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Capitulo IV

La desaparición del Libro de las Artes Prohibidas


Lian comenzó a trazar un circulo en el suelo con un poco de esencia de las
rosas que trajo Pyro. Duner y el ave la observaban fijamente sin perder de
vista ningún detalle ni movimiento que hiciera la hechicera.
-¿Qué haces? – preguntó Duner.
-Un circulo de hechizos, con el puedo realizar sin ninguna complicación
cualquier hechizo que me deba hacer, además de que sirve como protección,
si algo llegara a suceder en nuestra ausencia este lugar permanecerá intacto,
la esencia de rosas es uno de los mejores materiales que se pueden utilizar
en cualquier hechizo, es por eso que la Espada de las Rosas.- contestó sin
dejar de trabajar en el circulo.
Duner se puso en pie y se le acercó.
-¿ Necesitas ayuda?- Dijo
-No, gracias por preguntar, lo siento pero esto es algo que solo los hechiceros
podemos hacer, si alguien mas interfiere algo podría salir mal, listo, he
terminado. Si estas listo partiremos de inmediato. – respondió Lian.
-Pyro y yo estamos listos, así que vamos.- Dijo Duner.-Bien, Pyro colócate en
el hombro de Duner.- el ave obedeció el mandato de Lian quien prosiguió
tomando ambas manos de Duner diciendo:
-Sujétense fuerte, será un viaje pesado.- Duner sujetó fuertemente las manos
de Lian.
Lian pronunció un hechizo silencioso mientras una niebla rosa surgía del
suelo cubriéndolos, luego de esto desaparecieron.
Durante unos instantes Duner miraba como pasaban miles de personas y
objetos rápidamente a su lado, amanecía y oscurecía en un parpadeo y el
ruido de conversaciones era casi ensordecedor.
Aparecieron repentinamente en la misma cueva, Duner miró hacia todos
lados y sorprendido dijo:
-¿Qué sucedió?, estamos en el mismo lugar.-
Lian sonrió y contesto:
-No es así, la cueva no cambio en nada durante todo este tiempo gracias al
poder de la espada, vamos hacia fuera de la cueva y comprobémoslo.-
Se dirigieron hacia la salida y vieron todo nublado.
-Debemos bajar- dijo Lian.
-No hay problema, Pyro nos bajará.- Dijo Duner con una sonrisa y
sujetándola con su brazo izquierdo, Pyro alzo vuelo y Duner tomo sus patas
con el brazo derecho.
Pyro los elevó y avanzo hacia delante para iniciar el descenso, lentamente
fue bajando por la montaña sin que en el se pudiera ver gesto alguno de
sentirse cansado. Luego de unos minutos llegaron al suelo, Duner soltó a
Pyro y luego a Lian
-Caminemos hacia ese pueblo. – Dijo Lian señalando hacia el frente a una
pequeña aldea.
Caminaron durante varias horas y al llegar al pueblo Lian se dirigió
inmediatamente hacia la casa del anciano del pueblo. Tocaron a la puerta de
una casa hecha de madera, de construcción sencilla. Así como las demás
casas de la aldea. Un anciano abrió la puerta, se miraba de avanzada edad
pero con el vigor y fuerza de un joven de dieciocho años.
-¿Qué desean jóvenes viajeros?- pregunto el anciano.
-Buenas tardes señor.- Dijo Lian
-Como usted lo ha dicho, somos viajeros, mi compañero se llama Duner, y su
mascota que descansa sobre su hombro es Pyro, mi nombre es Lian.
Estamos en busca de un lugar para poder entrenar, y nos preguntábamos si
usted nos puede recomendar algún sitio.-
El anciano permaneció en silencio por unos instantes.
Los tres lo observaron fijamente, de pronto dijo.
- Sus corazones son puros y libre de maldad, síganme. Aquí en mi casa
existe un sitio que les será muy útil. -
Avanzó hacia la puerta que aparentaba estar cerrada desde hacia mucho
tiempo. Un trozo de madera que servía de seguro estaba fuertemente sujeto
a ella. El anciano lo quito con mucha facilidad y abrió la puerta. Al ver el
interior los quedaron perplejos. Era reluciente se encontraba vacía y sus
paredes eran blancas como la nieve. Pero por mas que buscaron la
habitación parecía no tener fin, a medida que entraban las pareces se
alejaban y de inmediato entendieron que no tenia fin.
-¿Qué sucede aquí? – dijo Duner. – este parece ser interminable.-
-Bienvenidos a la puerta de la eternidad, esta puerta es un portal a otro
mundo, en este lugar serán capaces de manejar el tiempo a su gusto, pero
solo será dentro de la habitación, aunque parchea que permanezcan años
aquí no envejecerán, y todo lo que obtengan de permanecer en este lugar se
reflejará tanto dentro como fuera de este lugar. – Dijo con orgullo el anciano.
- Es por eso que usted se ve en tan buena forma señor, se ve que usted ha
entrenado mucho aquí. – Dijo Lian.
-Así es mi joven amiga es por eso que me mantengo en tan buena forma,
adelante, pueden utilizar la recamara todo lo que deseen- le dijo con una
sonrisa el anciano.
-Y lo mas importante, aunque permanezcan miles de años dentro de este
lugar, solo habrá pasado un dia, y eso no es todo, no importa el tiempo que
pasen ahí no envejeceran. Ustedes son tres, es el numero ideal para entrenar
en grupos. Un joven guerrero, una hechicera y un ave fénix. No recuerdo
cuando fue la ultima vez que un grupo así estuvo aquí.- añadió el anciano.
-¿Yo un guerrero?- interrumpió Duner.
-Si- dijo el anciano – Lo traes en la sangre, lo puedo percibir en ti, eres un
guerrero, fuerte y noble, y el destino del mundo estará en tus manos, entrena
mucho, la presencia de tus amigos será indispensable.-
Duner se sorprendió al oír esas palabras, Lian se notaba tranquila, como si
las palabras del anciano no fueran algo nuevo para ella, Pyro aun estaba
sobre el hombro de Duner y no le quitó los ojos de encima al anciano.
-Y...- interrumpió Lian. - ¿Dónde podemos encontrar el Libro de las Artes
Prohibidas.-
El anciano cambio su semblante alegre a uno muy serio.
-Esa información no te la puedo proporcionar. Esta prohibido para nosotros,
pero si vas al final del pueblo veras una casa sobre una loma, en ese lugar
están todos los libros del pueblo, su historia y todo lo que sirve para guiarnos.
Estoy seguro que obtendrás la información que deseas ahí.
-Gracias.- Respondió Lian. –Iremos enseguida a ese lugar.-
-Tengan cuidado, hace mucho tiempo que nadie entra a ese lugar, un aura
oscura lo ha rodeado desde hace un tiempo. – Advirtió el anciano.
Los tres salieron de la casa se dirigieron al lugar que les indico el anciano.
-No te distraigas Duner, ni por un instante, no se que es lo que
encontraremos en ese lugar.– Dijo Lian. - Quiero que estés listo, no debes de
arriesgar tu vida, pase lo que pase-
-Lo juro, pero también te juro que no permitiré que nada te suceda a Ti. Dijo
Duner.
Lian sonrió y continuaron su camino. Luego de salir del pueblo vieron a lo
lejos una casa como la que el anciano les describió, estaba rodeada por una
intensa niebla oscura y el aura que desprendía era aterradora. Pyro se
incomodó y Duner trato de calmarlo hablándole:
-Calma amigo, todo esta bien.-
Entraron a la casa y vieron el libro sobre una plataforma, Lian se acerco al
libro y una sombra se cruzó en su camino haciéndola retroceder.
-Detente- Gritó Lian
El libro desaprecio y una fuerza que provino de la nada los expulso de aquel
lugar. Lian cayo inconsciente. Duner aun en el suelo la vio y pensó lo peor, la
sombra tomo la figura de un hombre con una casaca de color negro y se
puso frente a el, se puso en pie al instante y se arrojo contra el, pero la
misma fuerza lo arrojo hacia atrás cayendo al lado de Lian.
-Detente, aun no termino contigo – grito Duner intentando ponerse en pie.
La figura desapareció y Duner de inmediato se puso en pie como pudo y
tomo a Lian.
-Lian!!!! Lian!!!! Por favor responde – Dijo Duner desesperado
-No... No te preocupes.... estoy bien. – contestó Lian antes de quedar
inconsciente de nuevo.
Duner sintió cierto alivio al saber que aun continuaba con vida. Termino de
levantarla del suelo y regresó por el camino de donde vinieron, hacia la casa
del anciano, tras ellos Pyro volaba lentamente y bajo. Al mismo tiempo que la
noche comenzaba a caer.

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