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-¡Pide un deseo!
Era el mismo deseo desde hace años, no había otra cosa que deseara en el
mundo, y como todos los últimos años, pensaba con cuál fin pedía lo mismo,
nunca pasaba nada, pero ese día era especial, no porque no fuera mi
cumpleaños, no porque la jefe y mis compañeros lo celebraran por adelantado,
no porque estuviera trasnochado por la U y por el trabajo, sino por lo que
desencadenaría aquel “Happy Birthday” que se les dio por cantar aquel día.
Al otro día, llegaban las felicitaciones, los correos, las llamadas, como a todos,
todos los años; fuera de eso era un día laboral normal, yo y dos computadores
por delante, de aquí para allá, pero toda acción tiene una reacción, de pronto
un simple “Hola”, lo cambio todo, temblé, me paralicé, como siempre pasaba
cuando ella saludaba. Con una sonrisa devolvía el saludo por la ventana de
Chat, y aunque iba y venia entre los dos computadores, no perdía de vista
aquella ventana, el resto ahora no tenía ninguna importancia.
De ahí en adelante no dejaba de pensar que pasaría, cuando saliera con ella,
ella inocente de todo, de mi sentimiento oculto, de lo que pocos sabían, como
un secreto templar lo ocultaba, me preguntaba como iba a ser para calmarme,
para lograr unir lógicamente dos palabras en forma seguida, para que mi mano
no temblara y no se me fuera la voz. Así solo con mi mente pensando en ello,
llego el día, ella durante el día me preguntaba si esta vez podía y mi agenda lo
permitía, ante los nervios con mi sarcasmo jugaba, le decía que esperaba la
limosina, que no caminaría, ella siguiendo la corriente se disculpaba pues su
“limosina” estaba en reparación, que la disculpara ante tal agravió; yo ante
nada mas que decir, seguía colocando reparos y ante el “tire y afloje” que se
había convertido una simple invitación a un helado, al final a “regañadientes”
accedí. Llegada la noche me pregunto “¿estas listo?”, yo mentí y dije “si“, y
mientras la esperaba afuera, me dije a mi mismo: “es un helado no mas, más
de media hora no puede durar, relájese y disfrute hombre!”.
¿Y que se supone que iba a decir? Que era ella la que me gustaba, que desde
el primer momento en que la vi sentí todo esto, y que por años se lo he
ocultado por alguna clase de miedo que no puedo controlar; no podía decirle
eso, ella tiene su novio y me invito como un amigo, en agradecimiento a su
amistad, lo había hecho de forma desinteresada y yo no podía salirle con eso
así, pero tampoco podía decirle mentiras, no así; al final le dije que si había
alguien por ahí, que por cuestión de espacio-tiempo no podía pasar nada entre
ella y yo, pero que si había alguien por ahí, aclaraba en mi tartamudez, creo
que mientras lo decía, bajaba la cabeza así que no pude ver su reacción, si le
convenció o sintió algo raro, no lo se, recuerdo que yo quería cambiar de tema,
no quería que me siguiera preguntando sobre esos asuntos y yo no le iba a
preguntar que como iba con su novio y esas cosas, en realidad no quería
hablar de eso; entonces la mesera salvo la situación preguntando si íbamos a
ordenar postre, ella hizo un gesto de satisfacción y no pidió, por mi parte no
sabia si tenia hambre o sed, así que dije que no igualmente, ella pidió la cuenta
y pagó mientras yo ahí como un tonto que no sabia que hacer.
No era nada grave, solo que comprará una droga para mi hermana, mi mamá
no se atrevía a dejarla sola, y yo como hombre de la casa debía cumplir mi rol,
pero no era nada grave eso es cierto, pero era más como para que volviera
pronto a casa que otra cosa, llegando a mi casa, la llamé a ver si ya había
llegado, ella me contesto y me decía que recién estaba abriendo la puerta de
su casa e hizo una broma sobre aquel suceso, yo reí y note que ambos
estábamos mas calmados, ella me pregunto sobre la llamada y le conté que no
había ningún problema, ya todo estaba bajo control, por enésima vez le
agradecí la maravillosa noche que pase, y que tuviera una feliz noche, ella me
dijo lo mismo y nos despedimos. Mientras entraba en mi casa pensaba en el
deseo que había pedido al apagar la vela de la torta de mi cumpleaños. -¡Pide
un deseo! Era lo que me decían un día antes de mi cumpleaños.
…continuara...