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WEB
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La Web fue creada alrededor de 1989 por el inglés Tim Berners-Lee y el belga Robert
Cailliau mientras trabajaban en el CERN en Ginebra, Suiza, y publicado en 1992. Desde
entonces, Berners-Lee ha jugado un papel activo guiando el desarrollo de está ndares
Web (como los lenguajes de marcado con los que se crean las pá ginas web), y en los
ú ltimos añ os ha abogado por su visió n de una Web Semá ntica.
El primer paso consiste en traducir la parte nombre del servidor de la URL en una
direcció n IP usando la base de datos distribuida de Internet conocida como DNS. Esta
direcció n IP es necesaria para contactar con el servidor web y poder enviarle
paquetes de datos.
El siguiente paso es enviar una petició n HTTP al servidor Web solicitando el recurso.
En el caso de una pá gina web típica, primero se solicita el texto HTML y luego es
inmediatamente analizado por el navegador, el cual, después, hace peticiones
adicionales para los grá ficos y otros ficheros que formen parte de la pá gina. Las
estadísticas de popularidad de un sitio web normalmente está n basadas en el nú mero
de pá ginas vistas o las peticiones de servidor asociadas, o peticiones de fichero, que
tienen lugar.
Aparte de las utilidades creadas en los servidores Web que pueden determinar
cuá ndo los ficheros físicos han sido actualizados, los diseñ adores de pá ginas web
generadas diná micamente pueden controlar las cabeceras HTTP enviadas a los
usuarios, de forma que las pá ginas intermedias o sensibles a problemas de seguridad
no sean guardadas en caché. Por ejemplo, en los bancos on line y las pá ginas de
noticias se utiliza frecuentemente este sistema.
Esto nos ayuda a comprender la diferencia entre los verbos HTTP 'GET' y 'POST' - los
datos solicitados con GET pueden ser almacenados en la caché, si se cumplen las otras
condiciones, mientras que con los datos obtenidos después de enviar informació n al
servidor con POST normalmente no se puede.
Berners Lee dirige desde 2007 el World Wide Web Consortium (W3C), el cual
desarrolla y mantiene esos y otros está ndares que permiten a los ordenadores de la
Web almacenar y comunicar efectivamente diferentes formas de informació n.
Como bien se ha descrito, el alcance de la Red hoy día es difícil de cuantificar. En total,
segú n las estimaciones de 2010, el nú mero total de pá ginas web, bien de acceso
directo mediarte URL, bien mediante el acceso a través de enlace, es de má s de 27.000
millones; es decir, unas 3 pá ginas por cada persona viva en el planeta.[11] A su vez, la
difusió n de su contenido es tal, que en poco má s de 10 añ os, hemos codificado medio
billó n de versiones de nuestra historia colectiva, y la hemos puesto frente a 1.900
millones de personas. Es en definitiva, la consecució n de una de las mayores
ambiciones del hombre: desde la antigua Mongolia, pasando por la Biblioteca de
Alejandría o la mismísima Enciclopedia de Rousseau y Diderot el hombre ha tratado
de recopilar en un mismo tiempo y lugar todo el saber acumulado desde sus inicios
hasta ese momento. El hipertexto ha hecho posible ese sueñ o.
Como la web tiene un á mbito de influencia global, se ha sugerido su importancia en la
contribució n al entendimiento mutuo de las personas por encima de fronteras físicas
o ideoló gicas. Ademá s de todo lo reseñ ado, la red ha propiciado otro logro sin
precedentes en la comunicació n como es la adopció n de una lengua franca, el inglés,
como vehículo a través del cual hacer posible el intercambio de informació n.