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El populismo
El populismo (del latín populus "pueblo") es un término político usado para designar
corrientes heterogéneas pero caracterizadas por su aversión discursiva o real a las élites
económicas e intelectuales, su rechazo de los partidos tradicionales (institucionales e
ideológicas), su denuncia de la corrupción política por parte de las clases privilegiadas y
su constante apelación al pueblo como fuente del poder. Los personajes populistas se
caracterizan porque afirman enfocarse en el pueblo y velar por este.
Los discursos oficiales de estos regímenes y movimientos deben ser digeribles y del
buen agrado de la población en general (para darle seguridad y satisfacción) por lo que
no apelan a ideologías definidas e incluso pueden tener tintes más o menos
conservadores y hasta reaccionarios, pero siempre carismáticos. Se diferencia de la
demagogia porque se refiere no sólo a discursos, sino también a acciones. Así, se la
puede entender como una táctica de uso limitado, o bien como una forma permanente de
hacer política y permanecer en el poder.
Ahora bien, la definición abstracta de lo que es el bienestar general del "pueblo" así
como de corto plazo, orden social instituído u autodeterminación permiten manipular el
uso del término y aplicarlo eventualmente contra los adversarios políticos. Por ejemplo
algunas veces grupos conservadores o neoliberales lo aplican erradamente a
movimientos o partidos socialistas, sin embargo el populismo no aboga por ideologías
precisas o por la concientización y el debate o consenso de tesis políticas o económicas
claras sino que aboga por los sentimientos de aceptación masiva de un grupo en el poder
y de una ideologización superficial pero intensiva. Por lo cual el populismo no es de
"izquierda" o de "derecha", puesto que es una práctica del grupo en el poder y no un
movimiento ideológico propiamente dicho.
El populismo se refiere a algún movimiento social, el cual pretende que el poder recaiga
más en el pueblo llano, es decir, promueve una especie de proto-democratización y anti-
elitismo buscando favorecer a los granjeros, los obreros, pequeños emprendedores, bajo
clero, sindicatos, capitalistas populares (sin contactos con las oligarquías), las clases
media y baja;[2] y menos poder para las élites políticas y económicas corporativistas y
caudillistas. El populismo se basa en el apoyo voluntario, las ideas políticas de la cultura
autóctona sin necesariamente caer en el nacionalismo, se opone a los imperialismos.
Pueden por consecuencia rechazar el desplazamiento social masivo que pueden producir
los grandes movimientos de capital o tecnología, así como el rechazo a medidas en
torno a reforzar la institucionalidad (excesiva) del Estado unitario o las burocracias
profesionales.