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Muy bajito, canta María

y José calienta sus manos,


ya se duerme el Niño Dios
ya no se oyen los rebaños.
Parece un rayo de sol
que desde el Cielo ha bajado,
quién meciera suavemente
a ese Niño entre sus brazos,
quién meciera suavemente
a ese Niño entre sus brazos.
Jesús me robas el alma,
María oye mi cantar;
José lo haré muy bajito
y no se podrá despertar.
José lo haré muy bajito
y no se podrá despertar.
El ángel les dijo: “No tengan miedo, pues yo
vengo a comunicarles una buena noticia, que será
motivo de mucha alegría para todo el pueblo: hoy, en
la ciudad de David, ha nacido para ustedes un
Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo
reconocerán: hallarán a un niño recién nacido,
envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc.
2, 10-12)
San José apaga el fuego,
se han secado los pañales,
llama corriendo a María
para venir a cambiarle.
San José está arreglando
las maderas del portal,
para que el frío no entre
y el Niño se duerma ya,
para que el frío no entre
y el Niño se duerma ya.
Jesús me robas el alma,
María oye mi cantar;
José lo haré muy bajito
y no se podrá despertar.
José lo haré muy bajito
y no se podrá despertar.
Coro del Colegio Senara (Madrid)

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