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El original se publicó en francés. Es parte de su artículo "La fondatrice", prólogo a la vida de santa Teresa de Marcelle Auclair. El original español es de ABC, Madrid, 17 de octubre
de 1965 (OC, IV, pp. 1061-1063).
Título original
“Una página teresiana de Marañón, inédita en español”
El original se publicó en francés. Es parte de su artículo "La fondatrice", prólogo a la vida de santa Teresa de Marcelle Auclair. El original español es de ABC, Madrid, 17 de octubre
de 1965 (OC, IV, pp. 1061-1063).
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El original se publicó en francés. Es parte de su artículo "La fondatrice", prólogo a la vida de santa Teresa de Marcelle Auclair. El original español es de ABC, Madrid, 17 de octubre
de 1965 (OC, IV, pp. 1061-1063).
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a y la eficacia de Santa Teresa Jess en el plan humano
derivan en de su obra literaria. vida de santo est llena de virtudes y que, dicho sea sin querer minimizarlas, se Por ello el hombre ve en cada santo el Santo, prototipo de una totalmente lejana de su condicin a la perfeccin de los ngeles. Muchos bienaventurados aadieron a esta divinamente uniforme una calidad humana profundamente que ni la leyenda ha podido ni el ni las devociones particulares de pocas sucesivas en la que vida y alma. Gracias a ella, todo al concluir esos aadir un nuevo voto a quienes han san- cionado tal santidad en los solemnes conclaves romanos. As pasa con San con San Agustn, con tantos otros. Pero yo creo que son sobre todo los grandes msticos hablan eternamente a travs de sus obras, y de entre ellos ninguno como Santa Teresa de Jess. Los no han tenido que hacer esfuerzo para reproducir las extraordinarias escenas de que fue ni los hagigrafos que investigar en archivos ni recoger tradiciones: toda su vida est escrita por ella misma, y no slo en su sino en cada una de sus dems obras; en cada linea, por extrao que le sea el tema tratado, deja de su personalidad, como el cordero copos de su lana entre las zarzas. Es este arte inconsciente, nunca de transparentar la vida del autor en todo lo que escribe, una de las notas ms autnticas de la de un escritor. Raro ser desde su tiempo al el escritor o pensador que, siquiera sea una vez, no se sentido tangente al pensarniento de Santa Teresa. La terrible de su lo que en sus xtasis, aquella como fuerza sobrehumana que intentaba evadirse de su cuerpo y la pona en mortales trances, es todava aprehensible y lo ser siempre: basta que el hombre cierre los ojos y mire dentro de s mismo para encontrarla. Sus pginas estn impresas por las mismas prensas que graban en el papel el pensamiento de los dems pero se trata e:n ellas de algo bien distinto .. Obras completas de la ciencia pretendiesen incluso que la vida de la Santa denunciaba estados patolgicos. Raramente ha asumido la pedantera una forma ms grotesca. Basta leer la vida de la Santa de vila, cuando no era ms que una sencilla mujer, para comprender el heroico proceso de sus luchas, hasta el sometimiento de su carne mortal al alma alada, superior, sublimada por el sacrificio. Es tan absurdo intentar catalogar esta realizacin sobrehumana de la persona entre las enfermedades del espritu, que seria ocioso hablar todava de ello si no es porque semejante arbitrariedad subsiste an en letra impresa. Santa Te- resa estuvo en comunicacin con el ms all. Toda su vida fue como un nfora de cristal transparente, abierta, incapaz de reprimir nada, incapaz, por lo tanto, de transformar la represin en anomala. Est claro que Santa Teresa no puede pare- cer normal al hombre medio; ha franqueado las fronteras ante las que se detienen la mayor parte de los hombres; se pierde en el horizonte sin limites de lo excepcio- nal. Pero gracias a gracias a otros seres excepcionales como ella, extraanor- males y no anormales, prosigue el mundo en su ascensi6n inexorable. En su Libro de las Fundaciones nos cuenta la Santa cmo al principio de cada una de sus empresas se la tenia por loca. Hoy vemos, sin embargo, que la :razn est amasada con presuntas sinrazones y no con el razonamiento complaciente de las personas sensatas, de los espritus crticos, incapaces de siembra alguna. Entre ellos estn quienes han intentado encuadrar en sus diagnsticos a esta gran creadora sin discernir que la verdadera posicin cien- tfica consiste frecuentemente en creer lo que no es posible comprender. En el tomo I, pgs. recogimos ya el que el doctor al de la edicin francesa Libro de las ciones, por de Brouwer. en traduccin de Marcene Auclair Colec- cin Les Decidimos incluir ahora este publicado en A B C, de Madrid, el r de octubre de 1965, por las variantes que ofrece respecto al primero. Una pgina teresiana de Maran indita en espaol, ABC, Madrid, 17 de octubre de 1965 (OC, IV, pp. 1061-1063).