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HABLANDO DE AMIGOS…
• “Erase una vez yo tenía un amigo… un día, ese amigo se enojó conmigo
y no me dijo porque… ahora después de muchos días de silencio
inexplicable de su parte, me pregunto no por qué se enojó conmigo,
sino: ¿por qué era mi amigo?”
Los amigos pueden enojarse en algunas circunstancias de la vida, pero si quien se dice
ser tu amigo no es capaz de decirte lo que le enoja de ti, es bueno hacerse la pregunta
por qué lo consideras tu amigo… es bueno volver a mirar las razones por las cuales le
diste el título más alto de todos: Amigo. La amistad supone comunicación y reciprocidad,
debe haber equilibrio entre lo que das y recibes, la amistad es de dos y el asunto de la
comunicación debe ser un acuerdo mutuo, no decisión de uno solo.
Uno no se puede engañar… los detalles y los regalos fueron inventados para darlos, ellos
tienen un fin y una intención en cualquier relación y más en la amistad; lo importante es
tener claro lo que queremos al darlos y al recibirlos, el regalo no sustituye un sentimiento,
lo expresa. Que no se quede un amigo sin recibir un regalo pero cuidado con hacer del
regalo lo único para tener amigos.
¿Quién dijo que en la amistad se debe ser sinceros?… la amistad no necesita de ataques
de sinceridad, la amistad se construye en la verdad, se alimenta y crece en ella. La
verdad de los amigos es el termómetro que mide la solidez de la amistad, en el mundo ya
hay muchos que engañan para conseguir sus fines, si no tienes confianza de ser siempre
escuchado y amado desde la verdad de tu amigo, déjame decirte: No estás listo para ser
amigo, vete de vacaciones y establece relaciones más efímeras y menos responsables
con tu vida, ah! Manda de vacaciones a esos tantos que se llaman “tus amigos” y no
están haciendo su parte!!!”
En Coloquios con Dios… En una tarde, de esas tantas maravillosas que él me
ha dado, sentada en la hamaca de mis reflexiones establecí con Dios y en el
silencio de mi corazón esta conversación:
Yo: a algunos…
Yo: lo deben intuir… siempre trato de hacer las cosas como tú las harías, repito
frases de tu libro sagrado y me empeño en amar a tu Hijo…
En la amistad con Dios tenemos que tener la certeza que él no es un amigo sino Él
Amigo, en él se deben anclar todas nuestros afectos y las relaciones que establecemos
con los demás, si quieres a alguien de verdad, querrás lo que Dios quiere y le promete, si
quieres que la bendición llegue a tus amigos, deberás acercarlos a Dios con tu palabra,
con tu vida, con tus gestos de amor, que son los gestos de amor del mismo Dios.