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Los ros

En muchas obras literarias se habla con asco de la miccin; sin embargo, una multitud de autores lo superan y se refieren a la lluvia dorada como eso, lluvia dorada. Tales son los casos de dos escritores. El primero es el divino marqus, que en Julieta, los malandrines y sus pcoras beben a la par el oro lquido que la protagonista deposita en el odre. Eso puede ocasionar resquemor, pero no olvidemos, al margen de la perversidad de Sade, que existe una terapia que utiliza como panacea del enfermo sus propios orines. El segundo autor es Neruda, el hombre de la Isla Negra, que en su poema El tango del viudo canta lleno de urgente nostalgia:
Y por orte orinar, en la oscuridad, en el fondo de la casa, como vertiendo una miel delgada, trmula, argentina, obstinada, cuntas veces entregara este coro de sombras que poseo...

De este dstico de autores se desprende una ancdota narrada por mi maestro Andrs de Luna, que es la siguiente: Alfred Hitchcock est sentado en el interior de un tren, espera distrado a que el convoy parta, observa por la ventanilla a una pareja estrechamente abrazada. El hombre es un soldado que parte a la guerra, ella se quedar sola. Pasa el tiempo y el abrazo no cesa, ni siquiera por la mancha oscura que avanza por los pantalones del soldado hasta lograr el piso en un charco amarillo. El rey del suspenso queda conmovido y piensa en llevar esa escena a su trabajo cinematogrfico, pero recapacita y concluye que, para el pblico del sueo americano, ese acto de amor sera demasiado. Como sea, hay opiniones variopintas como individuos; luego entonces, quirase o no, los que padecemos diabetes, estamos estigmatizados por la miccin. La etimologa de la enfermedad es precisamente: a travs de la orina. Por ella, como bien dice otro poeta ms, ms antiguo que los ya citados, don Jorge Manrique, en las coplas a la muerte de su padre, y que nos sirven para apuntalar mediante la parfrasis, lo que va no slo para los convocados por el azcar, sino para todos
Nuestras vidas son los ros dorados que van a dar en la mar que es el morir... Alegrmonos entonces.

Ral Parra,Los ros, en Prrafos, parrafitos y unas crnicas.

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