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El deber de un devoto
Un presidente de un templo o líder de un departamento de Conciencia de Krishna lidera en
base de su inspiración de guiar a los demás en los parámetros de la asociación vaisnava
amorosa. Es el deber de un devoto hacer feliz a todos los demás. A veces, esto resulta
imposible por ciertas circunstancias, pero bajo ninguna circunstancia uno debe hacer sentir
mal o infeliz a los demás.
La misma vida nos tiene a veces en circunstancias infelices, sobre todo nuestra mente y
nuestro ego falso nos tortura mucho, inclusive entramos en conflictos con los demás por esta
razón. Buscamos los errores en los demás para justificar los nuestros, nuestra mente trata de
desanimarse en la vida espiritual apoyándose en las fallas que podemos detectar en los
demás. Esa es la lucha diaria de cada uno.
Los devotos que saben esta problemática siempre tratan de superar este problema llegando a
nuestro corazón con su afecto y con su comprensión, claro, los líderes no deben volverse
amorosos alcahuetes de la pereza de nosotros. Cuando alguien no tiene las ganas de aceptar
responsabilidad, una cierta exigencia básica en la convivencia es muy necesaria. Por ello los
comandantes de los templos y los presidentes aveces tienen que tomar el papel de exigir una
cierta participación de los demás. Pero hasta esto lo tienen que hacer con humor y cariño y no
con temor o maceos despiadados.
Estos agentes que nos quieren poner en contra del otro para que les compremos sus armas,
para que les sigamos comprando sus drogas y su alcohol, para que les sigamos el
consumismo inspirado en la lujuria. Y para que sigamos haciendo daño a la madre tierra y a
nuestra salud, para que le sigamos comprando químicos y productos de la industria
farmacéutica que son en gran parte innecesarios y dañinos. Hay que reconocer los agentes de
Kali Yuga de la era de riña e hipocresía y los abusos para poder reconocer quienes son
nuestros pobres ilusionados que participan en engañar a los demás.
La influencia materialista que está arruinando nuestra salud y nuestro planeta, es básicamente
una influencia atea. Ellos solamente creen en el beneficio inmediato, si pueden llenar su
bolsillo de plata. Ellos no creen en ningún futuro, ninguna ley de karma o responsabilidad.
Ellos buscan mantenernos en ignorancia, un tonto adicto es el mejor cliente que hay,
envidioso y lujurioso. El va a comprar todo lo que la sociedad moderna está fabricando y no va
a pensar en el futuro de sus hijos y de la tierra. Por ello, ellos han establecido la educación
atea en todas las escuelas y universidades del mundo. Y se puede decir con bastante éxito,
aunque cuando la gente guarde cierto aprecio sentimental religioso, su forma de conducir su
vida es primordialmente materialista.