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Presentación
Resumen ejecutivo. Restaurante Aire Fresco
ESTUDIO DE MERCADO
Demografía
Estructura demográfica
Características de la población
Evolución demográfica
Población inmigrante
Conclusiones
La ciudad de Sevilla se encuentra situada al sur de la Península Ibérica, a 545 km. de
Madrid, a 463 km de Lisboa y 217 km de Málaga. Es la capital de la Comunidad
Autónoma de Andalucía y, de la provincia que lleva su mismo nombre, contando dicha
provincia con un total de 103 municipios.
Sevilla posee una extensión de 142,44 km2 con una altitud media de 10m y con una
temperatura media anual máxima de 25º C y 12,8ºC de mínima. Sevilla tiene una
población de 713.404 habitantes, suponiendo una densidad demográfica de 5.008,5
hab/km2. Además constituye la cabecera de un área metropolitana compuesta por 22
municipios en los que residen un total de 1.141.092 personas, el 15% de la población
andaluza.
Ubicación
El término municipal de Sevilla se encuentra ubicado en el margen izquierda del río
Guadalquivir; no obstante, sus barrios Triana y Los Remedios ocupan el lado derecho
de este río navegable que convierte a esta ciudad en puerto fluvial. En el entorno de
Sevilla hay una campiña de tierras marismeñas y una zona elevada que conforma la
comarca del Aljarafe, muy vinculada con la ciudad por ser la zona de expansión
residencial de Sevilla.
El término municipal de Sevilla, de 140,8 km de extensión limita al norte con La
Rinconada y Santiponce; al este con Alcalá de Guadaira; al sur con Dos Hermanas y
Gelves y por el oeste, San Juan de Aznalfarache, Tomares y Camas.
Relieve
La ciudad está ubicada en la llanura aluvial del Guadalquivir, en plena depresión del
Guadalquivir. La horizontalidad de la ciudad es reforzada por la altura generalmente
baja de sus edificios, sobre todo en el centro. La Giralda es la torre más representativa
de la ciudad y la más alta, con 97.5 m de altura; sin embargo, hay proyectos de edificios
más altos, como la torre Cajasol, cuya licencia de construcción concedió la Gerencia de
Urbanismo de Sevilla en el mes de septiembre de 2008 para construir en la Isla de la
Cartuja y cuyo diseño es obra del arquitecto argentino César Pelli. La torre Cajasol
tendrá 178 m de altura y supondrá una inversión privada de 130,33 millones de euros.
Hidrografía
Clima
El clima de Sevilla es mediterráneo con influencia continental, con precipitaciones
variables, veranos secos muy cálidos e inviernos suaves sin nevadas. La temperatura
media anual es de 18,6 °C, una de las mayores de Europa. Enero es el mes más frío, con
una media de temperaturas mínimas de 5,2 °C; y julio es el mes más caluroso, con una
media de temperaturas máximas diarias de 35,3 °C. Se superan todos los años los 40 °C
en varias ocasiones. Las temperaturas extremas registradas en la estación meteorológica
del Aeropuerto de Sevilla fueron de -5,5 °C el 12 de febrero de 1956 y de 46,6 °C el 23
de julio de 1995. Hay récord, no homologado por el Instituto Nacional de Meteorología,
de 47 °C el 1 de agosto durante la ola de calor de 2003, según la Estación meteorológica
83910 (LEZL) situada en la parte sur del Aeropuerto de Sevilla, cerca de la zona militar
abandonada.
Las precipitaciones oscilan de 500 a 600 mm al año, concentradas de octubre a abril;
diciembre es el mes más lluvioso, con 95 mm. Hay un promedio de 52 días de lluvia al
año, 2.898 horas de sol y varios días de heladas —que difícilmente se prolongan más de
3 ó 4 días seguidos—, en los que la temperatura mínima es menor a los 0 °C y las
máximas no pasan de los 8 ó 10 °C. Más detalles en el siguiente climograma.
Demografía
Estructura demográfica
El área metropolitana de Sevilla cuenta con 1.450.214 habitantes (INE, 2008) y
4.535,78 km de superficie, siendo también la cuarta área metropolitana de España y un
gran centro turístico, económico, industrial y poblacional.
Características de la población
Evolución demográfica
La pirámide de población de Sevilla se asemeja bastante al modelo de población
envejecida típico en los países desarrollados occidentales, caracterizado por tener forma
de as de picas, con una estrecha base (población joven) y un amplio cuerpo (población
adulta) que se reduce conforme aumenta la edad. Esta estructura de población es típica
en el régimen demográfico moderno, con una evolución hacia un envejecimiento de la
población y una disminución de la natalidad anual.
Población inmigrante
Población extranjera sobre el total de Sevilla
Principales zonas de origen o nacionalidad de la población inmigrante
en Sevilla Población extranjera por municipios
.
Conclusiones
Pib
Según los datos disponibles de la Contabilidad Regional de España, Sevilla mantiene
desde 1995 hasta 2008, último año con información disponible, el primer puesto del
ranking de las provincias andaluzas en cuanto a PIB, seguida por Málaga, Cádiz,
Granada, Almería, Córdoba, Jaén y Huelva.
Al igual que ocurría con la población, en estos veintiún años, no se han producido
grandes cambios en el ranking andaluz, salvo el caso de Almería, que de ocupar la
posición séptima en el ranking escaló hasta la quinta adelantando a Córdoba y Jaén.
Sevilla aunque sigue siendo la provincia andaluza que más contribuye al PIB de la
región, ha reducido ligeramente su aportación, ya que de representar el 24,3% del PIB
andaluz pasó a representar el 23,6% en 2006, mientras que en Málaga ocurre lo
contrario (del 16,7% al 19,2%). Ello es debido a que el crecimiento del PIB ha sido más
intenso en Málaga que en Sevilla, aunque según los últimos datos correspondientes a
2006, el crecimiento del PIB sevillano supero al de Málaga (7,4% y 7,2%,
respectivamente), aunque habrá que esperar para ver si esto es un hecho aislado o indica
un cambio de tendencia.
Empresas
La provincia de Sevilla tenía 119.340 empresas el 1 de enero de 2008 de acuerdo con el
Directorio Central de Empresas (DIRCE) elaborado por el INE, lo que representaba el
22,8% del total andaluz.
Sevilla en 2008 es la quinta provincia española con mayor número de empresas, lejos de
Madrid y Barcelona que multiplicaban en más de cuatro los niveles de Sevilla
(representando el 15,2% y el 14%, respectivamente). Más cercana a Sevilla en términos
de población se encuentran las provincias españolas de Valencia y Alicante, que tienen
un número de empresas sustancialmente mayor. Tras Sevilla en el ranking nacional
figura Málaga, que venía acercándose en cuanto a número de empresas, pero en el
último año, ha moderado su ritmo de acercamiento, ya que el crecimiento del número de
empresas ha sido mayor en Sevilla (3,3%) en este último año, que en el resto de las
primeras provincias por tejido empresarial.
A nivel andaluz, Sevilla ocupa en 2008 el primer puesto en el ranking según número de
empresas, seguida por Málaga, Cádiz y Granada.
Entre 2000 y 2008, Málaga, Córdoba, Almería y Granada aumentaron su número de
empresas por encima del 40%, mientras que Sevilla lo hizo en un 38,5%, de forma más
intensa que el conjunto de España, 35,9%, pero más moderada que el conjunto regional.
Un aumento más moderado se dio en las provincias de Jaén y Huelva. En este periodo,
aunque Sevilla ha experimentado tasas anuales de creación de empresas que rondan el
5% a partir de 2003 hasta 2007 y durante 2008 ha seguido aumentando el número de
empresas por encima del resto de provincias andaluzas (3,3%), ha visto reducir su
participación en el ranking andaluz por número de empresas. Así se aprecia que, aunque
Sevilla mantiene la primera posición desde 2000 y ha visto crecer su número de
empresas, ha disminuido su participación en el total de empresas andaluzas. Así, Sevilla
ha pasado de representar el 23,3% en 2000 al 22,8% en 2008, mientras que en Málaga,
el aumento del número de empresas ha sido más intenso, pasa del 20,2% al 22,3%.
Dado el aumento más intenso del número de empresas en Andalucía Oriental que
Occidental desde 2001 hasta 2007, en el año 2008 prácticamente se ha igualado el
número de empresas en Andalucía Occidental y Oriental. No obstante, se aprecia
también que en un contexto de contención, Andalucía Occidental experimenta un
crecimiento mayor del nº de empresas (2,4%) que Andalucía Oriental (1,9%).
El continuo proceso de creación de empresas en la provincia de Sevilla en el periodo
2000-2008, y el menor aumento de la población, ha provocado que la densidad
empresarial haya mejorado. En 2000 se registraron 50,5 empresas por cada 1.000
habitantes, ratio que se elevó en 2008 hasta 63,6, lo que supone un aumento del 26% en
ocho años. De hecho, Sevilla es tras Cádiz, donde más ha crecido la densidad
empresarial en el periodo 2000/2008. No obstante, la densidad empresarial es todavía
sensiblemente inferior a la media española, aunque la diferencia se está reduciendo de
forma continua. Así, si en 2000 la diferencia entre la media nacional y la sevillana era
de 14 puntos, en 2008 se situaba en 10,5.
A 1 de enero de 2008, Sevilla ocupa la cuarta posición en el ranking de provincias
andaluzas, según número de empresas por habitantes, tras Málaga, Granada y Almería.
Empleo
Para ver el posicionamiento de Sevilla en relación al empleo, respecto al resto de
provincias andaluzas, utilizamos la Encuesta de Población Activa que elabora el INE.
Las tres variables que vamos a analizar son, activos, ocupados y parados. Los datos
disponibles son los correspondientes al periodo 2001-2008 ya que el cambio de
metodología no permite disponer de datos anteriores homogéneos.
ACTIVOS (1887.630 activos como media en 2008 en Sevilla y 3.690.330 en Andalucía)
De acuerdo con la EPA, Sevilla fue en 2008 la primera provincia andaluza por número
de activos1, seguida de Málaga y Cádiz, posiciones que se mantienen en todo el periodo
analizado.
Las posiciones de las diferentes provincias andaluzas para esta variable en el ranking, se
han mantenido bastante estables en todo el periodo analizado, 2001-2008. Tan sólo se
produce variación en 2004, con el intercambio de posiciones entre las provincias de
Jaén y Almería. La provincia de Jaén que desde 2001 venía ocupando el sexto puesto en
el ranking, en el año 2004 pierde una posición a favor de la provincia de Almería. La
última provincia andaluza en número de activos en todo el periodo ha sido la provincia
de Huelva.
Aunque el peso de Andalucía Occidental en la población activa andaluza es superior al
de la Oriental (53% y 47% respectivamente en 2008), la zona oriental ha tenido un
comportamiento más dinámico en el periodo analizado y ha presentado tasas de
crecimiento de población activa superiores.
Sevilla mantiene su posición como primera provincia por número de activos, aunque
reduce su peso en el agregado regional pasando de representar en 2000 el 24,9% de la
población activa, al 23,2% en 2008, ya que si bien la población activa en la provincia de
Sevilla ha venido creciendo en los años analizados, lo ha hecho de manera menos
intensa que la media andaluza.
La tasa de paro media de Sevilla durante el 2008 fue de 16,01, superior a la de 2007
(13,02), pero dado el incremento de la tasa de paro en otras provincias, hizo que en
2008 Sevilla ocupara el último puesto en el ranking andaluz según tasa de paro,
presentando la tasa de paro más baja de Andalucía. Las tres primeras posiciones las
ocupan Almería, Cádiz y Granada, seguida de Málaga que pasa de ser la provincia que
menor tasa de paro presentaba en 2007, a ocupar la cuarta posición en el ranking
andaluz según tasa de paro, de acuerdo con la EPA.
• Mercado laboral.
El crecimiento de la población activa en Andalucía Oriental ha sido más intenso que en
la occidental desde 2003 hasta 2007, para en 2008 producirse una disminución de la
población ocupada de mayor intensidad en Andalucía Oriental que Occidental.
Esto mismo ocurre si comparamos la creación de empleo de Sevilla respecto a Málaga y
Almería. Así desde 2003 hasta 2007, el aumento de la ocupación en Almería y Málaga
fue siempre superior a la de Sevilla, pero en 2008, la disminución de la ocupación
también lo es (en Almería disminuyo la ocupación un 7%, en Málaga y Granada un 3%,
mientras que en Sevilla lo hizo como media en un-0,10%).
En cuanto al paro podemos hacer la misma lectura, aunque en 2008 crece el paro en
todas las provincias andaluzas, lo hace de forma mucho más intensa en Andalucía
Oriental. En concreto, el crecimiento del numero de parados en febrero, es de 81% en
Málaga, 74% en Almería y del 70% en Granada, frente al 22% de Córdoba, en 26,6% de
Huelva y el 27% de Sevilla.
También corrobora esta conclusión, los datos más recientes de paro registrado que
ofrece el INEM:
Marco Conceptual
Según Santich (2004), el concepto de gastronomía es bastante escurridizo a la
hora de explicarlo y defi nirlo. En cambio, sí existe un consenso claro sobre el adjeti-
vo gastronómico al utilizarlo referido al carácter de la comida y bebida producida y
consumida en un país o región. Dicho adjetivo, gastronómico, también se utiliza en
expresiones como “turismo gastronómico” (véase epígrafe 1.6) y “especialidades gas-
tronómicas”.
Respecto al sustantivo, gastronomía, la mayoría de los diccionarios la defi nen en
términos del arte-ciencia de la buena-delicada comida, entendiendo por arte o cien-
cia las habilidades y conocimientos. Remontándonos a los inicios del término, en el
siglo cuarto antes de Cristo, Archestratus escribió en Sicilia el primer tratado sobre
gastronomía, aunque los pocos fragmentos que se conservan del libro datan del siglo
segundo después de Cristo. En este tratado, ya se relacionaba esta práctica con el
turismo, dado que se hacía referencia a lo que había que comer en cada lugar que se
visitara. Lo cierto es que dos mil años después, el término sigue fuertemente vincu-
lado al turismo, dando lugar al ya mencionado “turismo gastronómico”. En la era en
que los nuevos medios audiovisuales han creado turistas de butaca, que pueden ver
las bellezas de cualquier ciudad o museo del mundo en la pantalla de su televisor o
de su ordenador, la única forma de poder probar la mayoría de las gastronomías del
mundo sigue siendo a través de los viajes, por muy cosmopolita que sea la ciudad en
la que se vive.
Posteriormente, el término “gastronomía” desapareció de la cultura occidental
hasta que volvió con fuerza en la Francia del siglo XIX y, a partir de ese momento, se
convirtió en un elemento más asociado a lo que se entiende por una refi nada vida
social. Según Hegarty & 0´Mahony (2001), el hombre, esencialmente, no necesita co-
cinar para vivir, pero si lo hace es por la sofi sticación implícita en todas las actividades
humanas y que nos separan de las bestias. De esta forma, el fuego y el cocinar son
símbolos básicos de nuestra cultura que nos separan de la naturaleza. Incluso algunos
autores llegan más lejos y consideran que el grado de sofi sticación de la gastronomía
es un rasgo diferenciador de la las distintas culturas. La gastronomía se convierte, de
esta forma, en una artesanía y expresión de la cultura de su entorno.
Actualmente, la Gastronomía como disciplina, aunque sigue teniendo al comer y
al beber como su núcleo duro, ha extendido su alcance al estudio de la preparación y
producción de la comida y de la bebida y el cómo, dónde y cuándo debe ser consu-
mida. De esta forma, queda relacionada estrechamente con aspectos sociales, cultu-
rales e históricos del comer y del beber, agrupando el estudio de las distintas cocinas,
restaurantes, la elección del vino en la comida y el turismo gastronómico. Diversas
Universidades, entre las que se incluyen la de Boston o Bolonia, han introducido pro-
gramas en Gastronomía. En el caso de la Universidad de Sevilla, cabe destacar los
diferentes cursos de extensión Universitaria sobre la cata de vino, que con éxito de
aceptación se han desarrollado en los últimos años. Este hecho, unido a los numerosos
cursos para afi cionados a la gastronomía y de cata de vino que se suelen realizar en
restaurantes (por ejemplo la Taberna de Alabardero) o en tiendas y clubes del gourmet
en nuestra ciudad, nos demuestran que existe una demanda creciente en Sevilla hacia
el conocimiento gastronómico. En el epígrafe 4.2 se ofrece una visión más amplia de
las actividades que ofertan las escuelas de Hostelería de Sevilla.
Finalmente, los restaurantes, en su actividad diaria, deben ser profesores de gas-
tronomía. La carta, sobre todo la que se coloca de cara al exterior del establecimiento,
puede incluir referencias gastronómicas sobre la elaboración de los platos o la historia
de los mismos. El camarero puede realizar la misma función directamente sobre los
clientes y, por tanto, debe contar con la sufi ciente información, siendo imperdonable
que, ante preguntas básicas del cliente, sobre cómo está cocinado determinado plato
o tapa, éste no sepa responder. En defi nitiva, el restaurante y sus distintos empleados
deben ser agentes activos en la formación gastronómica del cliente, lo que reportará
benefi cios directos al establecimiento como la fi delización del cliente, e indirectos so-
bre el sector, ya que aumentará la percepción positiva que de la restauración tenga la
sociedad sevillana.
Según Barrington & Olsen (1987), cuando una persona decide salir a comer, su
experiencia consta de tres etapas que por orden son:
a) Anticipación.
b) La experiencia real del servicio.
c) El residuo.
A continuación, citamos los factores que determinan estas etapas para, posterior-
mente, detenernos a analizar con detalle algunos de ellos en los epígrafes siguientes.
a) Anticipación. Entre los factores que infl uyen en la fase de anticipación des-
tacan la relación calidad-precio (cada vez más importante), la estimación del
coste de la consumición (véanse epígrafes 2.5 y 2.6), la función de utilidad del
consumidor, el nivel emocional de la persona, el tipo de ocasión que sea, el
riesgo, sobre todo si es la primera vez que acude a ese restaurante, y la propia
experiencia del consumidor, tanto en el establecimiento donde al fi nal acabará
comiendo como en otros similares (para estos últimos factores, véase epígrafe
2.1).
b) La experiencia real del servicio. Esta experiencia surge de la interacción de
cuatro conceptos diferentes.
En primer lugar, están los “componentes del producto llamado servicio”, entre
los que se encuentran los elementos físicos, que van desde la decoración, hasta
la vajilla pasando por la iluminación, la experiencia psicológica, donde la prime-
ra impresión que tenga el cliente, en el caso de que sea muy mala, puede que
sea la última y, fi nalmente, la percepción sensorial, ya que el servicio ofertado
al cliente debe alimentar los cinco sentidos del mismo.
En segundo lugar, encontramos las “características del producto servicio”, como
su carácter temporal, intangible o su sometimiento a las fl uctuaciones de la de-
manda (véase epígrafe 2.4.1).
En tercer lugar, estarían “las dinámicas del servicio”, como los cambios demo-
gráfi cos o el aumento de la importancia de la relación calidad-precio (véase
epígrafe 2.4.3.). Finalmente, el “marco de trabajo o repertorio de servicios”, en el que se
encon-
traría un repertorio de respuestas, como su propio nombre indica, que tendría
el trabajador del establecimiento para hacer frente a la interacción con el clien-
te (véase epígrafe 2.4.3).
c) El residuo. La tercera y última etapa de la experiencia del servicio sería el re-
siduo, es decir, una vez abandonado el establecimiento, cual es la valoración
mental que de la experiencia realiza el cliente. Si ha acudido al restaurante en
grupo, generalmente, la experiencia se valorará también en grupo. En caso de
que la experiencia haya sido negativa, es posible incluso que se agrave con el
tiempo a medida que el cliente la recuerde (véanse epígrafes 2.7 y 2.8).
No cabe duda de que el sector de la restauración debe tener un papel protagonista en la
superación de los errores que el mundo desarrollado viene cometiendo en el ámbito
nutritivo. Si alguien debe estar a la vanguardia, si alguien debe liderar el cambio hacia
una nutrición racional, ése debe ser el sector de la restauración. Pero además,
su prestigio, su influencia social y hasta su capacidad pedagógica le obligan a situarse
como pioneros en esta superación de mitos y desinformación.
Lejos de cualquier tipo de fundamentalismo, pero lejos también de prejuicios dietéticos,
parece inevitable que las empresas restauradoras comiencen a ofrecer un nuevo
producto: la cocina saludable, que ofrezca los mejores productos para la salud de sus
clientes, sin olvidar la dimensión hedonista y la realidad de ser en sí misma un factor
cultural. El hombre y la mujer de negocios, el turista, el profesional o el político que se
ven obligados a asiduas comidas en centros de restauración debe tener la oportunidad de
elegir en este sentido: ¿ternera de Ávila o ternera ecológica de Ávila?, ¿proteínas
animales o proteínas vegetales?, ¿o por qué no un menú especial anticolesterol?.
Existe la preocupación social y de una manera imparable crece la conciencia del
consumidor en cuanto a la demanda de productos saludables y con un mínimo impacto
medioambiental.
De aquí nace el Restaurante Aire Fresco, con una nueva filosofía: la nutrición
inteligente. Ofrecemos al cliente una nueva forma de disfrutar la comida, fusionando las
nuevas tendencias alimentarias; macrobiótica, productos de la tierra, alimentos
ecológicos, funcionales, nutracéuticos puesto al servicio de la cocina de vanguardia,
innovadora en sus técnicas de cocinado y donde por supuesto se privilegia la excelencia
en el servicio en un ambiente minimalista y ecléctico.
Veinticinco siglos después de la famosa frase de Hipócrates, "Que tu alimento sea tu
medicina y tu medicina sea tu alimento" nuestro restaurante consigue renovar esta
tradición y emplearla como línea a seguir en la ejecución de nuestros proyectos, pero por
supuesto sin perder de vista la satisfacción del cliente que busca ante todo placer para su
paladar.