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Ullenid Jiménez.
Profesora
En medio de la galaxia hay seres inexplicables que pueden llegar a ser tan o iguales
de semejantes a nosotros; uno de estos es el principito que en su vida se ha
dedicado a cuidar su flor y a su planeta, pero un día decidió en medio de sus
acciones cotidianas salir en búsqueda de aventuras; donde se percata que en su
alrededor existen otros planetas y
seres… En medio de sus
pensamientos decidió ir a ese planeta
que se veía al fondo de colores vivos y
flamantes enigmas que lo hacían
intrigarse cada vez más, ese el planeta
Tierra. En medio del camino encontró
muchos cosas nuevas que lo hacían
imaginarse como seria este lugar, llego
a pensar que los seres que habitan allí
serian de tres ojos, un solo pie, tres
dedos en cada mano, o lo mas trágico que al llegar a este solo encontraría soledad y
oscuridad; pero este hombrecito descarto la idea de inmediato pues un planeta tan
hermoso no podría estar deshabitado.
En el camino tuvo la cabeza llena de ideas haciendo que su esmero fuera de grado
superior para llegar a la recompensa de conocer el planeta Tierra. Después de un
largo recorrido el Principito mira a su alrededor pero observa que se encontraba
perdido, pues entro en un espejo de ilusión que lo llevo a un lugar donde solo se
veía un planeta igual de hermoso a la Tierra pero siendo Oirase, el se dio cuento
porque anteriormente había leído un reportaje sobre este planeta donde solo una
persona lo había visto, pero lo tacharon
como loco; el principito fue aterrizando
lentamente hasta que completamente
descargo toda su nave y observo un
lugar con una cascada hermosa,
pájaros de colores, animales silvestres,
árboles, flores, dulces sonidos y
aromas, y en todo esto había una dulce
chiquilla que al mirarla producía ternura
y tranquilidad… El con mucho cuidado
se fue acercando a esta y la saluda
amablemente, y seguido del saludo le pregunta si lo puede ayudar, y la niña con
dulzura le responde cordialmente:
-Hola, estas en el planeta Oirase; ¿Qué te trae hasta aquí, pues solo una persona
vino, prometió volver y nunca regreso?
El principito quedo inquietado y le respondió:
-Yo entre en un espejo de ilusión y aparecí cerca de aquí quedando la opción de
llegar y buscar la forma de continuar mi rumbo…
La niña le pregunta que es el espejo de ilusión, y el le responde que es un agujero
en el espacio que lo lleva a uno a un estado donde ve cosas que no son ciertas pero
que en ocasiones lo llevan a uno a lugares de la realidad pero poco creíbles, ella de
inmediato comprende... Después de una larga práctica se presentan formalmente
diciendo sus nombre; yo me llamo María ¿y usted?, el responde yo Principito.
Al establecer este dialogo entre ambos, María invita al Principito a su casa donde le
presenta a su padre Juan, que es cabrero, este lo recibe con un fuerte abrazó pues
le recuerda a el joven que anteriormente había ido a aquel lugar. Luego de
presentarse María le ofrece su humilde
casa y comienza a cocinar, y mientras
tanto, Juan y el principito van hablando
sentados en la mesa, donde el padre de
María le cuenta que el hecho que nunca
volviera el joven tenía gran importancia
porque tanto María como Juan
necesitaban que conocieran este mundo
para dejar a alguien al cuidado del lugar
para así no permitir que se desintegrara,
extinguiéndose las especies que aquí
habitaran, y dar a conocer el conocimiento que ambos tenían sobre poderes
curativos de la tribu Urao. El principito al conocer esta verdad, y ver la confianza que
tuvieron en el, les prometió ayudar y hacer que cada uno creyeran en el y hacer que
los conocieran, pero para esto les pidió que lo ayudaran a regresar a la galaxia y al
planeta para hacer realidad la promesa, comieron y fueron a la cama…