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Sociedad de Instruccin Primaria Departamento Pedaggico

Comprensin de Lectura 3 Bsico El viejo y el mar.

Era un viejo que pescaba solo en su bote y haca ochenta y cuatro das que no capturaba un pez. Hasta que un da prepar su embarcacin y comenz a remar y a separarse de la costa. Prepar los cebos y los ech al agua. Algn tiempo ms tarde, un de los sedales se estir y comenz a sumergirse con rapidez. El viejo era feliz al sentir el movimiento del cordel que se hunda en las aguas. -Qu pez! exclam-. Segn la fuerza que hace, debe ser enorme. El sedal continuaba deslizndosele entre los dedos; pens que ya era el momento de luchar. -Ahora!- grit, al mismo tiempo que tiraba con ambas manos del cordel. Consigui ganar unos metros, pero la resistencia que ofreca el pez era excesiva y el viejo se detuvo para evitar que el sedal se rompiera. El pez segua movindose y arrastraba el bote hacia el noroeste. Esto lo matar pens-. Tendr que parar alguna vez. Sin embargo, despus de cuatro horas, el pez continuaba remolcando la barca. Durante toda la noche el pez no cambio su rumbo. El viejo durmi unas horas con el sedal enrollado en su cuerpo y so con leones marinos que descendan a la playa. Los admiraba y se senta feliz. Lo despert el roce del cordel y comprendi que el pez suba. A los pocos instantes lo vio aparecer en la superficie, dar un brinco y volver a caer pesadamente en el agua. Pronto comenz a girar alrededor de la barca, lo que significaba que perda sus fuerzas. Durante varias horas trat de obligarle a dar crculos cada vez ms pequeos, pero el pescador se notaba agotado y tema desmayarse en cualquier momento. -Tengo que resistir- deca entre dientes. Cuando consigui ver el pez de cerca, se qued admirado de su tamao. Jams haba visto animal ms grande. Senta que se le iba la cabeza y realizaba esfuerzos para no desfallecer. Ya se encontraba cerca de la playa. Alz la caa tan alto como pudo, flash!. El pez levant grandes remolinos de agua y dio varios saltos. Empleando sus ltimas energas, el viejo amarr el pez al costado del bote y puso proa hacia tierra. Caa la noche, pero el viejo no necesitaba luz para orientarse. Ernest Hemingway. El viejo y el mar. (Adaptacin)

Portal Educando Juntos Revisin Noviembre, 2006

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