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Cuando hablamos los Venezolanos de los Derechos Vitales de nuestros pueblos indígenas,
nos vamos directamente a nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
que desde su preámbulo, su capítulo VIII, dedicado especialmente a ellos, se les reconoció
esa deuda histórica que tenía el Estado con estos pueblos. Se les dio Autonomía dentro de
su hábitat, como ninguna otra Constitución lo había hecho y ni siquiera pensado. Un
derecho a la propiedad colectiva (hábitat) y de los Recursos y más.
El reconocimiento formal y expreso del capítulo VIII que consagra los derechos de
nuestros Pueblos Indígenas en la nueva Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, constituye sin lugar a dudas el mayor logro político y social del movimiento
indígena venezolano, demostrando así una clara visión de su propio accionar histórico
cultural en la lucha por sus derechos propios y vitales, y cuyo objetivo principal es la
construcción de una Nación Plurinacional en cada uno de los territorios donde se
encuentran asentados. Y para que lo que está plasmado en la CRBV, sea un hecho se creó
el mecanismo de la Ley Orgánica De Pueblos y Comunidades Indígenas.
En este orden de ideas, la CRBV de 1.999 desde su Art. 119 hasta el Art. 126, reconoce
los Derechos Fundamentales o vitales de los Pueblos Indígenas, que son: La propiedad de
los territorios que tradicionalmente han ocupado. El uso de sus lenguas como idiomas
oficiales, además del castellano. El Derecho a tener su propia Organización Social, Política
y económica y el aprovechamiento de sus Recursos Naturales y su propiedad Intelectual.
El artículo 119 de la CRBV, reconoció por primera vez la Autonomía organizativa social,
política y económica de los Pueblos Indígenas al establecer lo siguiente; “El Estado
reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social,
política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su
hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y
que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida”.
En consonancia con lo anterior, el artículo 121 del mismo texto constitucional establece
que los Pueblos Indígenas “tienen el derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y
Cultural”
La jurisdicción indígena tiene las funciones y facultades que sean definidas por cada
pueblo indígena, así como aquellas que el Estado le reconoce a la jurisdicción ordinaria.
Estas facultades incluyen la potestad de investigar, conocer los casos, tomar decisiones y
ejecutar dichas decisiones, incluyendo la posible restricción de derechos o el uso de la
fuerza para obligar el cumplimiento de las mismas cuando sea necesario.
El ente ejecutor de la política indígena del país será, el Instituto Nacional de Pueblos
Indígenas, el mismo será independiente en cuanto a su patrimonio, que será asignado por el
Ejecutivo Nacional. La ley estipula todo lo concerniente a su conformación y
funcionamiento. (Arts. 142 al 147 L.O.P.C.I). También es creado un Fondo para el
desarrollo Integral de los Pueblos y Comunidades Indígenas.
DERECHO A LA PROPIEDAD COLECTIVA Y LOS RECURSOS:
CONTENIDO Y ALCANCE DE ESTE DERECHO
Con relación al derecho Del Hábitat y Tierras de los pueblos y comunidades indígenas,
ambiente y Recursos Naturales en su Titulo II de la Ley Orgánica de Pueblos y
Comunidades Indígenas (2005), señala:
Que el Estado reconoce y garantiza a los pueblos y comunidades indígenas, los derechos
originarios y la propiedad colectiva sobre las tierras que ocupan, a las que han tenido
acceso ancestral y tradicionalmente y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus
formas de vida. Las tierras de los pueblos y comunidades indígenas son inalienables,
imprescriptibles, inembargables e intransferibles, de acuerdo a lo establecido en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Es por ello que, el Estado debe ser garante de la protección y seguridad debida en el
hábitat y tierras de los pueblos y comunidades indígenas en los espacios fronterizos. Estos
pueblos y comunidades ubicados en zonas fronterizas tienen el derecho de mantener y
desarrollar las relaciones y la cooperación con los pueblos y comunidades indígenas de
países limítrofes, en actividades de carácter social, económico, cultural, espiritual,
ambiental y científico.
La Ley también contempla, la demarcación del hábitat y tierras de los pueblos y
comunidades indígenas, lo cual hará el Poder Ejecutivo, conjuntamente con estos, a los
fines de su titulación de acuerdo con los principios y el procedimiento establecido en esta
Ley en sus Arts. 23 al 47.
La ley en su capituloV, VI y VII, desde el Art. 48 hasta el Art. 61, también regula, todo
lo relativo a el ambiente y recursos naturales de los pueblos y comunidades indígenas, así
como del Derecho a un ambiente sano, creando una corresponsabilidad entre el Estado y
estos pueblos y comunidades indígenas para la prohibición de sustancias tóxicas y
peligrosas, la preservación de las zonas de interés turístico, de la educación ambiental con
criterios adecuados a las costumbres y tradiciones indígenas, para el aprovechamiento
idóneo y sustentable de los recursos naturales en territorios indígenas.
Por otra parte, reconocidos dirigentes de diversas culturas indígenas del hemisferio se
han organizado en redes políticas sofisticadas y están luchando para mejorar sus
condiciones de vida y extender su participación en las decisiones gubernamentales que
afecten su desarrollo. Así lo demostró en 1994 el movimiento insurgente indígena de
Chiapas (México), que se organizó como un ejército denominado Frente Zapatista por la
Liberación Nacional (F.Z.L.N.), y el cual presentó un pliego de peticiones al gobierno del
entonces Presidente Salinas de Gortari, entre las cuales figuraban la solución al problema
agrario por el acceso a las tierras, el autogobierno y el mejoramiento de la infraestructura de
las comunidades indígenas. Todo ello como reacción a la política neoliberal que se deseaba
imponer a través del Tratado de Libre Comercio y que apostaba por la integración del país
azteca “... al circuito productor y consumidor de la economía norteamericana”, sin tomar en
cuenta los derechos de los diez millones de indígenas diseminados en los diversos estados
de la Unión. Después de las tensiones del 22 de diciembre de 1997 como consecuencia de
la muerte de 45 indígenas mayas de la población de Acteal por parte de grupos
paramilitares, el presidente mexicano Ernesto Zedillo firmó un Pacto de Desarrollo en
Chiapas, sobre la base de una verdadera justicia social que pretende garantizar las
demandas específicas de estos pueblos.
Otro reto trascendente lo constituyó la lucha por la autonomía de los pueblos mayas en
Guatemala, quienes se incorporaron a la guerrilla guatemalteca en la década de los ochenta
y lograron en el periodo 1995-96 el “Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos
Indígenas”, el cual les garantizó formalmente el derecho a sus tierras, el uso de la lengua en
las zonas mayahablantes, el uso del traje y el respeto de sus costumbres milenarias y el
respeto de su derecho consuetudinario por encima del derecho positivo nacional. De allí
que los gobiernos latinoamericanos ven al movimiento indígena como un problema más
para sus economías estancadas, quienes además tienen que responder a las demandas de las
otras organizaciones sociales ya establecidas, como lo son las fuerzas militares, la Iglesia,
los partidos políticos y otros.
En este orden de ideas podemos referir que la Asamblea General de las Naciones
Unidas, por Resolución Nº 48/163 de fecha 18-02-94, proclamó el Decenio Internacional de
los Pueblos Indígenas del Mundo, el cual constituirá el espacio apropiado para desarrollar
las acciones básicas que, tanto en el plano nacional como en el internacional, se requieran
para crear las condiciones necesarias para avanzar hacia el establecimiento de un nuevo
orden de relaciones entre los pueblos indígenas y los distintos Gobiernos.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas fue
adoptada en Nueva York el 13 de septiembre de 2007 durante la sesión 61 de la Asamblea
General de las Naciones Unidas.
Carácter de la Declararación
Contenido
INTEGRANTES:
Autonomia y Autogobierno:
Concepto y Alcance
Experiencia en otros países