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El Sue o de Zapatero Mart N
El Sue o de Zapatero Mart N
Qued dormido con estos pensamientos hasta que le despert una voz:
Al da siguiente el buen zapatero estaba inquieto porque esperaba la visita del Seor.
A travs del ventanuco que daba a la calle vio los pies del anciano Stepanich que paleaba la nieve.
Martn golpe la ventana con los dedos y lo hizo entrar para que se calentara y bebiera un poco de t.
Era ya medioda cuando dio comida y ropa a una forastera desaliada que llevaba a su beb en brazos.
La pobre mujer rompi a llorar cuando aquel anciano al que no conoca de nada le ofreci tambin su propio capote y unas monedas.
Martn vio cmo un nio harapiento robaba a una anciana una manzana de su cesto.
Te vi robar la manzana.
Mereca que lo azotaran para que se acordara toda una semana contest la anciana. Abuela, abuela. Eso es lo que queremos nosotros.
No lo que quiere Dios.
Si debemos azotarlo por robar una manzana... qu mereceremos nosotros por nuestros pecados?
Y el nio se ofreci ayudarla a llevar el saco porque iba por el mismo camino.
Martn regres a su zapatera y termin el trabajo del da, y al volver a abrir su Biblia crey or rumor de pasos en el oscuro rincn.
Y del rincn sali Stepanich que le sonri y se disip como una nube.
Y de la oscuridad, surgi la mujer con el nio que tambin se desvaneci en las sombras.
Soy yo volvi a or
Y Martn comprendi que el Salvador le haba visitado tres veces ese da.
Entonces dir el Rey a los de su derecha: "Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creacin del mundo.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la crcel, y vinisteis a verme."
Entonces los justos le respondern: "Seor, cundo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? Cundo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? Cundo te vimos enfermo o en la crcel, y fuimos a verte?"
Y el Rey les dir: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos mos ms pequeos, a m me lo hicisteis."
Mateo 25, 34-40