Está en la página 1de 3

EN BUSCA DE UN PASTOR

Por: José Luis Flores Martínez

Personajes:
Alex
Pastora Laura
Pastor Segundo
Pastor Torres
Angel

Nota: Alex es narrador y personaje.

Alex (Narrador): Fue un sueño de los más extraños de mi vida. Me encontraba en un


lugar donde no gobernaba espacio ni tiempo, donde resurgían intensamente mis pasadas
tribulaciones en la iglesia. Mi espíritu estaba ansioso, pronto descubriría el motivo. Se
me acercó una mujer. Esa silueta era reconocida. Hacia muchos años que no veía a la
pastora Laura y no me sentía muy contento de verla. Su presencia me brindaba recuerdos
de alegría, pero traían consigo desilusión. Esta mujer era pastora de jóvenes de la iglesia
en la cual yo había conocido al Señor, y mientras pensaba ella habló...

Pastora Laura: Dios te bendiga Alex.

Alex (Narrador): Callé ante su saludo.

Pastora Laura: Haces falta en nuestra iglesia, ahora comprendo que eres diferente al
resto de los jóvenes. Verdaderamente deseabas un encuentro con el Señor.
Alex (Personaje): (Llorando) Anhelaba que mi relación con Dios creciera en su iglesia,
pero sentía que usted me marginaba y no permitía que me desarrollara como líder.
Pastora Laura: Fueron las apariencias. Simplemente te juzgué por lo que vi, pero no
permití que mostrarás tu corazón.
Alex (Personaje): En aquel momento era nuevo creyente, quedé muy herido...Llegué a
pensar que Dios no me amaba, que me desechaba de su presencia. ¿Cuántos más sufrirán
lo mismo?

Alex (Narrador): La imagen de la pastora desvaneció ante mis últimas palabras. El


sentimiento de aquel día en que dejé esa iglesia me invadió. Recordé los meses de
rebeldía apartado de la iglesia en los que en ningún momento olvidé que mi vida estaba
unida a un ser supremo del cual nunca me podría apartar.
Mi viaje onírico continuó y me aproximé a una puerta la cual descubrí que era la puerta
de la próxima iglesia que asistí. Abrí la puerta y podía sentir el aroma característico de
ese templo. Ante mí estaba la congregación que tanto amé, el hermano Juan, la hermana
Ana, la familia Mendez, los niños. Parecía estar allí realmente, pero nadie me veía. Tras
de mí sentía el aliento de una persona quien podía reconocer. Al darme vuelta era quien
yo imaginaba, el pastor. El pastor Segundo era un hombre muy firme en sus creencias y
muy poco desafiado. Siempre fue difícil hablar con el, ya que siempre quería tener la
razón.

Pastor Segundo: ¿Por qué has regresado? ¿Te diste cuenta que donde quiera que vayas
sucederá lo mismo?
Alex (Personaje): (Agitado) Me hubiera gustado permanecer aquí, amo a esta
congregación, pero usted nunca quiere escuchar. La opinión de los jóvenes nunca le ha
interesado.
Pastor Segundo: Ustedes nunca se han querido someter al Señor, ni al pastor. Si no hay
sometimiento no hay nada.
Alex (Personaje): ¿Qué más tenemos que hacer, dejar de ser jóvenes?
Pastor Segundo: Analiza quien tiene el problema.
Alex (Personaje): (Angustiado) Yo no soy el problema, yo no soy el problema (repite
varias veces mientras el templo desaparece y se encuentra frente a la casa de su tercer
pastor)

Alex (Narrador): Mi corazón latía rápidamente cuando me encontré frente a la casa de


mi pastor actual. El pastor Torres nunca ha tenido tiempo para mí, ni en mis alegrías, ni
en mis tristezas. Consideré que este sueño era una ocasión especial para hablar de todo lo
que había transcurrido y decidí llamar. Después de llamar varias ocasiones, el pastor
abrió la puerta.

Pastor Torres: (molesto) Alex, ¿qué haces aquí a estas horas?, estas son horas de estar
durmiendo.
Alex (Personaje): Me gustaría compartir algo con usted.
Pastor Torres: Es muy tarde muchacho, ¿por qué no hablamos mañana?
Alex (Personaje): No pastor, yo necesito hablar hoy. Si vengo mañana también me dirá
que no puede. Usted es la más persona más ocupada del mundo.
Pastor Torres: Lo siento, pero te estoy dando opciones. Hasta mañana Alex. (El pastor
cierra la puerta)

Alex (Narrador): Un gran pesar cubrió mi ser al cerrarse esa puerta, y mientras
desvanecía ese escenario, lágrimas bajaban de mis ojos. Lloré tanto que me sentía tonto y
no quería que nadie me viera, pero al levantar mi rostro vi un angel. Sequé mis lágrimas
lo más rápido que pude y dirigí mi vista a aquel ser.

Angel: ¿Por qué lloras?


Alex (Personaje): ¿Acaso no lo deberías saber?
Angel: ¿No querías hablar con alguien?
Alex (Personaje): (Recapacitando) Perdona mi imprudencia. Lloro porque nunca he
tenido un buen pastor. Cada vez que pongo mi confianza en uno, terminan haciéndome
daño. Dios conoce mi corazón. Primero la pastora Laura impide mi crecimiento en el
Señor cuando vivía ese primer amor con el evangelio. Ella fue injusta.
Angel: Dios sabe que tu corazón era sincero, pero a veces el permite situaciones para
probar tu fe.
Alex (Personaje): ¿Y qué del pastor Segundo? Basado en sus acciones parece que no
cree que los jóvenes son parte del cuerpo de Cristo. Yo se que es real lo que siento. El fue
injusto.
Angel: Los jóvenes son muy importantes para el Señor. La palabra dice: “ninguno tenga
en poco tu juventud, sino se ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe,
espíritu y pureza.” ¿estás bien en todas?
Alex (Personaje): (Muy angustiado) Y mi pastor presente, el pastor Torres, nunca tiene
tiempo para atender su rebaño. Me hace pensar que no le interesamos. ¿No se supone que
el pastor debe estar vigilante de sus ovejas en todo momento?
Angel: Tienes razón, a cada pastor se le pedirá cuenta de sus ovejas. El que no vela el
bienestar de su rebaño no está cumpliendo su mandato.
Alex (Personaje): (Emocionado) ¡Ve que tengo razón!
Angel: Todo lo que dices es cierto, pero, ¿has mirado tus faltas?
Alex (Personaje): He hecho las cosas bien.
Angel: En algo siempre has fallado. Has puesto tu vista en los hombres y has dejado que
el pecado de otros afecte tu relación con Dios.
Alex (Personaje): (Toma un fuerte respiro)
Angel: Los pastores son recursos que el Señor ha escogido para guiar su pueblo. Ellos
fallan porque son humanos.
Alex (Personaje): ¿Cómo confiar si ningún pastor es perfecto?
Angel: Las escrituras dicen que Jesús es el buen pastor, que da su vida por las ovejas. El
es perfecto, y El ve la obra perfeccionada en cada uno de nosotros. Pon tu mirada en El y
no en los hombres, y trata de ver la obra como El la ve. Mientras seas parte de esa carne
sometete a tu pastor y no juzgues sus defectos, sino ora para que Dios trabaje en el y
pueda terminar esa encomienda que Dios le ha dado. No olvides el pastor de pastores
nunca te fallará.

Alex (Narrador): Con esas últimas palabras de aliento, desperté de ese sueño con
fuerzas nuevas y un gozo incomparable, al reconocer que hay un pastor perfecto en mi
vida llamado Jesucristo. Algún día El será mi guía absoluto por la eternidad.

También podría gustarte