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DEFINICION DE FUNCIO, ESPACIO Y FORMA

En todas sus actuaciones prima la búsqueda de la coherencia, en un trayecto que enlaza la


geometría con la arquitectura y su espacio urbano y natural, con el objeto de favorecer,
optimizar o mejorar el comportamiento ambiental de los edificios, sea cual sea la función
básica para el cual han sido diseñados.
Para José María Tomás Llavador, de lo que se trata, en última instancia, es de acrecentar las
aportaciones que desde la arquitectura se pueden y se deben hacer al hábitat humano, cuya
máxima expresión es sin duda la ciudad y el entorno natural con el que ésta se interrelaciona en
una simbiosis indisoluble.
Una actitud integradora que ha dado origen a soluciones creativas marcadas por la honestidad
y la eficacia, de las que la presente exposición constituye una magnífica muestra. En ella se
pueden ver algunas de sus aportaciones en este sentido, a través de un conjunto espectacular
de maquetas, planos, dibujos y fotografías.

FUNCION
Funcionalismo, en arquitectura, es el principio por el cual el arquitecto que diseña un edificio
debería hacerlo basado en el propósito que va a tener ese edificio. Esta declaración es menos
evidente de lo que parece en principio, y es motivo de confusión y controversia dentro de la
profesión, particularmente a la vista de la arquitectura moderna.
No debe confundirse con el funcionalismo como corriente teórica en las ciencias sociales
(sociología y antropología).
Los orígenes del funcionalismo arquitectónico se pueden remontar a la tríada del arquitecto
romano Vitruvio, donde la utilitas (traducida también como comodidad, confort o utilidad) va de
la mano de venustas (belleza) y de firmitas (solidez) como una de las tres metas clásicas de la
arquitectura.
En los primeros años del siglo XX, el arquitecto de la Escuela de Chicago Louis Sullivan
popularizó el lema la forma sigue siempre a la función para recoger su creencia de que el
tamaño de un edificio, la masa, la distribución del espacio y otras características deben
decidirse solamente por la función del edificio. Esto implica que si se satisfacen los aspectos
funcionales, la belleza arquitectónica surgirá de forma natural.
Sin embargo, el credo de Sullivan es visto a menudo como irónico a la luz del extensivo uso que
hace de intrincados ornamentos, en contra de la creencia común entre los arquitectos
funcionalistas de que los ornamentos no tienen ninguna función. El credo tampoco aclara a que
funciones se refiere. El arquitecto de un edificio de viviendas, por ejemplo, puede fácilmente
estar en desacuerdo con los propietarios de las mismas sobre lo que el edificio debería
parecer, y ambos también en desacuerdo con futuros arrendatarios. Sin embargo, “la forma
sigue a la función” expresa una idea significativa y duradera.
La raíces de la arquitectura moderna se basan en el trabajo del arquitecto franco-suizo Le
Corbusier y el alemán Mies van der Rohe. Ambos fueron funcionalistas por lo menos en el punto
que sus edificios fueron radicales simplificaciones de estilos anteriores. En 1923 Mies van der
Rohe trabajaba en la Escuela de la Bauhaus (Weimar, Alemania), y había comenzado su carrera
de producir estructuras de simplificaciones radicales, y animadas por un amor al detalle que
alcanzaron la meta de Sullivan de la belleza arquitectónica inherente. Es famoso el dicho de
Corbusier “una casa es una máquina en la que vivir” en su libro Vers une architecture publicado
en 1923. Este libro fue, y todavía lo es, muy influyente, y los primeros trabajos que hizo, como
la “Villa Savoye” en Poissy, Francia son tenidos como prototipos de funcionalismo.
A mediados de los años treinta, el funcionalismo comenzó a ser discutido como un acercamiento
estético, más que como una cuestión de integridad de diseño. La idea del funcionalismo fue
combinada con la carencia de ornamentación, que es una cuestión muy distinta. Se convirtió en
un término peyorativo asociado a las formas más baldías y más brutales de cubrir un espacio,
como formas baratas y comerciales de hacer edificios, usados finalmente, por ejemplo en el
crítico academicismo de las cúpulas geodésicas de Buckminster Fuller, simplemente como
sinónimo de «gauche».
En los años setenta, el preeminente e influyente arquitecto americano Philip Johnson sostenía
que la profesión no tiene ninguna responsabilidad funcional de ningún modo, y ésta es una de las
opiniones que prevalecen hoy día. Jhonson dijo «No sé de dónde vienen las formas, pero no
tienen nada que hacer con los aspectos funcionales o sociológicos de nuestra arquitectura ». La
postura del arquitecto «postmoderno» Peter Eisenman se basa en un teórico usuario hostil y es
incluso más extrema «No hago la función». Los arquitectos más conocidos en occidente, como
Frank Gehry, Steven Holl, Richard Meier y Ieoh Ming Pei, se ven a sí mismos sobre todo como
artistas, con una cierta responsabilidad secundaria de hacer sus edificios funcionales para los
clientes y/o los usuarios.
La discusión sobre el funcionalismo y la estética se enmarca a menudo como opciones
mutuamente excluyentes, cuando de hecho hay arquitectos, como Will Bruder, James Polshek y
Ken Yeang que procuran satisfacer las tres metas de Vitruvio.

ESPACIO ARQUITECTONICO

Hablar de espacio Arquitectónico implica comprender el para qué éste fue concebido. Las
referencias iniciales o referenciales durante el proceso de formulación de una hipótesis nos
hablan de mucha información no necesariamente relevante.
¿Es acaso el referente formal el que nos debe orientas? Claramente dependerá de la
importancia que dicho antecedente tenga para el usuario formal. Como ejemplo, la orientación
de una mezquita es fundamental para la vivencia del acto que en ella se ha de vivir.
Sin embargo, la creación del espacio arquitectónico dependerá de lo que en él se quiere lograr.
Por ello, la reinterpretación es adecuada, pues fomenta el diálogo de la arquitectura con el
usuario.
En ese sentido, las permanentes reinterpretaciones de las edificaciones dedicadas al culto nos
permiten comprender el paso del tiempo, la asimilación de tendencias y las nuevas ópticas sin
perder, claramente, el fin último de ellas, cual es proveer del mejor espacio para la meditación,
la reflexión y la celebración del rito.
El deber del arquitecto es procurar aquello, que los actos que se requieran realizar en un
determinado espacio sean servido espacialmente, generando una determinada atmósfera
arquitectonica.
Por ello, el conocimiento del usuario es fundamental. La sola comprensión de sus expectativas
colabora como información ciertamente relevante al momento de diseñar. Serán aquellas
indicaciones las que hemos de traducir en espacialidades adecuadas para su normal
desenvolvimiento, independiente de las variables funcionales requeridas.
Muchas veces, en la formación de los estudiantes se cae inevitablemente en la comprensión de
desarrollos funcionales, traducidos posteriormente en diagramas o flujogramas. Con ello, la
solución en dos dimensiones se considera correcta, pero no se obliga a meditar respecto de la
variable espacial como aquella que dará la diferencia en determinadas situaciones. Nuestra
labor es hacer comprender a los futuros arquitectos que el espacio y sus variables relacionadas
entregan diversos valores agregados a un determinado acto.
 El adecuado manejo del espacio, su proporción, su lectura, los atributos que a él se le dan,
entre otras cosas, permite que la obra de arquitectura se singularice y se haga a la vez,
memorable.

FORMA ARQUITECTONICA
Forma Arquitectónica. En la arquitectura uno de los elementos más importantes a la hora de
diseñares el, sentido de la Forma. La forma a su vez se ve íntimamente relacionada a la función
arquitectónica, la cual esta determinada por el concepto de la misma. La noción del concepto es
un tema importante a la hora de crear las ideas y darle forma a una función especifica,
manipulando, cambiando y variando creativamente una forma, para darle vida a otra totalmente
diferente. Para el éxito total, sobre la creación de una forma es de vital importancia la
comprensión total del proyecto, siempre debe preceder la búsqueda de conceptos físicos que
nos llevan a la forma de la construcción. Formas básicas, agrupamiento de formas por sus
cualidades, relaciones específicas de una forma con otra, son aquellos detalles que originaran y
definen las primeras ideas, aplicando a ello el concepto verbal, visual o ambas. Esto no es más
que expresar un concepto en pocas palabras, para traducirlo luego en imágenes visuales o
forma física. El concepto, resultará de todas las ideas generalizadas, las cuales definen la
expresión de un diseño tomando en cuenta las palabras e ideas claves que determinaran la
función, de igual manera podría definirse como el conjunto de parámetros que serán claves
para la elaboración de un concepto formal. Toda expresión que esta dada en base a una función,
puede partir esencialmente de una forma la cual resultas ser el parámetro principal para
determinar el concepto mismo del diseño.
 La forma determinada siempre por un consejo, debe tener en cuenta que el mensaje
arquitectónico debe ser transmitido con claridad.
 La arquitectura deberá expresar los valores de la cultura que contiene. Cuanto mas
sencillo mejor.
 El diseño de un edifico es la mejor fuente de analogías funcionales y formales de
analogías funcionales y formales.
 La forma arquitectónica es la envoltura física a la solución espacial.
 La claridad y la coherencia son las cualidades que la arquitectura valora en el diseño de
un edificio.
 El reforzamiento de conceptos es un aspecto clave para la planeación para tratar de
dar esas características a la forma del edificio.

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