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LA VIDA ES SUEÑO la humana malicia nuestra

que den la muerte, ¿qué mucho


Personas que hablan en ella: que, templada su violencia,
• ROSAURA, dama pues hay venenos que maten,
• SEGISMUNDO, príncipe haya venenos que aduerman?
• CLOTALDO, viejo Dejando aparte el dudar,
• ESTRELLA, infanta si es posible que suceda,
• CLARÍN, gracioso pues que ya queda probado
• BASILIO, rey de Polonia con razones y evidencias...
• ASTOLFO, infante Con la bebida, en efeto,
• GUARDAS que el opio, la adormidera
• SOLDADOS y el beleño, compusieron,
• MÚSICOS bajé a la cárcel estrecha
de Segismundo; con él
hablé un rato de las letras
humanas, que le ha enseñado
ACTO SEGUNDO la muda naturaleza
de los montes y los cielos,
[En el palacio real]
en cuya divina escuela
la retórica aprendió
Salen el rey BASILIO y CLOTALDO de las aves y las fieras.
Para levantarle más
CLOTALDO: Todo, como lo mandaste, el espíritu a la empresa
queda efectuado. que solicitas, tomé
por asunto la presteza
BASILIO: Cuenta, Clotaldo, cómo pasó. de una águila caudalosa,
que despreciando la esfera
CLOTALDO: Fue, señor, de esta manera: del viento, pasaba a ser,
con la apacible bebida en las regiones supremas
que de confecciones llena del fuego, rayo de pluma,
hacer mandaste, mezclando o desasido cometa.
la virtud de algunas hierbas, Encarecí el vuelo altivo
cuyo tirano poder diciendo: "Al fin eres reina
y cuya secreta fuerza de las aves, y así, a todas
así el humano discurso es justo que te prefieras."
priva, roba y enajena, Él no hubo menester más;
que deja vivo cadáver que en tocando esta materia
a un hombre, y cuya violencia, de la majestad, discurre
adormecido, le quita con ambición y soberbia;
los sentidos y potencias... porque, en efecto, la sangre
No tenemos que argüir le incita, mueve y alienta
que aquesto posible sea, a cosas grandes, y dijo:
pues tantas veces, señor, "¡Que en la república inquieta
nos ha dicho la experiencia, de las aves también haya
y es cierto, que de secretos quien les jure la obediencia!
naturales, está llena En llegado a este discurso,
la medicina, y no hay mis desdichas me consuelan;
animal, planta ni piedra pues, por lo menos, si estoy
que no tenga calidad sujeto, lo estoy por fuerza;
determinada, y si llega porque voluntariamente
a examinar mil venenos a otro hombre no me rindiera."
Viéndole ya enfurecido
con esto, que ha sido el tema Si magnánimo se vence,
de su dolor, le brindé reinará; pero si muestra
con la pócima, y apenas el ser crüel y tirano,
pasó desde el vaso al pecho le volveré a su cadena.
el licor, cuando las fuerzas Agora preguntarás,
rindió al sueño, discurriendo que para aquesta experiencia,
por los miembros y las venas ¿qué importó haberle traído
un sudor frío, de modo dormido de esta manera?
que, a no saber yo que era Y quiero satisfacerte,
muerte fingida, dudara dándote a todo respuesta.
de su vida. En esto llegan Si él supiera que es mi hijo
las gentes de quien tú fías hoy, y mañana se viera
el valor de esta experiencia, segunda vez reducido
y poniéndole en un coche, a su prisión y miseria,
hasta tu cuarto le llevan, cierto es de su condición
donde prevenida estaba que desesperara en ella;
la majestad y grandeza porque, sabiendo quién es,
que es digna de su persona. ¿qué consuelo habrá que tenga?
Allí en tu cama le acuestan, Y así he querido dejar
donde al tiempo que el letargo abierta al daño esta puerta
haya perdido la fuerza, del decir que fue soñado
como a ti mismo, señor, cuanto vio. Con esto llegan
le sirvan, que así lo ordenas. a examinarse dos cosas;
Y si haberte obedecido su condición, la primera;
te obliga a que yo merezca pues él despierto procede
galardón, sólo te pido en cuanto imagina y piensa;
--perdona mi inadvertencia-- y en consuelo, la segunda,
que me digas, ¿qué es tu intento, pues, aunque agora se vea
trayendo de esta manera obedecido, y después
a Segismundo a palacio? a sus prisiones se vuelva,
podrá entender que soñó,
BASILIO: Clotaldo, muy justa es esa y hará bien cuando lo entienda;
duda que tienes, y quiero porque en el mundo, Clotaldo,
sólo a vos satisfacerla. todos los que viven sueñan.
A Segismundo, mi hijo,
el influjo de su estrella, CLOTALDO: Razones no me faltaran
--vos lo sabéis--, amenaza para probar que no aciertas;
mil desdichas y tragedias; mas ya no tiene remedio;
quiero examinar si el cielo y, según dicen las señas,
--que no es posible que mienta, parece que ha despertado
y más habiéndonos dado y hacia nosotros se acerca.
de su rigor tantas muestras,
en su crüel condición-- BASILIO: Yo me quiero retirar;
o se mitiga, o se templa tú, como ayo suyo, llega,
por lo menos, y, vencido, y de tantas confusiones
con valor y con prudencia como su discurso cercan,
se desdice; porque el hombre le saca con la verdad.
predomina en las estrellas.
Esto quiero examinar, CLOTALDO: ¿En fin, que me das licencia
trayéndole donde sepa para que lo diga?
que es mi hijo, y donde haga
de su talento la prueba. BASILIO: Sí;
que podrá ser, con saberla, quien haga esas diligencias.
que, conocido el peligro,
más fácilmente se venza. CLARÍN: Hay, que ella está regalada,
servida como una reina,
Vase el rey BASILIO y sale CLARÍN en fe de sobrina tuya.
Y hay, que viniendo con ella,
CLARÍN: (A costa de cuatro palos, Aparte estoy yo muriendo de hambre
que el llegar aquí me cuesta, y nadie de mí se acuerda,
de un alabardero rubio sin mirar que soy Clarín,
que barbó de su librea, y que si el tal Clarín suena,
tengo de ver cuánto pasa; podrá decir cuánto pasa
que no hay ventana más cierta al rey, a Astolfo y a Estrella;
que aquella que, sin rogar porque Clarín y crïado
a un ministro de boletas, son dos cosas que se llevan
un hombre se trae consigo; con el secreto muy mal;
pues para todas las fiestas, y podrá ser, si me deja
despojado y despejado el silencio de su mano,
se asoma a su desvergüenza). se cante por mí esta letra:
"Clarín que rompe el albor,
no suena mejor."
CLOTALDO: (Éste es Clarín, el criado Aparte
de aquélla, ¡ay cielos!, de aquélla CLOTALDO: Tu queja está bien fundada;
que, tratante de desdichas, yo satisfaré tu queja,
pasó a Polonia mi afrenta). y en tanto, sírveme a mí.
Clarín, ¿qué hay de nuevo? CLARÍN: Pues ya Segismundo llega.
Salen músicos cantando, y criados dando de vestir a
CLARÍN: Hay, SEGISMUNDO,
señor, que tu gran clemencia,
dispuesta a vengar agravios que sale como asombrado
de Rosaura, la aconseja
que tome su propio traje. SEGISMUNDO: ¡Válgame el cielo! ¿Qué veo?
-V lgame el cielo! (Qué miro?
CLOTALDO: Y es bien, porque no parezca Con poco espanto lo admiro,
liviandad. con mucha duda lo creo.
¿Yo en palacios suntuosos?
CLARÍN: Hay, que mudando ¿Yo entre telas y brocados?
su nombre, y tomando, cuerda, ¿Yo cercado de crïados
nombre de sobrina tuya, tan lucidos y brïosos?
hoy tanto honor se acrecienta, ¿Yo despertar de dormir
que dama en palacio ya en lecho tan excelente?
de la singular Estrella ¿Yo en medio de tanta gente
vive. que me sirva de vestir?
¡Decir que es sueño es engaño!
CLOTALDO: Es bien que de una vez Bien sé que despierto estoy.
tome su honor por mi cuenta. ¿Yo Segismundo no soy?
Dadme, cielos, desengaño.
CLARÍN: Hay, que ella se está esperando Decidme, ¿qué pudo ser
que ocasión y tiempo venga esto que a mi fantasía
en que vuelvas por su honor. sucedió mientras dormía,
que aquí me he llegado a ver?
CLOTALDO: Prevención segura es ésa; Pero sea lo que fuere,
que, al fin, el tiempo ha de ser ¿Quién me mete en discurrir?
Dejarme quiero servir, Mas, fïando a tu atención
y venga lo que viniere. que vencerás las estrellas,
porque es posible vencellas
CRIADO 2: ¡Qué melancólico está! a un magnánimo varón,
a palacio te han traído
CRIADO 1: Pues a quién le sucediera de la torre en que vivías,
esto, que no lo estuviera? mientras al sueño tenías
el espíritu rendido.
CLARÍN: A mí. Tu padre, el rey mi señor,
vendrá a verte, y de él sabrás,
CRIADO 2: Llega a hablarle ya. Segismundo, lo demás.

CRIADO 1: ¿Volverán a cantar? SEGISMUNDO: Pues, vil, infame, traidor,


¿qué tengo más que saber,
SEGISMUNDO: No. después de saber quién soy,
No quiero que canten más. para mostrar desde hoy
mi soberbia y mi poder?
CRIADO 2: Como tan suspenso estás, ¿Cómo a tu patria le has hecho
quise divertirte. tal traición, que me ocultaste
a mí pues que me negaste,
SEGISMUNDO: Yo contra razón y derecho,
no tengo de divertir este estado?
con sus voces mis pesares;
las músicas militares CLOTALDO: ¡Ay de mí, triste!
sólo he gustado de oír.
SEGISMUNDO: Traidor fuiste con la ley,
CLOTALDO: Vuestra alteza, gran señor, lisonjero con el rey,
me dé su mano a besar, y crüel conmigo fuiste.
que el primero le ha de dar Y así el rey, la ley y yo,
esta obediencia mi honor. entre desdichas tan fieras,
te condenan a que mueras
SEGISMUNDO: (Clotaldo es. Pues, ¿cómo así a mis manos.
Aparte quien en prisión me maltrata,
con tal respeto me trata? ¿Qué es lo que pasa por CRIADO 2: ¡Señor!...
mí?)
SEGISMUNDO: No
CLOTALDO: Con la grande confusión me estorbe nadie, que es vana
que el nuevo estado te da, diligencia. ¡Y vive Dios!
mil dudas padecerá Si os ponéis delante vos,
el discurso y la razón; que os eche por la ventana.
pero ya librarte quiero
de todas, si puede ser, CRIADO 1: Huye Clotaldo.
porque has, señor, de saber
que eres príncipe heredero CLOTALDO: ¡Ay de ti,
de Polonia. Si has estado que soberbia vas mostrando
retirado y escondido, sin saber que están soñando!
por obedecer ha sido
a la inclemencia del hado, Vase CLOTALDO
que mil tragedias consiente
a este imperio, cuando en él CRIADO 2: Advierte...
el soberano laurel
corone tu augusta frente. SEGISMUNDO: Apartad de aquí.
ASTOLFO: El no haberme conocido
CRIADO 2: ...que a su rey obedeció. sólo por disculpa os doy
de no honrarme más. Yo soy
SEGISMUNDO: En lo que no es justa ley Astolfo. Duque he nacido
no ha de obedecer al rey; de Moscovia, y primo vuestro.
y su príncipe era yo. Haya igualdad en los dos.

CRIADO 2: Él no debió examinar SEGISMUNDO: Si digo que os guarde Dios,


si era bien hecho o mal hecho. ¿bastante agrado no os muestro?
Pero ya que, haciendo alarde
SEGISMUNDO: Que estáis mal con vos sospecho, de quien sois, de esto os quejáis,
pues me dais que replicar. otra vez que me veáis,
le diré a Dios que no os guarde.
CLARÍN: Dice el príncipe muy bien,
y vos hicisteis muy mal. CRIADO 2: Vuestra alteza considere
que como en montes nacido
CRIADO 1: ¿Quién os dio licencia igual? con todos ha procedido,
Astolfo, señor, prefiere...
CLARÍN: Yo me la he tomado.
SEGISMUNDO: Cansóme como llegó
SEGISMUNDO: ¿Quién grave a hablarme, y lo primero
eres tú, di? que hizo, se puso el sombrero.

CLARÍN: Entremetido. CRIADO 1: Es grande.


Y de este oficio soy jefe,
porque soy el mequetrefe SEGISMUNDO: Mayor soy yo.
mayor que se ha conocido.
CRIADO 2: Con todo eso, entre los dos
SEGISMUNDO: Tú sólo en tan nuevos mundos que haya más respeto es bien
me has agradado. que entre los demás.

CLARÍN: Señor, SEGISMUNDO: ¿Y quién


soy un grande agradador os mete conmigo a vos?
de todos los Segismundos.
Sale ESTRELLA
Sale ASTOLFO
ESTRELLA: Vuestra alteza, señor, sea
ASTOLFO: ¡Feliz mil veces el día, muchas veces bien venido
oh príncipe, que os mostráis al dosel que agradecido
sol de Polonia, y llenáis le recibe y le desea;
de resplandor y alegría adonde, a pesar de engaños,
todos estos horizontes viva augusto y eminente,
con tan divino arrebol; donde su vida se cuente
pues que salís como el sol por siglos, y no por años.
de debajo de los montes!
Salid, pues, y aunque tan tarde SEGISMUNDO: Dime tú agora, ¿quién es
se corona vuestra frente esta beldad soberana?
del laurel resplandeciente, ¿Quién es esta diosa humana,
tarde muera. a cuyos divinos pies
postra el cielo su arrebol?
SEGISMUNDO: Dios os guarde. ¿Quién es esta mujer bella?
CLARÍN: Es, señor, tu prima Estrella. ¡Por Dios que lo he de probar!
Cógele en los brazos y éntrase, y todos tras
SEGISMUNDO: Mejor dijeras el sol. él, y torna a salir
Aunque el parabién es bien
darme del bien que conquisto, ASTOLFO: ¿Qué es esto que llego a ver?
de sólo haberos hoy visto
os admito el parabién; ESTRELLA: Llegad todos a ayudar.
y así, de llegarme a ver
con el bien que no merezco, SEGISMUNDO: Cayó del balcón al mar;
el parabién agradezco. ¡vive Dios, que pudo ser!
Estrella, que amanecer
podéis, y dar alegría, ASTOLFO: Pues medid con más espacio
al más luciente farol, vuestras acciones severas,
¿qué dejáis que hacer al sol, que lo que hay de hombres a fieras,
si os levantáis con el día? hay desde un monte a palacio.
Dadme a besar vuestra mano,
en cuya copa de nieve SEGISMUNDO: Pues en dando tan severo
el aura candores bebe. en hablar con entereza,
quizá no hallaréis cabeza
ESTRELLA: Sed más galán cortesano. en que se os tenga el sombrero.
Vase ASTOLFO y sale el rey BASILIO
ASTOLFO: (Si él toma la mano, yo Aparte
soy perdido). BASILIO: ¿Qué ha sido esto?

CRIADO 2: (El pesar sé Aparte SEGISMUNDO: Nada ha sido.


de Astolfo, y le estorbaré). A un hombre que me ha cansado,
Advierte, señor, que no de ese balcón he arrojado.
es justo atreverte así,
y estando Astolfo... CLARÍN: Que es el rey está advertido.

SEGISMUNDO: ¿No digo BASILIO: ¿Tan presto? ¿Una vida cuesta


que vos no os metáis conmigo? tu venida el primer día?

CRIADO 2: Digo lo que es justo. SEGISMUNDO: Díjome que no podía


hacerse, y gané la apuesta.
SEGISMUNDO: A mí
todo eso me causa enfado; BASILIO: Pésame mucho que cuando,
nada me parece justo príncipe, a verte he venido,
en siendo contra mi gusto. pensado hallarte advertido,
de hados y estrellas triunfando,
CRIADO 2: Pues yo, señor, he escuchado con tanto rigor te vea,
de ti que en lo justo es bien y que la primera acción
obedecer y servir. que has hecho en esta ocasión,
un grave homicidio sea.
SEGISMUNDO: ¿También oíste decir ¿Con qué amor llegar podré
que por un balcón,a quien a darte agora mis brazos,
me canse, sabré arrojar? si de sus soberbios lazos,
que están enseñados sé
CRIADO 2: Con los hombres como yo a dar muertes? ¿Quién llegó
no puede hacerse eso. a ver desnudo el puñal
que dio una herida mortal,
SEGISMUNDO: ¿No? que no temiese? ¿Quién vio
sangriento el lugar, adonde por derechos de su ley.
a otro hombre dieron muerte, Luego, aunque esté en este estado,
que no sienta? Que el más fuerte obligado no te quedo,
a su natural responde. y pedirte cuentas puedo
Yo así, que en tus brazos miro del tiempo que me has quitado
de esta muerte el instrumento, libertad, vida y honor;
y miro el lugar sangriento, y así, agradéceme a mí
de tus brazos me retiro; que yo no cobre de ti,
y aunque en amorosos lazos pues eres tú mi deudor.
ceñir tu cuello pensé,
sin ellos me volveré, BASILIO: Bárbaro eres y atrevido;
que tengo miedo a tus brazos. cumplió su palabra el cielo;
y así, para el mismo apelo,
SEGISMUNDO: Sin ellos me podré estar soberbio desvanecido.
como me he estado hasta aquí; Y aunque sepas ya quién eres,
que un padre que contra mí y desengañado estés,
tanto rigor sabe usar, y aunque en un lugar te ves
que con condición ingrata donde a todos te prefieres,
de su lado me desvía, mira bien lo que te advierto:
como a una fiera me cría, que seas humilde y blando,
y como a un monstruo me trata porque quizá estás soñando,
y mi muerte solicita, aunque ves que estás despierto.
de poca importancia fue
que los brazos no me dé, Vase le rey BASILIO
cuando el ser de hombre me quita.
SEGISMUNDO: ¿Que quizá soñando estoy,
BASILIO: Al cielo y a Dios pluguiera aunque despierto me veo?
que a dártele no llegara; No sueño, pues toco y creo
pues ni tu voz escuchara, lo que he sido y lo que soy.
ni tu atrevimiento viera. Y aunque agora te arrepientas,
poco remedio tendrás;
SEGISMUNDO: Si no me le hubieras dado, sé quién soy, y no podrás
no me quejara de ti; aunque suspires y sientas,
pero una vez dado, sí, quitarme el haber nacido
por habérmele quitado; de esta corona heredero;
que aunque el dar la acción es y si me viste primero
más noble y más singular, a las prisiones rendido,
es mayor bajeza el dar, fue porque ignoré quién era;
para quitarlo después. pero ya informado estoy
BASILIO: ¡Bien me agradeces el verte de quién soy y sé que soy
de un humilde y pobre preso, un compuesto de hombre y fiera.
príncipe ya!
Sale ROSAURA, dama
SEGISMUNDO: Pues en eso,
¿qué tengo que agradecerte? ROSAURA: (Siguiendo a Estrella vengo, Aparte
Tirano de mi albedrío, y gran temor de hallar a Astolfo tengo;
si viejo y caduco estás, que Clotaldo desea
¿muriéndote, qué me das? que no sepa quién soy, y no me vea,
¿Dasme más de lo que es mío? porque dice que importa al honor mío;
Mi padre eres y mi rey; y de Clotaldo fío
luego toda esta grandeza su efecto, pues le debo, agradecida,
me da la naturaleza
aquí el amparo de mi honor y vida). SEGISMUNDO: No digas tal; di el sol, a cuya
llama
CLARÍN: ¿Qué es lo que te ha agradado aquella estrella vive,
más de cuanto hoy has visto y admirado? pues de tus rayos resplandor recibe;
yo vi en reino de olores
SEGISMUNDO: Nada me ha suspendido, que presidía entre comunes flores
que todo lo tenía prevenido; la deidad de la rosa,
mas, si admirar hubiera y era su emperatriz por más hermosa;
algo en el mundo, la hermosura fuera yo vi entre piedras finas
de la mujer. Leía de la docta academia de sus minas
una vez en los libros que tenía preferir el diamante,
que lo que a Dios mayor estudio debe, y ser su emperador por más brillante;
era el hombre, por ser un mundo breve; yo en esas cortes bellas
mas ya que lo es recelo de la inquieta república de estrellas,
la mujer, pues ha sido un breve cielo; vi en el lugar primero
y más beldad encierra por rey de las estrellas el lucero;
que el hombre, cuánto va de cielo a tierra. yo en esferas perfetas,
¡Y más di es la que miro! llamando el sol a cortes los planetas,
le vi que presidía
ROSAURA: (El príncipe está aquí; yo me retiro). como mayor oráculo del día.
¿Pues cómo, si entre flores, entre estrellas,
SEGISMUNDO: Oye, mujer, detente; piedras, signos, planetas, las más bellas
no juntes el ocaso y el oriente prefieren, tú has servido
huyendo al primer paso; la de menos beldad, habiendo sido
que juntos el oriente y el ocaso, por más bella y hermosa,
la lumbre y sombra fría, sol, lucero, diamante, estrella y rosa?
serás, sin duda, síncopa del día.
¿Pero qué es lo que veo? Sale CLOTALDO

ROSAURA: Lo mismo que estoy viendo, dudo y CLOTALDO: (A Segismundo reducir deseo, Aparte
creo. porque, en fin, le he criado; mas ¿qué veo?)

SEGISMUNDO: (Yo he visto esta belleza Aparte ROSAURA: Tu favor reverencio.


otra vez). Respóndote retórico el silencio;
cuando tan torpe la razón se halla,
ROSAURA: (Yo esta pompa, esta grandeza Aparte mejor habla, señor, quien mejor calla.
he visto reducida
a una estrecha prisión). SEGISMUNDO: No has de ausentarte, espera.
¿Cómo quieres dejar de esa manera
SEGISMUNDO: (Ya hallé mi vida). Aparte a escuras mi sentido?
Mujer, que aqueste nombre
es el mejor requiebro para el hombre, ROSAURA: Esta licencia a vuestra alteza pido.
¿quién eres? Que sin verte
adoración me debes, y de suerte SEGISMUNDO: Irte con tal violencia
por la fe te conquisto, no es pedir, es tomarte la licencia.
que me persuado a que otra vez te he visto.
¿Quién eres, mujer bella? ROSAURA: Pues si tú no la das, tomarla espero.

ROSAURA: (Disimular me importa). Aparte SEGISMUNDO: Harás que de cortés pase a


Soy de Estrella grosero,
una infelice dama. porque la resistencia
es veneno crüel de mi paciencia.
SEGISMUNDO: Segunda vez me has provocado la
ROSAURA: Pues cuando ese veneno, ira,
de furia, de rigor y saña lleno, viejo caduco y loco.
la paciencia venciera, ¿Mi enojo y rigor tienes en poco?
mi respeto no osara, ni pudiera. ¿Cómo hasta aquí has llegado?
CLOTALDO: De los acentos de esta voz llamado
SEGISMUNDO: Sólo por ver si puedo, a decirte que seas
harás que pierda a tu hermosura el miedo; más apacible, si reinar deseas;
que soy muy inclinado y no, por verte ya de todos dueño,
a vencer lo imposible; hoy he arrojado seas crüel, porque quizá es un sueño.
de ese balcón a un hombre, que decía
que hacerse no podía; SEGISMUNDO: A rabia me provocas,
y así, por ver si puedo, cosa es llana cuando la luz del desengaño tocas.
que arrojaré tu honor por la ventana. Veré, dándote muerte,
si es sueño o si es verdad.
CLOTALDO: (Mucho se va empeñando. Aparte Al ir a sacar la daga, se la tiene
¿Qué he de hacer, cielos, cuando
tras un loco deseo CLOTALDO y se arrodilla
mi honor segunda vez a riesgo veo?)
CLOTALDO: Yo de esta suerte
ROSAURA: No en vano prevenía librar mi vida espero.
a este reino infeliz tu tiranía
escándalos tan fuertes SEGISMUNDO: Quita la osada mano del acero.
de delitos, traiciones, iras, muertes.
¿Mas, qué ha de hacer un hombre CLARÍN: Hasta que gente venga,
que de humano no tiene más que el nombre? que tu rigor y cólera detenga,
¡Atrevido, inhumano, no he de soltarte.
crüel, soberbio, bárbaro y tirano,
nacido entre las fieras! ROSAURA: ¡Ay cielos!

SEGISMUNDO: Porque tú ese baldón no me SEGISMUNDO: ¡Suelta, digo!


dijeras, Caduco, loco, bárbaro, enemigo,
tan cortés me mostraba, o será de esta suerte:
pensando que con eso te obligaba; Luchanel darte agora entre mis brazos muerte.
mas, si lo soy hablando de este modo,
has de decirlo, vive Dios, por todo. ROSAURA: Acudid todos presto,
--¡Hola, dejadnos solos, y esa puerta que matan a Clotaldo.
se cierre, y no entre nadie!
Vase ROSAURA. Sale ASTOLFO a tiempo que cae
Vase CLARÍN CLOTALDO a sus pies, y
él se pone en medio
ROSAURA: (Yo soy muerta). Aparte
Advierte... ASTOLFO: ¿Pues, qué es esto,
príncipe generoso?
¿Así se mancha acero tan brïoso
SEGISMUNDO: Soy tirano, en una sangre helada?
y ya pretendes reducirme en vano. Vuelva a la vaina tu lucida espada.

CLOTALDO: (¡Oh, qué lance tan fuerte! Aparte SEGISMUNDO: En viéndola teñida
Saldré a estorbarlo, aunque me dé la muerte). en esa infame sangre.
Señor, atiende, mira. ASTOLFO: Ya su vida
tomó a mis pies sagrado; ASTOLFO: ¿Qué pocas veces el hado
y de algo a servirme haber llegado. que dice desdichas, miente,
pues es tan cierto en los males,
SEGISMUNDO: Sírvate de morir, pues de esta cuanto dudoso en los bienes!
suerte -Qué buen astrólogo fuera,
también sabré vengarme, con tu muerte, si siempre casos crüeles
de aquel pasado enojo. anunciara; pues no hay duda
ASTOLFO: Yo defiendo que ellos fueran verdad siempre!
mi vida; así la majestad no ofendo. Conocerse esa experiencia
en mí y Segismundo puede,
Sacan las espadas, y sale el rey BASILIO y Estrella, pues en los dos
ESTRELLA hizo muestras diferentes.
En él previno rigores,
CLOTALDO: No le ofendas, señor. soberbias, desdichas, muertes,
y en todo dijo verdad,
BASILIO: ¿Pues, aquí espadas? porque todo, al fin, sucede;
pero en mí, que al ver, señora,
ESTRELLA: (¡Astolfo es, ay de mí, penas airadas!) esos rayos excelentes,
de quien el sol fue una sombra
BASILIO: ¿Pues, qué es lo que ha pasado? y el cielo un amago breve,
que me previno venturas,
ASTOLFO: Nada, señor, habiendo tú llegado. trofeos, aplausos, bienes,
Envainan dijo mal, y dijo bien;
pues sólo es justo que acierte
SEGISMUNDO: Mucho, señor, aunque hayas tú cuando amaga con favores,
venido; y ejecuta con desdenes.
yo a ese viejo matar he pretendido.
ESTRELLA: No dudo que esas finezas
BASILIO: Respeto no tenías son verdades evidentes;
a estas canas? mas serán por otra dama,
cuyo retrato pendiente
CLOTALDO: Señor, ved que son mías; trujisteis al cuello cuando
que no importa veréis. llegasteis, Astolfo, a verme;
y siendo así, esos requiebros
SEGISMUNDO: Acciones vanas, ella sola los merece.
querer que tengo yo respeto a canas; Acudid a que ella os pague,
pues aun ésas podría que no son buenos papeles
ser que viese a mis plantas algún día; en el consejo de amor
porque aun no estoy vengado las finezas ni las fees
del modo injusto con que me has crïado. que se hicieron en servicio
de otras damas y otros reyes.
Vase SEGISMUNDO Sale ROSAURA al paño

BASILIO: Pues antes que lo veas, ROSAURA: (¡Gracias a Dios, que han llegado
volverás a dormir adonde creas Aparte
que cuanto te ha pasado, ya mis desdichas crüeles
como fue bien del mundo, fue soñado. al término suyo, pues
quien esto ve nada teme!)
Vase el rey BASILIO y CLOTALDO; quedan
ESTRELLA y ASTOLFO: Yo haré que el retrato salga
ASTOLFO del pecho, para que entre
la imagen de tu hermosura.
Donde entre Estrella no tiene quédate aquí, y cuando venga,
lugar la sombra, ni estrella le dirás que te lo entregue
donde el sol; voy a traerle. a ti. No te digo más;
(Perdona, Rosaura hermosa, Aparte discreta y hermosa eres;
este agravio, porque ausentes, bien sabrás lo que es amor.
no se guardan más fe que ésta
los hombres y las mujeres). Vase ESTRELLA

Vase ASTOLFO
ROSAURA: ¡Ojalá no lo supiese!
ROSAURA: (Nada he podido escuchar, Aparte ¡Válgame el cielo! ¿Quién fuera
temerosa que me viese). tan atenta y tan prudente,
que supiera aconsejarse
ESTRELLA: ¡Astrea! hoy en ocasión tan fuerte?
¿Habrá persona en el mundo
ROSAURA: ¿Señora mía? a quien el cielo inclemente
con más desdichas combata
ESTRELLA: Heme holgado que tú fueses y con más pesares cerque?
la que llegaste hasta aquí; ¿Qué haré en tantas confusiones,
porque de ti solamente donde imposible parece
fïara un secreto. que halle razón que me alivie,
ni alivio que me consuele?
ROSAURA: Honras, Desde la primer desdicha,
señora, a quien te obedece. no hay suceso ni accidente
que otra desdicha no sea;
ESTRELLA: En el poco tiempo, Astrea, que unas a otras suceden
que ya que te conozco, tienes herederas de sí mismas.
de mi voluntad las llaves; A la imitación del Fénix,
por esto, y por ser quien eres, unas de las otras nacen,
me atrevo a fïar de ti viviendo de lo que mueren,
lo que aun de mí muchas veces y siempre de sus cenizas
recaté. está el sepulcro caliente.
Que eran cobardes decía
ROSAURA: Tu esclava soy. un sabio, por parecerle
que nunca andaba una sola;
ESTRELLA: Pues para decirlo en breve, yo digo que son valientes,
mi primo Astolfo --bastara pues siempre van adelante,
que mi primo te dijese, y nunca la espalda vuelven.
porque hay cosas que se dicen Quien las llevare consigo
con pensarlas solamente-- a todo podrá atreverse,
ha de casarse conmigo, pues en ninguna ocasión
si es que la fortuna quiere no haya miedo que le dejen.
que con una dicha sola Dígalo yo, pues en tantas
tantas desdichas descuente. como a mi vida suceden,
Pesóme que el primer día nunca me he hallado sin ellas,
echado al cuello trujese ni se han cansado hasta verme
el retrato de una dama; herida de la fortuna,
habléle en él cortesmente, en los brazos de la muerte.
es galán y quiere bien; ¡Ay de mí! ¿Qué debo hacer
fue por él, y ha de traerle hoy en la ocasión presente?
aquí. Embarázame mucho Si digo quién soy, Clotaldo,
que él a mí a dármele llegue; a quien mi vida le debe
este amparo y este honor, es que Estrella --que lo puede
conmigo ofenderse puede; ser de Venus-- me mandó
pues me dice que callando que en esta parte le espere,
honor y remedio espere. y de la suya le diga
Si no he de decir quién soy que aquel retrato me entregue
a Astolfo, y él llega a verme, --que está muy puesto en razón--,
¿cómo he de disimular? y yo misma se lo lleve.
Pues, aunque fingirlo intenten Estrella lo quiere así,
la voz, la lengua, y los ojos, porque aun las cosas más leves
les dirá el alma que mienten. como sean en mi daño
¿Qué haré? ¿Mas para qué estudio es Estrella quien las quiere.
lo que haré, si es evidente ASTOLFO: Aunque más esfuerzos hagas,
que por más que lo prevenga, ¡oh, qué mal, Rosaura, puedes
que lo estudie y que lo piense, disimular! Di a los ojos
en llegando la ocasión que su música concierten
ha de hacer lo que quisiere con la voz; porque es forzoso
el dolor? Porque ninguno que desdiga y que disuene
imperio en sus penas tiene. tan destemplado instrumento,
Y pues a determinar que ajustar y medir quiere
lo que he de hacer no se atreve la falsedad de quien dice,
el alma, llegue el dolor con la verdad de quien siente.
hoy a su término, llegue
la pena a su extremo, y salga ROSAURA: Ya digo que sólo espero
de dudas y pareceres el retrato.
de una vez; pero hasta entonces
¡valedme, cielos, valedme! ASTOLFO: Pues que quieres
llevar al fin el engaño,
Sale ASTOLFO con el retrato con él quiero responderte.
Dirásle, Astrea, a la infanta
ASTOLFO: Éste es, señora, el retrato; que yo la estimo de suerte,
mas ¡ay Dios! que, pidiéndome un retrato,
poca fineza parece
ROSAURA: ¿Qué se suspende enviársele, y así,
vuestra alteza? ¿Qué se admira? porque le estime y le precie
le envío el original;
ASTOLFO: De oírte, Rosaura, y verte. y tú llevársele puedes,
pues ya le llevas contigo,
ROSAURA: ¿Yo Rosaura? Hase engañado como a ti misma te lleves.
vuestra alteza, si me tiene
por otra dama; que yo ROSAURA: Cuando un hombre se dispone,
soy Astrea, y no merece restado, altivo y valiente,
mi humildad tan grande dicha a salir con una empresa
que esa turbación le cueste. aunque por trato le entreguen
lo que valga más, sin ella
ASTOLFO: Basta, Rosaura, el engaño, necio y desairado vuelve.
porque el alma nunca miente, Yo vengo por un retrato
y aunque como a Astrea te mire, y aunque un original lleve
como a Rosaura te quiere. que vale más, volveré
desairada; y así, déme
ROSAURA: No he entendido a vuestra alteza, vuestra alteza ese retrato,
y así, no sé responderle; que sin él no he de volverme.
sólo lo que yo diré
ASTOLFO: ¿Pues cómo, si no he de darle, llevar otro; pues el mío
le has de llevar? aun no es posible volverme,
con ruegos y persuasiones;
ROSAURA: De esta suerte, colérica e impaciente
suéltale, ingrato. yo se le quise quitar.
Aquél que en la mano tiene,
ASTOLFO: Es en vano. es mío; tú lo verás
con ver si se me parece.
ROSAURA: ¡Vive Dios, que no ha de verse
en mano de otra mujer! ESTRELLA: Soltad, Astolfo, el retrato.
Quítasele
ASTOLFO: Terrible estás. ASTOLFO: Señora...

ROSAURA: Y tú aleve. ESTRELLA: No son crüeles,


a la verdad, los matices.
ASTOLFO: Ya basta, Rosaura mía.
ROSAURA: ¿No es mío?
ROSAURA: ¿Yo tuya, villano? Mientes.
ESTRELLA: ¿Qué duda tiene?

Sale ESTRELLA ROSAURA: Di que ahora te entregue el otro.

ESTRELLA: Astrea, Astolfo, ¿qué es esto? ESTRELLA: Tomas tu retrato, y vete.

ASTOLFO: (Aquésta es Estrella). Aparte ROSAURA: (Yo he cobrado mi retrato, Aparte


venga ahora lo que viniere).
ROSAURA: (Déme Aparte
para cobrar mi retrato
ingenio el Amor). Si quieres Vase ROSAURA
saber lo que es, yo, señora,
te lo diré. ESTRELLA: Dadme ahora el retrato vos
que os pedí; que aunque no piense
ASTOLFO: ¿Qué pretendes? veros ni hablaros jamás,
no quiero, no, que se quede
ROSAURA: Mandásteme que esperase en vuestro poder, siguiera
aquí a Astolfo, y le pidiese porque yo tan neciamente
un retrato de tu parte. le he pedido.
Quedé sola, y como vienen
de unos discursos a otros ASTOLFO: (¿Cómo puedo Aparte
las noticias fácilmente, salir de lance tan fuerte?)
viéndote hablar de retratos, Aunque quiera, hermosa Estrella,
con su memoria acordéme servirte y obedecerte,
de que tenía uno mío no podré darte el retrato
en la manga. Quise verle, que me pides, porque...
porque una persona sola
con locuras se divierte; ESTRELLA: Eres
cayóseme de la mano villano y grosero amante.
al suelo; Astolfo, que viene No quiero que me le entregues;
a entregarte el de otra dama, porque yo tampoco quiero,
le levantó, y tan rebelde con tomarle, que me acuerdes
está en dar el que le pides, de que yo te le he pedido.
que en vez de dar uno, quiere
Vase ESTRELLA
CLOTALDO: Eres Clarín.
ASTOLFO: Oye, escucha, mira, advierte. CLARÍN: Pues ya digo que seré
¡Válgame Dios por Rosaura! corneta, y que callaré,
¿Dónde, cómo, o de qué suerte que es instrumento ruín.
hoy a Polonia has venido Llévanle a CLARÍN. Sale el rey BASILIO,
a perderme y a perderte? rebozado

Vase ASTOLFO BASILIO: ¿Clotaldo?

[En la torre de SEGISMUNDO] CLOTALDO: ¡Señor! ¿Así


Descúbrese SEGISMUNDO, como al principio, con viene vuestra majestad?
pieles y BASILIO: La necia curiosidad
cadena, durmiendo en el suelo; salen CLOTALDO, de ver lo que pasa aquí
CLARÍN y los dos a Segismundo, ¡ay de mí!
criados de este modo me ha traído.

CLOTALDO: Aquí le habéis de dejar CLOTALDO: Mírale allí, reducido


pues hoy su soberbia acaba a su miserable estado.
donde empezó.
BASILIO: ¡Ay, príncipe desdichado
CRIADO 1 Como estaba, y en triste punto nacido!
la cadena vuelvo a atar. Llega a despertarle, ya
que fuerza y vigor perdió
CLARÍN: No acabes de despertar, con el opio que bebió.
Segismundo, para verte
perder, trocada la suerte CLOTALDO: Inquieto, señor, está,
siendo tu gloria fingida, y hablando.
una sombra de la vida
y una llama de la muerte. BASILIO: ¿Qué soñará
agora? Escuchemos, pues.
CLOTALDO: A quien sabe discurrir, En sueños
así, es bien que se prevenga
una estancia, donde tenga SEGISMUNDO: Piadoso príncipe es
harto lugar de argüir. el que castiga tiranos;
Éste es el que habéis de asir muera Clotaldo a mis manos,
y en ese cuarto encerrar. bese mi padre mis pies.

CLARÍN: ¿Por qué a mí? CLOTALDO: Con la muerte me amenaza.

CLOTALDO: Porque ha de estar BASILIO: A mí con rigor y afrenta.


guardado en prisión tan grave,
Clarín que secretos sabe, CLOTALDO: Quitarme la vida intenta.
donde no pueda sonar.
BASILIO: Rendirme a sus plantas traza.
CLARÍN: ¿Yo, por dicha, solicito En sueños
dar muerte a mi padre? No.
¿Arrojé del balcón yo SEGISMUNDO: Salga a la anchurosa plaza
al Icaro de poquito? del gran teatro del mundo
¿Yo muero ni resucito? este valor sin segundo;
¿Yo sueño o duermo? ¿A qué fin porque mi venganza cuadre,
me encierran? vean triunfar de su padre
al príncipe Segismundo. Aquí mil nobles, rendidos
Despierta Mas, ¡ay de mí! ¿Dónde estoy? a mis pies nombre me dieron
de su príncipe, y sirvieron
BASILIO: Pues a mí no me ha de ver; galas, joyas y vestidos.
ya sabes lo que has de hacer. La calma de mis sentidos
Desde allí a escucharle voy. tú trocaste en alegría,
diciendo la dicha mía;
Retírase el rey BASILIO que, aunque estoy de esta manera,
príncipe en Polonia era.
SEGISMUNDO: ¿Soy yo por ventura? ¿Soy
el que preso y aherrojado CLOTALDO: Buenas albricias tendría.
llego a verme en tal estado?
¿No sois mi sepulcro vos, SEGISMUNDO: No muy buenas; por traidor,
torre? Sí. ¡Válgame Dios, con pecho atrevido y fuerte
qué de cosas he soñado! dos veces te daba muerte.

CLOTALDO: (A mí me toca llegar, Aparte CLOTALDO: ¿Para mí tanto rigor?


a hacer la desecha agora).
SEGISMUNDO: De todos era señor,
SEGISMUNDO: ¿Es ya de despertar hora? y de todos me vengaba;
sólo a una mujer amaba...
CLOTALDO: Sí, hora es ya de despertar. que fue verdad, creo yo,
¿Todo el día te has de estar en que todo se acabó,
durmiendo? ¿Desde que yo y esto sólo no se acaba.
al águila que voló
con tarda vista seguí Vase el rey BASILIO
y te quedaste tú aquí,
nunca has despertado? CLOTALDO: (Enternecido se ha ido Aparte
el rey de haberle escuchado).
SEGISMUNDO: No. Como habíamos hablado
Ni aun agora he despertado; de aquella águila, dormido,
que según, Clotaldo, entiendo, tu sueño imperios han sido;
todavía estoy durmiendo, mas en sueños fuera bien
y no estoy muy engañado; entonces honrar a quien
porque si ha sido soñado te crïó en tantos empeños,
lo que vi palpable y cierto, Segismundo, que aun en sueños
lo que veo será incierto; no se pierde el hacer bien.
y no es mucho que, rendido,
pues veo estando dormido, Vase CLOTALDO
que sueñe estando despierto.
SEGISMUNDO: Es verdad; pues reprimamos
CLOTALDO: Lo que soñaste me di. esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
SEGISMUNDO: Supuesto que sueño fue, por si alguna vez soñamos;
no diré lo que soñé; y sí haremos, pues estamos
lo que vi, Clotaldo, sí. en mundo tan singular,
Yo desperté, y yo me vi, que el vivir sólo es soñar;
--¡qué crueldad tan lisonjera!-- y la experiencia me enseña
en un lecho, que pudiera que el hombre que vive, sueña
con matices y colores lo que es, hasta despertar.
ser el catre de las flores Sueña el rey que es rey, y vive
que tejió la primavera. con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

FIN EL SEGUNDO ACTO

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