en los que participaron casi un centenar
de funcionarios ilustrados en la cual se demostraba que México era un país feliz.

Festejo triste

En 1985 se conmemoraron los 175 y 75 años de los inicios de nuestros principales


procesos históricos, debido al allanamiento de la revolución cubana, que obligo a
comparaciones con la de México, a que nuestro sistema político había visto su
disminución en la estabilidad y su aumento en el ámbito autoritario, el hecho de
este provoco que en vez de ser conmemoraciones festivas fueran tristes y que su
prevalecer fuera negativo a diferencia de las conmemoraciones anteriores.

¿Y el próximo año?

si dichas conmemoraciones provocaron grandes albedríos, ¿en qué circunstancias


estarán la futuras, serán de un carácter distintivo?, si bien sabemos México es un
país tripartidista y eso ocasionara que haya uniformidad ideológica respecto a las
conmemoraciones políticas e historiográficas y nos será difícil encontrar
diplomacia con algunas naciones latinoamericanas, yacerá no recurrir al pasado y
preocuparnos por el futuro y por lo que querremos para el siguiente centenario, al
parecer nos será más complicado de lo que parece y todo por el gran dilema de
aferrarnos al pasado o crear el futuro.

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EL GEN VIVO DE UN CUERPO MUERTO

Cada vez son menos los políticos que se definen como representantes de la
“revolución” tras la cuestión de entre 1940 y 1970, especialmente desde la
declinación y el empoderamiento de los partidos priistas y panistas; fue López
Portillo quien se considero “el último presidente” a honra de esta.

La revolución existe tanto en libros, artículos, cursos y debates, aunque esta ha


perdido terreno relativo, dado el crecimiento en otras áreas de investigación en el
ámbito de la historia política del periodo de la post-independencia (economía del
porfiriato, la sociocultura de la etapa posterior a 1940).

La revolución ha sufrido grandes cambios de su coherencia e importancia por ser


juzgada solo como una gran rebelión, como un mito o simplemente porque en
realidad nunca existió y fue producto de una construcción cultural o del
cardenismo; pero la mitificación de todo proceso prevalece a que si fue solo un
mito político exitoso, necesitaba algo de verdad para poder convencer y legitimar,
porque no se podría engañar a todo el pueblo todo el tiempo, Si admitimos las
revoluciones “burguesas”, “anti feudales”, “nacionalistas” etcétera, también la
mexicana lo puede ser debido a sus grandes logros al movilizar grandes sectores
de la población, quizá muchos en pro y otros en contra a raíz de las lealtades
clasistas, étnicas, ideológicas, regionales, generacionales y faccionalistas.

Entre 1910 y 1940 se produjo un cambio sociopolítico, tanto formal como informal
que vale el título de “revolución”. ¿En realidad la revolución mexicana murió o solo
fue desterrada de la historia?, esta involucro tanto cambio informales como la
mortalidad, migración, hiperinflación, movilidad social, tomas de tierra, huelgas,
guerra convencional y de guerrilla, crimen, bandidaje, como cambios formales
evidentes en reformas agrarias y laborales, anticlericalismo, indigenismo,
nacionalismo económico, etcétera. Ambos cambios contribuyeron a un nuevo

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estilo político, algo populista, dotado de participación masiva que el esclerótico y
oligárquico régimen porfirista.

En 1940 el PRI era cada vez más institucional y menos revolucionario que ideo un
proyecto más conservador, civil, empresarial y americanófilo, el estado priista no
tenía planes malvados debido a que sus ingresos y sus gastos eran débiles, pero
tampoco era un estado revolucionario, este era una maquina política exitosa,
disciplinada, dotada de alcance nacional y nuevas formas de clientelismo, además
de coincidir con un crecimiento económico, inflación moderada y movilidad social.

Cuando el PRI hizo un giro neoliberal fueron más alzados por la oposición de
sindicatos independientes y rebeldes provinciales. Así fue como sobrevivieron los
símbolos de la revolución y no solamente en libros y aulas, sino también en la
política, pero ahora el PRI se encontraba en una oposición de alejamiento sobre el
discurso fundacional que fue adherido un nuevo proyecto “neoliberal” que era
dirigido por Salinas, que invoco a Ponciano Arriaga y el “liberalismo social”
decimonónico.

En el 2000 y 2006 el partido priista perdió a pesar de su supuesta capacidad


tecnocrática, todo a causa del fracaso económico y a sus malos candidatos,
aunque eso no garantizo que el EZLN triunfara en 1994o el PRD en 2006.

La historia contemporánea sugiere que la revolución sobrevive como inspiración


de políticas practicas, cumplidor a sufrimiento “la revolución hecha gobierno” por
su discreta y prolongada muerte. 1910 marca el centenario de la revolución, 2009
el bicentenario del nacimiento de Darwin; dejando como imagen a una revolución
que dejo de constituir un organismo funcional, pero que enmarca ideas y símbolos
que aun circulan como materia genética que dispone el cuerpo político mexicano.

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UN SIGLO DE DUDAS

La revolución nos hace dudar debido a su realidad, y aun más en el área de


celebraciones y conmemoraciones que se festejan hoy en día, esta revolución
tuvo un costo altísimo para Francia al lanzar a “la gran nación” a la conquista de
Europa y del mundo, en las interminables guerras de revolución y del imperio que
provocaron su derrota final tanto militar como industrial tras la pérdida de la
competencia Francia contra Inglaterra, por culpa de la revolución, con 70 años de
retraso, el costo demográfico, político, ideológico para un país que no encontraría
su estabilidad política antes de… la Quinta Republica, después de un golpe de
estado militar, que surgió el 13 de mayo de 1958 llevando al poder al general De
Gaulle, y tras su división de Francia en dos grupos irreconciliables hasta en la
manera de ver su historia.

Según textos escolares de historia o de civismo se debe celebrar la revolución


maderista, la revolución mexicana, a Don Porfirio Díaz, a Morelos, a los generales
Felipe Ángeles y Bernardo Reyes, a Victoriano Huerta, Pino Suarez, etcétera.
Provocando a que nos quedemos atrapados en la necesidad de conservarlos en
nuestra memoria, pero como dijo Juan Pablo segundo el 3 de octubre de 1986
antes de su visita a Francia “las naciones que pierden la memoria perecen” o
como dijo Karl Marx dixit, el 14 de septiembre de 1870, “acabar de una vez para
siempre con ese culto reaccionario del pasado”. Al historiador le es difícil resistir a
un pedido que no es puramente oficial sino también social, cuando prevalece a l
peligro de aparecer como algo contrarrevolucionario y antinacional, ya que no se
pide únicamente la conmemoración sino que ahora implica hasta la celebración
litúrgica, exaltación ideológica y demás. Eso de las revoluciones y las
conmemoraciones nos permiten echar a volar nuestra imaginación debido a que
cada quien tiene su lado de ver y juzgar a nuestro pasado, pero su conciencia es
clara porque “la nación y su revolución son una memoria colectiva que no

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controlamos ni historiadores, ni políticos” en sí, estamos deplorablemente
confundidos a su verdadero escenario.

Tepames, Col. domingo 28 de marzo de 2010

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