Jules Champfleury es el primer autor en utilizar el termino realismo,
refiriéndose a su arte, definiéndolo como realista. El realismo se desarrolla en
Europa apartir de 1830 y hasta finales del siglo XIX. Las obras realistas retratan documentalmente la sociedad de la época y los ambientes más cercanos al escritor, en oposición al Romanticismo, que mostraba ambientaciones exóticas y personajes poco corrientes y extravagantes. El Realismo, utiliza los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un documento que nos pueda servir de testimonio sobre la sociedad de su época, a la manera de la recién nacida fotografía. En el realismo se caracteriza el uso de la descripcion detallada, sustantivos concretos, uso del párrafo largo. Algunas características del realismo son:
Muestra una reproducción exacta de la realidad, no
muestra sentimientos en las personas incluso les da un toque de crueldad, utiliza temas relacionados con problemas de la existencia humana, transmite ideas de la manera mas objetiva posible y refleja la verdad tal como es.
Junto al realismo, el desarrollo científico lleva a nuevas
tecnologías como el ferrocarril de vapor, el telégrafo, el teléfono, el automóvil, etc.
Algunos escritores realistas fueron: Gustave Flaubert, Victor
Hugo, Charles Dickens, Mark Twain, Henry James. José López Portillo y Rojas (1850-1923) Fue un escritor mexicano, abogado, periodista fue gobernador de Jalisco. Junto con Emilio Rabasa y Rafael Delgado forman el trío de novelistas de fines del siglo XIX que fueron fuertemente influenciados por el realismo español. Algunas de las obras de López Portillo son: La parcela, Los precursores, Seis Leyendas, entre otras. Apoyo el régimen de Porfirio Díaz, ya que su familia era rica y tradicionalista . Su nieto, José López Portillo fue presidente de México de 1976 a 1982. La parcela
Era la habitación de Gonzalo una sala de altos muros enjalbegados
al estilo campestre, con vigas fuertes y rectas, y en el fondo, dos ventanas con vista a la contigua sierra. En un rincón la cama de madera, cubierta con pabellónde ligeras cortinas, para evitar el ataque de los mosquitos; a un lado un piano vertical; al otro un estante de libros; en medio, una mesa de carpeta verde con recado de escribir y periódicos; y por los rincones, lucida colección de armas, rifles de Remington, escopetas de casa y espadas en vainas de cuero. Junto al lecho, clavado en el muro, un hermoso crucifijo guatemalteco de atrevida estructura, violáceo y acardenalado el cuerpo, contraídos y salientes los músculos, desgarradas las espaldas, medio velado el desfallecido rostro por la profusa y desordenada cabellera y bien hincadas en la frente las agudas espinas de la corona tinta en sangre bendita. Sobre el buró, y aprisionado en elegante marco de peluche azul, el retrato fotográfico de una joven hermosa. Todo clamaba en aquella estancia juventud e ilusiones. Hallábase Gonzalo en la época feliz en que se sueñan mundos de dicha; en que se ve alegre y risueña la luz, llena de encantos la existencia, buena la humanidad y fácil deconquistar la gloria; y en el que el corazón emocionado palpita como parche guerrero que bate marcha triunfal.