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SERVICIO A LA CIUDADANÍA
Los voluntarios sociales son los líderes sociales del presente y del futuro de las
sociedades avanzadas. Por ello, la formación de dichos agentes sociales es de una
importancia capital. La formación que debe recibir el voluntario social está relacionada
con la preparación para dicho trabajo, y emerge esta necesidad social de modo
apremiante. La sociedad necesita líderes sociales formados, que puedan ejercer el
voluntariado social con calidad y espíritu de profesionalidad. Y, esto es así, porque un
Estado de Derecho pone en práctica el postulado de toda democracia: formar una
sociedad de ciudadanos libres que trabajen conjuntamente para el bien común. La
libertad juega en la cancha de la verdad antropológica profunda que conviene a los
hombres y las mujeres.
La emergencia de esta necesidad social quizá sea la variable independiente que llevó
en su momento a la
Asamblea General del Voluntariado celebrada en 1985, a la declaración del 5 de
diciembre como el día Internacional del Voluntariado. El desarrollo de las
organizaciones de voluntarios ha ido creciendo en número hasta llegar a mas de 11.000
ONG´s las existentes.
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tanto la intuición empírica es real en muchos casos. La percepción no es solo del
“mundo interior” sino también el “mundo exterior” como pone en evidencia la ciencia
moderna.
La física está frontalmente en desacuerdo con la clausura del “mundo exterior” que
formuló el decreto kantiano aludido, clausura que lo ha sido obviamente de la
trascendencia ontológica que habita en el “mundo exterior”, donde justamente se
encuentran los valores universales y permanentes, más allá de los que son propios al
contexto histórico y cultural. ¿Cómo se ha producido este reduccionismo antropológico,
y en consecuencia de los valores humanos y sociales?
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mayoría de las ocasiones la “herramienta” de la formación permanente del ciudadano
como medio principal para la resolución de los problemas humanos y sociales.
La crisis del modelo de Estado del bienestar, que mejor sería llamar del malestar, a
consecuencia de sus reduccionismos, demanda a la formación del ciudadano ir no solo
al desarrollo de competencias sino a la “raíz” de los problemas. Los parámetros de la
organización personal y social deben ser acordes con la naturaleza humana, y está debe
ser entendida no solo en su sentido material. Cuando la persona o la organización no
tienen en cuenta los parámetros antropológicos de la vida humana y social, los
problemas se multiplican. Estos parámetros existen, y los voluntarios han de
reconocerlos de forma reflexiva. Resulta interesante comprobar que los estudios
paleoantropológicos, que muestran la aparición de la “especie homo” sobre la tierra, y
las formas de organización propias de la industria lítica, y los modos de organización
familiar, ya manifiestan en su origen, los parámetros propios de las formas primarias de
la vida social . El “homo antecesor”, en nuestro caso español, esta “especie elegida”, por
solo anotar un ejemplo, muestra que su cara es muy parecida a la nuestra, y sus formas
de alimentación muy cercanas a la dieta mediterránea.
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desencadenar el aprendizaje significativo, siempre claro está, habría que añadir que lo
anterior sea una creencia racionalmente fundada.
La experiencia religiosa, por otra parte, desde esta perspectiva inmanente, prima
sobre el proceso lógico discursivo de Dios. ¿Cómo se puede entender la trascendencia
de la inmanencia? Si como se afirma, desde posiciones de inmanencia moderna, el
“mundo exterior” no puede conocerse, no podría haber trascendencia ontológica alguna,
ni en cuanto al ser, ni en cuanto a Dios, ya que la primera es el “puente” que conduce a
la segunda. En algunos casos, según las experiencias personales, podría derivar incluso
hacia un integrismo negativo de intolerancia social. La formación del ciudadano exige
el respecto a las creencias de los demás.
Y, sin embargo, frente a esa “clausura del mundo exterior” en el que desarrolla su
actividad gran parte de la filosofía, la física señala de forma prácticamente unánime, que
las leyes físicas (en ese “mundo exterior”, que según la perspectiva idealista no puede
ser conocido sino como un cierto “fenómeno”) se cumplen puntualmente en todos los
sistemas inerciales de referencia. La relatividad física no es gnoseológica, la relatividad
física es respecto de la evaluación o contraste de la percepción humana, no acerca de su
posibilidad. La relatividad es física respecto de la capacidad de observación puntual.
El problema con el que los formadores sociales se enfrentan es muy grave ya que el
cambio actual supone, en numerosos ámbitos de “progreso” no solo la negación de
normas éticas universales, objetivas, por la razón del prejuicio kantiana acerca de la
naturaleza de la percepción, anteriormente señalado, sino que además en el “vuelco
cultural” que se nos propone se malinterpretan los principios básicos del pensar y del
actuar; más aun, la gravedad deriva de que no se reconocen las obviedades y se profesa
un “libertinaje de la verdad” (Fernández, A., 2003)
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prejuicio kantiano. La verdad es un “hallazgo”, no una “creación” arbitraria, tampoco es
una “invención”. El hombre no inventa la verdad sino que la descubre, puesto que a
diario se encuentra con la cruda realidad que le interroga (Fernández, A., 2003). La
respuesta del voluntario a esta cuestión no puede ser improvisada, ya que las
consecuencias para la felicidad del ciudadano son extraordinarias.
¿Qué perfil genérico debe tener el formador para ciudadanía? Consideramos que
algunos de los rasgos que deben definir el perfil del formador del ciudadano son los
siguientes:
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a) En primer lugar confianza en que el ser humano puede conocer la realidad del
“mundo exterior” en el que actúa. Aunque no todo es como parece sin embargo
la mayoría de las percepciones humanas, cuando se dan en un escenario
adecuado a su capacidad, son creencias o certezas fundadas racionalmente.
b) El formador de los ciudadanos ha de señalar en sus proyectos y programas
aspectos esenciales de la persona y la sociedad, es decir, acerca de la
esencialidad antropológica y social, lo que supone la trascendencia hacia el
“mundo exterior”.
c) Ha de tener o desarrollar la competencia para valorar la importancia de las
características psicológicas de la individualidad y el conocimiento fenoménico
de las ideas, es decir, quien es el ciudadano concreto.
d) Capacidad para establecer el proceso de formación de la conciencia y el
desarrollo de la creatividad.
e) La Inteligencia emocional como competencia del formador.
f) Conocimiento de la cultura y actitud de comprensión hacia la diversidad
cultural.
g) Aptitud para orientar, establecer y promocionar los criterios de respeto, libertad,
tolerancia y convivencia pacífica.
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A) La alfabetización funcional. Se consideró después de la II Guerra Mundial que
toda la población debería alcanzar la alfabetización, considerando básicamente en este
supuesto el dominio de la lectoescritura toda la población adulta. Las habilidades
básicas (basic skills) serían: leer comprensivamente cartas, instrucciones, y manuales;
símbolos, mapas y planos; manejar diferentes fuentes de información (bibliotecas,
bases de datos...); escribir cartas, notas y mensajes; completar documentos
preformateados, según concretó la ALBSU (Adult Literacy and Basic Skills Unit), un
organismo autónomo del National Institute of Adult Continuing Education (NIACE)
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b. El desarrollo sistemático de la tecnología de la información y la
comunicación.
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aprendizaje. Un denominador parece claro: la necesidad de la formación ética para
conducir el progreso hacia una sociedad más justa y libre.
d) En cuarto lugar, la educación permanente “no se puede olvidar que todos estos
cambios están produciendo importantes consecuencias sociales, que podemos calificar
de ambivalentes. Si, por una parte, el desarrollo y la utilización masiva de las
tecnologías avanzadas de la información tienden a permitir una vida personal y social
más rica, por otra llevan en sí mismas el germen de la exclusión social y de la creación
de nuevas desigualdades [6]. Como recordaba el Libro Blanco de la Comisión Europea
sobre Crecimiento, competitividad y empleo: los desafíos y caminos para adentrarse en
el siglo XXI, la introducción de las tecnologías de la información y la comunicación no
constituyen una historia de éxito asegurado (Comisión Europea, 1993). Se puede
constatar que la evolución del proceso -de la también llamada- sociedad de la
información “ ha planteado graves demandas relativas a la capacidad de adaptación de
las personas afectadas. Además, el riesgo de exclusión como resultado de una
insuficiencia cualificación de competencias o de habilidades, no puede subestimarse.
Esta llamada de atención, a la que se han sumado otros organismos, nos obliga a
considerar cuidadosamente los desafíos sociales que plantea la sociedad de la
información” [7]. La problemática es compleja desde el punto de vista de la formación,
por las carencias que la sociedad actualmente presenta. ¿Cómo dibujar al menos una
“geografía” de los principios y características de la realidad social? ¿cómo identificar
las potencialidades y carencias del aprendizaje actual y futuro que la educación a lo
largo de la vida, continua, tiene que abordar? El reto de la Educación para todos fue la
3
Delors, 1996, p. 194.
4
Montalvo, Op.Cit., p. 25.
5
OCDE, 1996; Eurydice, 2000.
6
Ibídem, p. 25.
7
MONTALVO CORREA, J. (2000) “La Formación Continua ante la sociedad de la
información: una agenda de trabajo, en La Formación Continua ante la Sociedad de la
Información (Santander: UIMP).
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escolarización primaria, ahora en el siglo XXI, en los países desarrollados es la
escolarización de la secundaria y terciaria. Y, en general, la formación continua.
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Los derechos y deberes del ciudadano ofrecen valores comunes del ciudadano y
respeto a las diferencias ideológicas, a las creencias religiosas creencias , y las minorías
étnicas. Se considera un derecho la objeción de conciencia del ciudadano. Otros valores
que deben ser objeto de formación por parte de los educadores sociales son: La
tolerancia y solidaridad, la formación para la participación democrática, y el derecho y
el deber de la formación y aprendizaje permanentes.
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marginación social, la alteración de comportamientos sociales, la falta de participación
en las actividades sociales y políticas, y el deterioro de la salud.
c)
La privación política está relacionada con la carencia de poder, la falta de participación
en las decisiones que afectan a su vida cotidiana, la ausencia de participación política y
escasa representatividad.
Según J. García Roca (1998), los procesos de exclusión social cuyos elementos
incluyen factores personales, subjetivos y psicológicos, se caracterizan por:
5. CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS
Los voluntarios sociales, como líderes sociales de nuestro tiempo, tienen que tener
competencia para planificar la formación del ciudadano. Las necesidades de formación
del ciudadano no satisfechas son la causa de la mayoría de los problemas sociales.
Necesidades que deben ser atendidas en toda la estructura antropológica de la vida
humana y social.
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e) La ciudadanía “ecológica” exige la preservación del medio ambiente, el acuerdo
del hombre con la naturaleza, una conciencia acrecentada de los valores del
medio ambiente y la importancia del desarrollo sostenible.
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BIBLIOGRAFÍA
FAURE et.al. (1973): Aprender a ser. La educación del futuro (Madrid, Alianza).
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LENGRAND, P. (1989) Educación permanente: evolución del concepto. en T.Usen y
T.N. Postlethwaite, Enciclopedia Internacional de Educación, Vol IV, pp. 1876-1880
(Madrid: Vicens – Vives).
UNESCO (1977) Actas de la Conferencia General. XIX Reunión. Nairobi 1976 (París:
UNESCO).
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