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Ustedes saben que solo puedo yo expresarles con todas las letras la angustia
que me sumió el ver el estado deplorable que había quedado la Argentina.
Sabía que estaba muy mal, pero yo venía desde el sur, había gobernado
durante 12 años mi provincia y había sido intendente de la capital de esa
provincia y, por supuesto, con lugares con otras características culturales,
institucionales, económicas y sociales y con una desocupación del 1,2 por
ciento en base al trabajo, a la administración, a la inversión que llevamos
adelante durante todo ese tiempo.
Al día de haber asumido, me tocó ver la Plaza de Mayo más triste de la historia.
Llena de gente angustiada, de gente que había perdido sus ahorros, miles y
miles que habían perdido sus trabajos o tenían remates hipotecarios
consumándose o al borde mismo de producirse, productores absolutamente
quebrados y absolutamente tomados por créditos financieros que quitaban
cualquier capacidad de capital operativo y, por supuesto, cualquier posibilidad
de rentabilidad.
Y hubo que salir a dar la batalla, con esas ganas y esa fuerza que tenemos los
argentinos de saber que nos podemos recuperar, de saber los argentinos que
cuando ponemos los ojos en la Argentina, cuando entramos a querer y amar
nuestra patria como se debe hacer y cuando entramos a defender sus
intereses, las cosas necesariamente entran a cambiar.
Fui a recorrer parte del mundo a ver qué solución podíamos buscar y las
mismas empresas que habían participado del proceso privatizador argentinos
de los servicios públicos que, entre otras cosas en empresas importantísimas
de la Argentina, eran las empresas más duras, las que habían retirado durante
la década del ’90, cuando los argentinos creíamos que podíamos vivir 1 a 1,
habían retirado ganancias que en ese momento y se las habían llevado fuera
de la Argentina, 1 a 1, miles de millones de dólares y eran los primeros que
decían que si la Argentina no cumplía con sus obligaciones iban a hacernos
juicios internacionales en el CIADI, esto y demás.
¿Y cómo no me iba a enojar y les iba a decir que después de todo lo que se
llevaron de la Argentina todavía tenían la caradurez de decir lo que decían y
que los argentinos no nos íbamos a claudicar ni a arrodillar más, íbamos a
construir como podíamos las bases de un proyecto nacional que empieza a
recuperar la producción, el trabajo, el empleo, la inclusión, las esperanzas y
nuestros sueños?
Conmueve, Pascual, veía las máquinas, los trabajadores, tantos años, tanto
tiempo y yo le decía a él “somos medios tradicionales los argentinos así y por
allí los que somos del interior, como es la mayoría de ustedes, somos así, es
decir, es lo hecho en toda una vida, desprenderse…” bueno, me conmovía
Pascual como siempre.
Pero esto se tiene que multiplicar. Ustedes saben como reconstruimos, como
ahorramos, negociamos la deuda interna privada y ahorramos 70 mil millones
de dólares, cómo nos liberamos del Fondo Monetario Internacional, cómo
construimos 46 mil millones de reserva, cómo generamos 4 millones de
puestos de trabajo, cómo se dieron más de 15 aumentos a nuestros jubilados,
cómo se logró jubilar a 2 millones de personas que habían quedado afuera de
la estructura productiva por las privatizaciones de los años ’90 donde a muchos
argentinos que estaban ahí, que les faltaban algunos añitos para jubilarse los
dejaron en la calle con ese famoso “retiro voluntario” creyendo que los iban a
poder convertir en empresarios, en esto, con ese gran discurso que había
supuestamente en los años ’90 tratando de construir un país de servicio y
destruyendo el desarrollo y la industria nacional.
Por eso yo les puedo asegurar fervorosamente que cada vez que veo fructificar
las empresas nacionales y las pymes y la industria nacional, es el pensar que
la Argentina poco a poco se va recuperando.
Pero también no solo hay que consolidar todo esto, sino cuál es el perfil de la
Argentina que nosotros queremos tener para adelante que es muy importante.
Hay una de las medidas más importantes que ha tomado la Presidenta que es
la recuperación por parte del Estado de los fondos de nuestros jubilados que
son los fondos de ustedes y de todos los argentinos.
Yo les cuento que esos fondos desde 1994 a la fecha, estuvieron al servicio de
muy poquitos grupos económicos, algunos de la Argentina y otros no de la
Argentina, que eran prestados a tasa preferencial mientras las pymes y la
industria nacional no tuvo acceso bajo ningún aspecto a la posibilidad de tener
un financiamiento diferente.
Es decir que nosotros tenemos que apuntar hacia allí porque va a ser la única
manera de poder encuadrar correctamente al sistema financiero argentino que
ha ganado mucho dinero, que está muy sólido, ha ganado cerca de 1.784
millones este año que pasó, el 2008, pero que presta a tasas que el sistema
económico productivo no soporta y que necesariamente hay que bajarlo.
La Presidenta empezó con dos esquemas muy importantes para ello: uno, el
tema del Banco Hipotecario, y vieron que el Banco Hipotecario, los sectores
privados que están allí, entendieron y trabajando junto con el Estado se van a
generar casi 100 mil soluciones habitacionales volviendo el crédito hipotecario
cuando nosotros éramos chicos acá en la Argentina como gran generador de
trabajo y gran generador de soluciones de viviendas para los chicos y nuestros
pibes y nuestras pibas de la clase media que recién comienzan su vida y que
se les abre la posibilidad de invertir, de construir y tener su propio techo
acompañando a la inversión de las casi 500 mil viviendas sociales y ese
circuito mueve toda la economía. Y otro realmente importante, es que con los
fondos de la ANSeS hay que ir construyendo este instrumento de
financiamiento que permita generar apoyo a las pequeñas empresas, a la
industria nacional para ir constituyendo un fondo de financiamiento que tienda
necesariamente a generar la competitividad y a generar el marco necesario
para que las tasas del sistema financiero definitivamente entren a bajar y pueda
realmente no cada vez que un empresario va a recurrir, un pyme recurra a un
préstamo sean tan altas las tasas que le va llevando el capital operativo, que
pueda financiarse, que pueda crecer, que pueda invertir en tecnología pero que
pueda mantener el capital operativo y que pueda seguir generando trabajo, que
esto es tremendamente importante.
Por eso cuáles son los sueños que albergamos, que llevamos hacia delante,
que creemos que hay que defender fuertemente: primero, en esta crisis
internacional donde evidentemente tenemos la satisfacción de tener un
presidente en Estado Unidos como Barack Obama que al igual que nosotros
habla del Estado presencial que articula lo público y lo privado.
Es muy importante donde está el 30 por ciento del Producto Bruto del mundo
que esto se entienda, porque terminamos eso de que la plata genera plata, es
absurdo, lo único que genera plata es la producción y el trabajo, no hay otra
forma de generar plata clara y sincera que pueda fortalecer productivamente y
estructuralmente un país.
Yo les puedo asegurar que algunos se abrirían así si nosotros acá tomaríamos
varias de las pautas que se están diciendo allí que son muy importantes, muy
progresistas y muy a favor de la producción, son pasos importantes en el
mundo.
Pero a parte, el 6 por ciento del Producto Bruto Interno en la educación, ya este
año el 6 por ciento de nuestro Producto va a estar en el presupuesto para la
inversión educativa.
La nueva ley universitaria para tener una ley que se adecue al perfil productivo
que tiene la Argentina. Es fundamental preparar a nuestros chicos y nuestras
chicas para la estructura productiva que se está construyendo en la patria. Esto
es una tarea central.
Por eso es apasionante lo que hay que llevar para adelante. Por supuesto, es
decir, a mí y por eso estoy de candidato a diputado nacional, yo me doy por
satisfecho por todas las responsabilidades que me dieron los argentinos, pero
me hubiera parecido no salir a defender en la discusión que se da en la
Argentina un proyecto nacional que generó tanto trabajo, que generó tantas
esperanzas, tanta inversión pública.
¿Se acuerdan cuando decían que la inversión pública era gasto público? Que
lo decían en la década del ’90, gasto público. Claro, porque ellos, los que
decían eso tenían cloacas, tenían agua. Fíjense que la empresa de agua se fue
sola, nos abandonó. Las obras de cloacas y gas que se están haciendo en todo
el Conurbano bonaerense eran obra para el 2020, no las iban a hacer más,
pero son vitales para mejorar la calidad de vida, el pavimento, las escuelas, los
hospitales, todavía la estructura, lo charlábamos con Daniel, de la provincia de
Buenos Aires, tiene hospitales hechos por los gobiernos conservadores de los
años ’30 y algunos que se hicieron posteriormente, algunos durante el gobierno
peronista y otros muy pocos, ahora en La Matanza en toda la provincia se van
a poner en marcha más de 12 hospitales.
Fíjense lo que nos pasó en los ’90, nos destruyeron ferrocarriles. Cuánto
cuesta levantar…millones y millones.
Como el tren, vayan, recorran, cuando uno recorre el mundo no hay país
desarrollado que no tenga su línea de trenes internas y por supuesto para
conectar las distintas ciudades, los distintos pueblos de una nación.
Son temas centrales y fundamentales sobre los que paulatinamente hay que ir
avanzando y hay que ir generando las rentabilidades.
Por eso un país donde los trabajadores sigan aumentando su poder adquisitivo.
Es muy importante, es consumo interno. Cuando nuestros trabajadores
consumen se mueve toda la polea productiva. Basta de esas ideas de
congelamiento salarial y todas estas cuestiones que creen algunos que son las
salidas o las llaves económicas para poder salir.
El gobierno tiene que administrar bien, tiene que tener superávit fiscal y
superávit comercial. Gracias a Dios este gobierno los tiene en forma total y
absoluta y parte del superávit fiscal no es para ahorrarlo y guardarlo en una
alcancía, invertirlo en nuevas casas, en nuevos hospitales, en nuevas rutas.
Las rutas tan importantes para toda la estructura productiva de la Argentina.
Son todas inversiones fundamentales y necesarias.
Por eso, argentinos y amigos de General Rodríguez, falta mucho por hacer,
muchísimo más de lo que se ha hecho, seguramente hay que corregir
muchísimas cosas, pero por favor, no demos esa página de la historia para
atrás, porque cuando hablan del cambio, decía ayer un amigo mío, también en
la palanca de cambios existe la marcha atrás y cuando vamos marcha atrás y
volvemos al viejo país, recordemos la angustia y el sufrimiento.
Yo les quería pasar esta idea, este humilde mensaje, esta visión que me tocó
vivir a mí en la experiencia me tocó cuando fui presidente y agradecerles tanto
en nombre de la Presidenta por la ayuda permanente y agradecerles también la
ayuda y el empuje permanente que hicieron conmigo y hoy lo están haciendo
con la Presidenta y decirles que hay muchas ganas, muchas ganas como
Pascual fue levantando su empresa de seguir construyendo las bases sólidas
de una Argentina que nos contenga a todos y donde paulatinamente en la
Argentina la normalidad sea lo habitual y que dentro de algunos años, cuando
se discuta de política, ya no se esté discutiendo el modelo, que sea un modelo
productivo y de inclusión, después se discute quién lo administra. Lo grave es
cuando a ese modelo productivo y de inclusión quieren colocarle marcha atrás,
volver a un país de servicio que nos dejó el 60 por ciento de pobreza, el 30 por
ciento de desocupación, el 27 por ciento de indigencia y ni hablar la situación
socioeconómica e industrial del país.