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La mandrágora

Nicolás Maquiavelo

El Renacimiento marcó el abandono de los dogmas religiosos y el poderío de la iglesia seguidos


a fuerzas por los artistas de la época medieval y buena parte de mismo. Este es el caso del
teatro en el cual los temas variaban y se enfocaban en el hombre, en las costumbres y no tanto
en la moralidad. Se optó por la comedia aunque la forma no se alejaba completamente de los
clásicos, específicamente de Plauto. La mandrágora es una obra de Nicolás Maquiavelo,
ambientada en Florencia en el año 1504, fue escrita en 1518 – 1520 y representada en la
misma Florencia y en Roma.
Su estructura consta de cinco actos divididos en escenas, se desarrolla en la plaza de la ciudad,
alrededor de la cual están dispuestas las casas de los protagonistas y la iglesia; incluye
acotaciones de iluminación para manejar el tiempo y el sonido, tal vez para darle al monólogo
más fluidez ya que se trata de una comedia; a pesar de ello también utiliza “solos” de algunos
personajes como un elemento que refresca la historia y permite desacelerar la acción.
El tema de la obra resalta tres aspectos principales. 1 La visión de hombre renacentista está
plasmada en esta obra, pues Maquiavelo dibuja distintos personajes tipo que logran reflejar la
sociedad florentina que él observaba desde una percepción estética, social, política y laica. 2)
Además trata del papel que juega el dinero en aquella sociedad; relata cómo Ligurio hace uso
de éste para conseguir los favores necesarios para cumplir el objetivo lascivo de Calimaco. Por
último, refleja el papel de la iglesia, no como una novedad, pero sí como tema laico, sin
tapujos ni falsa sacralidad.
En resumen esta obra trata un tema “ligero”, como su autor lo anunciara en el prólogo, los
vicios de la sociedad de su época, el hombre despojado y al mismo tiempo sirviéndose de la
doble moral de la iglesia católica y toma el tema erótico, tráfico de influencias y estupidez de
algunos protegidos por su fortuna y renombre.

Los personajes
Calímaco representa las pasiones humanas, pues su conducta carece de reflexión y es
motivada por una pasión prohibida, sin embargo cumplida.
Ligurio es el hilo conductor de toda la acción en el desarrollo de la obra, haría lo que fuese por
dinero. Se le llama vividor varias veces.
Nicia es el referente de la incultura de los ciudadanos, un hombre simple con una vida carente
de honor y objetivo.
Timoteo, el cura, es la figura de una iglesia totalmente prostituida por el interés económico
que apadrina acciones viles con tal de obtener una gratificación monetaria.
Sostrata, suegra de Nicia hace referencia a la antigua generación que a pesar de su naturaleza
oscura, prefería actuar con el respaldo de la iglesia aunque con el conocimiento del pecado.
Siro, el único personaje con la capacidad de emitir juicios, pero imposibilitado de intervenir de
manera decisiva en la acción, hace las veces de testigo y una cierta consciencia que es
rápidamente acallada.
Lucrecia es la dama cuyos favores desea Calímaco, pero al final cede ante la declaración de
amor de éste y elabora todo un plan para seguir los amoríos a pesar de su esposo.

Argumento
El joven Calímaco está enamorado de Lucrecia, casada con Nicias, hombre simple y mucho
mayor en edad que su esposa.
El matrimonio tiene el problema de la falta de hijos, sobre lo que el malicioso Ligurio va a
aconsejar que el marido vaya a tomar unos baños, con la doble intensión de llevar a Calímaco
hasta el lecho de Lucrecia.
En el camino idea un oportuno engaño, en donde el joven amante se hará pasar por médico, y
utilizará mandrágoras para sus remedios.
Además, deberán convencer, sin demasiado esfuerzo, a la madre de Lucrecia y a Fray Timoteo,
que verá con buenos ojos “la obra de caridad” a cambio de una suculenta limosna.
Al final todos logran su propósito, Nicia cree que tendrá un hijo y Calímaco acuerda seguir de
amante con Lucrecia.

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