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EGL.

CREAD

LA COYUNTURA NACIONAL Y LOS CRISTIANOS

El hombre por naturaleza es gregario. Dios mismo lo creo así, en el Génesis vemos que Dios dice
“… no es bueno que el hombre este solo;”…, y de allí nuestra necesidad innata de convivir con
otras personas y formar sociedades que con el tiempo se convirtieron bajo una identidad o interés
común, en clanes, tribus, razas, ciudades estados, comarcas, reinos, naciones y republicas.

También, del hecho que la humanidad debe compartir un espacio común, los conflictos nacieron
casi al mismo tiempo de la salida del hombre del paraíso, expulsado por el pecado y no por Dios
como erróneamente nos enseñan.

Vemos como el primer asesinato se da por Caín sobre su hermano Abel. La razón principal: la
desigualdad. Un sacrificio fue aceptado y el otro no fue bien visto, esto genero conflicto. Gen 4: 4y
5.

Las desigualdades se originan en el hecho de que no todos los miembros de una comunidad gozan
de las mismas oportunidades para acceder a los recursos básicos que facilitan el desarrollo
máximo de sus capacidades personales.

En El Salvador esto es la verdad diaria y que conste, es la verdad y no la realidad. La realidad nos
la construyen o nosotros mismos lo hacemos, de acuerdo a nuestras conveniencias y fines. Por
eso, muchas veces ignoramos o pretendemos ignorar lo que pasa a nuestro alrededor y lo
cubrimos con un manto de religiosidad dejando a Dios la tarea de resolver lo que nosotros hemos
hecho mal.

Más de 12 muertos cada día y nosotros contemplamos impávidos como si fuera una película de
Hollywood al mejor estilo de Terminator. Cada día más sangre derramada que clama por justicia y
nosotros encerrados en nuestra liturgia particular.

Los índices de violencia y ahora de barbarie, ponen al país en los primeros lugares de esta
vergonzosa categoría de países más violentos del mundo, tomando en cuenta el número de
muertos por cada cien mil habitantes. Si tomamos en cuenta que Irak tiene una década de guerra
y que los conflictos étnicos en países del Cáucaso y África son en su mayoría guerras declaradas.
Entre las naciones en “paz”, El Salvador ocupa una posición alta en cuanto a índices de violencia.

Ahora en este país, que debería ser un remanso de paz, se mata y se agrede con lujo y con una
impunidad tan grande que da miedo tan solo el pensar el mandar a los hijos a la escuela. Ni allí
están a salvo ya que, inescrupulosos traficantes les “regalan” su iniciación en las drogas y la
violencia para luego esclavizarlos.

Los últimos acontecimientos nos deben de llamar a la reflexión. Se ha golpeado a la Iglesia


Evangélica con el secuestro y el asesinato, no solo de sus feligreses, sino también, de sus pastores.
La barbarie de ametrallar buses y microbuses del servicio de transporte y la saña contra
indefensos al darle fuego a una unidad en Mejicanos debe de ser un punto de inflexión que diga
una basta ya, no más violencia e impunidad en El Salvador.
EGL. CREAD

Culpamos a los delincuentes, a la policía, al Ministro, al Presidente, a los diputados. Si ellos tienen
responsabilidad. Pero nosotros también la tenemos. Debemos de comenzar con lo que nuestra fe
nos enseña, con la oración y con la fe en Dios. Pero debemos de actuar también como ciudadanos
que somos y dar al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios.

Es nuestra responsabilidad ser “Luz del mundo y Sal de la tierra”, no solo en lo espiritual, sino
también en lo social. Es tiempo de empezar a buscar desde nuestras capacidades como sumar
para resolver esta situación que en poco tiempo nos tendrá en una nueva guerra, la delincuencia
contra la población honrada, ¿Quién la ganará?

La descomposición del tejido social es muy grave y no parece detenerse, lo peor en el horizonte no
hay una salida que alivie la situación. ¿Qué haremos como Iglesia en este problema?
¿Reflexionaremos o solo diremos que hay que orar?

No quisiera hacer eco a comentarios de alguna elite política que dicen “que todas estas acciones
están enmarcadas en un plan para crear caos y desesperación en la población y así tener las
condiciones de un martinato al estilo hondureño”, ya que son demasiado mezquinos esoa
pensamientos.

Debemos reflexionar mucho y decir con el profeta Habacuc:

1:2 ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia,
y no salvarás?
1:3 ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia
están delante de mí, y pleito y contienda se levantan.
1:4 Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío
asedia al justo, por eso sale torcida la justicia

Termino con un poema de reflexión:

CUANDO VINIERON A POR MÍ.

Cuando los nazis vinieron por los comunistas / me quedé callado; / yo


no era comunista. / Cuando encerraron a los socialdemócratas /
permanecí en silencio; / yo no era socialdemócrata. / Cuando llegaron
por los sindicalistas / no dije nada; / yo no era sindicalista. / Cuando
vinieron por los judíos / No pronuncié palabra; / yo no era judío. /
Cuando vinieron por mí / no quedaba nadie para decir algo.

Martin Niemoller.

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