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LA UPR QUE NO QUEREMOS QUE DESTRUYA

(Publicado originalmente en ortizfeliciano.blogspot.com el 13.01.11)

Permita que conteste sus planteamientos Sr. Gobernador, sepa de entrada que creo que hay miles
de personas, estudiantes, madres y padres de estudiantes, trabajadores y profesores universitarios
y egresados de la UPR que igual o mejor que yo pueden contester sus planteamientos. Sin ánimo
de ofensas, todos podemos hablarle con mayor conocimiento del tema porque somos la
Universidad de Puerto Rico, somos el Pueblo que estudia, trabaja y sueña en y de la Universidad
de Puerto Rico, somos los que nos esforzamos por apoyar que nuestros hijos e hijas, hermanos y
hermanas tengan esa oportunidad que se han ganado con sus esfuerzos y como tal sabemos de lo
que hablamos, lo vivimos, lo padecemos, es parte viva de nuestra sangre y nuestra alma. No
niego que pueda alguien acercarse mediante otros caminos a lo que es el caudal de experiencias
que es la Universidad de Puerto Rico, acercarse es importante, los universitarios creemos que
parte fundamental de la misión es precisamente acercar a toda la isla a su universidad, sin
embargo acercarse no es lo mismo ni es igual que ser parte integral y haber vivido lo que tal vez
Ud. solo puede imaginarse. Es la realidad y permita que le diga Sr. Gobernador que sin
cuestionar su buena voluntad, se nota en sus expresiones y en sus acciones cuánto desconoce de
la Universidad de Puerto Rico. Un sabio consejo ante cualquier tema que uno en su sinceridad
sabe que honestamente desconoce es escuchar y de esa tarea tan hija de la prudencia que es
escuchar hemos visto demasiado poco tanto en sus palabras como en sus acciones. Las
presunciones, creer que uno puede arrimarse a un sujeto basado en ideas que no proceden de la
vivencia, como Ud. debe saber, precisa que sea la experiencia real la que atempere y de contorno
a esas imágenes. De esto se trata, de que no es suficiente, de hecho palidece, solo proponer un
ideario basado en presunciones e impresiones secundarias.

No obstante los deplorables actos de violencia perpetrados esta semana (y en semanas y meses
anteriores, y hasta el haber afectado de manera nosciva la salud financiera universitaria con sus
proyectos presupuestarios) por un pequeño grupo de funcionarios electos, administradores
universitarios ebrios de sus beneficios y oficiales policiales (muchos de los cuales han
comunicado estar totalmente insatisfechos con las labores represivas que les han pedido), estoy
plenamente convencido de que trabajando juntos y de buena fe, todos habremos de salir airosos
de la presente situación que aqueja a la Universidad de Puerto Rico. Ves Sr. Gobernador, esa
perspectiva de esperanzas no es exclusiva de nadie, lo que si es cierto es que han habido
agresiones violentas, arrestos injustificados y una multiplicidad de ataques que han sufrido
estudiantes a mano de personas que siguen sus directrices, que se reportan directamente a Ud., es
innegable que cuando un estudiante es macaneado frente a la Universidad, cuando madres fueron
lesionadas en el Capitolio, cuando un estudiante fue pateado mientras se encontraba sujetado,
todos esos actos violentos fueron de alguna manera en su nombre, los agresores en sus
acometidas trabajaban para Ud. y creían, aunque tal vez de manera exagerada, seguir sus
instrucciones. Si yo como padre de un estudiante y como universitario me atrevo a pensar que a
pesar de esos hechos que constan como el récord de los resultados de sus políticas, aún puedo
dispensarle la rama de olivo de la esperanza a Ud., realmente no creo que los hechos a los que
Ud. aduce en su escrito se comparen para que crea que es quien tiene la cuota mayor de las
esperanzas, todo por el contrario. Los estudiantes no han agredido a la fecha cientos de personas
como lo han hecho sus empleados siguiendo sus instrucciones. Unos vidrios rotos, unos humos
inofensivos, algunas mesas viradas son nada en comparación con el dolor humano que Ud. ha
ocasionado y las pérdidas son nada comparadas con el sufrimiento que padecen miles de familias
que desean apoyar a sus hijos e hijas por ser buenos puertorriqueños y puertorriqueñas. Se
equivoca Sr. Gobernador, en la Universidad de Puerto Rico Ud. persigue y agrede a muchos de
los mejores de la juventud de nuestra isla, Gobernador es precisamente nuestra esperanza como
pueblo, como familias y comunidades los que ha tomado de enemigos y que trata como
delincuentes cuando son exactamente la solución a la criminalidad. Todavía extiendo la rama de
olivo al igual que los estudiantes que lo que han pedido incansablemente es que inicie de una vez
y por todas un verdadero y honesto proceso de diálogos fundamentados en la sinceridad y
transparencia que ha sido suplantada con mentiras impugnadas, con medias verdades que hasta la
Middle States ha denunciado como ausencia de documentación adecuada y el espíritu
universitario del pensamiento crítico del cual se ha divorciado la Junta de síndicos que Ud. ha
puesto en posición de poder.

Se equivoca Ud., pienso que producto de su desconocimiento, cuando plantea que la Universidad
de Puerto Rico comparable con las mejores del mundo no existe, existe y la forja de logros lo
evidencia, el respeto y el aprecio internacional de nuestra Universidad la han aclamado jueces
del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, intelectuales ganadores de Premio Nobel,
científicos y artistas de todos los continentes. El problema no es que no podamos crecer como
universidad, el problema no es que no podamos, debamos ni aspiremos a mejorar, ese es el
compromiso de excelencia que se respira en los recintos de la UPR cuando no se contamina el
aire con los gases lacrimógenos que han caracterizado sus gestiones. Ves Sr. Gobernador se
equivoca tremendamente porque lo que sucede es que esa universidad que existe como una de las
mejores del mundo se encuentra en graves peligros de que sus acciones la envenenen, los
atropellos y las violaciones a las libertades que son la sangre de un gran universidad laceran,
lastiman y hasta pueden llegar a enfermar crónicamente nuestra universidad. Ojo, que la
verdadera universidad no es una ley ni es un conjunto de edificios, no es un grupo de proyectos
amparados por los intereses económicos, y definitivamente no es una paz sepulcral, no es un
sistema de orden basado en el encierro y el arresto de los derechos.

No me atrevo con mesura hablar de agrupaciones de personas que sugieres Sr. Gobernador sin
que menciones criterios precisos sino generalizaciones. No me atrevo de entrada decir que sean
lo que deben ser ni que hagan ni dejen de hacer lo que deben hacer. Valga por su sugerencia,
pienso que gente pensante reunida es cosa buena pero hasta ahí llego porque la experiencia me
dicta tener cautela. Volvemos a eso de la necesidad de escuchar, francamente no creo que sea
prudente escoger un grupo de personas como dice el Pueblo ‘a puro dedo’, pienso que no es
democrático, pienso que es malversar los recursos intelectuales de un profesorado reconocido y
es subestimar innecesariamente los aportes valiosos de un sector impresionante de lo mejor de
nuestra juventud.

Honestamente creo que se equivoca igualmente cuando plantea que la Universidad como se
encuentra no funciona, Sr. Gobernador lo cierto es que la Universidad funciona a pesar de que la
administración que Ud. ha encauzado ha compuesto una verdadera epopeya de fracasos y
desaciertos. La Universidad funciona a duras penas pero funciona a pesar de que sus acciones
han asestado duros golpes a su salud y bienestar. Permita que le sugiera que la Universidad
funciona precisamente donde Ud. no lo percibe, donde Ud. desconoce, funciona en los ideales y
el compromiso que tienen miles de estudiantes, trabajadores y profesores por forjar no futuros
individuales sino el futuro colectivo de nuestras islas. Ves Sr. Gobernador es un tremendo error
no reconocer que el verdadero universitario lucha y se sacrifica por las artes y las ciencias al
servicio de la Humanidad, no solamente de ciertas empresas que antojemos lucrativas en cierto
instante de la historia. Los verdaderos universitarios y la Universidad que funciona lucha en
contra de las gestiones que Ud. no logra entender son anti-universitarias y que atentan
precisamente a esa magna empresa cultural. Aunque aparentemente no logras sentir la diferencia,
la diferencia es que la Universidad que funciona, que se ha hecho merecedora de un prestigio
internacional, que es cuna de quehacer intelectual de renombre y forjadora de generaciones de
profesionales es la que lucha contra la cuota y exige que salgan las fuerzas policiales de los
recintos. Ejercicios de consulta tanto con los profesores como con los estudiantes le deben dar la
clara señal de que lo se impone hoy en la UPR es rechazado como proyecto universitario,
aconsejo que escuche Sr. Gobernador que no todos son revoltosos, no todos son radicales, de
hecho la mayoría de quienes se oponen a sus planes son personas de partidos tradicionales, es
falso alegar lo contrario y las evidencias existen mientras que esa historieta de universidad
conspiradora es simplemente un cuento muy mal construido. Hacemos un señalamiento
adicional, hablemos de curriculum vitae, hablemos sin pelos en la lengua de historiales de vida,
en la Junta de síndicos Ud. tiene un exgerente de empresa que en documentos federales se
demuestra que le mintió al FBI en el curso de una investigación que ocasionó que Cidra perdiera
una de sus empresas manufactureras más importantes, tiene por lo menos dos ejecutivos
principales de empresas que de lucrativas llegaron a la quiebra, una de esas quiebras logró ser
parte de la debacle escandalosa de bancos locales que fueron intervenidos y tiene a una persona
que fue objeto de una investigación prolongada de fraude y malversación de fondos públicos.
Esos Sr. Gobernador son sus nombramientos y definitivamente no son “individuos del mayor
calibre académico, solvencia moral y peritaje gerencial”. De hecho ellos intervienen en estas
decisiones impugnadas, son copartícipes de las deficiencias severas que ha indicado la Middle
States y Ud. pretende que el Pueblo les otorgue la confianza que sus propias industrias le han
retirado.

El resto de su artículo se compone de tres temas. Francamente no amerita verlo en detalle ya que
son refritos de planteamientos que hemos escuchado repetirse.

La historia del pasado tenebroso puede tener algo (y tal vez hasta mucho) de cierto pero
Gobernador lleva Ud. dos años al mando de las empresas del Pueblo y ha perdido validez el usar
ese subterfugio para desviar los resultados ineficientes de su actual administración. Eso es lo
primero. De hecho nos habla de recortes en el Ejecutivo pero no puede hablarnos de recortes en
los gastos administrativos de la Universidad porque lejos de existir recortes significativos lo
cierto es que se han disparado, han aumentado los presupuestos de gastos innecesarios y
superfluos, siguen creando embelecos para justificar pagarle sueldos excesivos a personas que no
rinden frutos y en muchos casos ni siquiera tienen los credenciales universitarios para ser
gerenciales universitarios pero ahí están.

El teorema de como Ud. se ha negado a apoyar las finanzas de la Universidad por tal de defender
al pueblo de un impuesto a los refrescos es altamente debatible. Yo consumo Coca-Cola lo
confieso y se que no es alimenticio por lo cual si le suben el precio tengo que tomar la decisión
de si quiero pagar por mis antojos. De verdad no creo que vaya a encontrar resistencia a ese tipo
de tributo y mucho menos cuando vemos que han subido impuestos en otros renglones para otras
cosas que no tienen la importancia de la Universidad. En eso honestamente y totalmente difiero
de sus juicios.

Finalmente tras nuevamente referirse al programa de becas Pell, repite sus planes de ayudas que
tanto los estudiantes universitarios como los mismos empleados de los Programas de ayudas y
becas han comunicado que son inefectivos, incompletos y en ocasiones (como la famosa beca
senatorial) yacen en un limbo operacional: nadie sabe nada de nada y mientras tanto las fechas de
los compromisos avanzan, sus ayudas son un purgatorio en forma de laberinto del cual muchos
no han de encontrar una salida satisfactoria. La beca Pell Sr. Gobernador se aumentó como una
medida de equiparar las ayudas a los gastos de los estudiantes que han sufrido los efectos
inflacionarios no para ingresarlos a las operaciones de las universidades. Ud. con la cuota lo que
hace es apropiarse de esos fondos de manera que me luce son contradictorios a la pieza
congresional de acuerdo al récord legislativo. Ud. con la cuota ha multiplicado el efecto
inflacionario en lugar de ayudar a nivelarlo.

Seamos honestos Sr. Gobernador si los estudiantes pagan la cuota no significa de ninguna
manera que la apoyan ni significa que es una buena decisión sino una obligada, impuesta sin
consultas, rodeada de un mar de críticas de todos los sectores, forzada a fuerza de macanazos y
que ni siquiera ha sido implementada con ideas alternativas de las cuales se han inundado las
oficinas de los legisladores provenientes hasta de miembros de su Partido al igual que las miles
de quejas que igual provienen de todos los sectores y comunidades incluyendo hasta miembros
de su Partido. Sr. Gobernador conozca la Universidad antes de destruirla, escuche a los
universitarios y al escuchar, escuchará la Universidad que queremos.

Honestamente Sr. Gobernador si Ud. cree saber y querer a la Universidad dígame si sabe que un
profesor español que llega a Puerto Rico por estar casado con una boricua y huyendo del
franquismo, recibe el Premio Nobel por su obra de poeta siendo profesor de la Universidad de
Puerto Rico (el mayor momento de reconocimiento internacional de nuestra universidad)
precisamente porque en la Universidad de Puerto Rico no sufre de medidas como la ocupación
policial que Ud. defiende. Ese dato nada más, que lo reto a que desmienta que desconoce como
parte de nuestra historia universitaria, ese momento en que todo el mundo intelectual
internacional se pregunta ¿dónde queda esa universidad?, ese momento si fuese por políticas
como las que Ud. propone como parte de la Universidad que Ud. quiere, no hubiese ocurrido.
Honestamente Sr. Gobernador si Ud. cree saber y querer a la Universidad dígame de qué
hablaron las juezas Ruth Baden Ginsburg y Sonia Sotomayor en nuestra Aula Magna y si de
verdad cree que los valores que Ud. propone en su proyecto son valores que estas juezas del
Supremo han defendido en nuestra Universidad sobre nuestra Universidad.

Por favor Gobernador escuche no hay que destruir la Universidad como Ud. dice “desde sus
cimientos, la UPR que todos queremos” existe, sobrevive en lucha en estos momentos, es cosa de
ayudar no desayudar, de creer y crear, no de saquear …

(Columna de Luis Fortuño: http://www.elnuevodia.com/columna-lauprquetodosqueremos-


862702.html)

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