La reglamentación
española
En este trabajo se plantea una re-
flexión sobre la instalación eléc-
trica y las prestaciones que de ella
se piden de cara al siglo XXI.
Todo lo que actualmente se está
construyendo y proyectando debe
hacerse con amplios criterios de
futuro, a fin de prever, o al menos
facilitar sin excesivos problemas,
la implantación de las tecnologías
que dentro de 20 ó 30 años se de-
sarrollarán.
Esto justifica la redacción de un
Nuevo Reglamento de Baja Ten-
sión, el cual, basado en la refe-
rencia a normas, esté en todo mo-
mento actualizado.
1. REGLAMENTO ACTUAL
Publicado en 1973, el Reglamento
Electrotécnico para Baja Tensión
(RBT) constituyó un importante
avance, tanto desde el punto de
vista de seguridad eléctrica como
de innovación tecnológica. Fue el
primer reglamento europeo que
impuso la obligatoriedad de la
ENERGIA - JULIO/AGOSTO 1996
electrotécnica
de baja tensión
El futuro REBT y su justificación
JORDI CISTARE y JOSEP FIGA
Dpto. Normalización del Groupe Schneider
utilización del interruptor diferen-
cial (ID) en las viviendas.
La estructura del texto, compues-
to por unas reglas básicas de ca-
rácter general y por las Instruc-
ciones Técnicas Complementarias
(ITC), fue una novedad para la
época. La referencia a normas
UNE quiso introducir una nueva
manera de enfocar los temas, en
concordancia con lo que se ve-
nía haciendo en otros países eu-
ropeos.
El gran avance que supuso en
1973 la publicación del vigente Re-
glamento de B.T. adquiere su má-
ximo relieve si se tiene en cuenta
que sustituyó al, en aquel enton-
ces, Reglamento en vigor de 3 de
junio de 1955, el cual a su vez era
la simple publicación del Regla-
mento de Instalaciones Eléctricas
Receptoras, aprobado por Real
Decreto de 5 de julio de 1933.
Este Reglamento de 1955, en rea-
lidad reedición del Reglamento de
1933, era un simple folleto de 31
páginas; con el Reglamento de
1973 se pasó prácticamente a 400
páginas (A5).
2. EL PERIODO 1973-1995
El mismo año 1973, se publicó la
famosa Directiva comunitaria
73/23 de Baja Tensión de enorme
repercusión para el material eléc-
trico de mayor difusión.
En 1986 España entró en el Mer-
cado Común, el cual posterior-
mente evolucionó hacia la Unión
Europea y el Espacio Económico
Europeo.
A partir del 1 de enero de 1986, se
incorporaron la mayor parte de las
disposiciones legales comunitarias
al ordenamiento jurídico español,
sin embargo, en el caso de la citada
Directiva BT, no fue hasta el Real
Decreto 7/88 de enero de 1988 que
se traspuso la mencionada directiva
a todos los efectos. Evidentemente,
los valientes exportadores de mate-
rial eléctrico ya conocían los requi-
sitos esenciales exigidos por la Di-
rectiva desde mucho antes.
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Después de 23 años la evolución
tecnológica ha dejado fuera de
combate un buen número de las
ITCs en que se basaba el REBT. Un
ejemplo concreto se refiere a la
instrucción MIE BAT 044 sobre las
normas UNE de obligado cumpli-
miento publicadas por el desapare-
cido IRANOR. Un buen número de
las normas exigidas por la regla-
mentación ya están obsoletas y su-
peradas por el progreso técnico.
Todo lo dicho justifica la necesi-
dad de actualizar el Reglamento y
no solamente por razones técni-
cas sino también por otro tipo de
parámetros, como pueden ser: la
preocupación de nuestra sociedad
por el medio ambiente, la impor-
tancia que se concede al confort
en las viviendas y la automatiza-
ción de las mismas. No se pueden
olvidar los requisitos que deberán
satisfacer las viviendas inteligen-
tes del futuro.
Un ejemplo claro de lo dicho vie-
ne marcado por la evolución de
las necesidades de las familias en
las viviendas modernas: el núme-
ro de electrodomésticos en el in-
terior de las mismas es muy dis-
tinto que hace 20 años. La incor-
poración de equipos de aire
acondicionado constituye una ca-
racterística cada vez más habitual.
La integración de equipos TV, ví-
deo, ordenador, teléfono, etc.,
exige una multiplicación de las
tomas de corriente, más puntos
de luz, etc. con estructuras más
flexibles que permitan la adapta-
ción de las instalaciones a las ne-
cesidades cada vez más cambian-
tes de nuestra sociedad moderna.
Es evidente que estamos en una
sociedad mucho más tecnificada
y, por ello, más exigente que la
que existía hace 20 años. Se de-
manda una mayor calidad y conti-
nuidad del suministro, con unas
determinadas características y la
seguridad de que todo el sistema
quedará a salvo ante cualquier
contingencia.
3. LA EVOLUCION
LEGISLATIVA Y NORMATIVA.
JUSTIFICACION DE UN NUEVO
REGLAMENTO
Otro tipo de razones, que justifi-
can la modificación del Regla-
mento, gira alrededor de la evolu-
ción en la forma de legislar que
utiliza la Comisión Europea. Que-
daron atrás las directivas en don-
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de se daban gran cantidad de de-
talles de tipo técnico que pronto
quedaban superadas y se debían
adaptar al progreso técnico.
Con el llamado nuevo enfoque,
inspirado en la Directiva BT
(1973), la forma en que se conci-
ben las directivas da un vuelco es-
pectacular. Unicamente se legisla-
rá sobre aquellos aspectos que tie-
nen que ver con la protección de
las personas, de los bienes y del
medio ambiente. Se trata de los
aspectos fundamentales, básicos y
esenciales, sobre los cuales la dis-
cusión transcurre por los cauces
políticos. Las directivas solamente
definirán los requisitos esenciales
que los productos deberán respe-
tar, si quieren circular libremente
por los países de la Comunidad.
Las discusiones de tipo técnico
tienen lugar en los foros euro-
peos de normalización (CEN/CE-
NELEC) que son los que se encar-
gan de elaborar normas europeas,
bajo mandato de la Comisión, y
que traducen al lenguaje técnico
lo que ha quedado establecido en
las directivas a nivel político.
Así pues, las normas se convierten
en referencia fundamental, y pro-
porcionan presunción de confor-
midad a Directiva, por parte de los
productos que las cumplen. Dicho
de otra manera, el producto con-
forme a norma europea cumple
con la legislación europea y puede
circular libremente por toda la Co-
munidad, previo marcado CE.
Otra ventaja de este sistema, es
que se evitan las continuas adap-
taciones al progreso técnico, ne-
cesarias en las antiguas directivas.
Las normas se van renovando me-
diante un proceso automático de
revisión y siempre reflejan el esta-
do del arte.
Desde el prisma comunitario del
Mercado Interior, y con indepen-
dencia de la eliminación de las ba-
rreras técnicas para la consecución
de un espacio por donde circulen
libremente los productos que satis-
fagan unos niveles mínimos de se-
guridad, también se hace hincapié
en la armonización de las condicio-
nes de protección de los ciudada-
nos europeos. Para ello, un ciuda-
dano español deberá tener, como
mínimo, un nivel de protección
igual al que pueda tener un ciuda-
dano alemán. Ello pasa por una ar-
monización de los reglamentos y
sus condiciones de aplicación.
La existencia de normas europeas
sobre instalaciones eléctricas en
edificios facilita la tarea política
de legislar si se utiliza la referen-
cia a normas.
Por otro lado, a partir del naci-
miento de AENOR (1986), el orga-
nismo español de normalización
está obligado a incorporar a su
colección de normas UNE cual-
quier norma europea EN o HD
que haya sido aprobada por el
CEN/CENELEC, anulando, en el
caso de que fuera necesario, cual-
quier norma española que estu-
viese en contradicción con la nor-
ma europea. Gracias a este meca-
nismo, el legislador español que
estuviese en contradicción con la
norma europea. Gracias a este
mecanismo, el legislador español
tiene las mismas herramientas que
sus colegas europeas y mediante
las normas se va avanzando en el
no siempre fácil camino de la ar-
monización.
La necesidad, como se ha dicho,
de adoptar en su totalidad las nor-
mas Europeas EN y los documen-
tos HD, siguiendo en todo mo-
mento su evolución técnica, tiene
la ventaja de que estas normas y
con ellas las normas españolas
UNE-EN, están siempre al día, al
unísono con todos los países de la
UE; ello facilita la adopción y uso
de las mismas técnicas de forma
simultánea en toda Europa.
Naturalmente, este sistema choca
con el sistema del actual Regla-
mento Español, en el cual las con-
diciones eléctricas están conteni-
das en unas instrucciones técnicas
de tipo legal, y por ello práctica-
mente inamovibles, a pesar de
que se modifiquen las normas en
los que se sustentan. La lentitud y
desconfianza del aparato adminis-
trativo dificulta la modificación de
las instrucciones técnicas ya que
esta modificación debe hacerse
vía Orden o Decreto Ministerial.
4. HACIA UN NUEVO REBT
Lo dicho hasta este momento jus-
tifica sobradamente la necesidad
de revisión del actual Reglamento
de Baja Tensión.
Esta revisión está ya en marcha,
el Ministerio de Industria ha dele-
gado en UNESA la redacción de
un primer borrador o documento,
este borrador debe ser estudiado
y analizado por los diferentes co-
lectivos afectados, asociaciones
ENERGIA - JULIO/AGOSTO 1996
de fabricantes, de instaladores, de
consumidores, colegios profesio-
nales, etc.
En el planteamiento del nuevo re-
glamento se barajan dos filosofías:
por un lado, la que considera que
el nuevo reglamento debería
mantener la misma estructura que
el actual, poniéndolo simplemen-
te al día, o sea que las diferentes
instrucciones (MIE BT, ...) desa-
rrollen completamente la normati-
va y que sea recogida en un libro
único. La segunda opción es la de
considerar que el reglamento pro-
piamente dicho recoja todo el as-
pecto legal y en lo que hace refe-
rencia a las cuestiones técnicas,
remitirse a las normas.
La primera opción está apoyada
básicamente por las asociaciones
de instaladores y la segunda por
las asociaciones de fabricantes de
aparamenta y equipos eléctricos.
No obstante no está aún definido
como se hará finalmente, pero es
posible que la Administración op-
te por una tercera vía, que podría
ser la conjunción de las dos ante-
riores, es decir, según el tema a
considerar podría venir expuesto
con detalle en el reglamento y se-
gún el tema, remitir simplemente
a normas.
Lo que sí está claro, y es una con-
dición ineludible es que, cual-
quiera que sea el sistema adopta-
do, deberá tener en cuenta las
Normas europeas EN y los docu-
mentos HD, en la redacción de
los capítulos y apartados contem-
plados en las referidas normas.
El nuevo reglamento no sólo de-
berá contemplarse como una se-
rie de indicaciones de cómo y
con qué materiales deben hacerse
las instalaciones eléctricas, sino
que debe ser el documento con
el que cumpliendo su contenido,
el proyectista, el instalador y el
usuario están cubiertos de riesgos
por el cumplimiento no sólo de
las normas en vigor, sino también
de las diferentes Directivas Comu-
nitarias que afectan a los apara-
tos, equipos e instalaciones.
De las diferentes directivas que
afectan a los temas eléctricos, y
que de alguna manera deben tener
en cuenta los redactores del nuevo
reglamento, cabe mencionar:
- Directiva de Baja Tensión (BT):
73/23/CEE
- Directiva de Compatibilidad Elec-
tromagnética (CEM): 89/336/CEE
ENERGIA - JULIO/AGOSTO 1996
- Directiva de Máquinas: 89/
392/CEE.
- Directiva de Productos de la
Construcción: 89/106/CEE.
- Directiva de Equipos Terminales
de Telecomunicación: 91/263/CEE.
- Directiva para atmósferas explo-
sivas (ATEX): 94/9/CEE.
- Directiva de responsabilidad ci-
vil por daños causados por pro-
ductos defectuosos: 85/374/CEE.
- Directiva de marcado CE: 93/68/
CEE.
Todas estas directivas y las que
puedan ir apareciendo, los legis-
ladores de los diferentes países
de la UE deben tenerlas en cuen-
ta. El fabricante de productos, el
proyectista de instalaciones, el co-
merciante, y el usuario deben
aplicarlas en sus productos, pro-
yectos y condiciones de uso para
no quedar fuera del marco legal,
con las desagradables consecuen-
cias que esto puede acarrear.
5. LA VIVIENDA
EN LA ACTUALIDAD
En todo tipo de instalaciones, do-
mésticas, terciario e industriales,
cada vez es mayor el nivel de
prestaciones que se les piden y
por ello mayor es el número de
circuitos y el grado de compleji-
dad de los mismos. A modo de
ejemplo, hace 50 años la electrifi-
cación doméstica era muy escasa,
una sola lámpara generalmente
de 15 a 25 W por habitación, dos
o tres bases de enchufe y, natu-
ralmente, un solo y único circuito.
Más adelante, se fue generalizan-
do un circuito para alumbrado y
un circuito que se llamaba de
fuerza, con tomas de corriente
distintas para el circuito de fuer-
zas, o sea, se pasaba de uno a
dos circuitos.
En el actual Reglamento (instruc-
ciones MIEBT 022) se establecen
varios grados de electrificación,
con diferente número mínimo de
circuitos y, por otra parte, la ins-
trucción MIEBT 010, establece la
potencia máxima para cada uno
de estos grados de electrificación,
en función de la superficie en
metros cuadrados (m2) de la vi-
vienda o local:
- Electrificación mínima: 2 circui-
tos - 3.000 W - 80 m2.
- Electrificación media: 4 circui-
tos - 5.000 W - 150 m2.
- Electrificación elevada: 6 circui-
tos - 8.000 W - 200 m2.
No tiene demasiado sentido esta-
blecer, por un lado, un número
mínimo de circuitos y, por otro,
una limitación de potencia a con-
tratar en función de los metros
cuadrados de la vivienda; el pará-
metro que podría determinar la
potencia mínima a contratar sería
el nivel o grado de confort que el
usuario quiere en su vivienda, in-
dependientemente de la superfi-
cie de la misma.
Antes ya se ha hecho mención al
gran número de electrodomésticos
grandes o pequeños, de conexión
fija o movil, que hoy en día hay
en una vivienda, (repasemos men-
talmente todo lo que tenemos en
la cocina), la demanda generaliza-
da de calefacción, la tendencia al
alza de las instalaciones de refrige-
ración, la proliferación de los siste-
mas autodiovisuales, informáticos
y de comunicación con el exterior
y la interrelación para la coordina-
ción y automatización de todos es-
tos sistemas, obliga a tener una vi-
sión de futuro y para ello prever
unas instalaciones que permitan al
usuario poder hacer uso cuando le
convenga de todos estos elemen-
tos de confor que la electricidad y
la tecnología moderna permiten.
6. CRITERIOS
Y RECOMENDACIONES
PARA UN NUEVO REBT
Para la consecución de los objeti-
vos descritos es evidente que es
necesario aumentar el número de
circuitos en la vivienda y no limi-
tar la potencia contratada a la su-
perficie de la misma.
En líneas generales y como pri-
mera aproximación, se podrían
considerar los siguientes circuitos:
- Alumbrado: 1 - 2 circuitos.
- Cocina eléctrica, por ejemplo,
vitrocerámica/horno eléctrico: 1
circuito.
- Grandes electrodomésticos: la-
vadora, secadora, lavavajillas: 1
circuito.
- Circuito de frío: nevera, congela-
dor: 1 - 2 circuitos.
- Baño: 1 circuito.
- Tomas de corriente: 2 circuitos.
Disponer de dos circuitos de
alumbrado nos garantiza que no
quedaremos sin iluminación
cuando se produzca alguna ano-
malía que haga disparar el siste-
ma de protección.
Disponer de circuitos indepen-
dientes para la nevera y el conge-
69
lador nos permitirá que al mar-
char de vacaciones podamos de-
jar la nevera vacía y el congelador
lleno para tener los productos a
punto al regresar.
Las tomas de corriente de uso ge-
neral distribuidas en dos circuitos
darán mayor autonomía y confort
en el uso de los diferentes elec-
trodomésticos y equipos especia-
les en los diferentes sectores o
piezas de la vivienda.
De los múltiples y variados elec-
trodomésticos y equipos que hay
en una vivienda moderna, los hay
que son de conexión permanente
(nevera, congelador, lavadora,
etc.), y otros de conexión tempo-
ral (aspirador, plancha, minipi-
mer, etc.). Esta circunstancia nos
lleva a la necesidad de prever una
serie de tomas de corriente de
uso único y exclusivo permanen-
temente ocupados y otras tomas
de corriente libres para la cone-
xión del aparato o equipo necesa-
rio en un momento preciso.
Por otra parte, puede ser aconse-
jable en vistas a un mayor confort
disponer de circuitos indepen-
dientes para los diferentes elec-
trodomésticos de conexión per-
manente, lo que nos lleva a un
aumento del número de circuitos
en la vivienda.
No todas la habitaciones de la vi-
vienda deben recibir el mismo
trato en cuanto a la autonomía y
a la seguridad. Así, a modo de
ejemplo, el cuarto de baño en la
normativa europea recibe una
atención y un tratamiento singula-
rizado. La proliferación de elec-
trodomésticos, tales como: máqui-
na de afeitar, secador, rizador, de-
pilador, cepillos de dientes eléctri-
cos, calefactores, etc., y el alto
riesgo que representa su uso en
una zona húmeda aconseja prever
un circuito independiente para el
baño, con las correspondientes
protecciones magnetotérmicas y
diferenciales (≤ 30 mA). Esta ne-
cesidad se ve incrementada por la
generalización de las bañeras de
hidromasaje y jacuzzi.
Referente al confort y la seguri-
dad para el usuario en la vivien-
da, es muy importante planificar
las instalaciones de tal forma que
no sea necesaria ninguna modifi-
cación posterior para disponer en
cualquier punto de la vivienda de
una fuente de energía. Deben
existir suficientes bases de enchu-
fe instaladas, de forma que no se
70
Fig.1. Distribución interior de una vivienda tipo
precise el uso de los peligrosos
enchufes múltiples o los conflicti-
vos prolongadores.
Sobre este tema, el actual regla-
mento establece unos criterios en
función de los metros cuadrados
(m2) del local o estancia, este pará-
metro consideramos que no es vá-
lido, ya que lo que se ha de tener
en cuenta no son los m2 sino los
metros lineales de pared. Así, no
es lo mismo una superficie de 2 x
3 = 6 m2 (1 toma de corriente: MIE
BT 022) que una superficie de 1 x
6 = 6 m2 (por ejemplo, pasillo).
En cuanto a las tomas de corrien-
te, a modo de ejemplo, si repasa-
mos los equipos que van instala-
dos en una cocina moderna, en-
contraremos que precisamos de
ocho a diez tomas de corriente de
uso permanente, es decir, con el
electrodoméstico permanente-
mente conectado (cocina, horno,
nevera, campana extractora, etc.).
Además, deberá preverse, según
el tamaño de la cocina, de cuatro
a seis tomas de corriente libres re-
partidas en lugares convenientes
para facilitar el uso de los diferen-
tes electrodomésticos en el punto
que se necesitan.
Otros criterios a tener en cuenta
al proyectar una instalación de
cualquier tipo ya sea doméstico,
terciario o industrial, serían los as-
pectos de las protecciones contra
sobrecargas, cortocircuitos y pro-
tecciones contra contactos direc-
tos o indirectos, con partes de la
instalación con tensión, tanto des-
de el punto de vista de integridad
de la instalación y de los equipos,
como de la salud de las personas.
Desde el punto de vista de la cali-
dad y continuidad del servicio, o
sea del confort, tampoco puede
pasarse por alto el tema de la se-
lectividad, hay que conseguir que
ante un fallo, un defecto o un
problema eléctrico sólo quede
fuera de servicio la parte de la
instalación directamente afectada.
Otro apartado que no puede olvi-
dar un reglamento de instalacio-
nes eléctricas moderno, es el te-
ma de los servicios: telefonía, so-
nido, imagen e informática, con la
posibilidad, vía modem, de co-
nectar con las autopistas de la in-
formación, así como con la cada
vez mayor automatización de las
instalaciones de la denominada
vivienda inteligente o domótica.
Esta pretensión puede quizá pare-
cer para algunos fuera de lugar,
pero si reflexionamos un poco
veremos que no lo es, ya que el
nuevo reglamento, en el mejor de
los casos, se publicará dentro de
unos tres años (1999), su aplica-
ción práctica será dentro de siglo
XXI. Por otra parte, la tecnología
informática y de la comunicación
y automatización de las instalacio-
nes en doméstico y terciario está
avanzando a tal ritmo que es pre-
ciso crear un marco legal lo sufi-
cientemente amplio para que en
el futuro tengan cabida todas es-
tas nuevas tecnologías.
La calidad y continuidad del ser-
vicio, como se ha visto, son valo-
res cada vez má apreciados y exi-
gidos por el usuario, ya que esto
se traduce en confort. Por ello, es
necesario el aumento de circuitos
individualizados para las diferen-
tes funciones, necesidades o zo-
nas de la vivienda y la protección,
ENERGIA - JULIO/AGOSTO 1996
mediante interruptores automáticos de corte
omnipolar y diferenciales de estos circuitos, ya
sea de forma individualizada para los circuitos
de mayor riesgo, de mayor necesidad de conti-
nuidad o común para grupos de circuitos de
menor compromiso o riesgo.
La figura 1 representada podría ser el reflejo de
una vivienda de tipo medio, con un sistema de
distribución interior de tipo radial. Este sistema
puede parecer excesivo, pero realmente no lo
es si valoramos el nivel de confort que propor-
ciona la independencia de cada circuito, con
sus propias protecciones magnetotérmicas y di-
ferenciales.
En la cocina se ha querido representar la impor-
tancia de prever circuitos independientes para
los grandes electrodomésticos, cocina (vitrocerá-
mica), horno, nevera-congelador, lavadora, etc.
En cuanto a las tomas de corriente estimadas,
no es excesivo, si reflexionamos, que por ejem-
plo en el salón tendremos TV, vídeo, cadena de
música, radio, lámpara de pie, etc., permanen-
temente enchufados.
En cuanto al dormitorio-estudio, es preciso pre-
ver que habrá ordenador, impresora, radio,
lámparas de pie, de sobremesa, de cabecera,
etc. por otra parte, no nos cansaremos de repe-
tir la necesidad de disponer de abundantes
fuentes de energía para evitar las chapuzas de
los enchufes múltiples y de los prolongadores.

7. CONCLUSIONES

Todo lo expuesto hasta este punto, son criterios

y recomendaciones que podrían figurar en el
texto del nuevo reglamento, mientras que las
prescripciones técnicas de cómo deben realizar-
se las instalaciones, cuáles deben ser las medi-
das de seguridad contra sobrecargas que preci-
san criterios especiales de instalación, cargas
máximas admisibles en los cables y métodos y
formas de tendido de las mismas, materiales y
productos a utilizar y condiciones que éstos de-
ben cumplir según su función o emplazamiento,
etc., todo ello en el nuevo reglamento debería
remitir al proyectista e instalador a las normas.
La referencia básica para el nuevo reglamento
debería ser, al igual que lo ha sido en la mayo-
ría de países de la UE, la norma CEI 364- Insta-
laciones Eléctricas en Edificios.
Esta norma se está vertiendo a normas EN o
documentos HD de obligada adopción también
en España.
El Comité Técnico 64 español, está vertiendo es-
ta CEI 364 a normas UNE con la referencia: UNE
20.460 - Instalaciones Eléctricas en Edificios.
Con todo lo expuesto se ha querido hacer una
aportación en el sentido de la mayor tecnifica-
ción de las instalaciones eléctricas, a fin de pro-
porcionar al usuario mayor seguridad y como-
didad en el uso, manipulación y disfrute de la
electricidad.
Este trabajo pretende ofrecer alguna idea de cómo
hacer un reglamento con proyección de futuro.
ENERGIA - JULIO/AGOSTO 1996 71