0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
100 vistas1 página
El poema expresa que la muerte no tendrá dominio sobre la humanidad. Aunque los cuerpos mueran y se conviertan en polvo, sus almas permanecerán en las estrellas y en el amor. Incluso cuando los nervios fallen y los tormentos lleguen, la fe y el espíritu humano prevalecerán sobre la muerte. A pesar de que los seres queridos se pierdan, la vida continuará floreciendo incluso después de la muerte de los cuerpos.
El poema expresa que la muerte no tendrá dominio sobre la humanidad. Aunque los cuerpos mueran y se conviertan en polvo, sus almas permanecerán en las estrellas y en el amor. Incluso cuando los nervios fallen y los tormentos lleguen, la fe y el espíritu humano prevalecerán sobre la muerte. A pesar de que los seres queridos se pierdan, la vida continuará floreciendo incluso después de la muerte de los cuerpos.
Copyright:
Attribution Non-Commercial (BY-NC)
Formatos disponibles
Descargue como DOC, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
El poema expresa que la muerte no tendrá dominio sobre la humanidad. Aunque los cuerpos mueran y se conviertan en polvo, sus almas permanecerán en las estrellas y en el amor. Incluso cuando los nervios fallen y los tormentos lleguen, la fe y el espíritu humano prevalecerán sobre la muerte. A pesar de que los seres queridos se pierdan, la vida continuará floreciendo incluso después de la muerte de los cuerpos.
Copyright:
Attribution Non-Commercial (BY-NC)
Formatos disponibles
Descargue como DOC, PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Desnudos los muertos se habrán confundido con el hombre del viento y la luna poniente; cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios, tendrán estrellas a sus codos y a sus pies; aunque se vuelvan locos serán cuerdos, aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo, aunque los amantes se pierdan quedará el amor; y la muerte no tendrá dominio.
Y la muerte no tendrá dominio.
Bajo las ondulaciones del mar los que yacen tendidos no morirán aterrados; retorciéndose en el tormento cuando los nervios cedan, amarrados a una rueda, aún no se romperán; la fe en sus manos se partirá en dos, y el Unicornio del mal los atravesará; rotos todos los cabos ya no crujirán más; y la muerte no tendrá dominio.
Y la muerte no tendrá dominio.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído ni las olas estallen ruidosas en las costas; aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten ya más la cabeza al golpe de la lluvia; aunque estén locos y muertos como clavos, las cabezas de los cadáveres martillearán margaritas; estallarán al sol hasta que el sol estalle, y la muerte no tendrá dominio.