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Consideraciones generales
“Dar una nota es evaluar, hacer una prueba es evaluar, el registro de las notas se
denomina evaluación. Al mismo tiempo varios significados son atribuidos al término:
análisis de desempeño, valoración de resultados, medida de capacidad, apreciación del
“todo” del alumno” (Hoffman, 1999)
En el lenguaje cotidiano, el concepto de evaluación es polisémico porque éste se
impone o no en la práctica según las necesidades mismas de la evaluación y en
función de las diferentes formas de concebirla. En efecto, puede significar tanto
estimar y calcular como valorar o apreciar. Quizá en este sentido, conviene no olvidar
tampoco desde la dimensión pedagógica las implicancias polivalentes del término: la
evaluación hace referencia a un proceso por medio del cual alguna o varias
características de un alumno, de un grupo de estudiantes o un ambiente educativo,
objetivos, materiales, profesores, programas, etc, reciben la atención de quien evalúa,
se analizan y se valoran sus características y condiciones en función de parámetros de
referencia para emitir un juicio que sea relevante para la educación.
Así pues, la evaluación, en términos generales, supone una instancia de valoración. En
los términos particulares de la evaluación educativa es posible distinguir varios objetos
de evaluación cuyas relaciones implícitas son evidentes. Entre otros, es posible valorar:
el sistema educativo, las instituciones, el profesorado, los materiales de la enseñanza,
los proyectos educativos y los aprendizajes.
En el caso particular de la evaluación de los aprendizajes de los alumnos, evaluar
supone conocer qué y para qué evaluar, para lo cual es requisito esencial recoger
información, formular un juicio de valor y tomar decisiones con vista al futuro.
Como señala Imbernón (1), fue Tyler (2) en los años cuarenta quien al plantear la
educación como un proceso definió a la evaluación como una instancia en que debía
establecer en qué medida se habían alcanzado los objetivos establecidos inicialmente.
Dos décadas después, aparecerían nuevas preocupaciones éticas y sociales respecto a
la problemática evaluativa desarrollarían en la década del setenta, otros enfoques
como las alternativas cualitativas. Y así, podemos llegar a concebir a la evaluación
educativa ya no como una finalidad de la enseñanza sino como un medio de
perfeccionamiento y mejora constante.
En virtud de este proceso histórico es posible reconocer diferentes concepciones de
evaluación. Desde el paradigma cuantitativo ésta puede ser entendida como objetiva,
neutral y predictiva, de manera tal que centra en la eficiencia y la eficacia. Lo que se
evalúa es pues, los productos observables.
Pero desde una perspectiva cualitativa, por el contrario, la evaluación se centra en
reconocer lo que esta sucediendo y comprender qué significado esta tiene para las
diferentes personas, en este caso no solo se evalúa el producto sino también el
proceso.
Para un tercer paradigma, el crítico, la evaluación no solo se centra en recoger
información sino que también implica diálogo y autorreflexión.
Otra dimensión de análisis respecto a las evaluaciones es considerar que éstas pueden
ser sumativas o formativas. Mientras que las primeras se centran en el producto final,
las segundas se orientan más hacia los procesos.
Funciones de la evaluación ¿Para qué evaluar?
Desde el punto de vista social, es posible identificar diversas funciones como:
a.La selección social: históricamente, y aún en la actualidad, la evaluación ha
cumplido la función de dirigir mecanismos de selección y control social. Tal como
señala Foucault: “El examen combina las técnicas de la jerarquía que vigila y las de la
sanción que normaliza. Es una mirada normalizadora, una vigilancia que permite
calificar, clasificar y castigar. Establece sobre los individuos una visibilidad a través de
la cual se los diferencia y se los sanciona.” (Foucault, 1993). Y en este sentido, “Es el
examen, (según Diaz Barriga) el instrumento que permite invertir los problemas
sociales en pedagógicos” (Litwin, 2003)
b.Medir la calidad del sistema educativo, control del sistema (3): La tendencia
actual entiende a la evaluación como una actividad política y administrativa, y es una
parcela de las políticas sociales y de administración pública en tanto el conjunto mismo
de las políticas y los servicios públicos se han vuelto objeto de evaluación. Las causas
de este fenómeno se deben a:
Razones económicas y presupuestarias: contención del gasto público y prioridades
en la asignación de recursos
Notas
1. Imbernón, Francisco (1993) “Reflexiones sobre la evaluación en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. De la medida a la evaluación", en Revista Aula de Innovación
Educativa Nro 20, Año II, Depto de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad
de Málaga
2. TYLER, RALPH (1973), “INTRODUCCIÓN Cap. 1”, en: Principios básicos del currículo,
Troquel, Buenos Aires.
3. Cano García E.(1998), Evaluación de la calidad educativa, capítulo IV, ”La evaluación
de la calidad de los sistemas educativos”. Editorial La Muralla, Madrid
4. DE KETELE, J. M. (1984), “Cap. 2: Evaluar para educar: ¿por qué?, ¿qué?, ¿quién?,
¿cómo?", en: Observar para educar, Visor, Madrid, pp. 13 a 27 y pp. 29 a 32.
Bibliografía
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críticas al por qué y al cómo”, en: AAVV, Volver a pensar la educación (Vol. II),
Morata/Paideia, Madrid, pp. 194-219.
CAMILLONI, A. Y OTRAS (1998), ”La calidad de los programas de evaluación y de los
instrumentos que los integran”, en: La evaluación de los aprendizajes en el debate
didáctico contemporáneo, Buenos Aires, Paidós
Cano García E.(1998), Evaluación de la calidad educativa, capítulo IV, ”La evaluación
de la calidad de los sistemas educativos”. Editorial La Muralla, Madrid
CELMAN, S. (1998), “Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta
de conocimiento?”, en: CAMILLONI Y OTRAS, La evaluación de los aprendizajes en el
debate didáctico contemporáneo, Paidós, Buenos Aires, pp. 35 a 66.
DE KETELE, J. M. (1984), “, “Cap. 1: “Educar, evaluar, observar: el marco de la
problemática” y “Cap. 2: Evaluar para educar: ¿por qué?, ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?", en:
Observar para educar, Visor, Madrid, pp. 13 a 27 y pp. 29 a 32.
Foucault, M. (1993), “El examen”, en: Díaz Barriga, A. (comp.), El examen, textos para
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HOFFMAN, J. (1999), “Cap. 1: “Evaluación y construcción del conocimiento”, en: La
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Imbernón, Francisco (1993) “Reflexiones sobre la evaluación en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. De la medida a la evaluación", en Revista Aula de Innovación
Educativa Nro 20, Año II, Depto de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad
de Málaga
ROTTEMBERG, ANIJOVICH (2005) “Cap. 4 La evaluación” en: Estrategia de enseñanza y
diseño de unidades de aprendizaje, Universidad Nacional de Quilmes (Carpeta de
Trabajo)
TYLER, RALPH (1973), “INTRODUCCIÓN Cap. 1”, en: Principios básicos del currículo,
Troquel, Buenos Aires.
Aprendizaje
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Contenido
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• 1 Definición
• 2 Aprendizaje humano
o 2.1 Inicios del Aprendizaje
o 2.2 La Actividad Cerebral desde la concepción: Base del
Aprendizaje
o 2.3 Proceso de aprendizaje
o 2.4 Tipos de aprendizaje
o 2.5 Teorías de aprendizaje
o 2.6 Teorías sobre las dificultades del Aprendizaje
• 3 Véase también
• 4 Referencias
• 5 Enlaces externos
Definición [editar]
Podemos definir el aprendizaje como un proceso de cambio relativamente
permanente en el comportamiento de una persona generado por la
experiencia.(Feldman, 2005).En primer lugar, aprendizaje supone un cambio
conductual o un cambio en la capacidad conductual. En segundo lugar, dicho
cambio debe ser perdurable en el tiempo. En tercer lugar, otro criterio
fundamental es que el aprendizaje ocurre a través de la práctica o de otras
formas de experiencia (p.ej., observando a otras personas). [1]
• A pesar de que todos los factores son importantes, debemos señalar que
sin motivación cualquier acción que realicemos no será completamente
satisfactoria. Cuando se habla de aprendizaje la motivación es el «querer
aprender», resulta fundamental que el estudiante tenga el deseo de
aprender. Aunque la motivación se encuentra limitada por la
personalidad y fuerza de voluntad de cada persona.
• La experiencia es el «saber aprender», ya que el aprendizaje requiere
determinadas técnicas básicas tales como: técnicas de comprensión
(vocabulario), conceptuales (organizar, seleccionar, etc.), repetitivas
(recitar, copiar, etc.) y exploratorias (experimentación). Es necesario una
buena organización y planificación para lograr los objetivos.
• Por último, nos queda la inteligencia y los conocimientos previos,
que al mismo tiempo se relacionan con la experiencia. Con respecto al
primero, decimos que para poder aprender, el individuo debe estar en
condiciones de hacerlo, es decir, tiene que disponer de las capacidades
cognitivas para construir los nuevos conocimientos.
También intervienen otros factores, que están relacionados con los anteriores,
como la maduración psicológica, la dificultad material, la actitud activa y la
distribución del tiempo para aprender.
La siguiente es una lista de los tipos de aprendizaje más comunes citados por
la literatura de pedagogía:
• Aprendizaje receptivo: en este tipo de aprendizaje el sujeto sólo
necesita comprender el contenido para poder reproducirlo, pero no
descubre nada.
• Aprendizaje por descubrimiento: el sujeto no recibe los contenidos
de forma pasiva; descubre los conceptos y sus relaciones y los reordena
para adaptarlos a su esquema cognitivo.
• Aprendizaje repetitivo: se produce cuando el alumno memoriza
contenidos sin comprenderlos o relacionarlos con sus conocimientos
previos, no encuentra significado a los contenidos.
• Aprendizaje significativo: es el aprendizaje en el cual el sujeto
relaciona sus conocimientos previos con los nuevos dotándolos así de
coherencia respecto a sus estructuras cognitivas.
• Aprendizaje observacional: tipo de aprendizaje que se da al observar
el comportamiento de otra persona, llamada modelo.
• Aprendizaje latente: aprendizaje en el que se adquiere un nuevo
comportamiento, pero no se demuestra hasta que se ofrece algún
incentivo para manifestarlo.
Teorías de aprendizaje [editar]
El aprendizaje y las teorías que tratan los procesos de adquisición de
conocimiento han tenido durante este último siglo un enorme desarrollo debido
fundamentalmente a los avances de la psicología y de las teorías
instruccionales, que han tratado de sistematizar los mecanismos asociados a
los procesos mentales que hacen posible el aprendizaje. Existen diversas
teorías del aprendizaje, cada una de ellas analiza desde una perspectiva
particular el proceso.