Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
1
raramente comercializados.
Por otro lado, la accesibilidad de la cuenca del Nanay y su cercanía a la ciudad de Iquitos
ha favorecido desde hace muchos años el ingreso masivo de extractores foráneos de
recursos naturales, desde madereros, extractores de la palmera “irapay” o irapayeros,
pescadores comerciales y mitayeros (cazadores), hasta extractores de oro en los últimos
años. Esta masiva invasión de foráneos, muchos de los cuales son habilitadores e
intermediarios de diverso nivel, ha distorsionado profundamente la economía de la
cuenca y los patrones tradicionales de uso de los recursos. Por ello, desde un inicio el
Proyecto Nanay identificó como una línea estratégica de trabajo el diseño de estrategias
para favorecer la recuperación del control sobre los recursos naturales silvestres y del
territorio por parte de las comunidades locales. En esta línea de trabajo se enmarca el
trabajo de titulación de territorios comunales y el impulso a la implementación de planes
de manejo comunal de los recursos naturales y planes de ordenamiento territorial.
Una visión rápida y panorámica del apoyo prestado por el Proyecto Nanay a las
comunidades en capacitación y acompañamiento, en control del territorio y en la
implementación de alternativas productivas, entre las que se incluye el manejo de los
recursos naturales, se puede obtener en el Anexo I (Resultado 1). Este consiste en una
matriz que ilustra el avance de todas las actividades del Proyecto en la cuenca del Nanay,
tanto al nivel de cuenca como en cada una de las comunidades. Esta matriz es utilizada
por el personal extensionista del Proyecto para informar a cada una de las comunidades
de las actividades impulsadas en toda la cuenca.
2
1. Avances en la elaboración de planes de manejo territorial comunal
Una de las actividades iniciales del Proyecto fue un diagnóstico participativo en cada
comunidad de los recursos más importantes usados en su ámbito, tanto con fines de
subsistencia como de comercialización, y la elaboración participativa de “mapas
parlantes”, o mapas del territorio comunal en los que se identifica y eventualmente se
georeferencia en el territorio los recursos más importantes y los usos que está dándoles la
comunidad (ver Anexo 1.4 - I). La elaboración de estos mapas parlantes ha sido
sumamente importante para explicitar el conocimiento tradicional de los pobladores sobre
sus recursos y territorio e incrementar la conciencia con la mira de lograr el control local
sobre los mismos.
Un paso más en la búsqueda de estrategias de control comunal del territorio y los recursos
naturales locales ha sido la elaboración de mapas con la visión de futuro de cada
comunidad sobre lo que aspiran a que sea su territorio en los próximos 10 años. El
ejercicio de la elaboración de estos mapas fue realizado durante los talleres locales de
consulta de la Propuesta de Macrozonificación de la cuenca del Nanay, que tuvieron lugar
a fines del 2002. Estos mapas, una vez revisados y asumidos por la Asamblea de cada
comunidad, que eventualmente les otorgará peso de “ley interna”, en cuanto zonifican el
uso del territorio comunal, se convertirán en la práctica en planes locales de
ordenamiento territorial.
De hecho, cada comunidad ha sido incentivada por los técnicos del Proyecto Nanay para
implementar la zonificación de sus bosques con miras al aprovechamiento, bien sea de la
madera redonda (en el caso de los varillales), de aserrío, y de irapay. El ordenamiento
más habitual establecido por las comunidades es el establecimiento de bosques “en
descanso” por un tiempo determinado, para permitir su recuperación, que suelen ser años
en el caso de varillales y de bosques mixtos para manejo forestal, o meses, de 6 a 12, en
el caso de irapayales. Esto se puede comprobar en las copias de actas comunales relativas
a manejo de recursos presentadas en los anexos.
3
2.- Avances en los planes de manejo de recursos en las comunidades del Nanay
Desde el inicio del Proyecto se puso énfasis en el trabajo con las comunidades con la
mira puesta en diseñar y poner en ejecución planes de manejo “adaptativo”1 de los
diferentes recursos naturales. En el Anexo 1.4. – II se presenta una síntesis de las
propuestas de manejo adaptativo implementadas por las comunidades de la cuenca del
Nanay con apoyo del Proyecto Nanay. En muchos casos el Proyecto Nanay ha recopilado,
validado preliminarmente y difundido técnicas y prácticas de manejo tradicionales de
algunos recursos, que algunos comuneros practicaban de forma tradicional desde tiempos
pasados. Se supone que estas técnicas de manejo son relicto de las que un día fueron
practicadas por los pueblos indígenas originarios. Entre las más destacadas podemos
señalar las de irapay, de madera redonda de varillales, de chambira, de tamishi y huambé,
y las de cortezas medicinales.
Cabe destacar que sobre la cosecha de estas plantas se ha investigado muy poco, y por
supuesto no hay nada publicado, ni el INRENA dispone de términos de referencia para
los planes de manejo. No existe hasta la fecha, que se sepa, ningún plan de manejo
aprobado por el INRENA para estos recursos, excepto para una corteza medicinal, la uña
de gato. Es de esperar que las experiencias recogidas en las comunidades del Nanay por
el Proyecto sirvan para dictar en el futuro los términos de referencia para los planes de
manejo a ser aprobados por la autoridad forestal competente.
1
Entendemos por “manejo adaptativo” a aquél manejo que, recuperando los conocimientos y prácticas
tradicionales de las comunidades rurales, va buscando progresivamente mejorar las técnicas de control y
aprovechamiento de los recursos naturales con miras a lograr la sostenibilidad.
4
subsisten grupos, cada vez más minoritarios, ciertamente, y personas individuales, que se
oponen a cualquier restricción, sea de leyes nacionales o reglamentos internos de las
comunidades, que ponga cortapisas a sus actividades extractivas tradicionales. Estos
grupos suelen estar constituidos por las personas más vinculadas con madereros,
patrones, congeladores y otros foráneos dedicados tradicionalmente a la intermediación
en la cadena de extracción-comercialización de productos naturales del Nanay hacia
Iquitos.
Cuando se trata de personas individuales, habitualmente los más reacios al manejo son
aquéllos que no son permanentes en la comunidad, están de paso, o tienen previsto
mudarse a otro lugar. En este sentido, la toma de acuerdos en asambleas comunitarias, y
el establecimiento de reglamentos internos asentados en actas comunales, son
instrumentos muy útiles, aunque no infalibles, para corregir estas distorsiones.
En muchos casos subsisten las actividades incontroladas por parte de algunas personas,
aún en contra de la voluntad de toda la comunidad y en violación flagrante de los
reglamentos internos aprobados por todos. En estos casos, el cumplimiento de las normas
internas descansa sobre los hombros de las autoridades comunales, y muchas veces
depende de su carisma y liderazgo personal. Para el fortalecimiento de este liderazgo, de
acuerdo a la experiencia del Proyecto, resultan sumamente útiles los talleres de
capacitación y de planificación al nivel de cuenca y de subcuenca, donde líderes de
diferentes comunidades comparten sus experiencias y problemática, y proponen
alternativas de solución. Ellos mismos comentan que vuelven a sus comunidades muy
fortalecidos en sus convicciones de trabajar por el desarrollo sostenible de la cuenca.
5
difamación y desinformación que el personal de las dragas realizó contra el Proyecto y
sus trabajadores.
Cuadro 1 A
Recursos naturales más importantes usados por las comunidades de la cuenca del
río Nanay
CATEGORÍA RECURSOS
Irapay
Bombonaje
Yarina
No maderables Tamshi – huambé
Ungurahui
Aguaje
Cortezas medicinales
Fauna silvestre
6
Pesca
Madera redonda
Maderables Madera de aserrío
Pona
La escala de valores usados para calificar el progreso en el manejo va de “0” hasta “8”.
Los estadíos a los que corresponde cada uno de estos valores se indican a continuación:
“0”: Falta total de control por parte de la comunidad del recurso en cuestión. Los
7
moradores extraen o aprovechan el recurso a su libre albedrío, no hay reglamentos
internos que regulen el uso del recurso y no se aplica ningún tipo de plan de manejo.
Ingreso irrestricto de extractores foráneos.
“1”: Uso o manejo inadecuado del recurso por parte de los miembros de la
comunidad. La mayoría de los pobladores extrae el recurso sin control alguno y con
técnicas inadecuadas (no se aplican planes de manejo de ningún tipo ni existen
acuerdos en la comunidad sobre uso del recurso). Sin embargo, se restringe el acceso
al recurso a extractores foráneos.
“5”: Iniciativas de control asentadas en actas: Significa un paso más para el diseño y
aplicación de planes de manejo del recurso. La comunidad en asamblea acuerda
tomar medidas de control sobre el recurso y define castigos específicos para
infractores a dichas medidas. Estos acuerdos son asentados en actas, con lo que
adquieren el valor de “ley interna”. Se restringe el acceso a extractores foráneos.
8
“6”: Desarrollo de reglamentos internos: Estos reglamentos internos de uso del
recurso en cuestión significan en la práctica el compromiso de la comunidad,
mediante la aprobación de reglamentos internos asentados en actas, de poner en
ejecución un plan de manejo adaptativo. Como tal, este plan de manejo es
modificable y mejorable en el tiempo, por supuesto. Se sigue restringiendo el acceso
al recurso a terceros.
La presencia de una “a” indica que el recurso existe en dicha comunidad y tiene potencial
de uso, pero no es usado de forma intensiva o con fines de comercialización.
Se ha explicado más arriba que el recurso forestal, tanto de recursos maderables como no
maderables, es uno de los más importantes en la cuenca del Nanay, pero el acceso al
mismo ha estado siempre marcado por la informalidad y la explotación de las poblaciones
locales por parte de patrones, madereros de Iquitos y otros intermediarios y
“habilitadores”. Los permisos o concesiones forestales requeridos por la legislación
vigente para acceder al recurso forestal son tan complejos y onerosos que prácticamente
quedan fuera del alcance de las poblaciones locales, que terminan dedicándose de forma
ilegal o informal a la extracción de madera y otros recursos del bosque.
Como consecuencia, para poder comercializar sus productos en la ciudad, tienen dos
alternativas: o bien sobornar a los funcionarios encargados del control de los productos
forestales (lo que no siempre funciona, ya que a veces sus recursos son decomisados), o
bien hacer un “arreglo” con algún maderero o comerciante que posee un permiso forestal
9
vigente, el cual es utilizado, previo pago, para “lavar” el producto extraído ilegalmente.
Por otro lado, los madereros y habilitadores suelen estafar a los campesinos de varias
formas en sus tratos sobre madera: les engañan en la cubicación (tienen reglas de cubicar
falseadas, y miden de forma que siempre sale menos volumen del real), les roban a la
hora de sacar las cuentas con la tabla de cubicar, les roban a la hora de establecer los
precios por pie tablar de madera (generalmente, en las zonas rurales, el precio por pie
tablar es entre 30 y 60 o más bajo que en la ciudad), les roban con el pago, que no suele
ser en efectivo, sino en productos (víveres, pertrechos para la caza o pesca, combustible,
ropa, jabón) a un precio normalmente doble o triple que en la ciudad, y finalmente les
roban porque muchas veces se van a la ciudad con la madera y con el cuento de “parar a
su siguiente viaje”, y nunca vuelven.
La consecuencia lógica de este estado de cosas ha sido que los madereros, comerciantes o
habilitadores, son los que ponen las reglas de juego, incluyendo el precio al producto y,
junto con algunos funcionarios corruptos, se llevan la mayor parte de las ganancias. El
campesino trabaja en realidad con unas ganancias irrisorias, por lo que para satisfacer las
necesidades básicas que motivan su actividad tiene que extraer un volumen de recursos
significativamente mayor. Por otro lado, la legislación nacional establece que los recursos
forestales son patrimonio de la nación, por lo que en la práctica estos recursos son
enajenados del control comunal y administrados de facto por funcionarios,
frecuentemente corruptos o incompetentes, con base en las ciudades y con escaso
conocimiento o posibilidades de acceso a las zonas rurales.
Para romper este estado de cosas, tremendamente desfavorable para las comunidades
locales, el Proyecto Nanay se propuso facilitar el acceso legal de las comunidades a los
recursos naturales, en el marco de la legislación vigente y de la existencia de territorios
10
comunales titulados, tanto como comunidades campesinas como indígenas.
Actualmente las tres primeras comunidades están trabajando con sus respectivos
permisos, aunque la evaluación preliminar de los resultados nos muestra que tampoco la
obtención del permiso significa la extirpación de los fenómenos de habilitación y
endeudamiento con los madereros profesionales. Algunos moradores, especialmente en la
comunidad de Tres Unidos, siguen trabajando con madereros informales, que les
11
“habilitan” con productos y a los que venden su madera a precios muy desventajosos,
siguiendo el esquema tradicional de habilitación. Las viejas relaciones de dependencia y
patronazgo se imponen todavía en algunas personas, y el tránsito hacia una etapa de
autonomía requerirá un buen tiempo y mucho acompañamiento.
Por otro lado, en la comunidad de Salvador Pava se produjo un retraso en la obtención del
permito forestal por la presentación simultánea de un plan de manejo impulsado por un
maderero, el Sr. Ranfort Lozano. La comunidad llegó a un acuerdo con este maderero
para que extrajese maderas duras del territorio comunal a cambio de un generador de luz.
Posteriormente exigieron y obtuvieron del maderero un motor peque peque adicional. El
Proyecto Nanay ha asesorado a esta comunidad constantemente, y la ha apoyado en lo
que ésta ha requerido, pero su política es no interferir en sus decisiones internas.
En el Anexo 1.4 – III se presentan los planes de manejo forestal elaborados para tres
comunidades del río Chambira (Comunidad Campesina Tres Unidos, Anexos Buena
Vista, Nuevo Porvenir y Villa Flor), y para las comunidades de San Juan de Ungurahual y
12
Salvador Pava. Estos planes fueron presentados en su momento al INRENA con apoyo
del Proyecto Nanay, y actualmente han sido ya aprobados, y las comunidades cuentan con
su respectivo permiso de aprovechamiento forestal. El Proyecto Nanay apoyó también a
otras tres comunidades (Albarenga y Pucaurco, en el alto Nanay, y Atalaya, en el
Pintuyacu) en la obtención de su permiso forestal, financiando parte de los costos del
permiso.
Los aspectos más saltantes de esta propuesta son: (i) se aligeran los requerimientos para
la elaboración del plan de manejo; (ii) se conforma un comité de administración de
bosques de manera altamente participativa, y se norma su estructura y funcionamiento;
(iii) se establecen las condiciones para que los comuneros puedan extraer madera y se
regulan las cantidades de madera que pueden extraer; (iv) el comité emite las guías de
transporte de la madera; (v) los pagos de derechos forestales se realizan después de
vendida la madera por la comunidad y no antes; (vi) se aligeran los requisitos para la
presentación de la solicitud.
La idea de la propuesta fue crear las condiciones para que las comunidades pudieran
extraer legalmente la madera de sus territorios, sin caer en manos de habilitadores,
comerciantes y madereros mal intencionados. La propuesta fue aprobada mediante
Ordenanza Regional Nº 22-CR/GRL del 27 de diciembre de 2003.
Varillales
El caso de los varillales, o bosques sobre arena blanca, característicos de la cuenca del
Nanay (ver línea de base biofísica), es muy particular, en lo que concierne a
13
aprovechamiento de madera redonda o de construcción. La madera redonda es
aprovechada desde tiempos inmemoriales para construcciones rurales, y desde
aproximadamente un siglo para comercialización en Iquitos, para las construcciones
rústicas de las zonas urbano-marginales.
Las comunidades del Nanay han utilizado tradicionalmente una técnica de extracción de
bajo impacto, que los antropólogos llaman “manejo implícito”, que según todos los
indicios ha permitido un aprovechamiento aparentemente sostenido de estos frágiles
bosques. La técnica es muy simple, y se basa en la cosecha de los árboles juveniles con
fuste recto y el respeto a los adultos o árboles semilleros (Ver Propuesta de manejo de
varillales, Anexo 1.4 – VI). Hay varillales, especialmente los cercanos a comunidades del
bajo Nanay, que han sido explotados desde hace más de medio siglo, de acuerdo a
evidencias, y sin embargo siguen produciendo madera de buena calidad, y en buenas
cantidades.
Los comuneros del Nanay son muy conscientes de este riesgo, y han sido unánimes en
proponer medidas muy estrictas de manejo para los varillales, que incluyen especialmente
la prohibición de tala de árboles “madres” o semilleros, y regulaciones para la apertura de
trochas, soleaderos para los árboles extraídos, volúmenes de extracción por familias,
14
zonificación de varillales y otros. Tanto en la Propuesta de Plan Maestro, consultada con
las comunidades de la RNAM, como en la Estrategia general de desarrollo y
conservación de la cuenca del Nanay, aparecen acuerdos generales de las comunidades
para el manejo de los varillales (ver borrador del Plan Maestro, Estrategia de manejo de
recursos naturales (Anexo 1.5 – III), y documento de la Estrategia integral de desarrollo
y conservación de la cuenca del Nanay, Anexo 1.6 - I)
Con esta base, el Proyecto Nanay ha hecho una propuesta formal al INRENA (Dirección
de Áreas Naturales Protegidas e Intendencia Forestal) para la aprobación de términos de
referencia para el aprovechamiento de los varillales que están dentro de la Reserva
Nacional Allpahuayo – Mishana (ver Anexo 1. 4 – VI, Propuesta para manejo de
varillales).
Pona
La palmera llamada genéricamente “pona” es un recurso importantísimo para la
población rural amazónica. De su tronco, abierto a punta de hacha y batido en forma de
15
tablas (en este caso, de la huacrapona, Iriartea deltoidea), se elabora el piso de las casas
rurales (llamado precisamente “emponado”), así como las paredes de las divisiones
internas de la casa, tarimas, bancas, cercos (en este caso de la casha pona, Socratea
exorrhiza ) y otras partes de la casa. Los madereros usan el tronco de las huacraponas,
que tienen un engrosamiento en el medio que aumenta su flotabilidad, como boyas para
armar balsas con maderas que no flotan. En zonas vírgenes o poco intervenidas ambas
especies son muy abundantes, sobre todo en las zonas inundables y restingas bajas con
fertilidad moderada de las orillas de algunos ríos. Para aprovechar el tronco, obviamente,
es necesario talar la palmera. Debido a que nadie reforesta, hoy ha llegado a ser escasa en
zonas muy cercanas a la ciudad, o en las zonas más accesibles y cercanas al cauce de los
ríos y quebradas.
16
pobladores de la cuenca.
Los pobladores locales han aplicado tradicionalmente un método de cosecha mucho más
sostenible, que consiste en respetar cuanto menos un tercio de las hojas de cada planta
individual de irapay (ver el Anexo 1.4 – II, Propuestas de manejo implementadas en las
comunidades). La cosecha de las hojas maduras del irapay tiene una ventaja adicional,
además de permitir la regeneración de la planta: las hojas maduras son más grandes y
resistentes, y duran mucho más sin deteriorarse en los techos a la intemperie. Esto tiene
mucho sentido cuando un poblador extrae para construir el techo de su casa, pero no tanto
cuando se trata de elaborar crisnejas para la venta: éstas son pagadas a precios muy bajos,
y su calidad mayor o menor no mejora la situación.
El campesino normalmente extrae las hojas del bosque en cargas de un millar de “huesos”
u hojas de irapay (ver informes en los documentos de línea de base), que debe cortar y
acomodar cuidadosamente en un bulto transportable con cierta comodidad por las
estrechas trochas abiertas a machete en el monte. Para sacar una carga de mil huesos en
17
una comunidad tipo como San Antonio un comunero necesita emplear dos horas de
camino de ida, una hora y media o dos como mínimo (a veces más, si el irapayal ya está
explotado) para cortar y acomodar su millar de hojas, y otras dos horas para volver. Como
máximo, y trabajando duramente, puede extraer dos cargas en un día.
La ganancia que el campesino obtiene por este trabajo es realmente irrisoria: en cada
crisneja “comercial” o simple entran un promedio de 35 a 40 “huesos” u hojas de irapay,
por lo que serían 3,500 a 4,000 las hojas necesarias para un ciento de crisnejas. Ahora
bien, si como se dijo más arriba necesita dos días en promedio para extraer esos cuatro
millares de hojas, y otros dos días en promedio para culminar el proceso de elaboración
(incluyendo la extracción y elaboración de las ripas o listones de pona para las crisnejas),
tenemos que el promedio de ganancia en cuatro días de duro trabajo de un campesino es
de 10 a 15 soles.
18
mayoría de las del curso medio y alto del Nanay (solamente algunas comunidades de la
margen izquierda del curso medio del Nanay, desde Samito hasta Libertad, carecen de
irapay). Como se explica en el Anexo 1.4.- II, el proceso implica la toma de acuerdos en
las asambleas comunales para, por un lado, regular el acceso al recurso (lo que implica
prohibir el ingreso a extractores foráneos a las comunidades, la zonificación de los
irapayales para la cosecha –irapayales en descanso y en producción-, y el establecimiento
de cuotas, principalmente), y por otra, la prohibición de cosechar todas las hojas de cada
planta, o el respeto de un tercio de las hojas a la hora de la cosecha.
19
pesar de que fueron transplantadas en una época no favorable, la más seca de la región), y
se ha conseguido hacer germinar también un buen número de semillas. Actualmente se
está haciendo experimentos de germinación y transplante en coordinación con la ONG
ACAAM en algunas áreas de la RNAM, para determinar las técnicas más adecuadas
tanto de transplante como de siembra de semillas.
Al momento de escribir el presente informe (julio del 2004) los expedientes estaban
completos y los permisos en trámite en el INRENA (Ver muestra de algunos planes de
manejo en Anexo 1.4 – IV). De aprobarse en un próximo futuro, como esperamos, estos
serán los primeros permisos de aprovechamiento de irapay aprobados en Perú. De hecho,
no existen términos de referencia apropiados para los planes de manejo, y ha tenido que
adaptarse para el efecto los de otros recursos, como los elaborados para la uña de gato.
20
diferentes a la madera, de acuerdos a una visión holística o integral del bosque que tienen
los indígenas y todos los habitantes rurales en general en la Amazonía.
Los recursos más importantes económica y socialmente en la cuenca del Nanay son
enumerados más arriba, en el Cuadro 1 A. En general, las comunidades comienzan
tomando acuerdos de los recursos con mayor nivel de presión y por tanto de amenaza
(que sufren el riesgo de sobre explotación), que son principalmente la madera redonda y
de aserrío, y el irapay, citados más arriba. Subsiguientemente toman acuerdos para el
manejo de otros recursos, de acuerdo a las circunstancias de organización interna y de
liderazgo de cada comunidad, y de acuerdo a la situación de extracción de los recursos.
Además de los recursos citados anteriormente, uno de los más aprovechados y con más
riesgo de sobre explotación es el ungurahui. La forma más habitual de cosecha es muy
destructiva e implica la tala de la palmera, con el agravante de que de los tres o cuatro
racimos de fruta que suele tener en un determinado momento, apenas uno está maduro al
momento de la tala.
El Proyecto Nanay ha enseñado a todas las comunidades con las que trabaja (25
comunidades) la técnica para escalar la palmera para cosechar el fruto sin necesidad de
talarla, y ha proporcionado subidores artesanales para ungurahui y aguaje (mínimo uno
por comunidad, en algunos casos más, dependiendo de la demanda en cada lugar). Esta
misma técnica sirve para subir aguaje, otra palmera talada habitualmente para cosechar su
fruto, y eventualmente pijuayo sin espinas, una palmera cultivada.
21
Santa María, o para comercialización en Iquitos, para fines medicinales.
Otros recursos con relativa importancia en algunas comunidades son el tamishi y huambé
(Desmoncus sp., Heteropsis sp.), dos lianas que son usadas para construcciones rústicas y
para elaboración de artesanías utilitarias y decorativas, como canastos, escobas, muebles
rústicos, y otros. Ambas son plantas epífitas, que crecen en las ramas más altas de los
árboles, de las que se aprovecha las raíces que bajan hasta el suelo. Si se corta todas las
raíces de una determinada planta, esta muere, pero si se respeta al menos un tercio de las
raíces, la planta sobrevive y en un año aproximadamente regenera las raíces perdidas, por
lo que se puede volver a cosechar. Esta técnica de manejo tan simple es la que está
tratando de impulsar el Proyecto entre las comunidades.
22
internos para el manejo de recursos en Anexo 1.4 – V).
Buena parte de las artesanías que el Proyecto Nanay está ayudando a mejorar son
elaboradas con fibra de chambira (ver Resultado 3), por lo que se ha puesto bastante
énfasis en el aprovechamiento sostenible de la misma y el redoblamiento de la palmera
chambira.
23
e) Aprovechamiento de la pesca
La pesca es sin duda una de las actividades con mayor importancia socioeconómica, y
con mayor potencial a futuro en la cuenca del Nanay. El consumo de pescado en las
comunidades del Nanay es muy alto (se ha calculado en un promedio de 2.5 kg. diarios
por persona). También la pesca de peces ornamentales es muy importante en algunas
comunidades (ver Línea de base socioeconómica).
Por otro lado, durante los dos primeros años del Proyecto, la actividad de varias dragas
que extraían ilegalmente oro en las cabeceras del Nanay y del Chambira estaban
poniendo en peligro no sólo la vida humana, por la contaminación grave con mercurio y
otros metales pesados, sino la fuente de alimentación principal de los habitantes del
Nanay, la fauna acuática. Efectivamente, el descenso dramático de las pesquerías en estos
años, y la presencia de peces con deformaciones y órganos reproductivos alterados,
provocó la alarma de la población, que se volcó en una lucha frontal para hacer salir a las
dragas de la cuenca. El Proyecto apoyó decididamente a la población en esta lucha, que
dio sus frutos a principios del 2003, con la emisión de una Ordenanza Regional que
declaró la intangibilidad del Nanay para actividades mineras y aquellas otras que
pusiesen en peligro la cobertura forestal de la cuenca (ver copia de Ordenanza Nº 003-
2003, en Anexo 1.4. X.)
24
sentido de regular el tema pesquero, incluyendo el acceso a la cuenca de pescadores
comerciales foráneos, el Proyecto Nanay impulsó un agresivo plan para enfrentar el
problema. El primer paso fue incentivar a las comunidades para tomar medidas básicas de
manejo, orientadas en primer lugar a la extirpación de técnicas de pesca destructivas
(comenzando con el uso de tóxicos y explosivos, y de redes arrastradoras y honderas, que
no son selectivas), y al control de pescadores foráneos. Posteriormente las comunidades
han ido proponiendo medidas cada vez más sofisticadas, como la regulación del tamaño
de las mallas de pesca, la zonificación de las cochas (las que cada comunidad propone
para vedas temporales o restricciones de artes de pesca), las cuotas de captura y la
prohibición de la tala de árboles frutales en las orillas del río y de las cochas, para
proteger las fuentes de alimento de los peces frugívoros.
El segundo paso fue organizar y capacitar a los pescadores artesanales de la cuenca. Con
este fin, se apoyó la constitución de la Asociación de Pescadores Artesanales de alto
Nanay, que hoy cuenta con unos 120 miembros. Estos pescadores fueron capacitados por
personal de la Dirección de la Producción (DIREPRO), antiguo Ministerio de Pesquería,
Capitanía de Puertos y personal del Proyecto Nanay, en tres sucesivos cursos realizados
entre 2003 y 2004. Esta asociación está actualmente formalizada e inscrita en registros
públicos con el nombre de “Lobo Marino”.
25
Las gestiones realizadas por los pescadores artesanales organizados y capacitados con
ayuda del Proyecto Nanay dieron sus frutos más significativos en el establecimiento de
una veda temporal de pesca comercial para la cuenca del Nanay durante la época de
desove, de noviembre a abril. Esta veda fue promulgada por ordenanza regional, y en
respuesta expresa a las demandas de los pescadores artesanales, presentadas al Gobierno
Regional a través de memoriales enviados por los pescadores durante los cursos de
capacitación patrocinados por el Proyecto Nanay, y sustentadas durante una reunión
especial del Consejo Regional de Loreto por el Presidente de la Coordinadora del Nanay,
don Mario Barreto Vargas, y el Coordinador del Proyecto Nanay. De hecho, los
“considerandos” o sustentación técnica de dicha veda temporal fueron elaborados por el
Proyecto Nanay (ver documento de Sustentación de una veda temporal de pesca para el
Nanay, Anexo 1.4 – VII)
Una nueva etapa en el camino hacia el logro del manejo de las pesquerías del Nanay lo
constituye la Propuesta de manejo pesquero para la cuenca alta del Nanay, elaborada
por el Proyecto con insumos de los mismos pescadores artesanales y con apoyo de
profesionales de la Dirección de Ecosistemas Acuáticos del IIAP. Esta propuesta ha sido
presentada a la DIREPRO para su consideración y, de ser aprobada, sería el primer plan
de manejo pesquero aprobado en la Amazonía peruana, de acuerdo a lo contemplado en el
Reglamento de Ordenamiento Pesquero de la Amazonía Peruana (ver Propuesta en
Anexo 1.4 – VIII).
26
Informe del estado de avance de las actividades del Proyecto Nanay en las comunidades
de la cuenca.
ANEXO II
Informes mensuales del trabajo de campo de los técnicos del Proyecto
ANEXO 1.1
Carátula de la línea de base socioeconómica
ANEXO 1.2
Carátula de la línea de base biofísica
ANEXO 1.3
Carátula de Propuesta de macrozonificación ecológica económica
ANEXO 1.4 - I
Mapas parlantes de las comunidades de la cuenca del Nanay
¿Mapas con la visión de futuro?
ANEXO 1.4 - II
Propuestas de manejo de recursos naturales implementadas en las comunidades de la
cuenca del Nanay
ANEXO 1.4 - III
Planes de manejo forestal integral realizados para tres comunidades (Tres Unidos del río
Chambira, San Juan de Ungurahual y Salvador Pava)
ANEXO 1.4 - IV
Inventarios para planes de manejo de irapay en ocho comunidades, y planes de manejo de
irapay de algunas comunidades de la cuenca.
ANEXOS 1.4 – V
Copias de actas de comunidades donde establecen reglamentos internos para manejo de
recursos naturales.
ANEXO 1.4 – VI
Propuesta para manejo de varillales
ANEXO 1.4 – VII
Sustentación de veda temporal de pesca en el Nanay
27
ANEXO 1.4 – VIII
Propuesta de manejo pesquero para la cuenca alta del Nanay
ANEXO 1.4 – IX
Archivo de fotos del Resultado 1
ANEXO 1.4 – X
Ordenanza regional contra las dragas
ANEXO 1.4. XI
Propuesta de simplificación de términos de referencia para obtención de permisos
forestales por comunidades.
................................
ANEXO 1.5 - I
Validación de propuesta de Reserva Comunal para el alto Nanay (copia de memorial de
Anguilla)
ANEXO 1.5 – II
Copias de actas de talleres y memorias, y fotos de talleres.
ANEXO 1.5 - III
Borrador del Plan Maestro
...................................
ANEXO 1.6 – I
Estrategia integral de desarrollo y conservación para la cuenca del Nanay
28