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EL MODERNISMO

1) Concepto: movimiento literario nacido en Hispanoamérica en el último cuarto


del siglo XIX y difundido por España por Rubén Darío. Tiene dos aspectos
fundamentales:
a) La amplitud del movimiento, que es algo más que una moda literaria;
supone una actitud vital.
b) Su carácter de reacción contra los patrones del sistema burgués.
2) Raíces históricas y sociales del movimiento: la vida económica alcanzó el
estadio del gran capitalismo. El mundo occidental vivía inmerso en un
sistema en que imperaban los valores pragmáticos y utilitarios de la sociedad
burguesa. La revolución industrial provoca en Europa el aceleramiento del
progreso técnico y un crecimiento económico continuo. La paz internacional,
la estabilidad social y la presencia cada vez más extendida de gobiernos
constitucionales representativos favorecen la confianza positivista en la razón
y en el progreso. Contribuye a ello la importancia que progresivamente van
adquiriendo las libertades de asociación y expresión y del derecho al voto.
Paralelamente, comenzaron a notarse síntomas de hastío y desintegración que
conducirían a lo que se ha llamado «crisis universal de las letras y del
espíritu», que se desarrolló entre 1885 y 1914. De ella arranca, según el poeta
mexicano Octavio Paz, la crisis metafísica característica de la modernidad. A
ello contribuyó, sin duda, la tensión en las relaciones internacionales.
3) Génesis e influencia. Modernismo hispanoamericano y español. Principales
autores:
a) La modernidad poética se inició en Francia a mediados del siglo XIX, con
la decisiva aportación de dos orientaciones literarias: parnasianismo y
simbolismo.
-Parnasianismo. Hacia la década de 1860, la escuela parnasiana
reaccionó contra los excesos de subjetividad y sentimentalismo de los
románticos. Los nuevos poetas —Théophile Gautier, Leconte de
Lisie, Théodore de Banville— propugnaron «el arte por el arte»;
una poesía objetiva en la que no entraran los sentimientos ni la
ideología. Esta concepción propiciaba el empleo de imágenes
precisas y claras, y de un verso de escrupulosa construcción.
Temáticamente, la poesía parnasiana evocó pueblos y culturas
antiguas y ambientes exóticos. Influirá en el Modernismo por su
anhelo de perfección formal. El poema ha de ser como una gran
escultura y el poeta debe cincelar el poema como el orfebre su obra.
-Simbolismo. Hacia la década de 1870, empezó a cambiar la
sensibilidad y, paulatinamente, se inició la búsqueda de un nuevo
lenguaje literario. Será el griego Jannis Moréas quien introduzca en
1886 el término simbolismo, que definió como el intento de sustituir
en la poesía la realidad por la «idea». Los poetas simbolistas
aspiraban a reemplazar los procedimientos de la razón por las vías
imprecisas de la intuición, y trataron de plasmar una visión
subjetiva de la realidad, de ofrecerla a través de la sensibilidad del
poeta. Prefirieron la utilización del símbolo frente a la mención
directa de las cosas; por símbolo se entiende aquello que se ofrece a
los sentidos y que puede conducir a comprender una idea. A
diferencia de la alegoría (especie de enigma de solución obvia), el
símbolo sólo puede interpretarse, no ser resuelto. Baudelaire,
Mallarmé, Varlaine y Rimbaud son los poetas simbolistas franceses
más destacados.
b) Hispanoamericano: El modernismo surgió en Hispanoamérica como
fuerza subversiva y expresión de la resistencia al mercantilismo de la
revolución cultural burguesa. Después de las guerras de independencia del
siglo XIX, algunos países hispanoamericanos habían alcanzado cierta
estabilidad política que se tradujo en prosperidad económica. En su
contacto con Europa vieron el pensamiento francés que se consideraba
“moderno” y conllevaba un rechazo de la tradicional sociedad colonial. El
modernismo implicó no sólo un cambio de gusto literario, sino que
encerró el reclamo de una nueva sociedad con intenciones
descolonizadoras. Los modernistas se alzaron a final de siglo contra el
materialismo, el imperialismo, la burguesía y lo utilitario. El clima que se
vivió, con la mezcla de arte, vida bohemia e ideas libertarias, fue similar al
del París de fin de siglo. Los artistas percibieron que en el mundo había
surgido un movimiento de renovación formal y de la sensibilidad, y
quisieron formar parte de él. La fuente inmediata a la que acudieron fue la
poesía francesa; en el parnasianismo y el simbolismo vieron la expresión
más exigente, audaz y completa de las tendencias de la época.
c) Español: A finales del siglo XIX y principios del XX, el modernismo
ejerció su influencia en España. En este hecho fue determinante la
segunda visita a Madrid de Rubén Darío, en 1899. No todos los jóvenes
siguieron ciegamente a Darío: los mejores poetas españoles mostraron
claros síntomas de individualización; no en vano el propio Darío había
insistido en que cada poeta buscara su propio camino.
d) Principales autores: como representante del modernismo
hispanoamericano tenemos a Rubén Darío. En España, de principios de
siglo son las primeras obras de Juan Ramón Jiménez, Antonio y Manuel
Machado y Valle-Inclán, que contribuyeron a la corriente innovadora.
Sólo Miguel de Unamuno, tan peculiar en su trayectoria literaria, pudo
sustraerse del influjo modernista.
4) Temas: los temas modernistas muestran dos orientaciones: el llamado
modernismo exterior y el modernismo interior. Aunque ambas orientaciones
cuidan la forma y buscan la belleza formal como medio de huir de la realidad,
presentan algunas peculiaridades:
a) El modernismo interior expresa la intimidad del poeta y se acerca al
romanticismo en sus sentimientos de melancolía, hastío, tristeza y
angustia existencial. Los ambientes, en este caso, son otoñales, solitarios,
crepusculares, etc.
b) El modernismo exterior se evade en el tiempo y en el espacio: se
remonta a la época medieval o clásica; recuerda las leyendas o la
mitología, se sitúa en lugares lejanos y exóticos o en Grecia y Roma. Los
ambientes son refinados, aristocráticos y existe un cosmopolitismo. Los
modernistas defendieron el cosmopolitismo como una faceta más de la
necesidad de evasión, del anhelo de perseguir lo aristocrático. París, con
su bohemia, sus cabarets, sus barrios..., se convirtió en meta y tema
artístico. Sin embargo, ante la amenaza estadounidense, reafirmaron sus
raíces hispánicas. El amor y el erotismo se hacen presentes. El cisne es el
símbolo de la belleza y el esplendor. El modernismo español, en su faceta
más preciosista, colorista y retórica, tuvo escasa duración. Los escritores
pronto iniciaron una búsqueda de temas metafísicos y trascendentales,
tanto personales como universales, y se centraron progresivamente en la
tradición y realidad de su propio país.
5) La estética modernista; la lengua literaria: Como rasgo general del
movimiento, destaca su insistencia en la experimentación. La constante
tentativa de renovación del lenguaje literario hace que el modernismo se
defina como la estética del cambio: evasión y exotismo. El modernismo
conllevó una fuga del espacio y del tiempo hispanoamericanos en que
vivían, en busca de una actualidad universal que consideraban la única
verdadera. La inclinación de los poetas modernistas por el pasado (medieval,
renacentista, dieciochesco, pero también el hispanoamericano —
mundonovismo—) y por tierras lejanas y exóticas es un deseo de presente.
El exotismo representó una manera de concretar los anhelos estéticos e ideales
que les estaban vedados por la realidad. Los modernistas crearon su mundo
propio ideal que les permitiera afrontar la vida rutinaria. Los modernistas
pretendieron renovar el lenguaje poético, de modo que éste fuera una
creación única y sorprendente, una continua sucesión de hallazgos.
Enriquecieron el idioma con vocablos extranjeros, abusaron de arcaísmos y
neologismos, emplearon el estilo conversacional y americanismos.
Persiguieron también la búsqueda de efectos impresionistas, a base de
sensaciones, que lograron mediante el recurso a la sinestesia (tropo que
consiste en unir dos imágenes que pertenecen a distintos campos sensoriales;
como «azul chillón»), a un cromatismo de infinitos matices, y a la
musicalidad exigida por Verlaine.
6) La métrica: La formulación de nuevas propuestas métricas se dio en tres
direcciones:
a) Recuperación de viejas formas, como el hexámetro clásico o antiguos
metros castellanos (tetrásforo, monorrimo, endecasílabo dactílico).
b) Agilización de los metros conocidos, como la ruptura de la división
rígida de los hemistiquios del alejandrino, gracias al encabalgamiento.
c) Creación de nuevos metros e intento de libertad métrica con versos
largos y amétricos. Su reforma preparó el poema en prosa y el verso libre.
7) El modernismo canario. Tomás Morales, Alonso Quesada: la situación
económica y social que se vivía en las islas a finales del siglo XIX resultó
decisiva para el auge del modernismo en el archipiélago. En estos años, las
capitales crecieron como consecuencia del desarrollo del tráfico comercial y
la importancia de los puertos; se acrecentó la relación con el exterior; el
progreso obligó a mirar hacia el futuro. Fue un proceso paralelo al que se
produjo en Hispanoamérica, tras las guerras de independencia. No es extraño,
por tanto, que en Canarias se diera también una forma propia de modernismo;
y aquella nostalgia por el pasado, característica del modernismo peninsular,
se convirtió en las islas en un ejercicio de imaginación sobre la nueva vida
que entonces comenzaba.
a) Tomás Morales fue el poeta central del modernismo canario. En su libro
Las rosas de Hércules reúne poemas en los que celebra el esplendor de lo
moderno, la riqueza sensorial del paisaje canario y el mar como
imagen poética de ese proyecto de futuro. La ciudad comercial y el
puerto son otros de los temas abordados en sus textos.
b) Alonso Quesada con su voz personal y su mirada crítica e irónica sobre
aquella nueva sociedad, reflejó como ningún otro escritor la identidad
insular y los peculiares rasgos de su lenguaje. Para Quesada, la vida es una
permanente frustración, por la fragilidad del ser humano, por la condición
aislada del canario y por la propia enfermedad que hubo de llevarlo a una
muerte prematura.

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