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N 0 ES QUE sea muy divertido, pero tenemos que re- se arraiga el fracaso del estructuralismo? Es que este
flexionar un poco en la antropología marxista, en sus discurso mayor de la antropología social no habla de
causas y efectos, sus ventajas y desventajas. Pues si por la sociedad. Lo que está desterrado, ausente del dis-
una parte el etnomarxismo todavía constituye una po- curso estructuralista (esencialmente del de Levi-Strauss:
derosa corriente de las ciencias humanas, por la otra la pues aparte algunos discípulos más o menos hábiles
etnología de los marxistas carece absoluta (o más bien: -capaces, en el mejor de los casos, de hacer sublévi-
radicalmente) de valor. No es necesario, por ello, exa- Strauss- iquiénes son los estructuralistas?); de lo que
minar sus obras con detalle: la abundante producción este discurso no puede hablar, porque no está hecho
de los etnomarxistas fácilmente puede tomarse en blo- para ello, es de la sociedad primitiva concreta, de su
que, como un todo homogéneo igual a cero. Convie- manera de funcionar, de su dinámica interna, de su
ne, pues, preguntarse por esta nada desbordante de ser economía y de su política.
(ya veremos de qué ser se trata), por esta conjunción Pero con todo -nos dirán- el parentezco y los mi-
entre el discurso marxista y la sociedad primitiva. tos cuentan. Claro. Con la excepción de algunos mar-
Antes que nada, algunas referencias históricas. La an- xistas, todos estamos de acuerdo en reconocer la
tropología francesa se ha desarrollado, desde hace importancia decisiva del trabajo de Lévi-Strauss sobre
veinte años, gracias a la promoción institucional de las Las estructuras elementales del parentezco, libro que
ciencias sociales (la creación de varios cursos de etno- provocó un alud de estudios sobre el parentezco: no
logía en las universidades y en el Centro Nacional de paran de hablar del hermano de la madre y de la hija
Investigaciones Sociales), pero también a la influencia de la hermana. iVaya usted a saber si podrán hablar
de una empresa considerable por su originalidad: la de de otra cosa! Pero hagamos de una vez por todas la
Lévi-Strauss. Por lo mismo, la etnología se había desa- pregunta que nos interesa: ¿el discurso sobre el paren-
rrollado, hasta hace muy poco, principalmente bajo el tezco es un discurso sobre la sociedad?, ¿el conoci-
signo del estructuralismo. Sin embargo, hace aproxi- miento del sistema de parentezco de tal o cual tribu
madamente diez años se invirtió esta tendencia: el mar- nos informa sobre su vida social? Para nada: una vez
xismo (lo que ellos llaman marxismo) fue imponién- que se desmenuza bien un sistema de parentezco, no
dose poco a poco como una línea importante de la in- se ha avanzado gran cosa en el conocimiento de la so-
vestigación antropológica, reconocida por numerosos ciedad en que está establecido, seguimos casi en ascuas.
investigadores no marxistas como un discurso legíti- El cuerpo social primitivo no descansa en los lazos de
mo y respetable sobre las sociedades que estudian los sangre y de la alianza; no es una máquina que sólo fa-
etnólogos. De esta manera, el discurso estructuralista brique relaciones de parentezco: parentezco no es so-
le cedió el paso al discurso marxista como discurso do- ciedad. ¿Quiere esto decir que las relaciones de
minante de la antropología. parentezco son secundarias en la urdimbre social pri-
¿Por qué razones? Proclamar que tal o cual marxista mitiva? Todo lo contrario, son fundamentales. En otras
posee un talento superior al de Lévi-Strauss, por ejem- palabras, la sociedad primitiva, menos que cualquier
plo, desataría la hilaridad general. Si los marxistas bri- otra, no puede concebirse sin las relaciones de paren-
llan no es por su talento, del que están escasamente tezco, y todo el estudio del parentezco (por lo menos
dotados, podríamos decir que por definición: como como se ha practicado hasta hoy) no enseña nada acer-
se verá, la máquina marxista no funcionaría precisa- ca del ser social primitivo. ¿Para qué sirven las rela-
mente si sus mecánicos tuvieran el menor talento. Por ciones sociales de parentezco en las sociedades
otra parte, parece totalmente superficial atribuir la re- primitivas? El estructuralismo no puede proporcionar
gresión del estructuralismo a los vaivenes de la moda, más que una respuesta global: codificar la prohibición
como frecuentemente se hace. En la medida en que el del incesto. Esta función del parentezco sólo explica
discurso estructuralista sirve de vehículo a un pensa- que los hombres no son animales: eso es todo. No ex-
miento sólido (un pensamiento), es transcoyuntural e plica por qué el hombre primitivo es singular, diferente
indiferente a la moda: un discurso vacío se olvida pron- de los otros; por qué la sociedad primitiva no puede
to. Ya veremos qué queda de él. Desde luego, no se tratarse como las demás. Y sin embargo los lazos de
puede atribuir a la moda la progresión del marxismo parentezco cumplen una función determinada, inma-
en la etnología. El marxismo ya desde antes estaba lis- nente a la sociedad primitiva como tal, es decir, como
to para llenar una enorme laguna del discurso estruc- sociedad indivisa constituída por iguales: parentezco,
turalista (en realidad, el marxismo no llena nada, como sociedad e igualdad: la misma lucha. Pero esta es otra
trataré de demostrar). ¿Qué laguna es esta en la que historia, de la que ya hablaremos.
El otro triunfo importante de Lévi-
Strauss se encuentra en el terreno de
la mitología. El análisis de los mitos
ha despertado menos vocaciones que el análisis del pa- Los etnólogos marxistas constituyen una falange os-
rentezco, entre otras razones porque es más difícil, e cura pero numerosa. En vano buscaremos en este cuer-
indudablemente nadie lo haría tan bien como el maes- po disciplinado una individualidad destacada o un
tro. ¿Qué condiciones se necesitan para este análisis? espíritu original: todos, como devotos de la misma
La condición de que los mitos constituyan un sistema doctrina, profesan la misma creencia y salmodian cl
homogéneo, de que “se piensen entre sí”, como dice mismo credo; cada uno está pendiente de que su veci-
el propio Lévi-Strauss. Así que los mitos están relacio- no respete ortodoxamente la letra de los cãnticos que
nados entre sí, son pensables. Muy bien. ¿Pero el mito entona este coro poco angélico. Se me objetará que,
(un mito particular) se limita a pensar en los que están con todo, existen tendencias que se enfrentan. y fuer-
cerca para que la mitología pueda pensar en todos ellos temente. En efecto, cada cual pasa cl tiempo diciendo
juntos? No, por supuesto. También en este caso la con- que los demás son unos impostores pseudomarxistas;
cepción estructuralista ha abolido de manera especial- cada quien defiende su interpretación del Dogma co-
mente clara la relación con lo social: lo que resalta mo la única buena. Naturalmente no me toca a mí de-
antes que nada es la relación de los mitos entre sí, y cidir a quién corresponde el título de marxista auten-
omite el lugar de producción y de invención del mi- tico.. (que se arreglen entre ellos). Pero en cambio (no
to, la sociedad. Que los mitos se piensan entre sí y que es un placer, sino una obligación) puedo tratar de de-
su estructura es analizable es seguro: Lévi-Strauss nos mostrar que sus pleitos de sectas agitan a la misma pa-
da la prueba brillante; pero es en un sentido secunda- rroquia, y que el marxismo de Fulano no vale más que
rio: pues primero piensan en la sociedad que en ellos el de Mengano.
se piensa, y en esto reside su función. Los mitos cons- Tomemos por ejemplo a Meillassoux. Se dice que es
tituyen el discurso de la sociedad primitiva sobre sí una de las cabezas pensantes (ipensantes!) de la antro-
misma; envuelven una dimensión sociopolítica que el pología marxista. En este caso particular no tengo que
análisis estructural naturalmente procura no tomar en trabajar mucho, gracias al minucioso análisis que Ad-
cuenta, so pena de tener una avería. El estructuralis- ler dedicó a una obra reciente de este autor.’ Que el
mo sólo es operativo si cuenta los mitos de la socie- lector se refiera pues a dicha obra y a la crítica de ella:
dad, si los ase etéreos, cuando flotan a buena distancia el libro de Adler es serio, riguroso, más que atento. (Ad-
de su espacio original. Y desde luego por esto nunca ler es en realidad especialista en África, como Meillas-
trata de lo que sin embargo se impone como experien- soux... o mãs bien a diferencia de Meillassoux). El
cia privilegiada de la sociedad primitiva: o sea el rito. pensador marxista debiera estar orgulloso de tener que
En efecto, ¿qué es más colectivo y más social que un ver con un lector tan concienzudo y probarle su reco-
ritual? El rito es la mediación entre el mito y la socie- nocimiento: nada de ello. A las razonabilísimas obje-
dad, pero para el analista estructural la dificultad pro- ciones de Adler (que, como era de esperarse, destruye
viene de que los ritos no se piensan entre sí. Imposible la maniobrd del autor), Meillassoux opone una res-
pensarlos. Así que exit el rito y, con él, la sociedad. puesta’ que puede resumirse fácilmente: los que no
Ya sea que se aborde el estructuralismo por su cima están de acuerdo con la antropología marxista son par-
(la obra de Lévi-Strauss) o que esta cima se considere tidarios de Pinochet. Así nadamás. Sucinta pero clara.
por sus dos vertientes principales (el análisis del pa- Nada de matices cuando uno es un altivo protector de
rentezco y el análisis de los mitos), se impone una cons- la doctrina. Este hombre es una especie de integrista,
tante: la de una ausencia: este discurso elegante, tiene algo de monseñor Lefebvre: su mismo fanatismo
frecuentemente muy rico, no habla de la sociedad. El obtuso, su misma incurable alergia a la duda. Con esta
estructuralismo es como una teología sin dios: es una madera hacen títeres inofensivos. Pero cuando el títe-
sociología sin sociedad. re está en el poder empieza a preocupar y se llama, por
De manera que junto a la mayor potencia de las cien- ejemplo Vichinsky. ¡A Gulag los incrédulos! ¡Ya les
cias humanas se abre paso una petición insistente -y enseñarán a dudar de que las relaciones de producción
legítima- de parte de los investigadores y de los estu- dominan la vida social primitiva.
diantes: ¡queremos hablar de la sociedad, hablemos de Sin embargo, Meillassoux no está solo, y sería injus-
ella! Entonces cambia la escena. Al gracioso minué to con los demás hacer creer que posee el monopolio
de los estructuralistas, despedidos amablemente, su- del marxismo antropológico. En aras de la equidad hay
cede un balet nuevo, el de los marxistas (como se lla- que dar a sus colegas el lugar que se merecen.
man a sí mismos), que bailan una pesada danza, gol- A Godelier, por ejemplo, que en el principio de la
peando con fuerza el piso de la investigación con sus calle de Tournon ha adquirido una buena reputación
zuecos gruesos y claveteados. Por varias razones (po- de pensador marxista. Su marxismo atrae la atención
líticas y no científicas) el nutrido público aplaude. Su- porque parece menos áspero, más ecuménico que el
cede que el marxismo, en tanto teoría de la sociedad de Meillassoux. Este hombre tiene algo de radical so-
y de la historia, es por naturaleza la habilidad para ex- cialista (rojo por fuera, blanco por dentro). ¿Se tratará
tender el discurso hasta el campo de la sociedad pri- de un oportunista? ¡Vaya: es un atleta del pensamien-
mitiva. Mejor: la lógica de la doctrina marxista la obliga to que se ha echado a cuestas hacer la síntesis del es-
a no descuidar ningún tipo de sociedad; en su natura- tructuralismo con el marxismo! Hay que verlo brin-
leza está decir la verdad a propósito de todas las for- cotear de Marx a Lévi-Strauss (¿brincotear, como si fue-
maciones sociales que marcan a la historia. Por esto, ra un pajarito? ¡Da bandazos como un elefante!).
inmanente al discurso marxista global hay un discur- Hojeemos su última obra,i sobre todo el prefacio a
so ya listo de antemano acerca de la sociedad primitiva. la segunda edición -cosa que, dicho sea de paso, pro-
La vida (a)leve
IR A LA IGLESIA
Cuando estoy seguro que nada ocurre adentro mas la superstición, como la fe, termina
me introduzco; el portón golpea sordo tras de mí. y, ¿qué queda cuando se ha ido la incredulidad?
Una iglesia más: esteras, bancas y piedra, Rastrojo en las baldosas, zarzas, contrafuertes, cielo,
y misales; ramilletes cortados el domingo una silueta cada vez menos reconocible,
y ahora secos; un poco de relumbre y cortinas un propósito más oscuro. Me pregunto
en la pared del fondo; un órgano diminuto, quien será el último de los últimos en venir
y un silencio imposible de ignorar, a este lugar por lo que era: ¿uno del personal
fermentado sabe Dios cuándo. Al descubrirme que palpa y anota y sabe lo que era el sagrario?
zafo mis broches de ciclista en reverencia torpe. ¿Un vicioso de ruinas, febril por vejestorios
o adicto a Navidades, contando con su dosis
Sigo andando y recorro la fuente con mi mano. de casullas y estolas, tubos de órgano y mirra?
Desde aquí el techo se diría casi nuevo. ¿O será tal vez mi representante,
¿limpieza o restauración? Alguien sabrá. Yo no.
Subo al púlpito y leo algunos versículos malinformado, aburrido, sabedor de que el dogma
extensos e irascibles y pronuncio “ha terminado” está disperso, pero en marcha hacia esta cruz
en voz inesperadamente alta. Los ecos por suburbios hostiles, pues guardó sin derramar
se alejan como una risa breve. Vuelvo a la puerta, a lo largo del tiempo lo que se halla desde entonces
firmo en el libro y dono unas monedas sin curso. sólo en la separación -matrimonio, y parto,
Pienso que el lugar no valía una visita. y muerte y sus reflexiones-, para quien fue
construida
Pero aquí estoy. De hecho con frecuencia reincido esta cáscara única? Pues aunque ignoro
y acabo siempre en un vacío como éste, lo que vale este granero lleno de avíos
preguntándome qué he de buscar, y me complace encontrarme aquí en silencio;
preguntándome,
cuando los templos caigan por completo es casa seria en seria tierra ésta,
en desuso, ¿en qué los volveremos? ¿Quedarán en cuyo aire mezclado nuestras ansias confluyen,
algunas catedrales en exhibición crónica se reconocen y visten de destinos,
-sus copones y cálices en vitrinas cerradas? y eso nunca podrá ser obsoleto,
¿Heredarán las otras la lluvia y las ovejas? pues alguien habrá siempre que descubra
¿Las evitaremos como lugares de mal fario? un hambre en su interior de ser más serio
y gravite con ella hacia esta tierra,
¿O vendrán por la noche mujeres equívocas propia según oyó para florecer sabiamente,
a que sus hijos toquen una piedra especial? así sea porque tantos yacen a su alrededor.
¿Buscarán hierbas para el cáncer, o en alguna
noche señalada verán rondar un muerto? Philip Larkin
Algún poder seguirá estando presente
en juegos y acertijos, como al acaso, Traducción de Jorge Ruiz Esparza