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Resumen.

Un relleno sanitario húmedo (RSH) es el sitio de disposición final de residuos sólidos (RS)
urbanos, los que no se deshidrataron. La función del RSH desde la perspectiva de la
ingeniería ambiental es controlar las condiciones físicas, químicas y biológicas de la
descomposición aerobia/anaeróbica de los orgánicos de los RS.
Un RSH es básicamente una depresión en un terreno, cuyo fondo se cubre con una
membrana constituida por polietileno de alta densidad (PEAD), con una o más capas de
arcilla, para favorecer que los productos de la descomposición orgánica de los RS, se
conduzcan a un sistema de tubería que colecta los lixiviados y gases, para transportar por
gravedad los líquidos desde la superficie al fondo del RSH, luego esos lixiviados deben
enviarse a una planta tratamiento para su eliminación.
Los gases se transportan por una red de conducción para su evacuación, mientras que los
RS se cubren con una capa de arcilla que reduce el volumen de los lixiviados por
compartimiento, se cubren con otra capa de arena ó de suelo permeable y otra adicional de
suelo fértil.
El objetivo de esta breve revisión es mostrar la evidencia del impacto negativo de los
productos derivados de los RS en los RSH, sobre la salud humana, que no cumplen con un
manejo integral de RS, por ello se recomienda evitar su construcción.
Palabras clave: contaminación ambiental, calidad de vida, gestión integral residuos sólidos.
I. Introducción
Compuesto

Efecto negativo en:

Benceno

Sistema inmunológico y gastrointestinal, en células de la sangre, alergias, irritación en ojos y la piel;


probable cancerígeno y teratogénico.

Cloroformo

Sistema nervioso central y gastrointestinal, hígado, embriotóxico e irritación en ojos, piel, riñón, probable
cancerígeno y teratogénico.

1-1-dicloroetano

Sistema nervioso central, hígado, riñón, embriotóxico.

Etilbenceno

Sistema nervioso central, respiratorio, riñón, hígado, ojos y piel.

Cloruro de

Metileno

Sistema nervioso central, respiratorio y cardiovascular, en sangre, irritación en piel y ojos, probable
cancerígeno.

Tetracloroetileno

Sistema nervioso central, respiratorio, riñones, hígado, ojos, embriotóxico, probable cancerígeno.

Tolueno

Sistema nervioso central y respiratorio, riñón, hígado, irritación de piel, ojos, alergias, posible cancerígeno.

Tricloroetileno
Sistema nervioso central, cardiovascular, respiratorio, riñones e hígado, células de sangre, irritación de
piel, ojos, alergias, posible cancerígeno y teratogénico.

1,1,2-tricloroetileno

Sistema nervioso central, respiratorio, hígado, riñón, irritación en ojos y piel, cancerígeno.

Cloruro de vinilo

Sistema nervioso central, en hígado y riñón, irritación en ojos, piel, en células de sangre, cancerígeno,
posible teratogénico.

Xileno
Sistema nervioso central, respiratorio, cardiovascular; en hígado y riñón, irritación en ojos.

Minerales cancerígenos

Aunque afortunadamente son relativamente pocos, uno de ellos, o más bien una familia,
el asbesto, está muy difundido. El mas peligroso es el llamado "asbesto azul" o
crocidolita, pero ningún componente de la familia está exento de riesgos. El peligro está
en el paso a los pulmones de fibras diminutas de estos minerales, producidas en la
extracción o limpieza de ejemplares. Cuanto más pequeñas son las fibras, mas
peligrosas resultan. En consecuencia deben adoptarse precauciones, evitando procesos
como el serrado de piedras en seco, o utilizando mascarillas en trabajos en minas en las
que esté presente este mineral. Debe tenerse en cuenta la existencia de asbesto
"invisible", por ejemplo en ejemplares de serpentina, incluso en los de calidad de talla.
Es preferible que los piroxenos y anfiboles fibrosos (del tipo de la bisolita) estén en
cajas cerradas. Un material peligroso, que debe manejarse con cuidado, es la
magnesioriebeckita que acompaña a los cuarzos azules de algunas ofitas, Dentro del
urazo es obviamente inofensiva, pero cuando forma masas fibrosas deben extremarse las
precauciones. Los ejemplares con este material deberían conservarse en recipientes
cerrados, para evital la liberación de partículas al aire.

La carcinogenicidad de los silicatos depende en gran parte de las carecterísticas físicas de las
fibras, de tal forma que otros silicatos también pueden ser peligrosos. La erionita, una zeolita,
es también carcinógena por inhalación, y consecuentemente debe manejarse con cuidado. En
algunas zonas de Turquía se producen muchos casos de mesotelioma por la presencia de esta
zeolita en el suelo, y el uso para el recubrimiento de paredes de materiales que la contienen.
No existen evidencias de que otras zeolitas fibrosas también lo sean, pero aún así, es razonable
tener un poco de cuidado con ellas. Gran parte de los silicatos fibrosos menos comunes no se
han estudiado en absoluto.

En general, respirar polvo de cualquier mineral puede resultar muy nocivo para la salud. En las
minas en activo se toman usualmente las precauciones adecuadas, que deben extrapolarse a
las actividades de recolección de minerales en minas abandonadas, escombreras, etc., y a la
preparación y manipulación de los ejemplares.

Algunos derivados de metales como el cromo o el níquel se consideran como factores de


riesgo de cáncer en toxicología industrial. Sin embargo, en el caso de ejemplares
mineralógicos, las especies comunes son extremadamente insolubles o no están en el estado
químico necesario, mientras que las que podrían ser cancerígenas (por ejemplo, la lopezita)
son sumamente raras.

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