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AVANCE

ESTADO DE LA CUESTIÓN

LA INFLUENCIA DE LA ACTITUD MACHISTA DE LA MUJER SOBRE EL


MALTRATO FÍSICO POR PARTE DEL CÓNYUGE EN LOS ESTRATOS
BAJOS DE LIMA

I. ANTECEDENTES:

1.1 Introducción:

En las últimas décadas, los índices de maltrato familiar reflejan una terrible
realidad social de agresiones físicas por parte del cónyuge en la mujer
peruana. Según un informe extraído de la edición impresa del Diario Perú21,
el 12 de setiembre del 2009, un total de 28 mil 300 denuncias por violencia
familiar y sexual registró, en todo el país, en lo que va del año, el MIMDES
(Ministerio de la Mujer y Desarrollo), de las cuales, el 88% de víctimas es
mujer y el 11% es hombre, en tanto que el 22% es niño o adolescente en
base a las afirmaciones de la ministra Nidia Vílchez. Del mismo modo,
Beatriz Merino, señaló: “Hay una cultura de violencia contra la mujer en la
sociedad peruana… Pero a la vez, el Estado tampoco le está dando la
solución que necesita cuando una mujer se acerca a una comisaría y no le
brinda la atención y el respeto adecuado que tiene que tener”
(http://enlacenacional.com/2009/08/19/defensoria-del-pueblo-reporta-
deficiencia-en-centros-de-emergencia-mujer/).

1.2 El surgimiento de violencia en las familias

La tolerancia de las agresiones físicas en la mujer no se genera por simple


coincidencia; sino que son el producto y consecuencia de una serie de
influencias como la transmisión de los modelos internalizados y aprendidos a
través del proceso de socialización y de las propias experiencias vividas.
Estos se irán tejiendo a lo largo de su crecimiento desde la infancia hasta la
adultez, “delimitando así la existencia de dos posiciones en el sistema
relacional de la pareja : una posición superior ocupada por el esposo, como
jefe de familia y autoridad indiscutible, con todos los derechos y una posición
inferior, ocupada por la esposa , sometida a la autoridad y decisiones del
esposo , aceptando cada uno su rol “natural” y estableciéndose desde el
inicio una relación desigual (complementaria) entre ellos, que propició el
surgimiento de la violencia castigo” (Víctor Luis Villafranca Cifuentes, 2003).
De ahí, que la esposa al formar su propia familia, pueda repetir el caso de
violencia que previamente recepcionó en su hogar y se genere todo un ciclo
agresivo en las relaciones de parejas por generaciones. Especialmente, en
los círculos sociales de la clase baja, se tiende a heredar una gama de
creencias que el medio ambiente y el factor cultural nos proporciona
(Revista de Investigación en Psicología (UNMSM), 1998 © UNMSM. Facultad
de Psicología Instituto de Investigaciones de Psicología). En otras palabras,
las agresiones a las esposas no surgen por las limitaciones físicas o
psicológicas sino que en ellas subyace una actitud de aceptación y
resignación a ser mancilladas en sus derechos debido a los roles aprendidos
por la influencia de la sociedad y cultura machista. (Rodríguez Canales,
Fredy Fernando- 2001).

Planteándolo de otro modo, “La pobreza y la marginación son factores


causales de violencia contra las mujeres, y también son consecuencias de
ella. Los efectos de la globalización dejan cada vez a más mujeres atrapadas
en los márgenes de la sociedad. Resulta sumamente difícil para las mujeres
que viven en la pobreza escapar de situaciones de abuso, conseguir
protección y acceder al sistema de justicia penal para buscar resarcimiento.
El analfabetismo y la pobreza limitan gravemente la capacidad de las
mujeres para organizarse a fin de luchar para conseguir cambios.” (“Está en
nuestras manos: no más violencia contra las mujeres” Amnesty International
Rodríguez Barroso, Xiomara; García, García, Gerardo. 21, 2006.)

Esto se ve reforzado por la acotación de Carmen Pimentel (1988) sobre el


papel que tiene la ideología machista y autoritaria de la mujer que "confiere
al varón el predominio sobre las decisiones en la dinámica de la organización
y la estructura de la familia, asignando a la mujer un rol inferior, subordinado
y dependiente. Dentro de tal estructura de relación desigual, el varón, ante
cualquier postergación o negación de su condición jerárquica y autoritaria,
se incomoda fácilmente y reacciona con violencia en defensa de su rol
superior, porque frustra sus expectativas de dominio, prestigio, propiedad,
etc., ideales que la sociedad en su conjunto fomenta y protege, para
mantener la integridad de la familia como institución sólida".( Efraín
Gonzales de Olarte y Pilar Gavilano Llosa en “Pobreza y Violencia doméstica
contra la mujer en Lima Metropolitana”).

Efraín Gonzales de Olarte y Pilar Gavilano Llosa, basándose en Gelles (1990)


afirman que la violencia doméstica es más prevalente en familias de bajo
nivel socioeconómico, lo cual, a su vez, es reconocido por Byrd (1979), Gelles
(1974), Straus(1979).

1.3 Escenario de contrastes limeños

En Lima, la diferenciación económica y la diversidad social configuran un


contexto donde el conflicto social es latente y pueden influir sobre los
comportamientos familiares, como también puede favorecer la generación
de situaciones de violencia, bajo ciertas circunstancias o favorecer la
negociación mediante otras. Quizás por esta razón la ciudad de Lima se
presenta con indicadores de mayor peligrosidad y violencia que las ciudades
del interior, según nos dicen Efraín Gonzales de Olarte y Pilar Gavilano Llosa
en “POBREZA Y VIOLENCIA DOMESTICA CONTRA LA MUJER EN LIMA
METROPOLITANA”. A esto se suma, el escenario del mundo tan agitado en el
que vivimos, donde la coyuntura familiar es una última asignatura dentro de
las cuestiones pendientes en la agenda nacional.

1.4 Distintos enfoques del problema

La mujer maltratada no solo forma parte de un caso de los millones que han
sido reportados en las últimas décadas, sino que es claro ejemplo de un
conflicto social que se da en el grupo de personas con el cual interactuamos.
Por ende, este es estudiado por la Sociología, Antropología, Sicología, y
demás ciencias sociales que con las respectivas investigaciones se intenta
analizar la relación víctima-pareja y, del mismo modo, la repercusión en el
ambiente familiar. Por otro lado, en los casos de amparo y denuncia de la
víctima, el apoyo e indagación se manifiestan por parte de abogados,
asesores especialistas, etc. En síntesis, el campo socio-legal es fundamental
para tratar este problema.

1.5 Términos clave

Al abordar el tema, se pueden identificar los ejes principales por los que gira.
Estos son el maltrato físico a la mujer, la creencia machista de la esposa,
formación de la esposa y estado socio-económico bajo.

1.5.1 Machismo en la esposa

1.5.1.1 Concepto:
“El machismo es una forma de masculinidad usada para describir una actitud
de superioridad y dominación por parte de los hombres, que es estimulada
por las prácticas de educación y crianza de sociedades patriarcales y que en
Latinoamérica todo parece indicar que se origina con la introducción de la
cultura Hispana durante la Conquista”. Luis F. Duque y Nilton Montoya.

De manera particular, las mujeres tienen creencia así como la disposición a


ser maltratadas, así como sentirse merecedoras de las agresiones físicas,
tolerándolas. En otras palabras, a este grupo de características se les llama
marianismo por la abnegación en la vida y por la manifestación de la Virgen
María (Ingham 1986: 59, 63; Martín 1990:474)

1.5.1.2 Causas

“El machismo no es genético, pero no hay nada que lo transmita mejor que
una madre”, aunque la frase citada sea anónima, sirve para ilustrar un factor
sumamente importante para que se engendre la idea de inferioridad,
sumisión y baja autoestima ante el esposo, ya que la formación de casa
influirá en la relación en el hogar que tendrá. Muchas veces, las mamás
suelen hacer diferencias e implantar pensamientos erróneos en los hijos.

Entre tanto, existen influencias que engloban la particularidad del seno


familiar, como la sociedad y el ambiente en el cual se desarrolla un
individuo. Esta dinámica de factores ambientales y ecológicos suelen
manifestarse como la fragmentación de los roles sociales con desigualdad,
incentivando a las personas a la diferenciación de género.

En cuanto a la visión causal más amplia, “es evidente que el machismo más
que la expresión del pasado colonial, está ligado a la producción de
imágenes nacionales y a su circulación a través de los medios de
comunicación. Ello no significa que la identidad del varón latinoamericano
haya quedado fijada en esta imagen, por el contrario el machismo se define
hoy en día como aquello que los varones no deben ni quieren ser o en, en
sentido contrario como expresión de protesta de los varones ante la pérdida
de privilegios tradicionales. En la medida en que varones y mujeres lo
asumen como aquello que ya se fue o aquello que no quieren ser el
machismo es parte constitutiva de la identidad de género masculina en el
Perú y otros países de Latinoamérica”. (Norma Fuller, Ph.D Universidad
Católica del Perú).

1.5.1.3 Consecuencias

“El maltrato a la esposa como síndrome crónico En nuestros tiempos las


agresiones a la cónyuge se tornan más visibles así con mayores implicancias
por la fijación de la mujer de hacerse merecedora de ellos. El maltrato se
vuelve habitual sin ninguna respuesta en contra por parte de la mujer. Las
consecuencias son muestra clara de la falta de límites e la esposa”, (“Estilo
de apego en mujeres y su relación con el fenómeno del maltrato conyugal”,
Loubat O., Margarita Ponce N., Patricia Salas M.).Siguiendo esta línea, se
entiende que se genera un ciclo de erróneas creencias, a partir de vivencias
y situaciones.

Por otro lado la creencia de dependencia del cónyuge y a su vez de


sumisión. En efecto, todas esas características conllevan al aprendizaje
indefinido de la violencia, sobre todo, psíquica, aceptada por la mujer que la
hará esclava del hogar y responsable de todos los abusos del marido.

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