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mismos, en vivir nuestra vida sin tener como condicionales las opiniones de los demás

colegas, que si bien son validas, muchas veces y por la práctica moralista de cada caso en
cuestión, podría no ser la más correcta o la indicada.

La sensación de la justicia

Al ser nosotros un ministerio para la ley, debemos notar inexorablemente dicha


puntualización “ministerio para la ley” esto que señalo es sin lugar a dudas vértice de la
piedra angular en la abogacía, como resulta que aquellos que peleasen en nombre de los
gobiernos liberales, que abogaron contra la pena de muerte, sean hoy los que ahorcan y
fusilan a mansalva. ¿Donde esta lo justo? No podemos juzgar meramente con base en lo
que puntualice la ley, sin lugar a dudas, hay que vivirla, hay que interpretarla.

La moral del abogado


Uno de los conflictos más grandes a los que se enfrentan muchas veces
los colegas, que es sin lugar a dudas lo primordial, mantener la moral o
desistir de la misma. Si bien somos parte fundamental de nuestro
ingenio, este no deberá prevalecer por encima de nuestra moral,
basarnos en la rectitud de nuestra conciencia.
Debemos servir al fin bueno, aunque sea con los medios malos y no
viceversa.
El secreto profesional

En el principio de la historia la función del abogado fue de patronato, de protección, de


confidencia. No es una simple y llana carrera, es un ministerio, por lo tanto debemos
fidelidad a lo que nuestro cliente nos confiese, entrando al conflicto con el tema que
antecede a este, ¿Es posible servir al secreto profesional y a la moral del abogado
conjuntamente? Es quizá una de las dudas más tratables en esta carrera
de vida al encontrar conflictos de propia conveniencia, de int e r és
particular ajenosy d e grave interés social.
La chicana
El ultimo recurso del que debe de valerse un abogado sin duda alguna, no son más que
tramites innecesarios que se emplean para la obtención de un tiempo superior al dado por la
ley para la obtención de beneficios o para la presentación de pruebas. ¿Medios dilatorios
del procedimiento para ganar tiempo o para probar una verdad incomprobable de no existir
dichas dilatorias? Se debe actuar conforme a los tiempos que establece la ley, no buscar
beneficios en otros, aunque si bien debería ser así a fin de buscar, prevalezca la ley.

La sensibilidad

El abogado es artista, vive de las emociones de los clientes a fin de hacerlas del
conocimiento del juez mediante su plasme en los escritos o su recitación en las palabras, no
podemos ser fríos de alma y mostrarnos insensibles a los sentimientos de nuestros clientes
y/o de nuestra contraparte, sin embargo, a su vez, no podemos seremoci onales en estos, y
debemos a bien olvidar nuestro triunfo, tan pronto salimos de la sala y de nuestro cliente
nos despedimos.

El desdoblamiento psíquico

Principio fundamental del abogado, actuamos por el cliente, pero no para el cliente,
actuamos en pro del prevale cimiento de justicia aunado a la petición del 1ro. Pero debe de
existir una separación entre uno y otro en virtud de la separación de cuerpos, actuares y
pensares entre unos y otros.

La independencia
Al igual que lo mencionado arriba mencionado, debemos actuar si bien por nuestro cliente
no para nuestro cliente. Esto se debe a que indubitablemente habrá de actuar a lo que a su
parecer convenga, no salvaguardando la integridad de la justicia en la mayoría de los casos,
lo cual debe de sr punto de partida del actuar como abogados. No prestamos un servicio, ya
que esto llevaría consigo el pago y la subordinación, si no, un manejo de situación con
asesoramiento y procedimientos procesales con el fin, (no siempre cierto) de llegar a donde
el cliente pida o aclama la justicia.

El trabajo

Ser firmes en eso es base fundamental, no hacer o emitir opinión alguna sobre la forma
correcta de trabajar o de el punto de vista laboral de otro abogado ya que puede ser
desaventurado al no contar con bases que fundamenten nuestro decir puntualmente, al
mismo tiempo que demeriten el del otro.

La palabra

Los abogados mas allá de los escritos debemos de contar principalmente con nuestras
palabras, somos abogados, es decir abogamos a favor de algo, exponemos una historia
encuadrada a un hecho, por lo cual la dicción y uso correcto es fundamental. Si no nos
entienden, como habrán de hacernos caso.

El estilo forense

Los abogados debemos de darnos doble orgullo conforme a nuestra profesión, no solo
somos abogados, si no artistas. Somos oradores y escritores, lo cual no es facultad de
muchos hombres, hay que explicar en pocas palabras lo mucho que pretendemos, haciendo
saber porque tenemos la razón y por qué habría de sernos dada

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