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LA PSICOLOGUIA INDUSTRIAL.

A partir de la Revolución Industrial, los estudios acerca de la conducta humana dentro


de la empresa han cobrado una importancia cada vez más trascendental. En nuestra
época la psicología industrial tiene múltiples aplicaciones prácticas y por ello su estudio
no se circunscribe exclusivamente al ámbito de la psicología, sino que interesa a los
profesionales de otras especialidades como administración, comercio, economía,

A lo largo del siglo XVIII fue cambiando también la modalidad de explotación de la


tierra: rotación de cultivos, uso de algunos fertilizantes, mejoras en el instrumental de
labranza, reducción del personal al mínimo imprescindible. En los lugares en que se
aplicaban estos cambios generalmente en las tierras de las personas más pudientes se
tendió a aumentar la producción y, en consecuencia, a bajar los precios. A su vez, los
campos fueron cercados y los grandes propietarios, conscientes de los beneficios que
les brindaba el nuevo sistema, se adueñaron de las tierras de los campesinos quienes,
de esta manera, se quedaron sin nada. Esto provocó que muchos comenzaran a
trasladarse hacia los centros urbanos en busca de trabajo. En las ciudades que
comenzaron a llenarse de establecimientos industriales, las familias numerosas se
veían en serias dificultades, porque siempre la cantidad de puestos de trabajo era
menor que la masa de obreros sin empleo. Los campesinos no paraban de llegar a las
ciudades y esto empeoraba las cosas: ante tanta oferta de mano de obra, los patrones
rebajaban los sueldos y hasta despedían a los que estaban trabajando para tomar
niños y pagarles menos. En los grandes centros industriales ingleses, como
Manchester, Londres y Liverpool, los desocupados se contaban por miles.

LA IGLESIA Y LA CUESTION SOCIAL

Durante la primera mitad del siglo XIX, la Iglesia católica comenzó a manifestar su
preocupación frente a la presencia de un proletariado empobrecido y en constante
aumento. La Iglesia ,adopta soluciones que pasaban por la caridad. En Francia, por
ejemplo, fue creada la Sociedad de Moral Cristiana, de la que surgieron numerosas
instituciones cajas de ahorro y sociedades de socorros mutuos. La Sociedad tenía un
comité para el perfeccionamiento moral de los presos y otro para la ubicación de éstos.

El surgimiento de las organizaciones obreras

Las malas condiciones de trabajo generaron críticas y actitudes reformistas.


En los inicios de la Revolución Industrial sólo hubo una reacción por parte
de los obreros, que pensaron que las máquinas eran culpables de su situación
y organizaron motines para destruirlas. Percibían a las maquinarias como
competidoras, que por una parte quitaban puestos de trabajo para los obreros
y por otra prolongaban la jornada laboral. Con el correr de los años los
obreros atribuyeron otras causas a sus problemas y se organizaron en
sindicatos y asociaciones en procura de mejores condiciones laborales y de
vida. Los primeros sindicatos surgieron en Inglaterra, el país pionero de la
Revolución Industrial. En un principio, eran agrupaciones ilegales, ya que
por una antigua tradición estaba prohibida la asociación de trabajadores.
Posteriormente lograron que se les concediera la legalidad. Los trabajadores
ingleses organizados en las Trade Unions (organizaciones sindicales de
Inglaterra) reclamaron la participación política y reivindicaciones
laborales, reducción de la jornada e incrementos salariales.

Entre quiénes surge el movimiento obrero?


Surge entre los artesanos y oficiales, que forman una especie de
aristocracia del trabajo que constituirá la vanguardia y pondrá las bases
del movimiento obrero. Son ellos los precursores, los promotores del
movimiento obrero al que la masa se irá uniendo poco a poco pero
tardíamente.

LAS ORGANIZACIONES OBRERAS


En los albores del capitalismo liberal la clase obrera, desprovista de los medios de
producción y obligada a vender su fuerza de trabajo, se encontraba inerme ante los
abusos de los patronos. La necesidad de defender sus intereses originó el movimiento
obrero.
Éste gozó de mayor o menor fuerza en función del grado de
industrialización de los países, pero en cualquier caso, en todos
ellos, los trabajadores fueron agrupándose en organizaciones de
clase, con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales,
salariales y sociales.
Tres fueron los principales formas de expresión asociativa en los que se organizó el
movimiento obrero:
– Sindicatos y cooperativas.
Con anterioridad a la industrialización moderna,
existieron organizaciones, los gremios, que
defendían en el seno de la actividad artesanal
a los trabajadores de un determinado oficio.
Regulaban la producción y controlaban hasta
el más mínimo detalle. Los operarios tenían la
oportunidad de ascender en la escala laboral
según su pericia y méritos. Sastrería medieval

Frente a esas organizaciones de carácter preindustrial, los
sindicatos nacieron como respuesta a los problemas planteados
por la mecanización. Representaban a obreros desposeídos de la
iniciativa y creatividad en el proceso productivo.

La total desprotección de éstos frente a los
abusos de los capitalistas (prolongadas jornadas
de trabajo, empleo infantil, mujeres mal
remuneradas, fábricas insalubres, hacinamiento,
despidos sin indemnización, miseria, etc), los
empujó a organizarse en asociaciones para
protegerse en caso de enfermedad, paro o
Trabajo infantil inactividad huelguística.

-Los partidos políticos

A pesar de los éxitos parciales obtenidos por las organizaciones sindicales, un amplio
sector de la clase obrera llegó al convencimiento de que la única forma de destruir el
capitalismo era mediante la lucha política. Se organizó para ello en partidos que
recogieron en su seno variadas tendencias: desde las más radicales (marxistas
ortodoxos) a las más moderadas de corte reformista (revisionistas, socialdemócratas).

Las internacionales obreras

Uno de los rasgos distintivos del socialismo de todo signo fue su carácter
internacionalista. Carlos Marx y otros pensadores sostenían que, al margen de la
nacionalidad a la que perteneciesen, los trabajadores de todo el mundo sufrían los
mismos problemas.

Era por tanto necesario, aunar


esfuerzos, intereses y objetivos
para derrotar a la burguesía. El
"Manifiesto comunista" lanzaba, al
respecto, una consigna clara:
“Proletarios de todos los países,
Celebración del 1 de Mayo.
uníos”.
México

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