1. Suelen tener una causa. Detrás suele haber un sufrimiento
emocional y sentimiento de ser diferente. 2. No forzar nunca al niño ante situaciones nuevas. Primero hay que consolidar las que ya ha asumido con éxito. 3. No ridiculizarlo ni hacerle sentir diferente a los demás. No compararlo con los demás. 4. El niño/a debe saber que conocemos y comprendemos su problema y estamos dispuestos a ayudarle incondicionalmente. 5. Darle confianza y tiempo. Motivarlo a que vaya superando, conforme a su edad, nuevos retos pero sin agobiarle. Cada niño/a tiene sus propias estrategias para afrontar las situaciones estresantes y debemos potenciarle las que consideremos adecuadas. 6. Tratar el problema con naturalidad, sin que vea en los padres una preocupación excesiva, eso supondría una carga adicional. 7. Vigilar y corregir ( sin reprimendas) las verbalizaciones irracionales o exageradas. Según la edad del niño se puede reflexionar acerca de estas ideas fatalistas. 8. Buscar un amigo ( de su misma edad) de confianza, para que le sirva de modelo. Puede resultar útil como parte de la estrategia de tratamiento. 9. La timidez es una característica de nuestra personalidad. Si el niño parece estar perdido o incómodo en clase, intervenga para ayudarlo/a. 10. Aproveche los pequeños grupos y actividades cooperativas de la clase para hacer que todos los niños participen. 11. Enseñe habilidades sociales, maneras específicas para abordar a otros. 12. Hable con los padres si sigue infeliz o reservado.