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Es un programa que surge de la práctica en casa y que te permitirá adaptarlo a tu realidad personal.

Es posible y recomendable enseñar a leer a nuestro hijo en casa a partir de los dos años de
edad. -Por qué hacerlo? -Acaso no les enseñan ya en el colegio?. Desde luego que a los
niños les enseñan a leer en la escuela, pero en casa podemos hacerlo y disfrutar juntos de
la maravillosa experiencia de descubrir el mundo de la lectura, de los cuentos, de los libros
y de la autonomía personal tan amplia que le regalamos al niño a través de su acceso a la
lectura. Con un poco de tiempo diario de trabajo, un material sencillo y asequible y grandes
dosis de entusiasmo podemos conducir a nuestro hijo hasta la lectura allanándole el camino
del conocimiento. Aquí tienes un programa de lectura muy práctico y sencillo de seguir. Es
un programa que surge de la práctica en casa y que te permitirá adaptarlo a tu realidad
personal.

Ya sabemos que queremos empezar un programa de lectura en casa, hemos preparado gran parte del
material y queremos empezar. -Cómo lo hacemos?

A continuación encontrarás una guía de cómo llevar adelante las sesiones de lectura. Esta guía es
fruto de la experiencia propia con nuestros hijos en casa y de los resultados obtenidos por los padres
de diferentes escuelas que la pusieron en práctica. La referencia teórica surge de las obras de dos
autores expertos en Aprendizaje Temprano: el Dr. Francisco Kovacs y su libro Hijos mejores y Glenn
Doman y su obra Cómo enseñar a leer a su bebé . Ambos profesionales exponen en los libros
mencionados dos modelos diferentes de guía de lectura. La de este artículo es una síntesis de
ambos autores adaptada a la labor diaria en el hogar y a la experiencia propia.

Una guía es un punto de referencia al que debemos recurrir pero que en ningún momento debe limitar
nuestra propia creatividad. Cada niño, cada padre, cada hogar y cada realidad requieren aplicaciones
modificadas en mayor o menor grado, y tanto si la sigues al pie de la letra como si la adaptas a tus
circunstancias personales, sácale a esta guía todo el partido que puedas, y no desesperes si los
resultados no son inmediatos.

La recomendación general es empezar cuando el niño tenga alrededor de dos años , pero si
nuestro hijo tiene 16 o 18 meses y queremos empezar, podemos hacerlo. Tengamos entonces en
cuenta que el niño de año y medio se mueve mucho y tal vez nos sea un poco más difícil mantener su
atención.

Para que el programa de lectura avance a buen ritmo lo mejor es que sea uno solo de los padres
el que empiece para facilitarle al niño la identificación de la actividad con un solo progenitor y,
paralelamente, no hacerle adaptarse al principio a dos estilos de enseñanza. Si cuando ya tenemos el
programa en marcha nuestra pareja quiere colaborar en las sesiones puede hacerlo mostrando los bits
de lectura al niño o bien sentándose con él en su regazo mientras les mostramos los bits a los dos.

CÓMO SERÁN LAS SESIONES DE LECTURA


La regla de oro para que la lectura funcione es la PACIENCIA . Si estás cansado, de mal humor o
nervioso, conviene aplazar las sesiones de ese día hasta que hayamos recuperado un buen tono
personal. Si nuestro hijo relaciona lectura con estrés o con mal humor correrá en dirección contraria
en cuanto nos vea con los bits de lectura en la mano. Y lo que queremos es precisamente todo lo
contrario, por tanto, hagamos gala de todo nuestro buen humor y entusiasmo y comprobaremos
cómo la alegría es un óptimo aliado en la enseñanza . Como reza una de las máximas de la
excelente escuela de Reggio Emilia en Italia: "Niente senza joia" ("Nada sin alegría").

Las sesiones que se enumeran no se corresponden con días. Una misma sesión se repetirá en días
consecutivos hasta completar los bits que se recomienden en ella.

1º SESIÓN: Sentado frente al niño, a una distancia aproximada de medio metro, le


mostraremos el primer bit con la palabra 'mamá' y le diremos "aquí pone mamá" .
Jugaremos un poquito con él e intentaremos repetir tres o cuatro veces lo anterior. Conviene
que nuestra voz muestre alegría y entusiasmo.

2º SESIÓN: Con el niño sentado frente a nosotros, volveremos a mostrar la palabra 'mamá' en
dos o tres ocasiones y tan sólo unos 3 o 4 segundos mientras le decimos "aquí pone mamá"
. La última vez le mostraremos a continuación la palabra 'papá' . Recordemos mantener una
actitud alegre y comunicativa. Es preferible que el niño se quede con ganas de volver a ver los bits de
lectura cada vez que se le muestren en vez de que se los dejemos ver tanto como quiera y finalmente
no le interesen. Aprovechemos la curiosidad natural de los niños por lo nuevo.

Cuando ya le hayamos mostrado una misma palabra en repetidas ocasiones podemos


mostrarla diciendo "Aquí pone…" y haremos un silencio dándole tiempo a que responda diciendo
la palabra escrita. Si el niño da la respuesta le felicitamos con alegría y si no la da, decimos nosotros
la palabra y seguimos adelante. Podemos utilizar este sistema en cualquier punto del programa para
evaluar qué palabras reconoce.

3º SESIÓN: Empezaremos con las dos palabras anteriores mostrándolas una después de
otra durante breves segundos y diciéndole cada vez lo que está escrito. Repetiremos tres
veces esta sesión de dos palabras con intervalos de juego. Podemos poner las cartulinas en el
suelo una junto a otra y pedirle que nos dé la que pone 'mamá' y la que pone 'papá' . Si vemos que
las reconoce, añadiremos la cartulina con su nombre, repitiendo ahora la sesión con las tres palabras.
En este punto conviene señalar que NO haremos ningún tipo de comentario si el niño no reconoce las
palabras. Simplemente recogeremos cada cartulina del suelo repitiendo la palabra. Repetiremos esta
sesión tres veces a lo largo del día.

4º Y 5º SESIÓN: Empezando con las tres palabras anteriores, añadiremos un bit cada día
hasta completar el primer grupo de cinco nombres de la familia. Como tendremos un máximo
de dos grupos de cinco bits, cada día le mostraremos el grupo inicial más uno más del segundo grupo
hasta completar los dos grupos de cinco palabras (si un grupo es de cinco y otro de cuatro no pasa
nada). Fijaremos las sesiones en DOS o TRES diarias y el que hayamos decidido será el número que
hagamos cada día. Conviene que lo fijemos bien para facilitar el avance a un ritmo constante y poder
a la vez mantener una estructura que no dificulte nuestra organización diaria.
Las sesiones se repartirán a lo largo del día (mañana, mediodía y tarde) en el mejor de los casos, pero
como la realidad de la mayoría de los padres pasa por trabajar los dos bastantes horas, espaciaremos
las dos o tres sesiones fijadas tanto como podamos.

Practiquemos juegos como poner los bits en el suelo y jugar a buscar "el que pone mamá , o abuelo o
Tobi …". Cuando veamos que reconoce algunas de las palabras de este grupo (avanzaremos igual
aunque no las reconozca todas) empezaremos al día siguiente con las del cuerpo.

6º a 10º SESIONES: Empezaremos mostrando el segundo grupo de cinco bits con palabras
de la familia (el primero lo retiraremos hasta que lo recuperemos para confeccionar frases). A
continuación, le mostraremos la primera palabra del cuerpo. Repetiremos esta sesión a lo
largo del día las veces que hayamos establecido. Las sesiones siguientes seguirán este patrón:
mostraremos el grupo de las palabras de la familia, a continuación las del cuerpo, una nueva cada día
que irán formando el segundo grupo de cinco bits. Repetiremos la sesión a lo largo del día.
Llegaremos así al quinceavo día en el que el niño verá los dos grupos de cinco bits (familia y cuerpo)
las veces que hayamos dispuesto (mínimo dos sesiones diarias puesto que cuantas más repeticiones
haya mayores posibilidades de aprendizaje le estamos dando). Recordemos no perder el entusiasmo
ni la actitud lúdica, fundamental para que el niño quiera seguir adelante.

Veamos un ejemplo de sesión: Madre.- "Vamos a buscar los bits, Carlos, leeremos un poquito"

Carlos.- "-Me siento?"

M.- "Sí cariño, siéntate y mamá te enseñará las palabras -con entusiasmo y alegría en la voz y
mostrando cada bit unos 3 segundos- Aquí pone Jaime. Mira, aquí pone Ana , Juan , Andrea y Tobi !".
Dejamos a un lado este grupo y cojemos el de las palabras del cuerpo: "Mira Carlos vamos a ver
ahora las palabras del cuerpo, cara , boca , nariz , ojos y orejas ! Muy bien cariño, has estado muy
atento, después volveremos a ver los bits, -de acuerdo? Ahora vamos a jugar juntos un rato con los
animales." Este modelo de sesión es el que se repetirá a lo largo del día las veces que hayamos
estipulado.

A partir de este punto, las sesiones tendrán este esquema:


• Como las palabras de la familia ya las habrá visto un mínimo de diez días (es el tiempo
promedio en que debemos mostrar cada palabra) y el niño ya reconocerá la mayoría,
retiraremos este grupo y empezaremos la sesión con el primer grupo de cinco palabras del
cuerpo que ya le estamos mostrando y la primera del que será el segundo grupo.

• Al día siguiente empezaremos igual y añadiremos la segunda del segundo grupo. Así cada día
hasta completar las cinco palabras de este grupo.

• En este punto ya estaremos trabajando sobre dos grupos de cinco bits. Cada día quitaremos
una palabra "antigua" y añadiremos una "nueva" a cada grupo hasta terminar el tema.
Momento en el que empezaremos un nuevo grupo con una palabra nueva cada día hasta
completar las cinco de ese nuevo tema (vocabulario del hogar).

A partir de este punto avanzaremos hasta completar el vocabulario básico recomendado.

El siguiente paso será comenzar a unir palabras para formar frases sencillas. Podemos ver
una frase cada día durante cinco días y cambiarla al sexto por una frase nueva.

Paralelamente a las frases podemos dar un pequeño espacio para enseñarle un grupo nuevo de cinco
palabras del cuento que hayamos elegido. Cambiaremos una y añadiremos otra nueva cada día a
partir del segundo día que las hayamos mostrado por primera vez. No hay prisa, conviene dedicar el
tiempo y los días necesarios para la adquisición de las palabras. No dejemos de hacer juegos con las
palabras, con las frases y con el niño. Mantener el buen humor y el entusiasmo no siempre será fácil
pero es una de las bases para el éxito del programa.

El último paso será confeccionar el cuento (Sí no lo hemos hecho ya en el apartado anterior).
Empezaremos haciendo los bits de lectura con las palabras que tenga el cuento y se las mostraremos
como las del vocabulario básico que ya conoce:

• Empezaremos mostrándole diariamente uno o más grupos de cinco bits de palabras del
vocabulario del cuento.

• Cuando le hayamos mostrado todas las palabras del cuento (o antes si el niño no nos sigue),
empezaremos a formar frases con ellas.

• Podemos hacer a las cartulinas de las palabras del cuento dos agujeros en el margen
izquierdo y sujetarlas con dos anillas, así podremos leer cada palabra con el niño sentado en
nuestro regazo, a modo de cuento.

• Finalmente, podemos escribir el cuento en cuartillas de cartulina blanca, una frase por página,
utilizando la misma letra y reduciendo un poco el tamaño. Si añadimos ilustraciones al cuento,
éstas deben estar en páginas solas, es decir, las frases y las ilustraciones no deben ocupar
una misma página para facilitarle al niño centrar la atención en la lectura por un lado y en las
imágenes por otro.

ERRORES MÁS COMUNES

Habitualmente, los padres interrogan a los niños sobre las palabras. Preguntas tales como: "-aquí
que pone?, -sabes qué dice aquí?, lee lo que pone en esta tarjeta, etc. así como hacer que
lea delante de terceras personas; todas éstas son actividades contraproducentes porque
ponemos al niño ante una situación de posible fracaso y nos exponemos a que en la sesión
siguiente el niño se niegue a participar de la lectura con nosotros .

Es mucho más efectivo poner dos palabras en el suelo después de que ya las haya visto varias veces,
y pedirle que nos dé la que nombremos, o jugar a emparejar nombres y adjetivos o nombres y
acciones, incluso representar con él la acción que las palabras describen, de tal manera que podamos
percibir el nivel de reconocimiento alcanzado . Podemos comprobar también si reconoce la
palabra tal como se explica más arriba: mostramos un bit, decimos: "aquí pone…" y haciendo un
breve silencio, esperamos para ver si el niño dice la palabra. Si lo hace le felicitamos efusivamente y si
no, decimos nosotros la palabra y continuamos con la sesión. En ningún momento debemos
sentirnos frustrados o fracasados si el niño no reconoce las palabras. Cada criatura tiene un
ritmo propio de aprendizaje y, aún en el peor de los casos en que no consiguiéramos enseñarle a leer,
debemos valorar como óptimos los momentos pasados juntos. El trabajo que hayamos hecho con él
de ningún modo caerá en saco roto. Probablemente nuestro hijo será de los que primero lean en la
escuela si no lo ha hecho con nosotros.

Recordemos que la lectura ha de ser un juego, una diversión, una actividad que nos
involucra a todos y que nos enriquece como familia, sólo así transmitiremos a nuestros
hijos el amor a los libros y a lo que nos enseñan.

Carmen Herrera García

Profesora de Educación Infantil y Primaria

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