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Insumos Seminario Ambiente
Insumos Seminario Ambiente
Cómo se puede reducir el impacto ambiental de la informática.
Los servidores y discos duros deberían estar encendidos sólo cuando son necesarios,
de forma que éstos puedan conectarse cuando la demanda lo requiera.
La empresa de servicios tecnológicos EDS difundió una serie de consejos para empresas y
gobiernos para reducir el impacto ambiental de la informática en 2008.
La primera opción es cambiar la idea de "aplicación" ‐o servidor‐ que tienen muchas
empresas.
La virtualización de los servidores permite que múltiples aplicaciones operen de forma
segura con el mismo servidor físico. "Trasladar la actividad de los servidores del 15‐20% de
su utilización al 80‐90% permite trabajar mejor usando el mismo perfil de energía", defiende
EDS.
Otra de las recomendaciones pasa por apagar los servidores que no se usen. "Lo mejor para
ahorrar energía es no utilizarla", recalca la compañía, que recuerda que "servidores y discos
duros deberían estar encendidos sólo cuando son necesarios, de forma que éstos puedan
conectarse directamente en cuanto que un incremento de la demanda lo requiera".
La tercera opción es emplear técnicas de ahorro de energía ya aplicadas hoy en las
computadoras portátiles. Cuando la demanda lo permita, las organizaciones "deberían
programar los servidores para que funcionen a una velocidad inferior a la normal, con la
consiguiente reducción en el consumo de energía", asegura EDS.
Además, ‐opina la compañía, según informó la agencia Europa Press‐, "las empresas
deberían siempre elegir un servidor con el suministro de energía más eficiente disponible
con la configuración seleccionada".
Optimizar las aplicaciones que operen desde el centro de datos es otro de los consejos de
EDS, ya que "un software ineficiente o que produce poco valor de negocio debería ser
reducido, optimizado o eliminado".
El mantenimiento riguroso también es considerado fundamental por la compañía, puesto
que los gestores de los centros de datos pueden mejorar la eficiencia de sus capacidades
mediante un mantenimiento que asegure que todos los equipamientos están operando al
máximo de su eficiencia. "También se puede mejorar la eficiencia mediante la modificación
de la distribución y configuración de los equipos para reducir en enfriamiento de los
mismos", añade EDS.
Además, los procesadores más veloces permiten aumentar la eficiencia mientras se reduce el
uso energético, y prestar atención a las operaciones de las infraestructuras es otra de las
claves. "Cuando una empresa se excede en el coste de compra de un servidor, normalmente,
y si éste es bueno, la ecuación se inclina a favor de una mayor eficiencia y rigor, algo tan
positivo para el medio ambiente como para las cuentas de la empresa", explica la compañía.
Y es que, otra de sus recomendaciones es "invertir en ser verde", puesto que "es importante
buscar aplicaciones tecnológicas innovadoras que supongan un considerable impacto tanto
para las empresas como para los clientes". Como ejemplo, EDS cita los interruptores que se
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apagan automáticamente, que pueden ahorrar hasta un 40% de electricidad, los termostatos
programables para normalizar la temperatura cuando se desocupen los edificios, etc.
Finalmente, EDS adelanta que "el mundo verá una explosión de tecnologías de la
información que se irán desarrollando según nos movamos a un régimen de menor consumo
energético en edificios nuevos y antiguos en los próximos años". "Las ventajas de consumir
menos electricidad reducen los costos estructurales y el carbono en la atmósfera, lo que es
bueno para el negocio y para el planeta", asevera.
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Se desechan 80 mil toneladas de basura electrónica.
El recambio tecnológico y el consumo de aparatos o dispositivos electrónicos es tan
alto que el ciclo de vida de estos equipos cada vez es menor.
De la mano del boom de ventas y planes canje de electrodomésticos, celulares e informática,
en la Argentina se desechan 80.000 toneladas año de chatarra electrónica por año, advirtió
un análisis privado.
De todos modos, considerando la generación por habitante y año, que suma 2 kilos, los
argentinos están rezagados frente a los suizos, donde se generan 10 kilos por habitante al
año, y los norteamericanos que descartan 6 kilos.
Sin embargo, en Europa, Japón o América del Norte, entre 30 y 80 por ciento de la chatarra
proveniente del consumo de electrodomésticos, TV, audio, informática y celulares, tiene por
destino el reciclaje o recupero de componentes y materiales.
Según el informe de la consultora e‐Scrap, difundido por la agencia DyN, sea por normativas
específicas o por iniciativa de la industria, existe en esos países una responsabilidad
posconsumo y cada vez menos toneladas van a parar a los basurales.
"Por día, cada argentino genera entre 0,8 y 1 kilo de residuos domésticos", indicó el biólogo
Gustavo Protomastro, quien añadió que "al año se generan entre 300 y 365 kilos, es decir, un
tercio de tonelada de residuos por habitante".
Frente a ello, señaló que "la cifra de 2 kilos de chatarra electrónica por año parece poco,
pero el impacto ambiental de disponer una heladera o un monitor en CEAMSE o cualquier
basural es mucho mayor que los restos orgánicos o envases, por la presencia de sustancias
peligrosas como el mercurio, cadmio, plomo y bromo, entre otros metales pesados".
"Esta contaminación, llega al suelo, al agua o a aire, y tarde o temprano nos afectan a las
personas y ecosistemas. Por eso, nadie va a querer un CEAMSE cerca mientras siga
recibiendo basura tóxica", sostuvo Protomastro, director de e‐Scrap.
El parque de telefonía celular superó los 32 millones de unidades, esto es, un teléfono por
argentino mayor de 5 años; la venta de heladeras se acerca a las 800.000 anuales, la de
lavarropas a 900.000 y la de computadoras superó holgadamente el millón y medio.
Las conexiones a banda ancha llegan a 2 millones: no sólo generan chatarra electrónica los
consumidores, sino todos los que le proveen electricidad, comunicaciones, datos, servicio
técnico y venta.
"El recambio tecnológico y el consumo de aparatos o dispositivos electrónicos es tan alto,
que el ciclo de vida de un teléfono celular es de 2 años y, por ejemplo, existe una fuerte
migración de la TV o los monitores a las pantallas planas de plasma o LCD; de las
videocaseteras al DVD, y de los equipos de audio al MP3", explicó Protomastro. En ese
sentido, subrayó que "todo lo viejo, pasa rápidamente a ser chatarra".
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La proyección para las computadoras importadas portátiles es de un crecimiento de 100 por
ciento en 2007, y en las de escritorio de 25 por ciento, lo que totalizan 200.000 equipos
adicionales a los de 2006.
En cuanto a los celulares la demanda se mantendrá en las 12 millones de unidades para
mejorar las prestaciones de equipos que caerán en desuso en su gran mayoría y 30 por
ciento por el crecimiento del parque.
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Preocupación por el aumento de la basura electrónica.
Entre 20 y 50 toneladas métricas de restos de computadoras obsoletas, teléfonos móviles y
otros aparatos electrónicos son generadas en el mundo cada año.
Representantes de más de 120 gobiernos asisten desde el lunes en Nairobi a la Conferencia
de las Partes de la Convención de Basilea sobre el control de residuos peligrosos, en cuyas
reuniones tendrá gran protagonismo la cuestión de la basura electrónica.
Entre veinte y cincuenta toneladas métricas de basura electrónica, como se denomina a los
restos de computadoras obsoletas, teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos en
desuso, son generadas en el mundo cada año, según datos del Programa de la ONU para el
Medio Ambiente (PNUMA).
Plomo, cadmio y mercurio son algunos de los elementos que integran los aparatos
electrónicos y que pueden resultar muy contaminantes si la eliminación de estos desechos
no se hace de forma adecuada.
“El problema es saber si se contará con la transferencia de tecnología que los países en vías
de desarrollo necesitan para hacer compatible el crecimiento económico y la creación de
empleo con un desarrollo que sea sostenible desde el punto de vista ambiental”, agregó
Arano.
Según la coalición de organizaciones no gubernamentales Red de Acción de Basilea (BAN en
inglés), Africa se ha convertido en el mayor receptor mundial de equipamiento electrónico
obsoleto.
Sólo en Lagos, un estudio hecho por BAN cifró en 500 el número de contenedores que llega
cada mes a la capital económica de Nigeria, con una carga de hasta 800 monitores de
computadora como media.
De acuerdo a ese estudio, BAN estima que una cantidad de basura electrónica equivalente a
100.000 computadoras o 44.000 televisores estaría entrando en Africa cada mes a través de
Lagos.
Otro de los temas centrales del encuentro será el transporte ilegal de materiales peligroso a
países vulnerables, como los africanos, que tienen escasos medios para hacer frente a este
tipo de desastres, algo que se ha puesto de manifiesto muy recientemente con el vertido
tóxico ocurrido en Costa de Marfil en agosto pasado.
El desastre sucedió cuando la compañía local de eliminación de desechos industriales
Tommy descargó de un buque fletado por una compañía holandesa y vertió en varios sitios
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de Abiyán, unas 500 toneladas de lavazas de petróleo y detergente, que liberaron una gran
cantidad de sulfuro de hidrógeno al entrar en contacto con el aire.
La nube tóxica que se elevó sobre la capital económica de Costa de Marfil causó la muerte de
diez personas e intoxicó a otras 100.000, según datos del ministerio de Salud Pública del
país.
“La tragedia de Costa de Marfil nos recuerda que los residuos peligrosos continúan
suponiendo graves riesgos para la salud humana y el medio ambiente”, dijo el director
ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner.
Otros asuntos que coparán la agenda de la reunión incluyen el problema que plantea el
desmantelamiento de barcos viejos, que pueden liberar sustancias peligrosas a la naturaleza.
Ratificada por más de 160 países y en vigor desde 1992, la Convención de Basilea sobre el
Control de Movimientos Transfronterizos de Desechos Peligrosos y su Eliminación tiene por
objeto proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos adversos derivados de
la producción, transporte y eliminación de esos residuos.