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Conservación de áreas protegidas se expande en

América Latina
03-10-07, Por Marcela Valente *

Un guardaparques para casi 30 mil hectáreas es el promedio


latinoamericano que mejor exhibe la falta de recursos destinados a la
conservación. En 10 años casi se duplicó la superficie de áreas protegidas
en América Latina y aumentó mucho la participación de las comunidades
locales en su preservación y manejo, pero existen factores que amenazan
dicha conservación.

En los últimos 10 años, casi se duplicó la superficie de áreas protegidas en América


Latina y aumentó mucho la participación de las comunidades locales en su
preservación y manejo, afirma un estudio regional entregado en exclusiva a
Tierramérica. Pero la exploración y explotación de hidrocarburos, la expansión
agrícola y el desarrollo de infraestructura a gran escala amenazan la conservación y
empañan los esfuerzos de los países por avanzar hacia un desarrollo sustentable,
afirma la versión preliminar del estudio, elaborado con base en informes
nacionales.

El documento se presentó en la apertura del II Congreso Latinoamericano de


Parques Nacionales y Otras Áreas Protegidas que se celebra desde el domingo 30
de septiembre hasta el 6 de octubre en la turística ciudad de San Carlos de
Bariloche, en el sur de Argentina.

Con el título "Diagnóstico y Situación Actual de las Áreas Protegidas en América


Latina y el Caribe (2007)", es considerado la línea base para entender el momento
actual y definir políticas futuras.

Desde el primer congreso regional celebrado en 1997 en la norteña ciudad


colombiana de Santa Marta hubo un "incremento sustancial" de la superficie
protegida, de 160 millones de hectáreas a más de 300 millones, según el borrador.
En el IV Congreso Mundial de Parques Nacionales de 1992 el área regional sujeta a
protección no llegaba a 120 millones de hectáreas.

"Se trata de más de 10 por ciento del área total del Neotrópico en su porción
continental", estimó el compilador del informe, el antropólogo colombiano Carlos
Castaño Uribe, asesor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación (FAO).

La eco-región del Neotrópico se extiende desde el sur de México, incluye América


Central, el Caribe y América del Sur y comprende los mayores bosques tropicales
del mundo.

Doce países reportan aumentos de su superficie protegida. Brasil y El Salvador


duplicaron esa área en la última década. Y casi todos superan hoy el estándar
internacional de protección de 10 por ciento de la superficie, señala el balance.

El que preserva mayor proporción de su territorio -66 por ciento- es Venezuela.


Pero también sobresalen Guatemala y Panamá, con más de 30 por ciento.

"La expansión de las áreas protegidas es uno de los mejores indicadores de la


contribución de la región a la conservación global", subraya el estudio.
Mediante su Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en Parques Nacionales,
otras Áreas Protegidas, Flora y Fauna Silvestres (Redparques), la FAO organiza el
encuentro junto al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUD) y la oficina de América del Sur de la Unión Mundial para la Naturaleza
(UICN).

"La participación de las comunidades locales en la gestión y manejo de las áreas


protegidas es cada vez más común en casi todos los países de América Latina",
resume el documento.

Son ejemplos la política que desarrolla Bolivia con indígenas y campesinos, la


Misión Árbol de Venezuela, los Parques con la Gente de Colombia o la participación
de mujeres mexicanas en actividades de conservación.

Las reservas privadas también adquirieron "un papel muy importante", afirma el
estudio. Los países reportan la existencia de dos mil 296 áreas privadas que
abarcan casi tres millones de hectáreas. Chile lidera esta modalidad, con 1,7
millones de hectáreas.

Los corredores biológicos que conectan áreas de conservación también ganaron


terreno, pero todavía están en construcción. Es mucho menor el número de
corredores existentes que el de los propuestos a escala local, regional e
internacional. "Es una estrategia que genera gran expectativa", según el autor.

Otro desarrollo en ciernes son los parques marino-costeros. Esas zonas protegidas
ya existen en Cuba, Chile, Guatemala y República Dominicana, pero hay proyectos
en marcha en otros países, como Argentina.

En el aspecto institucional también se ha avanzado desde 1997. En ocho países se


crearon ministerios de ambiente o se elevó la jerarquía de las reparticiones que
administran los parques. La mayoría cuentan con leyes específicas para áreas
protegidas, y cinco las incluyen en sus planes nacionales de desarrollo.

Con diferentes sistemas, todos los países controlan y evalúan la efectividad de sus
planes de manejo.

Pero a la hora de vigilar se revela la falta de recursos, una falencia más notoria en
países cuya superficie a preservar es más extensa. Si bien el documento no
pondera este dato, informa que, en promedio, en América Latina se dispone de un
guardaparques para casi 30 mil hectáreas.

Esta brecha es mayor en Brasil, con un guardaparques por cada 111 mil hectáreas,
y baja en El Salvador a uno cada 350 hectáreas. Pese a que la mayoría de países
afirman haber aumentado el presupuesto para dotaciones, manifiestan más
necesidad de personal calificado y de equipamiento.

El compilador Castaño Uribe sostiene que los programas de turismo ecológico


aumentaron notablemente en las áreas protegidas en los últimos cinco a 10 años, y
considera que la actividad podría convertirse en "una importante fuente de
sustentabilidad e independencia financiera" para esas áreas.

En el rubro de las amenazas aparecen la exploración y explotación de


hidrocarburos, la minería, la expansión agropecuaria, la infraestructura, la
deforestación, los incendios forestales, el turismo y la pesca no sustentables, la
sobreexplotación de la biodiversidad y del agua, la pobreza y el aumento de la
población, los conflictos por la tierra, la contaminación y la erosión del suelo.

Algunos países reportan ausencia de leyes, debilidad institucional y personal


insuficiente o no calificado, entre otros desafíos que esperan respuestas en
Bariloche.

Asisten más de dos mil funcionarios, académicos, conservacionistas y


representantes de comunidades indígenas, afrodescendientes, pescadores,
campesinos y del sector turístico.

La reunión se propone promover el intercambio de experiencias y conocimientos,


evaluar la conservación. www.ecoportal.net

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