Está en la página 1de 2

Editorial Diario La República 01/03/11

Inicio del año escolar

Poco más de ocho millones de estudiantes inician hoy el año escolar, con un mes de

anticipación respecto de la que hasta hace poco fue fecha tradicional de comienzo de clases.

La medida ha sido bien recibida, dentro de la nueva política que busca que los alumnos en

proceso de escolarización incrementen de modo significativo el número de horas de clase que

reciben.

Sin duda que el actual gobierno se ha beneficiado de esa suerte de sentido común ciudadano

sobre nuestro sistema educativo, que por fin es consciente de que atravesamos la crisis más

grave –un verdadero grado cero– en la historia de la educación nacional y que si no

aplicamos los correctivos que se imponen para lograr una reforma habremos condenado a

varias generaciones a las tinieblas de la ignorancia, fruto del mal aprendizaje.

Es que las mediciones de comprensión de lectura o razonamiento matemático nos sitúan en

los últimos lugares del continente, solo superando a Haití. De ahí el consenso general

existente sobre la necesidad de lograr una reforma que nos conduzca a una educación de

calidad, consenso que va desde mejorar la formación de los profesores mediante estricto

orden de méritos en la Carrera Pública Magisterial hasta la incorporación de otras formas de

aprendizaje entre los estudiantes, con control de las mismas.

Al respecto puede decirse que el hoy premier y titular de Educación, Antonio Chang, que

empezó su gestión con medidas tan favorables y dignas de apoyo como la evaluación de

profesores y la dación de la Ley de Carrera Pública Magisterial, ha cedido un tanto el paso en

una tarea que debe ser constante. Se abandonó la tesis del tercio superior, que suscitó

resistencia en el gremio, aunque se han retomado las evaluaciones y cursos de capacitación,

con incremento salarial para los mejores, lo que es acertado.

También nos parece digna de apoyo la norma que establece la no interrupción del calendario

escolar por fiestas patronales o eventos externos que impidan cumplir la meta de 1.200

horas de dictado de clases al año. Aunque es verdad que en parte de los 94.000

establecimientos escolares, los situados en regiones golpeadas por una estación

terriblemente lluviosa y en la que han habido inundaciones, la apertura del año escolar

deberá esperar.

Al lado del aumento de horas dictadas, hay medidas insoslayables que tomar en pro de una

real reforma: 1) Reforzar la formación pedagógica y socializadora de los profesores, con


revisión de los contenidos curriculares; 2) Tomar acciones concretas para que el sistema

educativo abarque la totalidad de niños y jóvenes; 3) Convertir las escuelas de zonas pobres

en centros de formación integral, que abarquen alimentación y salud. Y, lo último pero no lo

menor, consolidar al Consejo Nacional de Educación como ente rector de la reforma y aplicar

sus propuestas pedagógicas. Hay tarea para varios gobiernos más. 

También podría gustarte