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MAGNITUDES Y PATRONES
Cuando medimos cualquier magnitud como, por ejemplo, una longitud o la intensidad de una
corriente eléctrica, en realidad estamos comparando esa magnitud con alguna otra, que
consideramos arbitrariamente como patrón. Al determinar una masa desconocida en la balanza,
lo que hacemos es comparar esa masa con masas patrones (las "pesas" de la balanza). Estas
pesas, a su vez, han sido comparadas (o calibradas) con algún patrón secundario. Al seguir la
cadena de comparaciones se llega hasta la comparación con el kilogramo patrón, patrón
universal de masa que se conserva en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas en Sèvres,
cerca de París, adoptado mediante convenios internacionales.
De igual forma existen patrones para otras magnitudes, denominadas fundamentales, tales
como el tiempo, la longitud y la temperatura. Diferentes sistemas de unidades reconocen
diferentes magnitudes fundamentales. El Sistema Internacional de Unidades, vigente en la
mayoría de los países, considera sólo siete magnitudes fundamentales, a partir de las cuales se
pueden derivar todas las restantes magnitudes. Las magnitudes fundamentales del Sistema
Internacional de Unidades aparecen en la tabla siguiente.
longitud metro m
masa kilogramo kg
tiempo segundo s
temperatura Kelvin K
cantidad de sustancia mol mol
intensidad de la corriente Ampere A
intensidad de la luz bujía o candela b - cd
Todo objeto, equipo o aparato que pueda ser utilizado para efectuar una medición es un
instrumento de medición. Puede ser algo tan sencillo como una regla graduada, que permite
medir distancias del orden de 1 milímetro, hasta algo tan complejo como un difractómetro de
rayos X, que puede utilizarse para medir distancias del orden de 1 Angstrom (10-10m).
Con independencia de su complejidad y del tipo de magnitud que mida, cualquier instrumento
se caracteriza por poseer alguna escala graduada (digital, de aguja, de cursor deslizante) que
permite establecer la proporcionalidad entre la magnitud que deseamos medir y el
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correspondiente patrón.
El instrumento será más sensible o preciso en la medida que su escala sea capaz de detectar
variaciones cada vez más pequeñas de la magnitud medida. El instrumento será más o menos
exacto según sus valores estén en mayor o menor correspondencia con los establecidos por el
patrón correspondiente.
Un instrumento puede ser muy sensible y a la vez poco exacto, al no estar su escala
calibrada correctamente con relación al patrón.
La falta de exactitud en una medición se relaciona a los denominados errores sistemáticos que
se analizan mas adelante.
Además del error sistemático y del error de apreciación existe otro tipo de error, causado
esencialmente por el operador que realiza la medición al interaccionar con el instrumento, el
cual es incapaz de controlar todos los factores que pueden afectar el resultado de la medición
(variaciones locales de temperatura, corrientes de aire, errores visuales, ubicación imperfecta
del instrumento, fluctuaciones de voltaje en la línea, presencia de campos magnéticos). Estos
errores se denominan errores accidentales,
Error sistemático. Este error se origina esencialmente por una deficiente calibración del
instrumento en relación al patrón. Los errores sistemáticos se pueden reducir al mínimo
comparando la escala del instrumento con los valores proporcionados por patrones conocidos.
(O midiendo la misma magnitud con instrumentos diferentes). Un error sistemático típico es el
corrimiento del cero del instrumento, denominado error de entrada: el instrumento no marca
cero cuando la magnitud medida es nula. Ese valor ficticio se añadirá o restará posteriormente
al de la magnitud medida, introduciendo un error que puede ser significativo. El error de entrada
se puede eliminar ajustando correctamente el cero del instrumento antes de efectuar la
medición.
Otro error sistemático bastante común se relaciona con el uso de los termómetros de mercurio y
alcohol. Los termómetros ordinarios de laboratorio vienen calibrados para inmersión total. Para
que midan correctamente se deben introducir completamente en el sistema cuya temperatura
se desea medir y esperar hasta que se alcance el equilibrio. No obstante, es posible utilizarlos
con buena aproximación en inmersión parcial, pero en ese caso hay que añadir a la lectura To
que marca el termómetro la fracción
Error de apreciación. Mientras mayor apreciación tenga un instrumento (es decir, mientras más
pequeña sea la menor división de su escala), menor será el error de apreciación. Este error es
invariable y propio del instrumento, y no puede ser eliminado o reducido en forma alguna. Es
una medida del error cometido por el fabricante al comparar las lecturas de su instrumento con
los patrones correspondientes. Algunas veces el error que introduce el instrumento no coincide
exactamente con la menor división de la escala, por lo que siempre resulta aconsejable
consultar el manual proporcionado por el fabricante para conocer el valor real del error
introducido.
Error accidental. Originado por factores accidentales o aleatorios entre los cuales se encuentran
las imprecisiones de manipulación del operador que hace la medición. De los tres tipos de
errores es el único que se puede reducir a niveles despreciables aplicando criterios estadísticos,
después de repetir la medición un número suficiente de veces.
Los errores de medición no son equivocaciones. Son parte inherente del propio proceso de
medición. Sin embargo, el error de paralaje, que se comete al leer la escala de un instrumento a
causa de la falta de perpendicularidad en la observación, más que un error de medición es una
equivocación del operador causada por desconocimiento o mal manejo del instrumento. Este
error se origina cuando el operador desconoce que, al leer la escala del instrumento, la línea de
visión debe estar perpendicular a la dirección que forman la escala y el cursor
Otra forma de representar esta situación es tomar el valor medio del intervalo (A1,A2) como valor
más probable; A = (A1 + A2)/2, y la mitad de ese intervalo como una medida del error cometido
en la medición; δA = (A2 - A1)/2 . Entonces, el valor medido de la magnitud M se designa como
M = A ± δA .
Ejemplo: L = 2.54 ± 0.02 m significa que tenemos certeza de que la longitud medida se
encuentra entre 2.52 y 2.56 m (y esto es todo lo que podemos afirmar respecto a la magnitud
medida).
Cuando una magnitud se mide directamente con un instrumento bien calibrado y sin errores
accidentales, se acostumbra asignar al error absoluto el valor de la apreciación del instrumento.
CIFRAS SIGNIFICATIVAS
ρ = 0.987643 (incorrecto)
ρ = 0.9876 (correcto)
En el primer caso, las dos últimas cifras (43) sobran, pues el resultado de la medición sólo
permite afirmar que el valor de la densidad se encuentra en el intervalo
ρ = 0.9876 ± 0.0032
Excepto en el caso de mediciones de alta precisión, se acepta comúnmente utilizar una sola
cifra significativa para el error absoluto, redondeando por aproximación. Igualmente se aproxima
el valor de la magnitud medida. En nuestro ejemplo, 0.0032 ≈ 0.03 y el valor a reportar será
En los libros de texto muchas veces se omite este tipo de notación, y el error absoluto se indica
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solamente especificando el número de cifras significativas con que se expresa la magnitud. Es
decir, si se reporta una densidad con el valor de ρ = 0.98, se sobreentiende que la misma se
midió con un error absoluto no mayor de 0.01 . Sin embargo, si se reporta el valor 0.980, esto
indica que el error fue 10 veces menor (0.001).
El error relativo se define por la relación ε = δM/M mientras que el error porcentual es igual al
relativo multiplicado por 100.
El error relativo representa la fracción de imprecisión cometida en la medición, y resulta útil para
comparar mediciones llevadas a cabo sobre diferentes magnitudes. Por ejemplo, usualmente un
error porcentual del 1% (equivale a medir 100 m con un error de 1 m) es un error aceptable para
mediciones que no requieran gran precisión. Si se desea disminuir este valor, será necesario
hacer un esfuerzo mayor para lograr el resultado, y el esfuerzo será cada vez mayor mientras
menor sea el error deseado. Los valores más comunes del error porcentual en el laboratorio
pueden oscilar entre 0.1 y 5%.
Supongamos que tenemos un instrumento de medición con muy buena apreciación, pero que
diversos factores externos (errores accidentales) alteran las lecturas en un valor superior al de
la menor división de su escala. Entonces, al repetir una medición, obtendremos diferentes
valores de la magnitud medida, con una dispersión superior a la indicada por la menor división
de la escala. ¿Que valor se debe asignar entonces a la magnitud medida?
Sean x1, x2, x3, ........ xN los valores obtenidos al realizar N mediciones sucesivas de la magnitud
x, todos ellos diferentes, (aunque pudiera haber valores repetidos). Es posible demostrar que el
"mejor valor", que más se acerca al verdadero valor de x, viene dado por el promedio aritmético
de los N valores,
y que el error absoluto asociado a este valor promedio viene dado por la expresión
La desviación típica representa la probabilidad de que, al realizar una nueva medición, el valor
medido se encuentre dentro del intervalo x ± σ el 68% de las veces. La probabilidad aumenta al
95% para el intervalo x ± 2σ . De la misma forma, el error absoluto δx expresa que el valor de la
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magnitud medida se encuentra en el intervalo x ± δx con un 68% de probabilidad.
δx
accidental
apreciación + sistemático
aquí D es el diámetro del cilindro y h su altura. Si el diámetro se midió con un error absoluto δD
y la altura con un error δh, ¿qué valor habrá que asignar al valor de V calculado?
Para calcular δV, consideremos los errores δD y δh como si fueran incrementos diferenciales dD
y dh de la función volumen V = V(D,h). ¿Cuánto varía V cuando D y h varían en un dD y un dh
respectivamente? La respuesta la da el cálculo diferencial. El volumen V varía en un diferencial
dV que viene dado por
En la expresión se introduce el valor absoluto de cada derivada para garantizar que, de todas
las posibles combinaciones de signos en 2DhδD y Dδh, se tome el mayor valor. Esto garantiza
que el valor calculado Vo se encuentra efectivamente en el intervalo (Vo+dV, Vo-dV) . En este
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caso dV = δV se denomina error absoluto máximo. El resultado anterior se generaliza
inmediatamente cuando hay más de dos variables involucradas en el cálculo del error.
Un análisis mas profundo del problema, que considera una función arbitraria F = F(x,y,z) y toma
en cuenta la probabilidad de que los errores por exceso de una magnitud puedan cancelar los
errores por defecto de otra, debido a la diferencia casual de signos, conduce al concepto de
error absoluto probable. El error absoluto probable siempre resulta ser algo menor que el error
absoluto máximo, y se calcula por la expresión
PREGUNTAS DE CONTROL
Bibliografía: Errores y mediciones, A. González Arias, Ed. Científico Técnica,1983; Laboratorio de Física , Ed.
ENPES, agosto 1988. arnaldo@fisica.uh.cu 2005